Lola Fernández Ochoa: "No hay salud sin salud mental". El legado de Blanca y la misión de una fundación nacida del dolor en un nuevo 'Habladurías'

“Me sorprendió la cantidad de deportistas, incluso medallistas olímpicos, que me confesaron haber tenido pensamientos suicidas o depresiones profundas”
Durante el velatorio, Lola recibió un impacto inesperado: “Me sorprendió la cantidad de deportistas, incluso medallistas olímpicos, que me confesaron haber tenido pensamientos suicidas o depresiones profundas”. Aquella revelación le mostró una realidad silenciada: la vulnerabilidad emocional del deportista y la falta de preparación para la vida después de la competición.
La problemática: el vacío al final de la carrera deportiva
Del testimonio de Lola emerge un diagnóstico claro:
- Los deportistas de élite, al retirarse, sufren una pérdida brutal de identidad.
- Nada sustituye la adrenalina, el foco mediático, el ritmo de entrenamientos o el sentido de propósito.
“Si te jubilas con 30 años y te quedan 50 de vida, ¿qué haces si nadie te ha preparado para ese futuro?”
- Muchos finalizan su carrera sin herramientas para ganarse la vida, tras décadas dedicados al entrenamiento.
- La consecuencia es frecuente: depresiones severas y una caída emocional difícil de gestionar.
“Si te jubilas con 30 años y te quedan 50 de vida, ¿qué haces si nadie te ha preparado para ese futuro?”
Blanca: deportista legendaria, mujer sensible
Lola rememora una relación de hermandad excepcional, marcada por la convivencia desde la infancia en internados y centros de alto rendimiento. Blanca, la primera mujer española en lograr una medalla olímpica, era para Lola un espejo y una guía.
“Por fuera era pura potencia. Por dentro, un flan. Tenía una sensibilidad extraordinaria”
La imagen pública mostraba a una mujer fuerte y determinante; la realidad íntima era otra:
“Por fuera era pura potencia. Por dentro, un flan. Tenía una sensibilidad extraordinaria”.
Su creatividad, su humor y sus habilidades casi prodigiosas —como escribir simultáneamente con ambas manos en direcciones opuestas— completan un retrato poco conocido.
Un recuerdo especialmente emotivo surge tras la caída olímpica de Calgary. A pesar del golpe emocional, Blanca regaló a su hermano Paco el dorsal de la carrera con una dedicatoria que revelaba su profundidad afectiva
Un recuerdo especialmente emotivo surge tras la caída olímpica de Calgary. A pesar del golpe emocional, Blanca regaló a su hermano Paco el dorsal de la carrera con una dedicatoria que revelaba su profundidad afectiva:
“El destino ha querido dejarme a medio camino, pero nadie me quitará el orgullo de ser tu hermana, la de un campeón olímpico".
La enfermedad mental: un camino de recaídas y silencios
Los primeros episodios depresivos de Blanca aparecieron tras su caída en Calgary. Más tarde, tras ganar la medalla en Albertville y retirarse, volvió a caer en un vacío emocional que “a todos nos había pasado, pero en ella fue más profundo”.
Tras casi veinte años de oscilaciones, llegó un diagnóstico: bipolaridad
Tras casi veinte años de oscilaciones, llegó un diagnóstico: bipolaridad.
La dinámica familiar cambió por completo. Lola pasó a ser su principal cuidadora:
“Mi hermana mayor, la que siempre me protegía, se convirtió en alguien a quien tenía que cuidar yo. Fue durísimo".
“Mi hermana mayor, la que siempre me protegía, se convirtió en alguien a quien tenía que cuidar yo. Fue durísimo"
Blanca se mudó a vivir a su azotea para estar acompañada sin perder su independencia. Los otoños eran devastadores; las primaveras, imprevisibles. Y, paradójicamente, el final llegó en un momento en que parecía encontrarse bien.
“Ahora sé que la gente intenta acabar con su vida cuando está bien. Cuando está mal, no tiene fuerzas ni para pensar".
La desaparición: dolor, búsqueda y un país volcado
Lola vivió aquellos días con un dolor doble: el de la pérdida y el de la vergüenza.
“Me avergüenzo de haber sentido vergüenza”, reconoce ahora
“Me avergüenzo de haber sentido vergüenza”, reconoce ahora.
Intentaba sostener una versión pública sobre un posible accidente, mientras internamente sabía lo ocurrido.
Lo inesperado fue la inmensa ola de cariño: 3.000 voluntarios se sumaron a la búsqueda y los medios mostraron un respeto absoluto
Lo inesperado fue la inmensa ola de cariño: 3.000 voluntarios se sumaron a la búsqueda y los medios mostraron un respeto absoluto.
“Era tan brutal el cariño que nos mostró la gente que no paraba de llorar. Hasta Telecinco se portó bien.”
El lugar donde Blanca fue encontrada se ha convertido hoy para Lola en un espacio de paz y conexión.
El duelo y la transformación: el nacimiento de la Fundación
Durante meses, Lola lloraba cada día en la habitación de Blanca. El punto de inflexión llegó con la pandemia:
“Pensé: estás llorando por alguien que eligió irse, cuando hay gente muriéndose sin querer. Respeta su decisión"
“Pensé: estás llorando por alguien que eligió irse, cuando hay gente muriéndose sin querer. Respeta su decisión".
Ese pensamiento abrió un nuevo camino: crear la Fundación Blanca Fernández Ochoa, incluso en pleno confinamiento.
La misión es clara:
- Concienciar sobre la salud mental del deportista.
- Normalizar la ayuda psicológica como parte del entrenamiento.
- Preparar la vida post–carrera.
“No hay salud sin salud mental”, resume Lola como lema personal y de la fundación
- Sensibilizar a empresas para contratar a exdeportistas y aprovechar su disciplina, resiliencia y capacidades.
“No hay salud sin salud mental”, resume Lola como lema personal y de la fundación.
El deporte de élite: lo que la sociedad no ve
Lola recuerda que detrás de un deportista hay sacrificios inmensos:
- Desarraigo desde los 11–12 años.
“La gente solo ve a Alcaraz levantando la copa. Detrás de él hay miles que lo intentan y sufren"
- Soledad durante miles de horas de entrenamiento.
- Lesiones, presiones, comparaciones, fracasos.
- Una jubilación precoz sin red.
“La gente solo ve a Alcaraz levantando la copa. Detrás de él hay miles que lo intentan y sufren".
Pide más comprensión hacia quienes no logran medalla y un tratamiento mediático más empático.
Una nueva Lola: relativizar, ayudar, transformar
La pérdida de Blanca cambió profundamente a Lola:
“Ahora doy importancia solo a lo que realmente importa"
- Ha aprendido a relativizar:
“Ahora doy importancia solo a lo que realmente importa".
- Ha descubierto el poder del altruismo:
“Ayudar a otros me ha salvado. Animo a cualquiera: haz algo por alguien y tu dolor se hace pequeño"
“Ayudar a otros me ha salvado. Animo a cualquiera: haz algo por alguien y tu dolor se hace pequeño".
- Vive con un compromiso claro: trabajar por la salud emocional de los deportistas.
El mensaje final: un abrazo pendiente
Cuando le pregunto qué le diría hoy a Blanca, Lola se emociona y le caen las lágrimas:
“No le diría nada. La abrazaría. Estaría una hora abrazándola. Luego la insultaría, claro… pero sobre todo la abrazaría"
“No le diría nada. La abrazaría. Estaría una hora abrazándola. Luego la insultaría, claro… pero sobre todo la abrazaría".
Y deja reflexiones para recordar:
- “No hay salud sin salud mental”.
- “Mi hermana era pura fortaleza por fuera, y pura sensibilidad por dentro”.
- “Respeto su decisión: ella eligió dejar de sufrir”.
“La Fundación es la forma de convertir dolor en algo bonito”
- “Los deportistas se jubilan con 30 años y nadie les prepara para 50 años más de vida”.
- “El deporte de élite tiene un coste emocional que la sociedad no imagina”.
- “Ayudar a otros me salvó a mí”.
- “La Fundación es la forma de convertir dolor en algo bonito”.
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