En Navidad, consume productos de Granada.
Consideran necesarias medidas como mediciones similares a las efectuadas en Ganivet

Vecinos de Bib-Rambla piden que la capital extienda las limitaciones de ruido fijadas por sentencia en Plaza del Carmen a otras zonas

Ciudadanía - M.A. - Viernes, 15 de Diciembre de 2023
"Queremos que el centro deje de considerarse un decorado en el que los vecinos somos figurantes. Tenemos derecho al descanso y a la intimidad", reivindican.
Una de las pancartas colocadas en el entorno de Bib-Rambla.
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Una de las pancartas colocadas en el entorno de Bib-Rambla.

Vecinos del entorno de Bib-Rambla reclaman al Ayuntamiento de Granada que extienda en la ciudad las limitaciones de ruido que ha tenido que aplicar, a raíz de una sentencia, en la Plaza del Carmen. Así lo han trasladado a los periodistas este viernes, jornada en la que residentes de esa céntrica plaza han hecho visible la situación que padecen con pancartas en sus ventanas y balcones.

"El ruido nos impide vivir" o "Plazas y calles en venta" son algunos de los mensajes que se pueden leer en esos carteles que llegan después de "muchas quejas", con llamadas a la Policía Local y también escritos dirigidos a las distintas concejalías. 

La situación en Bib-Rambla refleja lo que los vecinos de los centros históricos padecen, como traslada a El Independiente de Granada Miguel Ángel Rubio, que forma parte del grupo de residentes que se ha movilizado. La masificación de terrazas en los negocios de hostelería es "terrible". En el caso de Bib-Rambla, la plaza está sitiada, ocupada en todo su perímetro con "solo seis pasos libres" que, en ocasiones, como ocurría este viernes, están bloqueados por vehículos de reparto. 

"Plazas y calles en venta", otro de los carteles que se pueden leer en Bib-Rambla.

A ello se suman las celebraciones, como las de grupos de despedida de soltero; en estos días de diciembre las atracciones navideñas infantiles, además de puestos; en verano, el programa de baile para personas mayores; en ocasiones especiales, eventos como las actividades paralelas a la Copa del Rey de Baloncesto. Y no solo son esas actividades. Como apunta este vecino, de noche, cuando el ruido está restringido, "las máquinas de Inagra hacen más ruido que limpieza"; y a partir de las seis de la mañana, el reparto en los locales. Y vuelta a empezar. Hay zonas "saturadas", como esta de Bib-Rambla, o Ganivet -con la hostelería- mientras algunos barrios están reclamando actividades. Y por ello apuestan por repartir la organización de esos eventos. 

Han enviado al Consistorio un escrito colectivo, con 53 firmas, en el que trasladan el grave problema de ruido y también de ocupación del espacio público que padecen

Movilizarse no es fácil en este entorno, afectado también por la proliferación de viviendas turísticas. Pero lo están haciendo. De entrada, transcurrido un mes y medio desde que acudieron a la Junta Municipal de Distrito para denunciar la situación, han dado un paso más. Han enviado al Consistorio un escrito colectivo, con 53 firmas, en el que trasladan el grave problema de ruido y también de ocupación del espacio público que padecen. Reunirlas ha sido, como ha apuntado Miguel Ángel Rubio, lo más parecido a "una operación artesanal", timbre a timbre en las viviendas que no son apartamentos turísticos, que las hay. 

La vía abierta por la vecina de Reyes Católicos que, tras un contencioso, ha logrado que el Ayuntamiento de Granada limite, como le ha ordenado un juez, la organización de eventos en la Plaza del Carmen y también el impacto de los decibelios de esas actividades, es a su juicio una buena opción para extenderla por la ciudad. 

Lo que exigen los residentes de Bib-Rambla es que se cumplan las ordenanzas, que con los niveles actuales de ruido y la ocupación de la vía pública, no se está haciendo. Y también que se aumenten los niveles de protección frente al ruido. 

Su reivindicación llega mientras el Ayuntamiento de Granada se encamina a la aprobación de su nuevo mapa de ruidos. Y es ahí donde exigen que se reflejen los lugares que ahora sobrepasan los límites. 

"Queremos que el centro se deje de considerar un decorado en el que los vecinos somos figurantes. Tenemos derecho al descanso y a la intimidad", reivindican. 

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