ARTÍCULO DE OPINIÓN

'Giligoyas'

Ciudadanía - Gabriel Pozo Felguera - Sábado, 8 de Febrero de 2025
Sobre la gala de los Goya, desde otra perspectiva y con otro lenguaje, Gabriel Pozo Felguera nos ofrece una opinión crítica, con mucho ingenio.
El Gili-Goya de Plaza Nueva.
IndeGranada
El Gili-Goya de Plaza Nueva.

Entiendo y comprendo perfectamente a esta gente de la Academia del Cine. Comprendieron que, una vez harta de agua la tierra madrileña, había que salir de turné por provincias. Así llevan unos cuantos años. Igual que los lameorzas de capital que veranean en las alacenas de parientes de pueblo. Al fin y al cabo, ya era práctica habitual de cómicos desde el siglo de Oro. Recuerden el teatrillo ambulante de Angulo el Malo que nos narra El Quijote, seguramente por andurriales de Baza a Granada. Siempre ambulantes. De algo tendrían que comer.

Voy a seguir el camino inverso de un amigo médico de Sevilla; se viene a Granada en cuanto llega la Feria de Abril. No soy capaz de soportar a “todos los paletos, fuera de Madrid” (Sétimo Sello dixit)

Siento no poder sumarme como claque a recibirlos en el AVE, a empellones contra unas curvys babeantes. No lo haré porque no me aseguran que venga mi actor favorito, el único que es capaz de distraer mis penas y hacerme reír. Me refiero al insuperable “Antonio Recio”, digo Jordi Sánchez. Tampoco me acercaré a la zona del Violón a fanfanear a los de la alfombra de rojo. ¿O de los rojos como dicen mis colegas de la zeja? Tampoco me voy a sumar a la convocatoria que me han repetido por wasap para abuchear a Pedrro Sánchez. Voy a seguir el camino inverso de un amigo médico de Sevilla; se viene a Granada en cuanto llega la Feria de Abril. No soy capaz de soportar a “todos los paletos, fuera de Madrid” (Sétimo Sello dixit). 

Aplaudo en diferido a toda la farándula. No soy tan talibán como para despreciar la promoción de Granada con un evento tan importante… para unos cuantos de cuentos. Pero tal como están las carencias de la ciudad, con los sablazos inmisericordes de impuestos desbocados, me parece que “la muerte no tenía un precio”. Porque seguro que algunos de nuestros políticos giligoyas están muriendo de éxito. Incluso diría que tienen algún ojete palpitante de emoción. El primer giligoyas fue aquel que acaba de ufanarse (en este mismo digital) de que la idea de traerlos fue suya, fruto de su empeño de poner a Granada en el centro del mundo (sic).

Después, la parva de giligoyas que van de fotocall en fotocall diciendo una giligoyez tras otra. Que si vamos a convertir esto en una Graná-Cinecitá. Que si es objetivo prioritario para la Cámara Cadáver de Comercio (CCC)

Después, la parva de giligoyas que van de fotocall en fotocall diciendo una giligoyez tras otra. Que si vamos a convertir esto en una Graná-Cinecitá. Que si es objetivo prioritario para la Cámara Cadáver de Comercio (CCC). Toda la artillería policial giligoyeando por las alcantarillas, como si viniera el giligoya pelopanocha a montar un resort como el de Gaza. Se creen el Equipo A. Y el resto de la ciudad, desprotegida.

Páginas y páginas en papel prensa llenas de giligoyeces: ya tiendo la alfombra, ya peino el peinado, ya plancho lo planchado, ya guiso goyeando, desvelamos en exclusiva este goyazurullo, que lo cagó nada menos que Pe-Lo-Cruz. Hasta algunos colegios están enseñando a sus alumnos a giligoyear en vez de a descubrir a Goya. Incluso a mí me ha llamado mi amigo Juan Andrés Rejón para decir giligoyeces en Onda Cero-Cope Uno.

Podíamos llevar a Richard Gere a que vea cómo se giligoyea enganchado cables para criar marihuana en la zona Norte. Cuando huela los vientos de la Torre de la Vela, no le dejéis con la duda de dónde viene ese olor tan rico a puchero de hachís

Creo que nos hemos pasado de giligoyas distrayendo unos milloncejos que tanta falta hacen para borrar tanto grafitti. Por ejemplo. Podíamos llevar a Richard Gere a que vea cómo se giligoyea enganchado cables para criar marihuana en la zona Norte. Cuando huela los vientos de la Torre de la Vela, no le dejéis con la duda de dónde viene ese olor tan rico a puchero de hachís.

Granada no necesita promocionar la llegada de más turismo al marjal de oro del centro y a la fanega de la Alhambra. Están más que saturados

Granada no necesita promocionar la llegada de más turismo al marjal de oro del centro y a la fanega de la Alhambra. Están más que saturados. En muchos casos hay que hacer lo contrario, sacudírselos para que no se orinen en los rincones y nos dejen coger el microbús a nuestras casas del Albayzín. Debemos destinar esos ocho milloncetes, de nada, a diversificar la periferia, que tiene muchos atractivos y pocos visitantes. En mi paseo mañanero no he visto a ninguna influencer retratándose con la alcaldesa en la Cartuja. Ni en San Jerónimo. Tampoco a ningún actor/actriz más allá de la Catedral. Y esos negocios no céntricos también necesitan vender cafés y pastas a los turistas.

Será el único vestigio de que por aquí pasó Mr. Marshall sin detenerse, quizás enfilando otra orza matancera repleta de tajás. Camino de otro Villar del Río donde todavía no les hayan visto el plumero

Es probable que hoy no pueda ver la gala televisada. Nunca la he visto completa. Creo que no me he perdido nada importante. Puede que algo interesante. Espero que cuando regrese mañana todo esté en el mismo sitio y Sol salga casi a la misma hora. Pasaré a ver a los barrenderos de sueños y papeles de chupachups regando la escalinata del Palacio de Congresos. Que no quede ni el polvo. Será el único vestigio de que por aquí pasó Mr. Marshall sin detenerse, quizás enfilando otra orza matancera repleta de tajás. Camino de otro Villar del Río donde todavía no les hayan visto el plumero.

A ver si cuando unos cuantos crédulos giligoyas despierten son capaces de ver que el dinosaurio de Parque Jurásico nunca estuvo aquí.