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Una preciosa historia que surgió en Motril

A Bob Dylan solo le gustan los claveles rojos de Julia

Cultura - IndeGranada - Sábado, 11 de Julio de 2015
En julio de 2004, una chica lanzó claveles rojos a Bob Dylan cuando ofrecía un concierto memorable en el campo de fútbol. Dylan las recogió del suelo y exclamó: “He esperado esto toda mi vida”. En julio de 2009, en Collado Villalba (Madrid) la fan volvió a repetir la escena de agradecimiento y Bob volvió a recogerlas del escenario. 11 años más tarde del concierto de Motril, el miércoles día 8 de julio, en Granada, de nuevo lanzó claveles rojos y Dylan no dudó en caminar hacia la esquina, agacharse y llevárselos al camerino. Te contamos en primera persona la historia de Julia Pons Montoro, la protagonista de una bella historia que rompe con el mito de un Bob huraño, que une al artista con las flores, el mes de julio (los tres conciertos aludidos fueron en este mes) y, sobre todo, habla de la emoción de una seguidora por un artista universal que, en su caso, se ha sentido correspondida.
Julia Pons Montoro y su madre, con los claveles rojos en el concierto del 8 de julio.
J.P.M.
Julia Pons Montoro y su madre, con los claveles rojos en el concierto del 8 de julio.

“La idea partió de mi madre antes del concierto de Motril. Ella compró los claveles y los llevó, quería que los lanzáramos a modo de homenaje, ya que sentíamos una gran admiración por Dylan y su obra. Hacia el final del concierto (creo que sonaba Like a Rolling Stone), nos dejaron pasar a primera fila. Tras pedir permiso a los de seguridad, me encargué de lanzar los claveles. Fue un momento muy emocionante para las dos. Sabíamos que Dylan no suele tener gestos hacia su público y no podíamos esperar lo que sucedió, mucho menos que dijera lo que dijo: He esperado esto toda mi vida.

Documental 'Las huellas de Dylan', de Fernando Merinero.

Para nosotras fue un momento tan especial que los claveles se convirtieron en algo simbólico. Por eso decidimos repetir en Collado Villalba, sin la esperanza de que se repitiera, pero sucedió. Nos hizo gracia que siempre recogía los claveles de color rojo, no los blancos. Cuando supimos que venía de nuevo este año a Granada, mi madre sacó entradas, no podíamos perdérnoslo. No teníamos flores pero, de camino al concierto, decidimos parar a comprar claveles en alguna floristería, sin mucha esperanza de que se repitiera lo mismo que hace 11 años. Pensamos que, por lo menos, era algo simbólico para nosotras, un recuerdo de aquel concierto en Motril.

La sorpresa fue inmensa cuando, por tercera vez, se ha repitió lo mismo. Muchas personas tildan a Dylan de huraño y, sin embargo, tuvo la sensibilidad de recoger de nuevo aquellos claveles en una esquina del escenario, cuando incluso ya habían apagado las luces.

La historia de los claveles de Motril fue narrada en el documental de Fernando Merinero, Las huellas de Dylan. ( Este es el trailer de Las huellas de Dylan. Aparecemos a partir del minuto 1.45 y está captado el momento en que Dylan recogió los claveles y dijo: He esperado esto toda mi vida). Merinero logró localizarnos en el mismo recinto del concierto, porque buscaba a quienes hubieran lanzado las flores. Aparecimos al día siguiente en la película, así como una semana más tarde en Santiago de Compostela, en otro concierto de Dylan. Allí conocimos a otros fans y pude cantar con algunos de ellos, cosa que aparece al final del documental. Fue sobre todo gracias a esta película que se conoce la anécdota, aunque también se mencionó en revistas como Rolling Stone.

(El Independiente de Granada recogió esta historia en uno de los tres espaciales que dedicó a Bobd Dilan con motivo del concierto en Granada el 8 de julio: Ocho momentos en la vida de Bob Dylan (II))

Poder ver a Dylan en el pueblo donde vivíamos, donde yo crecí y mis padres trabajaban, fue muy especial, casi surrealista, máxime con toda esta historia de por medio.

Desde los 11 años fui una beatlemaniaca. Mi gusto por la música comenzó con los Beatles y los padres del rock and roll, como Chuck Berry, entre otros. Gracias a los Beatles, conocí a Bob Dylan, ya que sabía que él fue una gran influencia para ellos. Así comencé a comprar cedés de Dylan y a memorizar sus canciones, me convertí en una gran fan.

Las entradas de nuestra protagonista y su madre con los laveles rojos. J.P.M.

La primera vez que vi a Dylan fue en abril de 1999, en Granada. Entonces yo tenía 14 años y me apasionaba la música, sobre todo los grandes artistas de los 60 y 70. Recuerdo cómo los días antes del concierto no podía creer que fuera a ver a Dylan en persona. Fue un concierto magnífico y el único en que hemos visto a Dylan tocando la guitarra eléctrica. Los siguientes conciertos a los que asistimos fueron el de Motril y Santiago de Compostela (2004), Collado Villalba (2006), Jaén (2008) y el último el del 8 de julio en Granada (mi madre asistió a un concierto más, Hoyo del Espino en Ávila). Así que le he visto un total de 6 veces y, en las tres ocasiones que hemos decidido lanzar claveles, los ha recogido...

Con Chuck Berry tengo otra anécdota muy divertidal. Pude verle en el Palacio de Congresos de Granada el 7 de abril de 2005. Acudí sola al concierto, ya que nadie se animó a ir conmigo. Al final del concierto, Chuck invitó a que las chicas subieran al escenario. Subió un grupito al que me uní poco después. El caso es que los de seguridad se acercaron para sacarnos de allí, pero Chuck me cogió de la mano y me llevó al centro del escenario. ¡Fue muy emocionante! Y pude bailar "Johnny B. Goode" junto a Chuck mientras él tocaba y cantaba. No tengo fotos de aquel momento porque acudí sola al concierto. A los pocos minutos una oleada de fans subió al escenario, aquello se descontroló un poco y en el "Ideal" apareció una foto en la que Chuck estaba rodeado por aquellos fans y en la que yo aparezco en una esquina con una sonrisa de oreja a oreja. En 2004 también pude ver a Paul McCartney en Madrid, otro concierto muy especial.

Figuras como Dylan, los Beatles, Chuck Berry y tantos otros me influyeron mucho en mi adolescencia, por ello, siempre quise hacer música. Sin embargo, no fue hasta el 2011 cuando me animé a aprender a tocar la guitarra de forma autodidacta. Siempre me había gustado cantar y tocaba algo de piano que había aprendido de niña, pero la guitarra era el instrumento que echaba de menos para acompañar la voz. En cuanto aprendí lo básico empecé a componer mis propias canciones y en pocos meses debuté en el Museo del Rock en Barcelona. Fue gracias a Fernando Merinero, ya que proyectaban Las huellas de Dylan y nos invitó a varios artistas que aparecíamos en el documental, para que cantáramos versiones de Dylan y le hiciéramos un homenaje. Fue muy bonito y pude interpretar tanto canciones de Dylan como mías (la actuación está en YouTube, en mi antiguo canal): The Times They Are A-Changing; Hurricane; One More Cup of Coffee; Once Upon a Time (canción original) y Lost Clover (canción original).

En 2012 me uní a un grupo y creamos SoundCrackers, una banda de rock alternativo con la que estuve durante dos años como cantante, compositora y guitarra rítmica. Grabamos una maqueta con siete temas. En la actualidad trabajo en un nuevo proyecto, Magonia, pero aún no hemos lanzado ningún tema.

 

De concierto. J.P.M.

Estudié Bellas Artes porque desde niña adoro escribir, inventar historias, y yo quería ilustrarlas (mi padre es artista y crecí rodeada de pinturas y grabados). Estos dos últimos años me he dedicado a publicar mis primeros libros. Comencé autopublicando mi saga Memorias del Otro Lado a través de Amazon (hay tres entregas publicadas y otras tres más por salir). Y hace un mes he publicado mi nueva novela Los Buenos Vecinos.

 

Julia Pons Montoro, firmando libros. J.P.M.

Además, tengo un canal en YouTube en el que comparto leyendas y mitos, junto con información sobre mis libros, con gran acogida".

Julia Pons Montero para El Independiente de Granada.

Cuando El Independiente de Granada publicó Ocho momentos en la vida de Bob Dylan (II), incluimos como extra LA FLOR DE MOTRIL, en el que relatábamos la historia. 

Entre los comentarios en las redes sociales a esa información, recibimos uno muy especial, el de Julia Montoro Pons, agradeciéndonos la mención. Pocas veces un medio tiene la suerte de alcanzar a la protagonista de una información como esta. Este medio contactó con ella para que nos contara en primera persona la hermosa historia que os ofrecemos.

Gracias Julia.