OBRAS RELACIONADAS CON EL PINTOR ARAGONÉS EN LA CIUDAD

El único Goya que hay en Granada lo recibió la Abadía del Sacromonte

Cultura - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 12 de Enero de 2025
Ahora que Granada está repleta de cabezones de Goya, es momento de conocer la relación del gran pintor y sus obras con la ciudad, como detalla en este magnífico reportaje, lleno de curiosidades, Gabriel Pozo Felguera, que no te puedes perder. Por el mejor cronista de Granada.
Parte superior del retrato de Francisco Saavedera, de Goya (1798-9).
ABADÍA DEL SACROMONTE
Parte superior del retrato de Francisco Saavedera, de Goya (1798-9).
  • Hasta 1896 hubo otros dos retratos hechos por el pintor; el Centro Artístico recibió una de las primeras cabezas modeladas por Mariano Benlliure para su museo fallido (Hoy propiedad del Ayuntamiento)

Han llenado las plazas de Granada con enormes cabezones de los Premios Goya de cine (que serán entregados aquí el 8 de febrero). Son ampliaciones de cartón-piedra del trofeo que se entrega cada año a los ganadores. Una versión libre de la magnífica cabeza que modeló Mariano Benlliure en 1902; pero copia desaprobada por los herederos del escultor valenciano. Bien podían haber tomado el original de esa escultura que posee Granada, una de las primeras y mejores que vació para nuestro Centro Artístico. Ahora que preparan los Goya es la oportunidad para repasar la obra que hay relacionada con el Sordo de Fuendetodos repartida por museos e instituciones granadinas. Hay alguna pintura y grabados, poca en cantidad, aunque hasta el siglo XIX hubo algunas más.

La ciudad de Granada sólo cuenta en la actualidad con un cuadro de formato grande pintado por Francisco de Goya. Al menos en manos de instituciones públicas. Es el retrato del ministro de Carlos IV Francisco Saavedra

La ciudad de Granada sólo cuenta en la actualidad con un cuadro de formato grande pintado por Francisco de Goya. Al menos en manos de instituciones públicas. Es el retrato del ministro de Carlos IV Francisco Saavedra. Se encuentra expuesto en el museo de la Abadía del Sacromonte a todos los turistas que lo quieran contemplar. Está ahí casi por casualidad, ya que fue robado en 1985 y devuelto milagrosamente y de manera anónima seis años más tarde.

Tuvo mejor suerte que los otros dos retratos que adornaron el Carmen de los Porcel (posterior Carmen de Peña Partida) durante casi todo el siglo XIX. También habían salido del estudio del pintor Francisco de Goya a principios del siglo XIX; el de Francisco Porcel fue exportado a Argentina y allí se perdió en un incendio; el de su esposa Isabel de los Cobos fue vendido por la familia y acabó expuesto en el British Museum de Londres.

El primero en ser pintado por Francisco de Goya fue el de Francisco Saavedra. Aquel prócer de la ilustración de la segunda mitad del XVIII tuvo una estrecha relación con Granada, más concretamente con el Colegio de la Abadía del Sacromonte. Aquí se formó durante su juventud con la intención de encaminarse a la vida religiosa; luego cambió de opinión e hizo larga carrera militar por todos los confines del decadente imperio español. A partir de 1797 y hasta 1808 desempeñó varios cargos como ministro y secretario de Estado de Carlos IV.

El retrato de Francisco Saavedra no está firmado, pero siempre se atribuyó a Goya de boca en boca de los canónigos del cabildo sacromontano

La Abadía del Sacromonte tenía la costumbre de encargar retratos de aquellos alumnos ilustres que solían alcanzar grandes cargos políticos, sociales y o eclesiásticos. Este fue el caso de Francisco Saavedra. Su retrato de cuerpo entero fue encargado a Francisco de Goya en 1797, nada más ser nombrado ministro, y entregado a la Abadía en 1799.

El retrato de Francisco Saavedra no está firmado, pero siempre se atribuyó a Goya de boca en boca de los canónigos del cabildo sacromontano. Más recientemente, revisando correspondencia, pagos y actas se ha podido comprobar las cartas que cruzaron los administradores de la Abadía con el entorno de Goya para conseguir que aceptara el encargo del retrato.

El cuadro fue uno más de los muchos que tiene el patrimonio de la Abadía. El cierre como colegio y el cese de actividad a partir de 1974 sumieron la institución en el abandono

El cuadro fue uno más de los muchos que tiene el patrimonio de la Abadía. El cierre como colegio y el cese de actividad a partir de 1974 sumieron la institución en el abandono. Solamente quedó viviendo en sus instalaciones su abad Jesús Roldán Calvente. Las bandas de delincuentes del momento se cebaron organizando robos de libros, utensilios litúrgicos y pinturas. El propio abad escondió en los lugares más inverosímiles la colección de incunables árabes; incluso tenía bajo el colchón de su cama el lienzo de la Virgen de la rosa, uno de los más valiosos de su patrimonio, de Gerard Davis (s. XVI).

Noticia que daba cuenta del robo en el Sacromonte. Se ve al fondo el marco donde fue recortado el retrato. El abad explica los hechos al sargento de la Guardia Civil y a quien esto escribe. IDEAL.
La noticia del robo alzó una gran polvareda en Granada acerca del abandono en que estaba sumida la Abadía. IDEAL.
En abril de 1991 fue devuelto el retrato de Goya y recuperadas algunas piezas robadas más. IDEAL.

Hasta que la noche del 16 de mayo de 1985 una banda abrió un butrón en la pared y se llevó cuadros y objetos valorados en unos cuatrocientos millones. Entre las pinturas robadas figuraban este retrato de Francisco Saavedra y un paisaje de Valeriano Domínguez Bécquer, hermano del poeta sevillano

Hasta que la noche del 16 de mayo de 1985 una banda abrió un butrón en la pared y se llevó cuadros y objetos valorados en unos cuatrocientos millones. Entre las pinturas robadas figuraban este retrato de Francisco Saavedra y un paisaje de Valeriano Domínguez Bécquer, hermano del poeta sevillano. Los lienzos fueron cortados de sus marcos. Las obras estaban catalogadas y era difícil venderlas dentro de los circuitos legales; el cuadro de Bécquer nunca apareció, pero sí hubo suerte y alguien devolvió el Goya de manera anónima al Museo del Prado. Fue encontrado en abril de 1991, enrollado, en una de las puertas de acceso a la pinacoteca. Además de su recuperación, al menos se consiguió que fuese restaurado, recolocado en su marco original y devuelto al Sacromonte.

¿Quién fue Francisco Saavedra?

Francisco Saavedra Sangronis nació en Sevilla en el año 1746, en el seno de una familia acomodada. Quedó huérfano de padre con sólo dos años. Su padrastro, Joaquín Escobar. Fue enviado a Granada a casa de su tía Rosalía en 1756, con nueve años recién cumplidos. Empezó a recibir lecciones de un fraile del convento de San Francisco de la Alhambra, ya que sus tíos vivían en el recinto de la ciudadela. A los once años empezó a estudiar humanidades y lenguas antiguas con los mismos franciscanos.

Inmediatamente después fue internado en el Colegio de Teólogos y Juristas del Sacromonte, entre los años 1757 y 1763. Pensaba encauzar su profesión a la vida religiosa. Completó su formación con estudios de derecho, historia, lenguas hebreas, griega y árabe.

Tras su paso por la Abadía del Sacromonte continuó sus estudios en la Universidad de Granada, donde completó su doctorado en Sagrada Teología

Pero su ímpetu juvenil le acarreaba deseos de correr, saltar, apostar por deportes de competición y manejar armas. Tras su paso por la Abadía del Sacromonte continuó sus estudios en la Universidad de Granada, donde completó su doctorado en Sagrada Teología. En el archivo histórico de la UGR se conservan certificados de limpieza de sangre y de sus muchos méritos académicos en la Abadía. En 1766 se desplazó a Cádiz a opositar como canónigo de su catedral.

Al final acabó viajando a Madrid en busca de destino y se decantó por la vida militar. Desarrolló un exitoso expediente en la milicia. Pero su destino más sobresaliente estuvo ligado al gobierno del rey Carlos IV. Fue llamado en 1797 para hacerse cargo del Ministerio de Hacienda. Loco de contento y satisfecho, quiso que lo supieran sus antiguos profesores y compañeros de la Abadía del Sacromonte; escribió una carta al Cabildo sacromontano ofreciendo su influencia en la Corte.

Solía ser costumbre de los canónigos hacer retratos de sus alumnos más ilustres. Y quién mejor que encargárselo al pintor más famoso de Madrid en el momento

La Abadía mostró su agradecimiento con la decisión (acta del cabildo de 12 de diciembre de 1797) de encargar un retrato para mostrar su entusiasmo. Solía ser costumbre de los canónigos hacer retratos de sus alumnos más ilustres. Y quién mejor que encargárselo al pintor más famoso de Madrid en el momento. Además, tanto Francisco de Goya como el ministro Saavedra eran asiduos de las reuniones que convocaba en su salón la condesa de Montijo, también muy relacionada con Granada.

Reproducción del cuadro entero, con una cartela explicativa del cargo que tenía en 1787. MUSEO ABADÍA DEL SACROMONTE.

Con posterioridad, este retrato ha sido completamente autenticado por una serie de correspondencia hallada en las actas del Cabildo del Sacromonte

Desde finales del siglo XVIII el retrato de Francisco Saavedra estuvo colgado en la Abadía del Sacromonte. No está firmado, de ahí que los estudiosos del arte advirtieran que era una atribución. El profesor Emilio Orozco no se atrevió a asegurar del todo la autoría por falta de firma (en 1937). Con posterioridad, este retrato ha sido completamente autenticado por una serie de correspondencia hallada en las actas del Cabildo del Sacromonte.

El cuadro representa a Saavedra de cuerpo entero, sentado y vestido con traje de capitán general.

El Cabildo del Sacromonte no tardó en tomarle la palabra al ofrecimiento de su antiguo alumno. Se dirigió al ministro y secretario de Estado pidiendo intercesión ante el Rey en varias ocasiones

El Cabildo del Sacromonte no tardó en tomarle la palabra al ofrecimiento de su antiguo alumno. Se dirigió al ministro y secretario de Estado pidiendo intercesión ante el Rey en varias ocasiones. En 1798 le solicitaron la recuperación de unas alcabalas perdidas, correspondientes a sus viñedos de Deifontes. Además, los canónigos pidieron para sí prebendas para obtener canonjías en catedrales y dignidades eclesiásticas de primer nivel. [Lo que hoy llamaríamos tráfico de influencias en toda regla.]

Otro retrato de Francisco Saavedra, anterior al de Goya, atribuido a Díaz Carreño, que lo habría hecho póstumamente. Es propiedad de la Real Academia de la Historia.

No sólo se dirigieron al ministro los canónigos del Sacromonte, también les imitaron el arzobispo Moscoso y los de la Catedral. A cambio, el ministro pidió oro y alhajas a la Catedral para convertirlos en moneda ante la ruina que atravesaba la Corona. El templo mayor no envió oro, pero sí dio un préstamo de 500.000 reales ─en dos plazos─ a las arcas estatales para afrontar gastos de la guerra contra Inglaterra y Francia.

Saavedra no duró mucho tiempo como ministro. En parte, una enfermedad renal lo apartó del cargo. Pero nunca se perdieron del todo sus relaciones con la ciudad de Granada

Saavedra no duró mucho tiempo como ministro. En parte, una enfermedad renal lo apartó del cargo. Pero nunca se perdieron del todo sus relaciones con la ciudad de Granada. Se sabe que regresó al Sacromonte en 1800 con motivo del fallecimiento de su tía Rosalía (A su madre la había enterrado en Granada en 1770).

Reapareció en la vida política nuevamente como ministro de Hacienda. En 1808 presidió la Junta Suprema de Sevilla. Volvió a dirigirse a los cabildos del Sacromonte y de la Catedral pidiéndole dinero prestado ante la deplorable situación del erario al principio de la ocupación francesa.

Falleció en Sevilla en 1819. Está enterrado en la iglesia de la Magdalena de esta ciudad.

Los otros dos Goyas perdidos para Granada

Granada pudo admirar otros dos retratos salidos de la mano de Francisco de Goya. Pertenecieron a un matrimonio de origen granadino que también desarrolló importantes cargos en el tramo final del reinado de Carlos IV. Fue el alpujarreño Antonio Porcel Román, a quien retrató, y otro de su joven y bella esposa. Ambas pinturas fueron colocadas en su carmen de Granada, junto a Torres Bermejas (posterior carmen de Peña Partida y de los Catalanes). Reproduzco a continuación un resumen de su historia personal, ligada a los retratos, que ya he tratado en ocasiones anteriores:

En este departamento fue ascendiendo hasta pasar al Banco de San Carlos (el banco central de España en aquel momento); aquí ascendió hasta llegar a ser comisario de dicho banco. En 1798 se ocupó de la secretaría de estado de Gracia y Justicia

Antonio Porcel Román fue un alpujarreño (nacido en Mairena en 1755). Estudió leyes en el Colegio San Bartolomé y Santiago y en la Universidad de Granada. En 1784 ya estaba como empleado en la Secretaría de Estado de Indias. En este departamento fue ascendiendo hasta pasar al Banco de San Carlos (el banco central de España en aquel momento); aquí ascendió hasta llegar a ser comisario de dicho banco. En 1798 se ocupó de la secretaría de estado de Gracia y Justicia.

En 1808, ya encumbrado en la administración de la corte de Carlos IV, permaneció en su puesto viendo cómo la familia real se encaminaba a Francia y entregaba su poder a José Bonaparte. Con posterioridad, en 1809, consiguió refugiarse en Granada, adonde había enviado a su familia. En Granada fue elegido diputado para representarla en las Cortes de Cádiz, pero no pudo salir de la ciudad hasta que en 1812 los franceses abandonaron esta tierra. Colaboró con los constitucionalistas de las Cortes de Cádiz a partir de entonces, sobre todo en materia de Hacienda. 

Retratos del matrimonio Antonio Porcel e Isabel de los Cobos, por Goya (1806), que recalaron en el Carmen de Peña Partida a principios del XIX. Fueron exportados en 1887 y 1896.

Permaneció recluido en su Carmen de Peña Partida (llamado posteriormente de Porcel y de Peña Partida, al lado de Torres Bermejas), estrechamente vigilado por miembros del partido realista granadino

Cuando llegó al trono de Fernando VII fue jubilado forzosamente para quitarlo de en medio. Se había alistado al bando liberal del militar Carlos Beramendi (otro exiliado que murió en Italia). Permaneció recluido en su Carmen de Peña Partida (llamado posteriormente de Porcel y de Peña Partida, al lado de Torres Bermejas), estrechamente vigilado por miembros del partido realista granadino. Allí vivió años de angustia, casi escondido, junto a su mujer Isabel de los Cobos Velasco. Y rodeados de los retratos que en 1806 les había pintado Francisco de Goya en su estudio de Madrid; el pintor mantuvo una relación de amistad con el político granadino.

En el Trienio Liberal (1820-23) fue recuperado como ministro de Gobernación para asuntos de Ultramar e interinamente el de Gobernación. Las Cortes también le nombraron consejero de Estado. A finales de 1822, en el inicio de la Década Ominosa y su consiguiente represión de liberales, se encontró con el odio de realistas que le apartó de la Corte progresivamente. Estuvo vacante en Sevilla y Madrid, languideciendo y enfermo hasta que falleció en 1832 (Fue enterrado en el cementerio madrileño de Fuencarral). Había permanecido desterrado en Granada entre 1814 y 1820.

Su viuda Isabel de los Cobos, mucho más joven que Antonio Porcel por ser su segunda esposa, regresó a Granada y se aposentó en la casa número 19 de la Carrera del Genil, junto a dos de sus hijas

Su viuda Isabel de los Cobos, mucho más joven que Antonio Porcel por ser su segunda esposa, regresó a Granada y se aposentó en la casa número 19 de la Carrera del Genil, junto a dos de sus hijas. Ya no deseaba habitar el Carmen de Peña Partida que ocupó años atrás en compañía de su marido.

En el Carmen de Peña Partida, que continuó siendo propiedad de sus descendientes, estuvieron expuestos los dos retratos que les había pintado Goya en 1806. Isabel de los Cobos murió el 22 de abril de 1842 y fue enterrada en Granada.

Los dos retratos de Goya estuvieron en poder de sus descendientes hasta finales del siglo XIX. En 1887 y 1896 los vendieron, no sin antes haber encargado unas copias

Los dos retratos de Goya estuvieron en poder de sus descendientes hasta finales del siglo XIX. En 1887 y 1896 los vendieron, no sin antes haber encargado unas copias. El de Antonio Porcel acabó en Buenos Aires (Jockey Club), donde un incendio en 1906 lo redujo a cenizas; el de Isabel de los Cobos recaló en la Natinonal Gallery de Londres. El destino de las dos copias es desconocido en la actualidad.

Una cabeza del Benlliure para el Centro Artístico

Mariano Benlliure (1862-1947) tuvo desde muy joven una estrecha relación con Granada. Modeló en 1892 el monumento a Isabel la Católica con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América. Vino personalmente a colocarla en octubre de aquel año. Después regresó en dos ocasiones más. Entabló amistad con políticos y el activo mundillo del arte granadino del momento, especialmente con el Centro Artístico.

Benlliure hizo un busto de Francisco de Goya, en escayola, para la VIII Exposición bienal del Círculo de Bellas Artes de Madrid (1902)

Benlliure hizo un busto de Francisco de Goya, en escayola, para la VIII Exposición bienal del Círculo de Bellas Artes de Madrid (1902). A partir de aquel alabado modelo de escayola ─para el cual tomó como modelo el retrato del pintor Vicente López (1826)─  talló el busto en dos versiones de mármol. También empezó a hacer varias versiones en bronce que presentan algunas variantes entre sí, incluso en algunas se ven sus huellas dactilares.

Retrato de Vicente López (1826) en el que se basó Benlliure para modelar su cabeza de Goya. MUSEO DEL PRADO.

De las primeras cuatro versiones de la cabeza se sabe que una es la que hay en el Museo del Prado, otra en el Ayuntamiento de Zaragoza y una más en una colección particular

De las primeras cuatro versiones de la cabeza se sabe que una es la que hay en el Museo del Prado, otra en el Ayuntamiento de Zaragoza y una más en una colección particular. En 1912 volvió a utilizar la primera escayola de 1902 para hacer varias copias más, aunque con pequeñas modificaciones, como el cabello más plano y la expresión del rostro algo más dura. El primer fundido salido de esta modificación de 1912 fue el que destinó a una exposición en Granada.

Copia propiedad del Ayuntamiento de Granada, original del modelado de 1902 y fundida en 1912. Con acabado único y distintivo. Fue regalada por Benlliure en 1914 para el museo que preparaba el Centro Artístico de Granada. Mide 59x40x39 centímetros.

La cabeza granadina de Goya en versión única de entre todas las que existen la envió para participar en una magna exposición de arte que organizó en Centro Artístico en 1914

La cabeza granadina de Goya en versión única de entre todas las que existen la envió para participar en una magna exposición de arte que organizó en Centro Artístico en 1914. La alta  calidad artística que concurrió a aquella muestra motivó que esta institución cultural decidiera  iniciar los trámites para abrir un museo de bellas artes permanente en Granada. Pidió a los autores que aportaran generosamente alguna de sus obras. Mariano Benlliure decidió colaborar en la fundación de aquel museo donando la cabeza de Francisco de Goya a Granada.

Por cuestiones de la peculiar idiosincrasia granadina, la materialización del museo del Centro Artístico se fue retrasando y los fondos iniciales quedaron almacenados y formando parte de sus instalaciones. La cabeza de Goya siempre gozó de un lugar preferente en sus vitrinas. Está firmada y datada, colocada sobre un pedestal de mármol negro veteado. Es de un tamaño algo superior al natural.

La historia y el destino de esta escultura están ligados a los del Centro Artístico. En 1985 esta institución cultural entró en una profunda crisis económica. Solicitó ayuda institucional para intentar remontar

La historia y el destino de esta escultura están ligados a los del Centro Artístico. En 1985 esta institución cultural entró en una profunda crisis económica. Solicitó ayuda institucional para intentar remontar. Se empezó negociando una ayuda del Ayuntamiento de 10,5 millones de pesetas a cambio de la cesión de su impresionante biblioteca de 16.000 volúmenes. En el año 1986 el Ayuntamiento compró el Teatro Isabel la Católica y la sede del Centro Artístico, por 70 millones de pesetas. Todo el patrimonio y su historia pasaron a propiedad municipal. El Centro Artístico pasaba a vivir de alquilado y empequeñecido.

Entre el importante patrimonio traspasado a la ciudad se encuentra esta cabeza de Goya. Pertenece hoy al patrimonio municipal. La obra no ha tenido un destino concreto ni puntual donde ser contemplada. Hace un tiempo estaba depositada en el palacete de Quinta Alegre. Es de suponer que para la ceremonia de entrega de los Premios Goya del 8 de febrero se le dé algo de protagonismo.

Dos vistas de Gitana del Albaicín, de Benlliure. ACADEMIA SAN FERNANDO.

La gitanilla del Albaicín que voló de Granada. Durante la estancia de Mariano Benlliure en Granada durante el Corpus de 1914, coincidente con la exposición del Centro Artístico, no paró de trabajar. Modeló en barro el busto de una gitanilla de la que quedó prendado. La muchacha había bailado en una fiesta de autoridades. Se la llevó una mañana a que posara para él en la Facultad de Medicina y por la tarde la había concluido. Pensaba donar el barro al museo del Centro Artístico ─tal como recogen las crónicas de prensa─ pero al final se la llevó a Madrid, la fundió en bronce y la vendió. En la actualidad, aquella gitanilla que lleva el título del Albaicín en la peana es propiedad de la Real Academia de San Fernando, por donación de Enriqueta Moreno Orue. Es de unas dimensiones muy similares a la cabeza de Goya. 

Crónica del Noticiero de 16 de junio de 1914, que da idea la rapidez y habilidad que tenía Benlliure para modelar una figura en cuatro ratos.

Una cabeza que arrastra polémica desde 1987

Y aquí empieza la polémica de la cabeza de Goya como símbolo y trofeo de los premios Goya anuales de la Academia de Cine. Cuando fueron instituidos (1987) fue utilizada una estatuilla modelada por el escultor Miguel Berrocal. Se justificaba en que estaba inspirada en la cabeza de Mariano Benlliure, concretamente en la copia del Museo del Prado, pero con toques personales del copista. Era una estatua que pesaba demasiado.

En 1994 la Academia de Cine quiso sustituir el segundo cabezón por una copia exacta de la de Benlliure; contactó con los descendientes del autor valenciano, quienes autorizaron su reproducción desinteresadamente

Poco más tarde se decidió encargar otra al escultor José Luis Fernández. Igualmente, reflejada en el espejo del Goya de Benlliure. Aunque el copista negó haberse inspirado y conocerla. En 1994 la Academia de Cine quiso sustituir el segundo cabezón por una copia exacta de la de Benlliure; contactó con los descendientes del autor valenciano, quienes autorizaron su reproducción desinteresadamente.

Modelo trofeo gran tamaño instalado estos días en Plaza Nueva. Copia a partir de la versión de José Luis Fernández. Están realizados por el Gremio de Artistas Falleros de Valencia.

En el año 2002, los descendientes de Benlliure se dirigieron a la recién fallecida Marisa Paredes (por entonces directora de la Academia) recordándole su ofrecimiento de que utilizaran el original y dignificaran a su abuelo. No hubo contestación

Pero nunca se llegó a hacer una tercera versión a partir del original de Benlliure. Continúan entregando copias versionadas por José Luis Fernández. En el año 2002, los descendientes de Benlliure se dirigieron a la recién fallecida Marisa Paredes (por entonces directora de la Academia) recordándole su ofrecimiento de que utilizaran el original y dignificaran a su abuelo. No hubo contestación. Como tampoco la ha habido en siguientes misivas al director Enrique González Macho.

Los herederos de Benlliure crearon la Fundación Benlliure en 2010. Desde entonces se han dirigido incluso al Ministerio de Cultura para que medie y la Academia utilice, como modelo de su trofeo y en su márquetin, alguna de las cabezas originales del Benlliure. Pero no han conseguido nada. Los descendientes de Benlliure creen que la estatuilla y los cabezones que colocan por las plazas de las ciudades donde celebran de manera rotatoria los premios anuales no hacen más que inducir a confusión y perjudican la imagen de Mariano Benlliure.

Por fin, en los Premios Goya de la pandemia (2020) la Fundación Goya y la Academia de Cine, dirigida por Mariano Barroso, alcanzaron un acuerdo para que se pudieran sacar copias a tamaño reducido del original de yeso de 1902, propiedad de los herederos

Por fin, en los Premios Goya de la pandemia (2020) la Fundación Goya y la Academia de Cine, dirigida por Mariano Barroso, alcanzaron un acuerdo para que se pudieran sacar copias a tamaño reducido del original de yeso de 1902, propiedad de los herederos. Se ha hecho una reproducción en 3D que puede ser utilizada para copias a mayor o menor tamaño. Pero siempre tomando el original de Mariano Benlliure. En la foto de arriba se ve el modelo de yeso que se utiliza para copias a la cera perdida; al lado, la copia granadina en bronce, de las primeras que se hicieron. No cobran ningún derecho de autor por dejar que se utilicen. 

Tres colecciones de grabados de Goya

No conozco que en Granada haya ninguna obra más de Francisco de Goya. A no ser que exista en una colección privada. También el Ayuntamiento es propietario de tres colecciones de tarjetas y láminas de Francisco de Goya referentes a su serie negra y tauromaquia. En estos casos también provienen de los fondos vendidos por el Centro Artístico hace ahora cuatro décadas.

Hay una tirada numerada de veinte tarjetas postales, en tamaño 9x15 centímetros, sobre la Tauromaquia. Fueron editadas por el Museo del Prado en 1890. Los dibujos originales de Goya son del período 1797-99, junto a cuando pintó el retrato por encargo de Francisco Saavedra.

Hay una segunda colección sobre los desastres de la guerra de la Independencia, dibujados por Goya en el periodo 1810-12. Justo el tiempo en que la ciudad de Granada estuvo tomada por las tropas francesas, pero ninguno de los motivos se refiere concretamente a los estragos que causaron en esta ciudad

Hay una segunda colección sobre los desastres de la guerra de la Independencia, dibujados por Goya en el periodo 1810-12. Justo el tiempo en que la ciudad de Granada estuvo tomada por las tropas francesas, pero ninguno de los motivos se refiere concretamente a los estragos que causaron en esta ciudad. Pertenecen a la colección que editó la Real Academia de San Fernando en 1863. Las estampas, en tamaño 160x255 de mancha, componen un álbum de 80 imágenes.

La tercera colección se refiere a los Disparates o Proverbios, ya trabajados por Goya en su exilio francés (1815-24). También fueron adquiridos por el Centro Artístico a la Real Academia de San Fernando en 1864.

Dos postales de la serie goyesca los Desastres de la guerra. AHMGR.
Disparate 2. AHMGR.
Proverbio 4. AHMGR.
POSDATA. La entrega de los Premios Goya sería una buena oportunidad para que el Centro Artístico pudiese exhibir en sus salas, o en otra, estos importantes fondos que fueron suyos y hoy duermen el sueño de los almacenes municipales.