Julio Comba López-Grande: compromiso, guerra y exilio
Otros miembros de su familia también sufrieron trágicos destinos: los hermanos de Estela, Mario y Raúl, fueron asesinados en septiembre de 1936, y Pedro, hermano de Eufrasio, fue ejecutado por los sublevados. Este sombrío episodio refleja la magnitud de las atrocidades cometidas durante uno de los períodos más oscuros de la historia contemporánea de España.
Aunque casos ampliamente conocidos, como el de Estela Comba López Grande, simbolizan las atrocidades de la represión franquista en Granada, existe un episodio menos divulgado que merece especial atención: el de su hermano, Julio Comba López-Grande. Documentos históricos recopilados por investigadores como Juan Francisco Arenas o memorialistas como Paco Vigueras y otros colaboradores en El Independiente de Granada han permitido arrojar luz sobre la tragedia de la familia Comba. Faltaba Julio y hoy, buscamos reivindicar su memoria y otorgarle el reconocimiento que merece.
Los primeros pasos en la vida de Julio Comba López-Grande
Nacido el 21 de enero de 1894 en Granada, Julio Comba López-Grande llegó al mundo en una España marcada por conflictos internos, profundas desigualdades sociales y un sistema político en transición hacia la modernidad. Granada, ciudad de herencia histórica y cuna de numerosas figuras emblemáticas, sirvió de escenario para los comienzos de una vida destinada a ser marcada por el deber, la justicia social y la lucha política.
Desde joven, Comba mostró un interés por el servicio público, como se reflejaría en sus inicios en el ámbito militar. Formó parte del prestigioso Cuerpo de Artillería del Ejército español, un cuerpo técnico-operativo que requería tanto habilidad intelectual como responsabilidad administrativa
Desde joven, Comba mostró un interés por el servicio público, como se reflejaría en sus inicios en el ámbito militar. Formó parte del prestigioso Cuerpo de Artillería del Ejército español, un cuerpo técnico-operativo que requería tanto habilidad intelectual como responsabilidad administrativa. Durante sus años de formación y dedicación en este ámbito, cultivó una serie de competencias técnicas y logísticas que más tarde serían cruciales en el desempeño de sus responsabilidades tanto en el terreno militar como en la gestión civil.
A lo largo de su carrera en el ejército, Julio Comba desempeñó funciones clave en diferentes establecimientos militares de gran importancia para la España de la época. Desde la Fábrica de Pólvora y Explosivos en El Fargue, Granada, donde comenzó a trabajar siendo muy joven, hasta el Parque de Artillería de Ceuta y el Parque de Artillería de Tetuán, Comba acumuló una experiencia técnica invaluable. Durante los cerca de veinte años que desempeñó funciones en estos puestos, adquirió conocimientos logísticos que lo posicionarían como un líder nato en la administración y almacenamiento de recursos estratégicos, incluyendo explosivos y artillería pesada.
Sin embargo, estos años no estuvieron exentos de retos. Julio Comba no provenía de una familia aristocrática o militar de larga tradición, lo que implicaba que su ascenso en el escalafón militar respondía estrictamente a sus méritos y compromiso profesional
Sin embargo, estos años no estuvieron exentos de retos. Julio Comba no provenía de una familia aristocrática o militar de larga tradición, lo que implicaba que su ascenso en el escalafón militar respondía estrictamente a sus méritos y compromiso profesional. Este telón de fondo social y personal marcó lo que más tarde sería su acercamiento a los valores republicanos y a los ideales igualitarios de justicia social, impulsados por el movimiento socialista en España. Este proceso es crucial para entender su tránsito del mundo militar al compromiso político.
En pleno auge de la Segunda República Española, particularmente en 1931, Julio decidió acoger el retiro extraordinario del Cuerpo de Artillería. Este cambio no solo marcó una ruptura con el ámbito estrictamente militar, sino que representó un giro significativo hacia el compromiso con la vida civil y la política. Granada, su ciudad natal, sería nuevamente el epicentro de esta nueva etapa de su vida, donde Comba profundizó su participación en movimientos sociales y laborales, dando los primeros pasos hacia su destacada militancia socialista, que definiría el resto de su trayectoria.
El surgimiento de un militante socialista
Tras cerrar el capítulo de su vida como miembro del Cuerpo de Artillería, Julio Comba retornó a Granada en 1931. Fue un año de enorme significación histórica, el mismo año en que la Segunda República Española fue proclamada, representando una nueva esperanza democrática para un país asolado por tensiones sociales. Comba, quien ya no estaba adscrito a las obligaciones estrictamente militares, comenzó a formar parte de las luchas organizadas que buscaban mejorar la vida de las clases trabajadoras y campesinas.
No pasó mucho tiempo antes de que se destacara como una figura clave entre los socialistas locales. También se unió a la Agrupación Socialista de Granada, donde rápidamente asumió el rol de secretario general
Ese octubre de 1931 marcó su ingreso en la Sociedad de Profesiones y Oficios Varios de la UGT (Unión General de Trabajadores) como miembro activo. No pasó mucho tiempo antes de que se destacara como una figura clave entre los socialistas locales. También se unió a la Agrupación Socialista de Granada, donde rápidamente asumió el rol de secretario general. Estas responsabilidades eran reflejo del crecimiento de su influencia y liderazgo, tanto en cuestión de planificación de políticas como en la representación de las inquietudes del proletariado.
El contexto histórico también jugó un papel central en su vida: la Segunda República otorgó un contexto favorable para el florecimiento de las organizaciones sindicales. La UGT creció, y en zonas como Andalucía, particularmente azotadas por la desigualdad rural y la concentración de tierras, las huelgas campesinas hicieron eco de las demandas que Comba representaba en sus redes políticas y sociales. Su cargo como secretario de la Federación Provincial Socialista de Granada consolidó su papel como mediador y líder sindical.
Julio fue arrestado, y este acto de represión revelaba los primeros indicios de la creciente polarización política en España
En junio de 1934, Comba se vio inmerso en la huelga campesina, un episodio singular pero crucial dentro del pulso por los derechos laborales de jornaleros y trabajadores que luchaban por condiciones más dignas en los latifundios del sur español. Este momento recordó la dureza de los tiempos para todos aquellos que se unían al movimiento socialista, dado que la respuesta institucional fue dura. Julio fue arrestado, y este acto de represión revelaba los primeros indicios de la creciente polarización política en España.
La represión se intensificó hacia finales de 1934 con la revolución de octubre, otro episodio que llevó a Comba nuevamente tras las rejas, siendo condenado a catorce años de prisión
La represión se intensificó hacia finales de 1934 con la revolución de octubre, otro episodio que llevó a Comba nuevamente tras las rejas, siendo condenado a catorce años de prisión. Finalmente, la llegada del Frente Popular al poder en febrero de 1936 marcó un momento de liberación y esperanza para muchos republicanos presos, incluyendo a Julio Comba. Esta amnistía le permitió no solo recuperar su libertad, sino que reforzó su convicción por promover un cambio estructural en el sistema político y económico español. Llegada la II República en el mes de abril de ese mismo año lo anunció como compromisario del PSOE por Granada en la elección de Manuel Azaña como presidente de la República, consolidando su influencia política y social.
La Guerra Civil Española: trinchera y dirección
El estallido de la Guerra Civil Española en julio de 1936 marcó un punto de no retorno para Julio Comba y miles de republicanos comprometidos con la defensa de un proyecto democrático en peligro. Desde el primer día del conflicto, su carácter militar y su compromiso ideológico se unieron en un mismo propósito: resistir el levantamiento liderado por las fuerzas sublevadas bajo el mando de Francisco Franco y salvaguardar las instituciones republicanas.
Comba asumió un papel clave desde Granada, coordinando la formación y dirección del Batallón Granada, compuesto principalmente por milicianos y voluntarios comprometidos con la causa republicana
En los caóticos y determinantes primeros meses del conflicto, las estructuras militares republicanas debieron adaptarse a sus nuevas circunstancias, reorganizándose muchas veces sobre la marcha. En este contexto, Comba asumió un papel clave desde Granada, coordinando la formación y dirección del Batallón Granada, compuesto principalmente por milicianos y voluntarios comprometidos con la causa republicana. Su papel como líder militar fue crucial para mantener una resistencia activa frente al avance de las fuerzas franquistas.
El año 1936 fue emblemático para Julio Comba, quien reingresó formalmente al Ejército Republicano con el rango de capitán. Este reingreso no estuvo exento de desafíos, pues la guerra civil no representaba únicamente un enfrentamiento convencional, sino una batalla ideológica y social en la que los recursos militares escaseaban y la moral de las tropas era puesta a prueba constantemente. Su experiencia previa en logística adquirida durante sus años en el Cuerpo de Artillería resultó invaluable. Su asignación al Parque de Artillería de Valencia le dio responsabilidad sobre el aprovisionamiento militar, permitiéndole garantizar el flujo estratégico de recursos esenciales en una guerra profundamente desigual en términos tecnológicos y materiales.
En Valencia, rápidamente asumió mayores responsabilidades como director jefe del parque militar, un rol que le implicaba labores como la planificación y supervisión directa de la distribución de artillería en los frentes. Su eficiencia en el manejo de estas tareas lo transformó en un pilar logístico dentro de la maquinaria republicana.
Esta etapa definió su capacidad para manejar medidas estratégicas, necesarias en un contexto donde cada cartucho, cada pieza de artillería y cada vehículo significaban la posibilidad de extender o sucumbir en un frente
A medida que el conflicto avanzaba y las posibilidades de una victoria republicana parecían disminuir, Comba fue transferido a la Subsecretaría de Armamento, donde asumió un puesto especializado como jefe de clasificación de material de guerra en Breda (Gerona). Esta etapa definió su capacidad para manejar medidas estratégicas, necesarias en un contexto donde cada cartucho, cada pieza de artillería y cada vehículo significaban la posibilidad de extender o sucumbir en un frente.
En mayo de 1938, Julio Comba recibió el ascenso a comandante, un reconocimiento a su dedicación y eficacia en un momento de crisis. Sin embargo, con la caída de Cataluña en 1939 y el colapso definitivo del frente republicano, Comba, como miles de otros combatientes leales a la República, se vio obligado a tomar la dolorosa ruta del exilio, dejando atrás su patria y los ideales por los que luchó.
El exilio en México y la continuidad de un ideal
La derrota republicana de 1939 tuvo consecuencias devastadoras para millones de españoles fieles al gobierno legítimo. El exilio fue una necesidad y, a la vez, una tragedia colectiva que supuso la dispersión de líderes políticos, intelectuales y militares como Julio Comba López-Grande. México, bajo el liderazgo del presidente Lázaro Cárdenas, se convirtió en uno de los destinos más receptivos para los republicanos españoles que huían de la represión franquista.
Julio Comba López-Grande y Jesusa Ilarraza Sierra: un exilio compartido
La derrota republicana en 1939 tuvo consecuencias devastadoras para millones de españoles fieles al gobierno legítimo. El exilio fue una necesidad y, al mismo tiempo, una tragedia colectiva que supuso la dispersión de líderes políticos, intelectuales y militares como Julio Comba López-Grande y su esposa Jesusa Ilarraza Sierra. Jesusa, nacida en Logroño el 4 de abril de 1900, estuvo junto a Julio en esta compleja travesía, siendo un pilar fundamental en su vida y una activa participante en la comunidad de refugiados. Casada con Julio Comba desde antes de la Guerra Civil Española, Jesusa Ilarraza compartió su compromiso y padeció sus luchas. A los 38 años, en julio de 1939, se embarcó en el buque Mexique junto a su esposo, dejando atrás un país desolado por el conflicto y enfrentando el incierto destino del exilio. La pareja partió del puerto de Burdeos el 13 de julio y llegó a Veracruz, México, el 27 de ese mismo mes.
La historia de Jesusa se enmarcó en el esfuerzo colectivo de las mujeres del exilio, quienes fueron fundamentales para mantener las redes familiares y sociales en una nueva realidad
El exilio de Jesusa no fue únicamente una experiencia de tránsito. En México, se estableció y fue beneficiaria de las ayudas del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE), mientras continuaba siendo una presencia constante en la vida de Julio y una participante activa en la reconstrucción de una comunidad exiliada. La historia de Jesusa se enmarcó en el esfuerzo colectivo de las mujeres del exilio, quienes fueron fundamentales para mantener las redes familiares y sociales en una nueva realidad.
El 27 de julio de 1939, a bordo del buque Mexique, un símbolo del éxodo republicano, Comba arribó al puerto de Veracruz junto con una marea de exiliados que compartían la misma carga emocional: la tristeza por el desarraigo y la esperanza de reconstruir sus vidas lejos de la opresión. México representaba una oportunidad para mantener vivas las ideas que habían inspirado la lucha por la República.
La vida en el exilio, sin embargo, no significó el abandono de sus ideales. Desde el otro lado del Atlántico, Comba continuó siendo un militante activo en las redes socialistas
En los primeros meses de su estancia en tierras mexicanas, Comba encontró empleo en la Hacienda Santa Clara, donde trabajó como encargado de almacén hasta junio de 1940. Aunque esta labor marcó un cambio significativo respecto a sus responsabilidades previas como comandante militar y gestor logístico de armamentos, su experiencia previa fue clave para integrarse rápidamente en una realidad laboral distinta.
La vida en el exilio, sin embargo, no significó el abandono de sus ideales. Desde el otro lado del Atlántico, Comba continuó siendo un militante activo en las redes socialistas. A lo largo de los años en México, su participación en las actividades del PSOE en el exilio y su conexión con la comunidad de refugiados demostraron su compromiso inquebrantable con los valores republicanos y democráticos.
Aunque unca tuvo la oportunidad de regresar a su tierra natal, su vida en el exilio fue un testimonio de perseverancia y fidelidad a sus principios. Falleció en México el 14 de agosto de 1969, dejando un legado como símbolo de lucha, dignidad y resistencia
Ciudad de México se convirtió en su hogar definitivo. Durante tres décadas, Julio Comba mantuvo la esperanza de ver una España democrática y libre de la dictadura franquista. Aunque nunca tuvo la oportunidad de regresar a su tierra natal, su vida en el exilio fue un testimonio de perseverancia y fidelidad a sus principios. Falleció en México el 14 de agosto de 1969, dejando un legado como símbolo de lucha, dignidad y resistencia.
Fuentes y contexto histórico
La riqueza de los datos aquí expuestos proviene de una combinación de relatos biográficos y contextos documentales históricos. Por ejemplo, la trayectoria política y sindical de Julio Comba López-Grande está extraída de archivos socialistas disponibles a través de las obras de referencia sobre el movimiento republicano español. Su vida como exiliado en México, así como su impacto dentro de la Unión General de Trabajadores y el Partido Socialista Obrero, se conocieron a través de registros del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) y otras instituciones locales que documentaron la diáspora española tras la Guerra Civil.
Los detalles sobre el tránsito de Jesusa Ilarraza Sierra a bordo del Mexique están identificados en registros marítimos y textos históricos acerca del papel del exilio republicano y la bienvenida del presidente Cárdenas en México. La suerte y el destino de los refugiados españoles en el puerto de Veracruz han sido ilustrados en textos de memoria histórica relevantes y aportaciones de autores especializados en la diáspora.
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Centro Documental de la Memoria Histórica / Salamanca (AS México) serie de documentos de México.
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Archivo General de la Administración / Alcalá de Henares (Archivo JARE).
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Archivo CTARE-SERE/INA (Mx), Comité Técnico de Ayuda a los Republicanos Españoles en México, Fechas de Existencia: desde 29 de Junio de 1939 hasta 1942. Organismo dependiente del Servicio de Evacuación a los Republicanos Españoles (SERE) que había sido creado por el presidente Negrín. El CTARE estuvo presidido por José Puche y no tenía representación política.
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Archivo Histórico PSOE (AH 18-6/FPI).
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Archivo Amaro Rosal Díaz (AARD-271-2/FPI).
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Registros Consulares C/México.
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A. BAHAMONDE. Diccionario biográfico del exilio español 1939: los militares, [Corresponde al nº 453 del DBSE 1879-1939].
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Fotografía: Archivo fotográfico Fundación Pablo Iglesias.
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Fuentes: Ángel Bahamonde Magro. Diccionario biográfico del exilio español de 1939: los militares (Diccionario en preparación).
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Diccionario Biográfico del Socialismo Español (FPI).
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