Antonio Pretel Fernández, de Granada a la Unión Soviética
Corría el segundo año del siglo XX (1901), cuando en el pueblo de Gor (en el norte de la provincia de Granada, entre Baza y Guadix) nacía en el seno de una familia acomodada de la localidad Antonio Pretel Fernández, hijo de Enrique y Candelaria. Esa situación privilegiada en un entorno tan humilde como el de esta comarca agraria granadina, le llevó a desarrollar sus estudios en la capital de la provincia, Granada, desde los trece años en el Instituto Padre Suárez y a partir de 1917 en la Universidad de Granada, en donde ingresaría en la Facultad de Derecho. Años de gran dinamismo social a la sombra de la Revolución Rusa que tendrían su reflejo en España, en el que se llamó trienio bolchevique (1918-1921). Es precisamente en esos años, cuando Antonio entra a formar parte de las Juventudes Socialistas de Granada, llegando a la presidir dicha organización. Más tarde ingresará en la UGT y en el PSOE, donde desempeñará diferentes cargos orgánicos. Antonio Pretel es un cuadro bien preparado del PSOE granadino, y su formación como jurista le llevará en 1932 a ser Delegado Provincial de Trabajo al servicio del Gobierno de la Segunda República Española, cuyo desempeño será elogiado por muchos “por estar siempre al lado de los trabajadores” [1]. Junto a su militancia política, su compromiso social y humanista le llevarán a formar parte de la masonería granadina.
Su militancia política sufrirá una importante transformación a partir de 1934, cuando tras su implicación en el proceso revolucionario frente al gobierno reaccionario radical-cedista se ve obligado a exiliarse de la provincia de Granada, mientras otros de sus compañeros serán encarcelados, como es el caso de Alejandro Otero. Su enfado, ante lo que considera una falta de implicación del PSOE en el proceso revolucionario le llevan a abandonar la formación política granadina, ingresando poco después en el PCE
Su militancia política sufrirá una importante transformación a partir de 1934, cuando tras su implicación en el proceso revolucionario frente al gobierno reaccionario radical-cedista se ve obligado a exiliarse de la provincia de Granada, mientras otros de sus compañeros serán encarcelados, como es el caso de Alejandro Otero. Su enfado, ante lo que considera una falta de implicación del PSOE en el proceso revolucionario le llevan a abandonar la formación política granadina, ingresando poco después en el PCE. Un PCE que comienza a desarrollarse en la provincia de Granada con la Segunda República, siendo una organización pequeña y poco extendida por la provincia en los primeros momentos. Pretel se convertirá en poco tiempo en el líder de referencia de la organización comunista, ocupando su secretaría provincial y trabajando en el desarrollo organizativo de la misma.
En 1936 el PCE de Granada aspira a que su secretario provincial ocupe una de las plazas del Frente Popular al Congreso de los Diputados, pero el equilibrio entre las diferentes fuerzas de la coalición no lo permite, lo que no significará el abandono de lo que será una dura campaña electoral pueblo a pueblo. El funcionamiento residual del sistema restauracionista da la victoria a las fuerzas de la derecha, pero en Granada, junto con Cuenca, se repetirán las elecciones ante el descaro del fraude realizado. En esta ocasión, Antonio Pretel sí formará parte de la candidatura frentepopulista, que le llevará a ser uno de los diputados electos por la provincia, siendo el primer diputado comunista por Granada. Pero apenas podrá desarrollar su actividad como parlamentario, pues el golpe militar rompe con la normalidad en el funcionamiento de las instituciones democráticas.
El golpe militar sorprende a las autoridades civiles granadinas, que ante la indecisión de las fuerzas rebeldes tienen tiempo de organizarse de forma apresurada en el “Comité Permanente del Frente Popular” del que formarán parte los representantes institucionales, políticos y sindicales fieles al gobierno de la República. Pretel formará parte de este Comité como diputado y representante del PCE, teniendo importantes confrontaciones ante su postura de reaccionar con rapidez y armar unas milicias conformadas por sindicalistas y miembros de los partidos políticos para hacer frente a los golpistas acuartelados, elemento sobre el que reflexionaría años después en su breve artículo “Mártires y héroes en Granada”
El día 20 las tropas militares sublevadas salen de los cuarteles acompañadas de milicias falangistas y de la derecha, el Albaicín resiste pero es bombardeado rindiéndose poco después. La mayor parte de las autoridades caen presas de los sublevados. Otros huyen para continuar la resistencia desde otros lugares, lo que lleva a Antonio Pretel a un periplo hacia Almería, donde colabora con las autoridades republicanas para recuperar el control de la ciudad y consigue apoyos para organizar la resistencia en la zona de Guadix, allí conocerá a la dirigente de la JSU Lina Odena. Pretel participa en la toma de Guadix frente a los sublevados, donde es herido, a pesar de lo cual participará en la organización de todo el frente granadino y en el intento de acercarse a Granada, vía El Fargue, intento que fue frustrado ante la adversidad de los combates que se suceden en la zona de Huétor Santillán.
Pretel participa en la toma de Guadix frente a los sublevados, donde es herido, a pesar de lo cual participará en la organización de todo el frente granadino y en el intento de acercarse a Granada, vía El Fargue, intento que fue frustrado ante la adversidad de los combates que se suceden en la zona de Huétor Santillán.
La necesidad de reorganizar la retaguardia llevará a su nombramiento como gobernador Civil en Murcia por el Gobierno de Largo Caballero, estando en dicha responsabilidad hasta el mes de mayo de 1937, donde debido a las disputas internas entre las fuerzas del Frente Popular por detentar determinados puestos institucionales, es destituido en favor de un gobernador del PSOE. Hasta el final de la guerra detentará diferentes responsabilidades en el PCE, lo que compatibilizará con su responsabilidad parlamentaria.
El final de la guerra precipitado por el golpe casadista, provoca la huida para salvar la vida de los principales cuadros de las organizaciones políticas. Así, Antonio embarcará en Cartagena en el barco Stabbrook, que le llevará junto con miles de refugiados hasta Orán. De allí, junto con su familia será enviado a la URSS como muchos otros cuadros del PCE, en donde entrará a formar parte del equipo de José Díaz, trabajando en la ubicación de los exiliados españoles que van llegando. No conocemos con certeza el papel que desempeña en el conflicto mundial que estalla en 1941, pero como muchos otros españoles se implicará en la organización de la resistencia contra la invasión nazi. El final de la guerra y la “normalización” de la vida en la Unión Soviética, le llevan a integrarse en el trabajo de la Editorial de Literatura Extranjera que publica para América Latina y como traductor de la agencia de noticias TASS. En el año 1956 su mujer Ana, como muchos otros españoles exiliados, regresa a Granada con sus hijos Antonio y Maria Luisa, quedando con Antonio en Moscú otros dos de sus descendientes, Enrique y Damián, que desarrollarán estudios en la URSS implicándose Damián en la organización de las escuelas de formación del PCE en Rumanía, y Enrique marchará a Cuba como ingeniero. María Luisa regresará más tarde a Moscú con su padre, al no adaptarse a la vida en una España anclada en el pasado. No sabemos de la relación de Antonio Pretel con el Partido en estos años, pero la situación es compleja, especialmente cuando se produce la condena de la invasión de Checoslovaquia, que produce un alejamiento del PCE con las políticas de la URSS y el inicio de la etapa del eurocomunismo, lo que causa una importante conmoción en la comunidad de los exiliados comunistas.
La muerte de Franco y el inicio de los cambios políticos en España despiertan en Antonio su deseo de volver a España, esa misma España que le había depurado a través del Tribunal de Responsabilidades Políticas y del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Pero no volverá a Granada
La muerte de Franco y el inicio de los cambios políticos en España despiertan en Antonio su deseo de volver a España, esa misma España que le había depurado a través del Tribunal de Responsabilidades Políticas y del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Pero no volverá a Granada, donde reside su mujer y su hijo Antonio, incorporándose a un gabinete de abogados en Sabadell, donde entre las dificultades de adaptación y las carencias económicas le obligan a volverse a Moscú, donde en 1980 fallece.
La vida de Antonio es una de esas muchas vidas truncadas por el golpe militar de 1936 y la dictadura que le siguió, un joven que albergaba en su corazón el deseo de ver nacer una España nueva y libre en la que mereciera la pena vivir. En cambio, como tantas otras personas, se vio obligado a vivir lejos de la tierra que le vio nacer, pero sin desfallecer se implicó en seguir trabajando en pos de un ideal, en pos de ese sueño que tantos y tantas compartieron. No recibió honores de Estado a su vuelta a España, ni reconocimientos, ni un “gracias por los servicios prestados”, pero no te hemos olvidado, y con estas letras sacamos del olvido tu nombre y tu memoria. Gloria a los héroes de la Patria.
[1] ALARCON CABALLERO, Jose Antonio, El movimiento obrero en Granada en la II República (1931-1936), Granada, Diputación Provincial, 1984, pp.208-214
[2] Archivo Histórico del PCE (AHPCE), “Mártires y héroes en Granada”, de Antonio Pretel, Sección de Manuscritos.
Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
- Depuración de maestros republicanos, uno de los episodios más infames de la represión franquista
- Paulina Odena García. 'Lina Odena'
- Jesús Yoldi Bereau, profesor de la Universidad, intelectual y alcalde
- Recordando a Matilde Cantos Fernández, una feminista 'avant la lettre'
- Agustina González López, La Zapatera, fusilada por romper moldes
- En Honor, Memoria y Justicia de José Alganza Granizo
- José Becerril Madueño, defensor de una avanzada educación pública de calidad, al servicio de Baza
- Pedro Domínguez Mazo, el escultor bilbaíno fusilado en Víznar
- Ángel Matarán y Justa de Vicente, maestros de la República
- Diana y Libertad, las mujeres que se vieron obligadas a cambiar de nombre por la represión franquista
- Las Tres Rosas de Chimeneas
- Menoyo Baños, semblanza del ingeniero militar comprometido con la República
- Últimas horas de Federico en el Gobierno Civil, lugar de violencia, terror y represión
- Dióscoro Galindo, el maestro cojo fusilado junto a Federico García Lorca
- La anhelada reparación para los catorce de Pinos Genil
- Constantino Ruiz Carnero
- La búsqueda de Rosalía
- Eufrasio Martínez, el periodista que cambió la pluma por el fusil para defender la legalidad de la República
- Los hermanos Quero, iconos de la lucha contra el Régimen
- Rosario Bustos Prados, memoria de La Desbandá
- Los nietos de guerrilleros de la Alpujarra se movilizan para hallar sus cuerpos y dignificar su memoria
- Cúllar desentierra la memoria de sus represaliados
- Agustín Gómez Bonilla, el carpintero de El Fargue