'Mujeres y Aiko el grupo: de melodías y decibelios'
El pasado 6 de octubre fue un día grande para el pop alternativo en nuestro país: sacaron disco dos de los grupos más importantes de los últimos años, Mujeres y Aiko el grupo. Ambas bandas tienen en común que su anterior LP es de 2020, aunque por lo demás sean bastante diferentes. Los barceloneses Mujeres llevan juntos más de quince años, pero dieron un cambio importante en 2017 al consolidarse como power trio y pasarse definitivamente a cantar en castellano en su cuarto álbum, Un Sentimiento Importante. Después de esa trascendental decisión, su LP de 2020, Siento Muerte, los llevó a otra dimensión de éxito, convirtiéndolos en uno de los grupos más queridos de la escena. Su combinación de rock garagero y pop melódico sesentero, con letras infinitamente coreables, estribillos pegadizos y energía a raudales, unidas a una producción más pulida que nunca, hicieron de Siento Muerte uno de los discos esenciales de inicios de la década en nuestro país (aunque reconozco que yo llegué algo tarde al fenómeno, como puede comprobarse dada su ausencia en mi lista de mejores discos del 2020).
Aiko el grupo, por su parte, son mucho más jóvenes. Esta banda formada por una cordobesa, dos cántabras y un madrileño debutó con A mí ya me iba mal de antes (2020), una fresca colección de canciones pop punk de letras descaradas y simpáticas
Aiko el grupo, por su parte, son mucho más jóvenes. Esta banda formada por una cordobesa, dos cántabras y un madrileño debutó con A mí ya me iba mal de antes (2020), una fresca colección de canciones pop punk de letras descaradas y simpáticas. Era muy fácil quedarse prendado de temas tan redondos como “A mí ya me iba mal de antes” o “Quiero conocer (por tu actitud)”, y más aún gracias a la forma de hacer los coros de Teresa Iñesta: a grito pelado. Y si con eso no valía, sus estupendos directos convertían al más escéptico. Al mismo tiempo, daba la sensación de que el grupo aún podía crecer, terminar de afinar su propuesta y dar así el salto de calidad definitivo. En efecto, eso es lo que parecían estar haciendo durante los tres años transcurridos entre el debut y ahora, a juzgar por el nivel mostrado en los múltiples singles editados en este tiempo (incluida una meritoria versión de “Toro”, la mítica canción de El Columpio Asesino).
El estilo que ha llevado a Pol, Yago y Arnau a triunfar se caracteriza por unir unas letras cargadas de sentimiento y una música de fuerza incontenible; las baladas no eran una rareza, pero sí una excepción
Quizás estos distintos antecedentes hayan condicionado mi opinión sobre los respectivos nuevos álbumes de estas bandas: aunque los dos me han gustado mucho, el de Mujeres, Desde flores y entrañas, ha supuesto una pequeña decepción. Tras su primera escucha, el mismo día en que salió el disco, mi amigo Antonio se preguntaba por qué los barceloneses no gritaban, y esto es parte de lo que ha cambiado. Este álbum contiene muchos más momentos calmados que los anteriores. El estilo que ha llevado a Pol, Yago y Arnau a triunfar se caracteriza por unir unas letras cargadas de sentimiento y una música de fuerza incontenible; las baladas no eran una rareza, pero sí una excepción. En Desde flores y entrañas, y especialmente en el último tercio del disco, se concentran muchos temas lentos, y no es que no sean buenas canciones. “Horizontal en llamas” posiblemente sea la más llamativa, con esos sintes como una balsa de aceite que suenan tan diferentes a cualquier otra cosa de su discografía. No obstante, en algunos casos (“Una pasión concreta”, “Temporal sentimental”, “Como una bendición”) parece que falta algo, un elemento que termine de rematar, para que transmitan tanto como sus temas más frenéticos.
Muchas otras son buenas adiciones a su discografía, aunque no sean tan sorprendentes: ahí están “Se avecina una herida”, “Una consecuencia extraña”, “La emoción y los sentidos” o “Diciendo que me quieres”, donde suenan más a Los Brincos que nunca. Además, como siempre, los tres brillan en sus instrumentos, con mención especial para las ágiles y elaboradas líneas de bajo de Pol
Pero en realidad, creo que el cambio más importante tiene que ver con la extensión del álbum: en vez de los diez cortes y treinta y pocos minutos de sus trabajos anteriores, aquí hay diecisiete canciones y cuarenta y siete minutos. Parece como si hubiesen unido en un solo disco un LP y un EP de los que también acostumbran a sacar, y aunque podría parecer buena idea (¿quién no quiere más de algo bueno?), siento que el tipo de música que hacen Mujeres se disfruta más en dosis más pequeñas y medidas. En medio de tantos y tantos temas, algunas melodías se desdibujan, algunos recursos se vuelven repetitivos y no se aprecia tanto el impresionante talento de estos tres. Obviamente, hay canciones excepcionales: “Las victorias y derrotas” es una introducción maravillosa; “No puedo más” es un single perfecto en el estilo clásico de Mujeres; “Si piensas en mí” crece y crece hasta un final donde, esta vez sí, hay gritos a tutiplén. Muchas otras son buenas adiciones a su discografía, aunque no sean tan sorprendentes: ahí están “Se avecina una herida”, “Una consecuencia extraña”, “La emoción y los sentidos” o “Diciendo que me quieres”, donde suenan más a Los Brincos que nunca. Además, como siempre, los tres brillan en sus instrumentos, con mención especial para las ágiles y elaboradas líneas de bajo de Pol. En fin, que es un álbum notable, pero me quedo con la sensación de que sería mejor si hubiesen metido un poco de tijera.
El disco arranca con esa maravilla que es “Niños furbito y niñas lo que sea”, quizás su canción definitiva: su retrato costumbrista de la vida en el instituto, coronado por la furiosa arenga del profesor de Educación Física del estribillo (“¡chavales, a calentar!/¡Carrera lateral, carrera lateral!”), consigue ser al mismo tiempo tierno, patético, gracioso y espídico
Justamente esa es la gran virtud de Me están apuntando con un arma, el segundo álbum de Aiko: sus once cortes y veintiséis minutos son, como dicen en inglés, all killer no filler. No se desperdicia ni un segundo en este compendio de pildorazos pop punk que, de hecho, es en esencia una recopilación de los singles que habían editado desde su anterior LP con un par de canciones adicionales. El disco arranca con esa maravilla que es “Niños furbito y niñas lo que sea”, quizás su canción definitiva: su retrato costumbrista de la vida en el instituto, coronado por la furiosa arenga del profesor de Educación Física del estribillo (“¡chavales, a calentar!/¡Carrera lateral, carrera lateral!”), consigue ser al mismo tiempo tierno, patético, gracioso y espídico. El LP recoge otras joyas, como la canción de desamor “Romantinski”, donde referencian con mucha gracia nada menos que a M-Clan (“te fuiste a Moscú, me dejaste tururú”), y la bestial “Peñacastillo”, donde narran un suceso tragicómico inolvidable: ser abandonada en mitad de una rotonda por alguien querido.
Además, demuestran su inquietud por expandir su sonido en temas como “La Seli”, mucho más oscuro y repetitivo que el resto del álbum, o “Love Song”, una preciosa balada guiada por la guitarra acústica y unas voces cristalinas, que se va complejizando poco a poco e incluso introduce algunos elementos de bossa nova, hasta llegar a un estribillo precioso
Aunque no todas las canciones sean tan brillantes como estas tres, lo cierto es que la calidad del tema medio de este disco no se queda muy atrás. Los fantásticos riffs de sintetizador de “Es la forma que tienes de ocultar algo que hay en tu mente” o “Sexo Fender (cenicero)” actúan como núcleo de canciones divertidísimas y muy completas, donde Aiko muestran un gran talento compositivo y un excelente control de las dinámicas. Además, demuestran su inquietud por expandir su sonido en temas como “La Seli”, mucho más oscuro y repetitivo que el resto del álbum, o “Love Song”, una preciosa balada guiada por la guitarra acústica y unas voces cristalinas, que se va complejizando poco a poco e incluso introduce algunos elementos de bossa nova, hasta llegar a un estribillo precioso (“Estoy flotando/Es como un sueño/Hice un dibujo/Te lo enseño”). Irónicamente, diría que la canción que más desentona en el conjunto es “Soy una fracasada estúpida”, en la cual contribuyen justamente Mujeres: las melodías bubblegum están bien, pero la canción termina de forma algo abrupta y el papel de los barceloneses se queda algo desdibujado.
En fin, son defectos menores: Me están apuntando con un arma es un disco mayúsculo, uno de los mejores LPs en nuestro país este año. Y ojo, pese a mis quejas, Desde flores y entrañas merece muchísimo la pena, más aún sabiendo lo buenos que son sus autores en directo. Hablando de lo cual: acaba de anunciarse que Aiko el grupo empezarán la gira española de presentación del disco en PlantaBaja, el 15 de diciembre. Por su parte, Mujeres nos traerán su “Club de los Sentimientos” a la sala Aliatar el día 1 de diciembre. Dos citas imprescindibles para los aficionados al pop alternativo en nuestra ciudad.