Adiós al mal olor a puerro
Ayer acabaron los trabajos de los jardineros municipales para arrancar los matorros de tulbaghias violáceas, una variedad de puerros que huele a una mezcla de cebolla y ajo en putrefacción. Rodeaban los cuatro lados del monumento en la Plaza Isabel la Católica. Eran característicos por el pestazo que desprendían y lo poco generosos en flores.
Se habían convertido casi en una plaga por el abundante riego de que gozaban
Se habían convertido casi en una plaga por el abundante riego de que gozaban. A partir de ahora van a ser sustituidos por otra variedad de planta ornamental que desprenda un olor más agradable y tenga flores más coloridas.
Isabel y Colón ya no tendrán motivo para taparse las narices cuando nadie los mira.