El AVE amenaza al río Genazar
El pasado verano la asociación 'AVE sí, pero no así' de Loja denunció ante la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el Seprona de la Guardia Civil y la Junta de Andalucía los posibles daños ambientales a la Vega de Plines y, en concreto, al río Genazar, un entorno de enorme valor ambiental. La preocupación por el impacto llegó incluso al Parlamento de Andalucía, con una pregunta formulada entonces por el parlamentario socialista Miguel Castellano.
Las obras estaban entonces paralizadas en este punto y los taludes de tierra y el material apilado suponían un añadido más para alterarlo.
El río Genazar, truchero y de aguas cristalinas, discurre por la Vega de Plines. Nace en la falda de la Sierra de Loja y desemboca en el Genil. Tres kilómetros de cauce de un río de mucho caudal, cuya ribera se ha visto alterada por unas obras que la propia declaración de impacto ambiental, que pasa de puntillas por este problema, considera que pueden tener un efecto "negativo", aunque las considera compatibles si se adoptan las medidas correctoras oportunas.
Y esa es la principal denuncia de la asociación: las obras, tanto en la etapa en la que estuvieron paralizadas como en su reanudación, no están adoptando las medidas necesarias para evitar los daños.
En el tramo del río Genazar las obras que se ejecutan corresponden a la eliminación de un paso a nivel y la construcción de un nuevo puente sobre el río, modificando a su vez la carretera autonómica que discurre por la zona. Estos trabajos son los que han alterado la ribera e invadido el cauce, como documentan con sus fotografías la asociación en defensa de un AVE digno para Loja y Granada.
Se han detectado pozas en las que el hormigón habría afectado incluso a la calidad del agua, sostienen las fuentes consultadas.
Esa declaración, de 2014, no detalló, como el propio consejero de Medio Ambiente de la Junta, José Fiscal, trasladó al Parlamento el año pasado, el problema de los taludes artificiales. En su intervención, Fiscal, recordando que no tenía competencias directas en este caso, se comprometió a pedir a Fomento y a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que enmendaran su actuación.
Precisamente a la actuación de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se refiere el parlamentario socialista Miguel Castellano, que echa en falta una mayor vigilancia de este organismo sobre los trabajos.
Tampoco estuvo, apunta Castellano, cuando saltó la alerta por la posible contaminación del acuífero lojeño. Fue durante las perforaciones previas a los trabajos en el túnel de San Francisco; unos sondeos que detectaron en ese momento que las augas contenían trazas de sulfuro. Tras la denuncia, de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir "nunca más se supo", lamenta Castellano.
Es uno de los principales argumentos que esgrime la asociación 'AVE sí, pero no así' para justificar la necesidad de la Variante de Loja que vienen reclamando.
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