¿Un bloque de pisos en mitad de donde creíamos que ensancharían dos calles?
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El Ayuntamiento permitió la ruina de esta casa del XVIII y ahora autoriza un nuevo bloque en vez de aprovechar para ensanchar dos calles
En esta esquina se levantaba hasta hace un cuarto de siglo una típica casa señorial del siglo XVIII. Tenía bajo más dos cuerpos de alzada y torreoncillo en la medianería vecina; patio porticado que, con el tiempo y la presión demográfica del XIX, vio cerradas sus galerías
En esta esquina se levantaba hasta hace un cuarto de siglo una típica casa señorial del siglo XVIII. Tenía bajo más dos cuerpos de alzada y torreoncillo en la medianería vecina; patio porticado que, con el tiempo y la presión demográfica del XIX, vio cerradas sus galerías; con buena portada de piedra de Sierra Elvira. Herrajes históricos y cubiertas de maderas protegidas por teja árabe. Tenía cierto valor histórico y artístico. El Plan Centro de 2002, vigente en la actualidad, lo catalogó con grado A2. Eso significaba una calificación bastante alta: “Edificio de características tipológicas y compositivas de especial significación arquitectónica, histórica y cultural. Debe conservar sus elementos y cualidades funcionales, sin requerir protección integral interna”. El Ayuntamiento destacó como elementos de interés el zaguán, el patio, la escalera, la fachada y las columnas/zapatas.
Las intervenciones permitidas se limitarían a conservación, restauración y rehabilitación. Así quedó fijada su ficha hace ahora un cuarto de siglo, con el edificio número 4.001 del catálogo patrimonial, con entrada principal por calle Navarrete 15 y dos fachadas más a Darro del Boquerón.
Destrucción acelerada
No había transcurrido ni un año desde que fue catalogado con nivel de protección A2 cuando la empresa propietaria despidió a la peluquería y a librería Moncho que ocupaban los bajos. Para entonces ya no quedaba ningún vecino en los pisos altos, faltos de conservación desde muchos años atrás. Los pasos siguientes y continuados fueron destejar, dejar las cubiertas a la intemperie y propiciar que la lluvia hiciera su trabajo. No sin alguna ayuda de expoliadores que fueron desmontando los elementos históricos de interés. Al final, la ruina total acabó dejando sólo los muros a la altura del primer forjado.
Ya que la casona había quedado convertida en un solar, se presentaba la ocasión única para seguir haciendo realidad el proyecto de alineaciones iniciado con la Gran Vía y su entorno
¿Dónde estaban los servicios de inspección y vigilancia de disciplina urbanística del Ayuntamiento? Nadie movió un dedo ante esta ruina provocada.
Ya que la casona había quedado convertida en un solar, se presentaba la ocasión única para seguir haciendo realidad el proyecto de alineaciones iniciado con la Gran Vía y su entorno. Esta zona fue realineada a principios del siglo XX trazando la calle Tinajilla en línea recta, ensanchada, y buscando la calle Navarrete, que también venía siendo ensanchada a medida que los edificios pedían licencia de obra nueva. Solamente quedaba por cuadrar la esquina de este edificio de Navarrete con Darro del Boquerón (más dos pequeñitos a su lado).
En el año 1961, cuando pidieron licencia los edificios paredaños de Darro del Boquerón, ya el Ayuntamiento franquista obligó a sus dueños a retranquearse para alinear su fachada con la que bajaba desde Tinajilla. Se consiguió dar amplitud y vistas a esta corta calle.
No obstante, en estos casi veinte años en que hemos visto cómo desmoronaban la casona del XVIII a propósito, ningún gobernante ni técnico de urbanismo ha aprovechada para realinear definitivamente esta calle
No obstante, en estos casi veinte años en que hemos visto cómo desmoronaban la casona del XVIII a propósito, ningún gobernante ni técnico de urbanismo ha aprovechada para realinear definitivamente esta calle. Muy al contrario: la desidia y el desinterés de la administración se convirtió en permisividad al iniciar en 2013 la tramitación de licencia urbanística. La promotora la obtuvo del Ayuntamiento en agosto de 2022. Como se ve por las fechas, el expediente ha pasado por las manos tanto a alcaldes del PP como del PSOE y Ciudadanos.
El resultado de todo este desaguisado urbanístico va a ser el levantamiento de un edificio en un lugar que ya debería estar convertido en calle o placeta, mediante expropiación por la ciudad. Ya nunca se podrá continuar con el antiguo proyecto de ensanchar esa esquina a medida que han ido cayendo los edificios que lo impedían.
En el fotomontaje que se acompaña se ve el murallón que crecerá los próximos meses en esta esquina de calles Darro del Boquerón con Navarrete. Seguirá obstruyendo el tráfico, creando un rincón para meones y tapando vistas y luces
En el fotomontaje que se acompaña se ve el murallón que crecerá los próximos meses en esta esquina de calles Darro del Boquerón con Navarrete. Seguirá obstruyendo el tráfico, creando un rincón para meones y tapando vistas y luces. El nuevo edificio, de bajo más dos alzados y terraza, va a ser considerablemente más voluminoso que el que había. Algunos vecinos dicen que incluso han cementado parte de la calle. La nueva casa acogerá seis viviendas y dos bajos comerciales. La empresa promotora tiene varios edificios más en este barrio del Boquerón dedicados a apartamentos turísticos.