"Las bombas sobre Granada y los trabajadores del Fargue. Grupo de Víznar del 25 de agosto (I)"
Granada bombardeada
A finales de julio de 1936 se produjeron una serie de bombardeos sobre Granada. Como relata José Luis Entrala, en Granada Sitiada, en varias “razzias” se arrojaron bombas sobre los cuarteles de Las Palmas y de Artillería, el barrio de la Magdalena y otras zonas de la ciudad, así como el aeródromo de Armilla. Uno de los aviones fue derribado.
Miguel Álvarez Salamanca, militar, delineante de Artillería en la fábrica de pólvoras, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Granada y columnista habitual de El Defensor de Granada, está presenciando los bombardeos cuando oyó decir a un ordenanza: “Estos tíos granujas nos van a matar”, a lo que contestó (..) “Hacen lo que deben”.
Este hecho llega a conocimiento Manuel Barrios, director de Santa Bárbara, la fábrica de pólvoras situada en la barriada de El Fargue, que le ordenará verbalmente que se entregue el día 1 de agosto a las autoridades. El periplo hasta que es interrogado y detenido es casi berlanguiano.
Se presenta en la prisión, donde no saben qué hacer con él al carecer de órdenes, y es enviado a la Comisaría de Vigilancia, donde existe el mismo desconcierto, por lo que tiene que esperar para que lo pasen al calabozo. Antes, pide que se dé cuenta de este hecho al jefe de la prisión militar de San Bartolomé y Santiago. En esta prestará declaración el día 5 de agosto.
Además de Miguel Álvarez, que será finalmente fusilado en las tapias del Cementerio de Granada el 16 de agosto, son detenidos una serie de trabajadores[2], incluidos en el sumario 103 de 1936, en el que se encuentran los principales dirigentes de la organización obrera y cultural de El Fargue.
El comienzo
El día 20 de julio los sublevados consiguen hacer triunfar el golpe en Granada. El día 22 se llama a la reincorporación de los trabajadores del Fargue, sin embargo, según la declaración de Saturnino Adarve “el sábado 22 primer día de los que se dio orden de trabajo en la Fábrica un grupo de obreros se encontraba en la puerta de la misma sin querer entrar al trabajo y solo ocho o diez atendieron los requerimientos que les hizo el comandante director accidental Señor Barrio”[3].
"Todos serán acusados de ser socialistas, de pertenecer a la UGT y de apoyar al Frente Popular siendo apoderados del mismo"
Al parecer, los dirigentes de la “Federación de Trabajadores del Estado” (perteneciente a la UGT), Antonio García Nuño, presidente, Pedro Márquez Ortiz, Antonio Espigares Díaz, Juan de Dios Adarve López y José García Esteban, se reunieron con el director, Manuel Barrios, poniéndose a su disposición para evitar incidentes. Antonio García Nuño declarará que no se creía “responsable de las faltas de ausencia de algunos obreros”. Pero Manuel Barrios les responsabiliza del amotinamiento. Todos serán acusados de ser socialistas, de pertenecer a la UGT y de apoyar al Frente Popular siendo apoderados del mismo.
En su declaración, José García Esteban, maestro y secretario de dicha Federación, apunta este hecho “…que ignora los motivos de su detención pero que supone sean según le dijo el director de la Fábrica porque había faltado algunos obreros a la fábrica y como directivos le hacían responsable ya que el declarante era secretario de la Federación de Trabajadores del Estado y que creía que al entrar todos los obreros al trabajo los pondrían en libertad según dijo el señor director”[4].
Pero nunca llegará esta liberación. Por orden del día 14 de agosto de 1936, serán dados de baja desde el día 11 en el cuadrante de jornales de la fábrica.
Hay otro hecho que no hemos podido desentrañar por completo del que es acusado Pedro Márquez Ortiz. Al parecer, un chófer de la fábrica llamado Ramón se desplazó con alguien más a Huétor para reclutar obreros e impedir que la factoría cayera en manos de los sublevados la noche de la declaración del Estado de Guerra.
La dirección de la Fábrica, dispuesta a cortar cualquier conato de rebelión de los trabajadores, reacciona de forma radical y las ejecuciones se producen de forma casi inmediata.
Juan Guardia y Manuel Cuerva son acusados, en este mismo sumario, de un incidente en el que se desarmó a dos guardias del Sacromonte y haber disparado contra la Guardia Civil de Fajalauza. Antonio Castillo, José María Baños y José Piquero por haber disparado a la fuerza pública.
Es el caso de Matías Diaz Liñán[5] y Rafael Fernández[6], fusilados tras presentarse el día 21 agosto en el “Cortijo de los Bernedos” reclamando armas.
Lo mismo ocurre con José Fernández Espigares y Manuel Flores Puertas[7]. Al primero se le encuentra un arma sin autorización, y al segundo se le acusa de negarse públicamente, tras el decreto de militarización de la fábrica el día 23 de agosto, notificado el día 24 a los trabajadores, a ponerse el brazalete identificativo por ser “hombres libres” y negárse al pertenecer a la CNT.
"Primero se descabezó la Sociedad Obrera y toda la organización de la Fábrica y luego se creó un clima de absoluto terror con sacas de trabajadores llevados a Víznar en distintas fechas"
Así comienza el asesinato sistemático, durante los primeros meses de la sublevación, de diferentes grupos de trabajadores del Fargue. Primero se descabezó la Sociedad Obrera y toda la organización de la Fábrica y luego se creó un clima de absoluto terror con sacas de trabajadores llevados a Víznar en distintas fechas. La elección de esta localidad tiene una razón muy concreta, crear desconcierto.
“La causa número 103 instruida para averiguar el proceder de Miguel Álvarez Salamanca y otros con motivo de la conducta de los mismos al declararse el estado de Guerra en la fábrica de pólvoras del Fargue fue sobreseído y archivada por el Gobernador Militar de la Plaza por haber sido ejecutados los citados individuos como consecuencia de represalias por un bombardeo según acredita en Diligencias de 15 de agosto de 1936.”
Quiénes eran
> JUAN DE DIOS ADARVE LÓPEZ, el idealista que leía “Los Miserables”
En una vitrina de la casa de la familia Adarve se custodian con mimo los preciosos ejemplares encuadernados en cuero de la biblioteca de Juan de Dios que sobrevivieron al desastre. Entre una enciclopedia, libros de Blasco Ibáñez, Lamartine, una edición de los cinco tomos de “Los Miserables”, de Víctor Hugo. En uno de ellos hay un párrafo señalado:
“No nos cansaremos de repetirlo; pensar ante todo en la multitud desheredada y dolorida, consolarla, darle aire y luz, amarla, ensanchar magníficamente su horizonte, prodigarle la educación bajo todas sus formas, ofrecerle el ejemplo del trabajo, nunca el de la ociosidad, aminorar el peso de la carga individual, aumentando la noción del fin universal, limitar la pobreza sin limitar la riqueza, crear vastos campos de actividad pública y popular, tener como Briareo cien manos que tender por todas partes a los débiles y a los oprimidos, emplear el poder colectivo en ese gran deber de abrir talleres a todos los brazos, escuelas a todas las aptitudes, y laboratorios a todas las inteligencias, aumentar el salario, disminuir el trabajo, equilibrar el deber y el haber, es decir, proporcionar el goce al esfuerzo, y la sociedad a la necesidad, en una palabra, hacer despedir al aparato social más claridad y más bienestar en provecho de los que padecen y de los que ignoran, esta es, que las almas simpáticas no lo olviden, la primera de las obligaciones fraternales; esta es, que los corazones egoístas lo sepan, la primera de las necesidades políticas”.
Juan de Dios, de 42 años, casado con Josefa Esturla y con un hijo de seis años, llamado como su padre, vive también con su madre viuda, Angustias.
Había comenzado los estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Maestros de Granada, que no llegó a terminar, al colocarse como escribiente de la Fábrica de Pólvoras.
En 1918 se crea en la barriada la Asociación “La Benéfica”[8], de la que será nombrado presidente durante la República Juan de Dios Adarve, siendo secretario Cristóbal Cáliz Montoro y tesorero, Saturnino Arroyo Adarve. Su objeto, la ayuda a aquellos obreros que enfermaban o sufrían algún accidente, así como la ayuda para los sepelios. Cuando son detenidos figura en la cuenta de la asociación en el Banco Hispano Americano un total 4.066 pesetas, que son requisadas. Esta asociación sigue existiendo hoy en día.
Además, pertenece a la junta directiva de la “Federación de Trabajadores del Estado”.
Es, sin lugar a duda, una de las figuras consideradas por los sublevados más relevantes entre los directivos obreros. Será acusado en varios informes de haber “dirigido política extremista en la barriada” Sin embargo, no era un habitual de grandes eventos políticos ni de la prensa.
Según declara en el sumario él, “solo faltó el sábado (día 1 de agosto) debido a tenor de que podían bombardear la fábrica al ver evolucionar los aparatos cuando se dirigía hacia el trabajo marchándose a Alfacar donde tenía su familia en casa de unos parientes” Al parecer, fue detenido antes del día 4 de agosto, el 5 ya se encuentra prestando declaración en la Prisión Provincial desde la que envía varias cartas a su familia.
Considerada una persona con situación solvente y con un buen sueldo, se le abre un expediente de responsabilidades políticas incautándose a la familia numerosas propiedades. Josefa Esturla se verá en la situación, como otras muchas viudas en esos años, de luchar por estas, ya que, aunque los expediente tenían como titulares a los maridos, sobre ellas recayó la lucha por recuperar los bienes de la familia.
“La compareciente no ha sido sometida a expediente de clase alguna, no tiene culpa de las actividades marxistas de su difunto esposo, ni mucho menos la tiene el hijo habido del matrimonio, siendo la realidad que las consecuencias del expediente instruido a su marido les condena a perecer de hambre, sin no se resuelve favorablemente y en el plazo más breve posible.”[9]
En los años 80, cuando Juan de Dios hijo arreglaba los papeles de su madre, una de las muchas viudas privadas injustamente de su pensión[10], fue informado en Víznar por una persona de algo que la familia ya sabía, que Juan de Dios había sido fusilado en esa localidad[11]. Esta persona incluso le indicó el lugar de la posible fosa.
En su casa siempre fue una figura querida y admirada, un héroe para todos, el padre y abuelo siempre presente.
> JOSÉ GARCÍA ESTEBAN, el orgulloso futuro.
José tenía 25 años, era soltero y vivía la barriada del Fargue, junto con sus padres María y José. Era el mayor de seis hermanos: Ana, Antonio, María Luisa, Ascensión y Trinidad.
Compatibilizó su aprendizaje en la fábrica con los estudios de Magisterio en la Universidad de Granada[12]. En noviembre de 1935, unos meses después de titularse, aprobó los tres ejercicios que le dieron el paso al Magisterio Nacional. En el momento del Golpe ejercía como maestro en la escuela de niños de la Fábrica del Fargue y se encontraba de vacaciones desde el día 10 de julio. Estas escuelas acogían tanto a hijos de los empleados como a habitantes de la Alquería. En 1931 se inauguran nuevas instalaciones. A la inauguración asisten los tenientes de alcalde Sanz Blanco y Cortes y, como representante del Estado, Torres Balbás[13].
Del ambiente que se vivía en la casa nos da cuenta una anécdota ocurrida en 1911 cuando José García Adarve es agraciado en un sorteo con un reloj “extraplano”, rifado entre los suscriptores de El Defensor de Granada. Para los padres fue un hecho trascendental que su hijo se convirtiera en el primer titulado de la familia.
Hombre comprometido políticamente y consciente de la necesidad de acercar la educación y la cultura a todos, ejerció de dirigente del Ateneo cultural del Fargue y secretario de la Federación de Trabajadores del Estado. Fue interventor del Frente Popular en la repetición de las elecciones en mayo de 1936[14].
José mandó varias cartas a su familia desde la cárcel. En la última, escrita en papel de estraza, traslada en pocas líneas su desesperación al ver acercarse al final y pide a la familia que haga lo que sea para liberarle ante el inminente final. “El día que se lo llevaron, el día que dijeron que ya no estaba en la cárcel y ya sabían que…que…Y ese día me acuerdo yo de verlos a mis padres por la cocina dando para acá y para allá, corridas, para acá y para allá, gritando, llorando”.
También se quisieron llevar a Antonio, el otro hermano que trabajaba como carpintero en la fábrica de pólvoras, y que fue salvado por un militar a cuya familia le hacía trabajos y que le consideraba casi un hijo.
Tras el asesinato de su hijo, la familia fue conminada a dejar su casa de El Fargue que fue ocupada por otras personas. Tuvieron 24 horas para marcharse y se buscaron un piso en Granada. María fue pagando el alquiler vendiendo con enorme dolor parte de los libros que habían ido comprando para la formación de sus hijos y gastando los pocos ahorros que tenía. Un año después volvieron. Las hermanas se fueron colocando en la fábrica y la familia fue logrando salir adelante. Es en esa época cuando ocurre otro suceso que terminará de destrozarles.
El padre, José García Adarve, sería detenido e interrogado con motivo de la explosión que se produjo en la fábrica el 13 de enero de 1938[15], junto a Natalio Fernández Jiménez, padre de Natalio Fernández Ceballos, otro de los maestros fusilados en el Fargue.[16] Según cuenta la familia, su salud se fue deteriorando de tal manera que mandaron a un médico amigo a visitarle y lo que les comunicó es que “no tiene nada, se está consumiendo de pena[17]”. Lo cierto es que consta como fallecido por una apendicitis el 17 de abril de 1936[18] en la cárcel. Natalio correría la misma suerte, falleciendo en presidio.
Se da la circunstancia que María García Adarve, casada con Antonio García Nuño, era hermana de José García Adarve y tía, por tanto, de José García Esteban. La desgracia se cernió sobre esta familia.
Cuenta Trinidad García Esteban que años después, a aquella casa en luto, llegaban los antiguos alumnos de su querido hermano José “a contarle cosas a mi madre” porque “le tenían adoración” y él a “los chiquillos”[19].
> PEDRO MÁRQUEZ ORTIZ, el maestro al que seguían los obreros.
Uno de los detenidos más jóvenes. Tenía 25 años y estaba casado con Joaquina Pérez. Manuel, su hijo, tenía dos años. Su padre, también trabajador de la fábrica de pólvoras, Pedro Márquez Aguado, se había hecho cargo de la cooperativa obrera junto a Antonio Ruz Romero en el año 1926, hasta el nombramiento de nueva junta en 1928[20].
Aunque cursó estudios de Magisterio en la Universidad de Granada, obteniendo el título de maestro, trabajaba como químico en la Fábrica de Pólvoras del Fargue[21]. Pero la dirección de la fábrica no parece pasar por alto este hecho en el expediente de responsabilidades políticas:
“Como maestro de escuela era oído y creído entre la masa obrera a la que seducía y engañaba”[22].
Considerado “LIDER (con mayúsculas) del llamado Frente Popular y de sus ideas”, militante del Partido Socialista, de la Sociedad de Trabajadores del Fargue, así como de la Asociación Cultural.
Pedro Márquez contará en su declaración ante el juez militar que, en unión de Antonio García Nuño, salió a conminar “a los obreros que se reintegraran al trabajo, y que antes, había ido una numerosa comisión ante las que se encontraba el que declara, Antonio García Nuño y Antonio Espigares la que se presentó al Director con el fin de ofrecerse para cuanto hiciera falta ya que por ser todos vecinos de la barriada del Fargue son los primeros interesados en que no ocurriera nada”.
También defenderá a Miguel Álvarez Salamanca, al que reconoce solo conocer de vista, pero “que cree que ha cumplido con el deber al no haber dejado de obedecer a sus jefes”.
Su viuda oriunda de Víznar, donde se traslada, al parecer, a vivir[23], pide su inscripción como fallecido en 1944. Los testigos afirman que lo vieron en “las inmediaciones de Víznar”.
> ANTONIO GARCÍA NUÑO, el director de la orquesta.
De 53 años, casado con María García Adarve y padre de dos hijas. De profesión electricista, trabaja en la Fábrica de Pólvoras del Fargue.
Cuenta Francisco González Arroyo, en su libro sobre la Fábrica de Pólvoras del Fargue, que, tras el incendio producido el 5 de febrero de 1918 en el edificio dedicado a pabellones de oficiales, biblioteca, sala de reuniones y vivienda del portero, fue uno de los trabajadores que se distinguió en la extinción del incendio y socorro a los heridos.
Además Antonio García Nuño al parecer era un gran saxofonista[24].
Como presidente de la “Federación de Trabajadores del Estado” en la fábrica de pólvoras, se convirtió uno de los primeros objetivos de la dirección. La Guardia Civil del puesto de El Fargue le acusará de hacer “campaña contra sus propios Jefes de la Fábrica”.
“Fue detenido en los primeros días del movimiento siendo condenado a la última pena y ejecutada la sentencia, dejando mujer y dos hijos, la primera María de 28 años, casada, y la segunda Ana de 25 que juntamente con su madre tienen en esta barriada un puesto de verduras con el que con la ayuda de su otra hija casada atienden su sustento[25]”.
> ANTONIO ESPIGARES DÍAZ, el hombre que luchaba por los trabajadores.
Tenía 31 años y vivía con su mujer, Filomena Torrices Baena, su hija Presentación, de 5 años, y su hijo Miguel, de 3. Además, se encuentran en el domicilio familiar su madre y su tía. Trabaja en la Fábrica de Pólvoras del Fargue.
Fue vocal de la cooperativa de la Fábrica en 1929. Esta cooperativa gestionaba un economato para los trabajadores y algunas otras compras.
Antonio será acusado en el sumario de querer tirar por un balcón al director de la Fábrica sin que sepamos porqué y sin testigos que con nombres y apellidos sustenten estas acusaciones. Además, consta en el expediente de responsabilidades políticas la acusación de haber tomado parte en los tiroteos contra la fuerza pública que se produjeron esos días.
En este último se afirmaba que era “un individuo de ideas extremistas que propugnaba en cuantas ocasiones podía y que en una Sociedad de carácter marxista dirigía frecuentemente la palabra a los obreros, excitándolos en el sentido de lo que llamaba reivindicaciones obreras”.
“Que los individuos cuya actuación ha sido objeto de las siguientes diligencias fueron puesto en libertad y entregados a las fuerzas de seguridad por orden del Excelentísimo Gobernador Civil de esta Provincia el veinticuatro de agosto los siguientes: Antonio García Nuño, Pedro Márquez Ortiz, Antonio Espigares Díaz, Juan de Dios Adarve López y José García Esteban fueron EJECUTADOS[26]”.
Al maestro periodista JOSE LUIS ENTRALA con el enorme agradecimiento por todo lo que su libro “Granada sitiada” nos ha ayudado a lo largo de varios artículos de investigación.
Citas Bibliográficas:
[1] Nota de la Comandancia Militar leída en Radio Granada y recogida por Ideal el día 1 de agosto de 1936.
[2] Los trabajadores de la Fábrica que están comprendidos en este sumario son: Antonio García Nuño, José García Esteban, Rafael Guardia López, Pedro Márquez Ortiz, Antonio Espigares Diaz, Víctor Fernández Moreno, Manuel Cuerva Rodríguez, Juan de Dios Adarve López, Miguel Vílchez Arcos, José Piquero García, José María Baños Martínez (Fusilado el 6 de agosto en Viznar), Juan Guardia López, Antonio Castillo Muñoz (Fusilado junto a un grupo de trabajadores de la fábrica en Viznar el 5 de septiembre de 1936), Nicolas Huete Ruiz, Manuel Marín García, Rafael Adarve Esturla. Además, los militares de la Fábrica: Emilio Fernández Adarve, Migue Álvarez Salamanca y Saturnino Arroyo Adarve.
[3] Causa 103/36 AJTM
[4] Causa 130/1936
[5] Su padre, José Diaz Merino, será fusilado en Víznar el 5 de septiembre de 1936 con un grupo de trabajadores del Fargue.
[6] Sumario 191/1936
[7] Sumario 125/1936
[8]González Arroyo, F. (2013) La Fábrica de Pólvoras y Explosivos de Granada. De la Real Hacienda al Instituto Nacional de Artillería 1850-1961(Tesis doctoral). Universidad de Granada. página 98-99
[9] Escrito de Josefa Esturla Ruiz a la Comisión Provincial de Incautación de Bienes de 17 de marzo de 1937.
[10] Ley 5/1979, de 18 de septiembre, de pensiones, asistencia médico-farmacéutica y asistencia social a familiares de fallecidos como consecuencia de la guerra civil. BOE nº 233, de 28/9/1979. (pdf)
[11] En el Expediente de inscripción fuera de plazo figura como fusilado en el Cementerio de Granada, aunque la familia sabia que era en Viznar donde había sido ejecutado.
[12] Recoge Francisco Arroyo en su libro como, en el año 1931, tanto José García Esteban como Pedro Márquez Ortiz realizaron cursos de aprendizaje en la fábrica remunerados con 2 pesetas.
[13] El Defensor de Granada, 10 de junio 1931.
[14] En el listado elaborado por Mariluz Barrios y Silvia Gonzalez a partir de los “Talones para el presidente de mesa”, recogidos en el Archivo de la Diputación de Granada, aparece como interventor en distrito 10º, sección 7ª.
[15] González Arroyo, F. (2013) La Fábrica de Pólvoras y Explosivos de Granada. De la Real Hacienda al Instituto Nacional de Artilleria 1850-1961(Tesis doctoral). Universidad de Granada. Páginas 212-213
[16] Causa 993/38. AJTM
[17] Trabajo de Francisco de Asís Carrión Jiménez, sociólogo en el proyecto “Barranco de Víznar lugar de memoria”, financiado por el Ministerio de la Presidencia, relaciones con las Cortes y Memoria democrática. La entrevista a Trinidad García Esteban ha sido realizada por Francisco Carrión, Silvia González y Rafael Gil Bracero (AGRMH).
[18] Causa 885/38. AJTM
[19] Trabajo de Francisco de Asís Carrión Jiménez, sociólogo en el proyecto “Barranco de Víznar lugar de memoria”, financiado por el Ministerio de la Presidencia, relaciones con las Cortes y Memoria democrática. Esta entrevista a Trinidad García Esteban ha sido realizada por Francisco Carrión, Silvia González y Rafael Gil Bracero (AGRMH).
[20] González Arroyo, F. (2013) La Fábrica de Pólvoras y Explosivos de Granada. De la Real Hacienda al Instituto Nacional de Artillería 1850-1961(Tesis doctoral). Universidad de Granada.
[21] Señala Francisco Arroyo que entra como aprendiz meritorio por orden de 14 de noviembre de 1929. (pag.435)
[22] ACHGR, Expediente de Responsabilidades Políticas de Pedro Márquez Ortiz
[23] En el Expediente Fuera de Plazo aparece como dirección Marques de Mondejar 14.
[24] El Fargue un paseo por su historia página 141
[25] ACHGR, Expediente de Responsabilidades Políticas de Antonio García Nuño.
[26] Causa 103 de 1936, documento 50 de 2 de diciembre.
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Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
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Rafael Guervós Cantano, maestro de primeras letras, legado vivo de integridad moral y profesional
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Concepción Gallardo, de miliciana en Loja a silenciada por el franquismo
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La Desbandá, de Moraleda de Zafayona a Tarragona
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La familia López Mingorance, símbolo de la masacre del Carrizal
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José Raya Hurtado, el viejo socialista que proclamó la República
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Fue hace 50 años
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Magdalena Ordóñez, una voz de la memoria
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El terror y la dictadura. Seis razones para seguir luchando
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La fosa común del Cementerio de San José de Granada: Lugar de Memoria Histórica Democrática de Andalucía
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La odisea del niño José García Puente (De Güéjar Sierra a Quéntar). Reportaje del diario Solidaridad Obrera 27 de septiembre de 1936
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Luis Fajardo, el alcalde que escribió una carta desde la cárcel, antes de ser fusilado
Puedes consultar los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:
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Antonio García Ordóñez, último superviviente de la Agrupación Guerrillera de Granada
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La historia de la familia Miranda, masacrada por el fascismo
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Manuel Valor Cara, de la cuesta del Pino al campo de concentración de Albatera
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Carmen López Iglesias, superviviente de la Desbandá
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Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada
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El Fuerte del Horror. Torturas y ejecuciones extrajudiciales en Carchuna y Castell de Ferro en julio de 1947
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La lucha de un hijo para que no se olvide a su padre, el concejal Juan Fernández Rosillo
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Natividad Bullejos, una mujer libre
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Salvador Vila y Miguel Unamuno: vidas paralelas
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La memoria escrita de Güevéjar
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Luis López García Jorovive
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El abuelo estaba bajo el almendro
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Antonio Pretel Fernández, de Granada a la Unión Soviética
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Depuración de maestros republicanos, uno de los episodios más infames de la represión franquista
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Paulina Odena García. Lina Odena
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Jesús Yoldi Bereau, profesor de la Universidad, intelectual y alcalde
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Recordando a Matilde Cantos Fernández, una feminista avant la lettre;
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Agustina González López, La Zapatera, fusilada por romper moldes
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En Honor, Memoria y Justicia de José Alganza Granizo
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José Becerril Madueño, defensor de una avanzada educación pública de calidad, al servicio de Baza
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Pedro Domínguez Mazo, el escultor bilbaíno fusilado en Víznar
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Ángel Matarán y Justa de Vicente, maestros de la República
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Diana y Libertad, las mujeres que se vieron obligadas a cambiar de nombre por la represión franquista
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Las Tres Rosas de Chimeneas
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Menoyo Baños, semblanza del ingeniero militar comprometido con la República
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Últimas horas de Federico en el Gobierno Civil, lugar de violencia, terror y represión
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Dióscoro Galindo, el maestro cojo fusilado junto a Federico García Lorca
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La anhelada reparación para los catorce de Pinos Genil
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Constantino Ruiz Carnero
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La búsqueda de Rosalía
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Eufrasio Martínez, el periodista que cambió la pluma por el fusil para defender la legalidad de la República
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Los hermanos Quero, iconos de la lucha contra el Régimen
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Rosario Bustos Prados, memoria de La Desbandá
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Los nietos de guerrilleros de la Alpujarra se movilizan para hallar sus cuerpos y dignificar su memoria
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Cúllar desentierra la memoria de sus represaliados
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Agustín Gómez Bonilla, el carpintero de El Fargue
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