La eterna sonrisa de "Miguetorres"

La muerte forma parte inseparable de la vida pero, si hubiera justicia en ésta, algunas personas no deberían morir nunca. Es el caso de Miguel Ángel Torres López, “Miguetorres” para la mayoría de nosotros.
Nacido en 1969 era el mayor de tres hermanos que son una institución en Granada, por reconocidos méritos deportivos pero, sobre todo, por su calidad humana. Si algo se puede decir de los tres y de cada uno, es que siempre han sido de una portentosa humildad a la luz de los logros que han conseguido.
Migue ha sido la eterna sonrisa. No guardo ni un solo recuerdo de él en el que no estuviera sonriendo
Migue ha sido la eterna sonrisa. No guardo ni un solo recuerdo de él en el que no estuviera sonriendo. Una persona afable, disponible, agradable, conversadora, y transmitiendo un interés y un saber estar que hacía que resultara un placer estar a su lado. Reconozco abiertamente mi admiración, y mi devoción. Siempre he pensado que personas así son las que inspiran a los demás, los que crean escuela, los que arrastran… y no me refiero solo al mundo del deporte o las montañas, lo digo por la vida en general. Migue siempre contagió alegría, respeto, humildad. Y ese es el mejor legado que nos deja. Un legado imborrable del cual son especiales depositarios sus hijos, su esposa. Nadie mejor que ellos ha podido disfrutarlo, y nadie lo echará tanto de menos: Nuestros pensamientos están con vosotros en éstos difíciles momentos.
Se me agolpan imágenes en la memoria, pero de entre todas ellas, una que siempre me llamaba la atención y guardo con cariño: cuando llegaba junto a su familia en aquél Renault Scenic 4x4 a las carreras de orientación, hace ya muchos años, y sacaba del maletero las “minibicis” de los niños, organizaba el bastión familiar y, una vez todo en orden, se marchaba a hacer la carrera de orientación. Era una forma de organización familiar y de amor por el deporte que a mi, particularmente, me parecía ideal.
Con ese aspecto físico de atleta de élite que siempre ha tenido, esa sonrisa perpetua, ha sido siempre un portento físico que mirábamos con indisimulada envidia.
Siempre que lográbamos algún ínfimo logro ciclista entre amigos (una “cabra”, por ejemplo -bajar y subir a Almuñécar del tirón) nos decíamos: “esto lo hacen los Torres para desayunar”…
Recuerdo la época cuando los Torres competían (y ganaban) como equipo internacional de Raids de Aventura. Siempre que lográbamos algún ínfimo logro ciclista entre amigos (una “cabra”, por ejemplo -bajar y subir a Almuñécar del tirón) nos decíamos: “esto lo hacen los Torres para desayunar”… Así era su fortaleza, pero no creo que nadie jamás lo haya oído alardear lo más mínimo. Es sorprendente que en un mundo en el que, a la menor posibilidad, soltamos nuestras “batallitas de juguete”, a Migue nunca le escuché ningun relato de sus múltiples éxitos deportivos, aventuras en los raids, ni esfuerzos sobrehumanos. Nunca jamás. En su forma de ser no tenía cabida la soberbia (o más bien la inseguridad).
Transmitió su amor por el deporte y por la montaña a muchos de nosotros
Transmitió su amor por el deporte y por la montaña a muchos de nosotros, y compartimos momentos que quedarán en la memoria para siempre, porque de personas así uno no se olvida nunca, ni aunque lo intente. ¡Gracias, Migue, muchas gracias!
Migue ha encontrado su destino en un fatal accidente de montaña en su Sierra Nevada. No me queda más consuelo que saber que, junto con otros que le precedieron en el mismo escenario (Gerardo Alonso, el Primi, el Lito y tantos otros) se encontrarán, en alguna parte, compartiendo sus experiencias y buscando otras nuevas con las que seguir disfrutando de las montañas que tanto nos dan, y que tanto nos quitan. Velad desde allí por el resto de montañeros. Desde aquí os honraremos con el recuerdo y a ti Migue, con el constante reconocimiento por tu eterna sonrisa y por tu grandiosa humildad.
Descansa en Paz.