Vivimos con gente que habla de inmoralidad o falta de moral sin saber muy bien, creo yo, de qué está hablando. La verdad es que cuando alguien guía su vida a partir de unos valores muy distintos a los que siguen el resto, es fácil que tache de falta de moral, de inmoral o de amoral de manera indistinta a la otra persona, solo por la diferencia y, por consiguiente, muchas veces de forma incorrecta.

Lo inmoral es una acción que sí tiene sentido moral, aunque negativo. Lo inmoral es el mal moral. Mentir, difamar, agredir a alguien, son ejemplos de comportamientos morales, pero negativos (inmorales) y eso es lo que sí diría que era lo dicho por algunos que se creen dueños de la moral y cometen acciones inmorales

Decía Almudena Grandes en un artículo titulado Inmorales en El País que la pandemia de coronavirus ha degenerado en una enfermedad moral. Y seguía diciendo: “No se puede explicar de otra manera la actitud de todos los cargos públicos que se apresuraron a saltarse las normas para vacunarse, o vacunar a sus familiares, antes de que llegara su turno. Y apuntaba: Que un consejero de Sanidad o un gerente de un hospital, que deberían de estar más sensibilizados que nadie con el sufrimiento de los médicos exhaustos, de las enfermeras agotadas, de los extenuados equipos de Urgencias o atención domiciliaria, hubieran accedido a vacunarse antes de que la totalidad del personal sanitario estuviera inmunizado no sólo es inconcebible, sino profundamente inmoral. Lo mismo ocurre con la cúpula militar”.

Por su parte, Gonzalo Fanjul en el artículo Entre la inmoralidad y la estupidez, decía que cuando se escriba la historia de esta pandemia, “será difícil decidir si pesó más la inmoralidad de los países ricos o su estupidez”.

Una persona amoral actúa sin conocer la moral y por lo tanto no sabe si obra mal o bien, mientras que un inmoral es aquel que contraviene las normas de la moral y sabe que lo hace como lo que hemos podido ver

Y hablando de inmoral y de pandemia, es importante decir que inmoral es un adjetivo que se utiliza para nombrar a aquél o aquello que se opone a la moral, lo contrario a los principios de la moral.

Lo moral, por su parte, está formada por el conjunto de los valores, las costumbres, las creencias y las normas de una persona. Califica nuestras acciones en las relaciones que mantenemos con otras personas. Actuamos moralmente cuando respetamos el código moral de la comunidad en la que vivimos, que corresponde al entorno propio, y que al hacerlo nos convierte en una buena persona.

Y lo amoral es aquello que está al margen de la moral. Son realidades, hechos o acciones que no tienen sentido moral. Lo moral y lo inmoral, se puede considerar, por tanto, la realidad con dos perspectivas. Pero sin duda, no debemos confundir lo amoral con lo inmoral. Lo inmoral es una acción que sí tiene sentido moral, aunque negativo. Lo inmoral es el mal moral. Mentir, difamar, agredir a alguien, son ejemplos de comportamientos morales, pero negativos (inmorales) y eso es lo que sí diría que era lo dicho por algunos que se creen dueños de la moral y cometen acciones inmorales, además hablando de irresponsabilidad, de engaño y de uso de personas. Está claro con todo esto, que los seres humanos no somos amorales, pero sí pueden ser inmorales.

Hay quién dice que es inmoral organizar una conferencia porque quién la da no es de su gusto. Y les recuerdo que hay quince sinónimos de inmoral en tres sentidos de la palabra inmoral...

En definitiva, esto hace que la moral sea siempre referida como aquello a lo que hay que aspirar. Una persona amoral actúa sin conocer la moral y por lo tanto no sabe si obra mal o bien, mientras que un inmoral es aquel que contraviene las normas de la moral y sabe que lo hace como lo que hemos podido ver.

La inmoralidad, la irresponsabilidad, el engaño, el insulto, el mal uso está, en todo caso, en quién mal utiliza las palabras o las personas

Hay quién dice que es inmoral organizar una conferencia porque quién la da no es de su gusto. Y les recuerdo que hay quince sinónimos de inmoral en tres sentidos de la palabra inmoral:

Que es indecente: obsceno, indecoroso, impúdico, desvergonzado... Que es deshonesto: ímprobo, censurable, condenable. Que es depravado: corrompido, vicioso, licencioso, perverso o pervertido. Ninguno de los 15 toca la ciencia explicada, ni de cerca.

La verdad viendo todo esto, es que creo que la inmoralidad, la irresponsabilidad, el engaño, el insulto, el mal uso está, en todo caso, en quién mal utiliza las palabras o las personas. Cómo dice Luis García Montero, la ética del oficio, la defensa del oficio entendida como ética, le resulta inseparable de su propia experiencia como escritor y como ciudadano, de ese tipo de dudas que uno bate en la cabeza con los ojos abiertos y cerrados.

Dios mío: Cuanta amoralidad. Cuanta falta de ética.