El precio del agua del grifo en Granada, más caro que en Málaga o Madrid
El precio del agua del grifo en Granada es m ás caro que en Málaga o Madrid, según un estudio de la OCU entre 54 ciudades. El lnforme incluye las capitales de provincia, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y ciudades con gran población, como Vigo o Gijón.
La OCU llama la atención sobre las grandes diferencias en el precio. La organización reclama un sistema de bloques que incentive el ahorro y unas bonificaciones que garanticen el acceso a un consumo mínimo de agua con precios asequibles para las personas vulnerables.
Comparar las tarifas, indica la OCU, no es fácil. En general, son "poco comprensibles" y los bloques "dispares":
Para la comparación efectuada por la organización, se ha estimado una factura anual para 175 metros cúbicos, que es el consumo medio de un hogar de 3 a 4 personas.
Las diferencias en el precio del agua entre las ciudades estudiadas son "más que llamativas"
Las diferencias "son más que llamativas". Se llega a pagar "el triple por el mismo consumo". Así, mientras que los habitantes de Guadalajara pagan 164 euros por ese consumo, en Barcelona la factura sube a 520 euros, más del triple. También en Murcia, Alicante, Palma, Huelva, Lérida, Tarragona y Cádiz las facturas superan los 400 euros al año".
En el caso de Granada, asciende a 339 euros. Es el doble que la más barata, que es Guadalajara. En la tabla de ciudades, Granada ocupa el puesto 15 de las 54 estudiadas, como se recoge en la tabla bajo estas líneas:
La complejidad de las facturas
Según explica la OCU, las facturas incluyen los costes de distintos servicios del ciclo del agua, que no se llaman igual en todas las ciudades ni tienen el mismo peso dentro de la factura:
- “Suministro”, pero también se puede desglosar en “Abastecimiento”, “Aducción”, “Distribución”: coste de captar el agua, tratarla para hacer que sea potable y distribuirla hasta los hogares.
- “Saneamiento” o “Alcantarillado”: coste de recoger el agua de los desagües.
- “Depuración”(a veces se incluye dentro de “Saneamiento”): tratamiento de las aguas residuales.
También es habitual que se apliquen cánones provinciales o autonómicos para sufragar gastos concretos, muchas veces vinculado al saneamiento.
Para la parte variable, la que tiene que ver con la cantidad de agua gastada, la mayoría de las ciudades aplican un sistema de bloques de consumo: un primer bloque a un precio más bajo y una serie de bloques sucesivos a distintos precios. Cada localidad decide cuántos bloques y cuántos metros cúbicos en cada bloque y a qué precio se pagan. Por ejemplo, en Cáceres se distinguen hasta 8 bloques, mientras hay ciudades con tres o cinco bloques y Pamplona o San Sebastián tienen tarifas lineales. Para mayor lío, a veces se aplican bloques diferentes para el suministro que para el saneamiento, etc..
El precio más bajo del primer bloque se debería aplicar a un consumo esencial, que se sitúa entre 50 y 100 litros por persona y día. Por lo tanto, el primer bloque debería incluir unos 30 m3 al año, pero debería tener en cuenta cuántas personas viven en la casa, pues no es lo mismo una casa donde viven dos que otra donde conviven siete personas. Y es necesario que el precio de ese primer bloque resulte realmente de servicio esencial.
El sistema de bloques debería penalizar el derroche, pero "sus efectos en la factura final se diluyen". Si se analiza el precio por m3 para diferentes perfiles de consumo anual, es frecuente que el m3 consumido resulte más barato cuando se gasta más, como ocurre en Murcia, San Sebastián o Madrid. "Los elevados costes fijos, que penalizan especialmente a hogares que consumen poco, tienen mucho que ver con este efecto".