Delegados sindicales de CSIF Granada que trabajan en la Línea de Alta de Capacidad (LAC) han dado a conocer "el problemático ambiente laboral que padecen a diario, especialmente desde que el Ayuntamiento de Granada ha aprobado la subida del billete como primera medida para paliar el déficit que arrastra el sistema de transporte público en la capital”.

CSIF indica que, según manifiestan estos trabajadores, y tras mantener una reunión “poco productiva” este jueves con la dirección de la empresa Rober, “en las últimas semanas han recibido presiones por parte de esta empresa concesionaria para que incrementen el número de multas a los usuarios que incumplen la normativa, eludiendo el pago del billete correspondiente”.

Desde la entrada en funcionamiento de este servicio, explica el sindicato, los revisores de la LAC son los encargados de controlar que todos los usuarios hayan validado su tarjeta y pagado una vez dentro del autobús. No obstante, los trabajadores afectados afirman que “en muchas ocasiones deben prestar atención al mal funcionamiento de las máquinas expendedoras y les es imposible alcanzar la media diaria de recargos que se les exige con un manifiesto afán recaudador y que, por otro lado, ningún trabajador conoce con exactitud, ya que la empresa no les ha informado al respecto”.

Por ello, los controladores afectados manifiestan que “esta situación está creando malestar entre la plantilla”. A todo ello se une el anuncio del Ayuntamiento de Granada de reducir la plantilla de revisores en un 50 por ciento, medida que los delegados de CSIF en la empresa Rober, consideran “un atropello porque en vez de proponer soluciones, la concejala de Movilidad, Raquel Ruz, solamente propone recortes”.