Una exposición rescata la figura del escultor barroco Torcuato Ruiz del Peral en el Bellas Artes de Granada
La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha inaugurado oficialmente la exposición del escultor Torcuato Ruiz del Peral titulada 'El otoño barroco (1708-1773)', que alberga el Museo de Bellas Artes de Granada. La muestra está formada por una treintena de piezas tanto del artista como de otros coetáneos con las que se pretende rescatar su figura como uno de los mayores exponentes de la escuela barroca granadina.
La consejera ha anunciado que a Ruiz del Peral le seguirá José de Mora, del que se prepara "una gran exposición en 2025 que llevará por título 'El barroco espiritual. Tercer centenario de José de Mora'". Para ello, se va a contar con la colaboración de la Archidiócesis de Granada, que cederá un significativo número de obras pertenecientes a diversas iglesias y parroquias de la diócesis granadina, aportando además, como espacio expositivo, la Catedral.
Del Pozo ha agradecido "el apoyo de numerosas instituciones que han prestado obras que nunca antes habían salido de su lugar de culto y contemplación para honrar a los grandes maestros, poniendo al día su vida, su obra y el contexto creativo que les tocó vivir"
Según ha informado la Junta en una nota de prensa, Del Pozo ha agradecido "el apoyo de numerosas instituciones que han prestado obras que nunca antes habían salido de su lugar de culto y contemplación para honrar a los grandes maestros, poniendo al día su vida, su obra y el contexto creativo que les tocó vivir". También ha valorado el emplazamiento para esta exposición, en el Palacio de Carlos V, "que permite conectar este conjunto de piezas de Ruiz del Peral con una de sus obras más emblemáticas, situada a pocos pasos de aquí, la Virgen de las Angustias".
La muestra 'El otoño barroco (1708-1773)' está comisariada por Manuel García Luque, se puede visitar en las salas VIII, IX y X y está conformada por una serie de piezas procedentes de diferentes museos, instituciones eclesiásticas y colecciones privadas. La reunión de algunos de los hitos más significativos de la producción de Ruiz del Peral ha permitido explorar su universo creativo, valorar su obra en el contexto artístico de su época y profundizar en otras cuestiones de no menor interés, como su formación, su relación con la clientela o la cultura visual y literaria que inspiró algunas de sus mejores creaciones.
La Junta ha recordado que Torcuato Ruiz del Peral (Exfiliana, 1708-Granada, 1773) fue uno de los maestros que, junto a Luis Salvador Carmona y Francisco Salzillo, mejor encarna la pervivencia de la tradición en la escultura española del siglo XVIII, en un momento en el que el progresivo avance del academicismo iba a poner en jaque al arte del último barroco. La temprana llegada a Granada de Ruiz del Peral, en torno a 1725, y su ingreso como aprendiz en el taller de Diego de Mora fueron, sin duda, dos factores determinantes que le proporcionaron una sólida formación y marcaron el rumbo artístico de su obra, firmemente enraizada en la senda estética iniciada por Alonso Cano a mediados del siglo XVII.
Su capacidad creadora, ha resaltado, le valió el favor de las principales instituciones religiosas y la clientela privada, que lo auparon a una posición de privilegio en el panorama de los talleres granadinos del XVIII. Especialmente significativos resultan sus trabajos para diversas parroquias de la ciudad, así como la importante serie de obras realizadas para diversas órdenes religiosas como los franciscanos y los jesuitas. La exposición está compuesta por 34 obras, de las que ocho corresponden a otros artistas como Alonso Cano, José y Diego de Mora o Benito Rodríguez Blanes.
Entre las piezas destacan San José con el Niño, de la parroquia de San José, Santiago Matamoros de San Gil y Santa Ana, San Miguel de San Justo y Pastor, la Dolorosa del Sagrario, San Antonio de la Abadía del Sacromonte, el Crucificado de la iglesia Mayor del Algarinejo, Estigmatización de San Francisco en Nuestra Señora de la Encarnación de Loja, San Jerónimo del monasterio del mismo nombre y, por último, la Soledad de la catedral de Guadix, entre otros muchas.