'GraNADA 2031'
He estado conferenciando en Toledo. Mis anfitriones me invitaron a comer duelos y quebrantos, tras soltarles mi deposición. Hablamos de la estrecha relación histórica entre la ciudad primada y Granada. A los postres, los toledanos me dejaron claro que, por muy amigos que seamos, el borrico en la linde. Me lo decía muy serio un alto preboste, cargo político manchego, compañero mío de estudios y farras madrileñas.
“No tenéis nada que hacer en Granada, la capital europea de la Cultura 2031 ya la tenemos para Toledo”
─“¿Y esto a qué viene?” -pregunté extrañado-. “No tenéis nada que hacer en Granada, la capital europea de la Cultura 2031 ya la tenemos para Toledo”.
Dicen que están trabajando muy en serio. A la chita callando. Con estructura de comité organizador. Programa, programa, programa. Presupuesto generoso. Se reunieron hace un mes dos centenares de manchegos y madrileños. Representaban a unas 150 entidades que se van a batir el acero, toledano, para que la ciudad imperial sea la preferida española entre las que se presentan. Seremos tantas candidatas hispanas como dedos de las manos. De Granada dicen que es un meñique. Madrid apoya a su vecina.
“¿Cómo lo lleváis por allí?” -preguntaron-. No supe contestar, porque nada sé. Nada sabemos el 99,999% de los granadinos
─“¿Cómo lo lleváis por allí?” -preguntaron-. No supe contestar, porque nada sé. Nada sabemos el 99,999% de los granadinos. Ni creo que tampoco lo sepa el 0,001% de los responsables políticos de por aquí. Hace ya ocho años que alguien de la corporación del defenestrado -y ahora rehabilitado- Pepe Torres Hurtado tuvo tal ocurrencia. No se paró a pensar que Granada ya no es casi NADA en el panorama cultural español. La sitúan de mitad hacia abajo en los estándares culturales que se publican, por acción y por omisión de las últimas décadas. La cacareada capital cultural de Andalucía está hoy sobrepasada por Sevilla, Málaga, Córdoba y Jerez. Por lo menos. Otro gallo nos cantaría si ponderasen la potencia de nuestras tapas, la cerveza Alhambra y la malafollá. Quedaríamos los primeros.
NADA se ha hecho en estos años sobre la idea de candidatura cultural Granada 2031. Hace seis meses ya que la nueva alcaldesa anunció que iba a reactivar los trabajos. ¿Y?... Esperándola del cielo por la Carrera del Darro
NADA se ha hecho en estos años sobre la idea de candidatura cultural Granada 2031. Hace seis meses ya que la nueva alcaldesa anunció que iba a reactivar los trabajos. ¿Y?... Esperándola del cielo por la Carrera del Darro.
Están eufóricos los toledanos con su candidatura. Todos catedráticos, CEOs, directores generales de grandes empresas nacionales, decanos y estudiosos de prestigio. Y ocupados, muy ocupados trabajando codo con codo y tomándoselo en serio. Mi íntimo amigo toledano me regaló una confidencia (off de récord, que jamás desvelaré): es la compensación que ha exigido su presidente García Page para dejar de meter el dedo en el ojo al chulapo madrileño. O lo que es lo mismo, la cuota toledana por los regalos a gudaris y trabucaires de los corneros.
Intento recordar quiénes capitanean GraNADA 2031. Pero no me vienen a la mente catedráticos, CEOs, rectores ni grandes empresas y corporaciones
Intento recordar quiénes capitanean GraNADA 2031. Pero no me vienen a la mente catedráticos, CEOs, rectores ni grandes empresas y corporaciones. A lo sumo, alcaldesas, presidentes de diputaciones, concejales y delegados de la autonomía a los no se les conoce más currículum profesional que el haber militado en partidos políticos.
Regresé con mal cuerpo de Toledo. La verdad. Creo que no me sentaron bien los duelos y quebrantos quijotescos. Me revolvió el estómago ver cómo reman todos acompasados como una trainera por el Tajo. Mientras, por aquí, nos entretenemos en posar todas las mañanas para el fhotocall de las vanidades y matamos el tiempo cazando palomicas.
En 2026, cuando la UE haga pública su elección, siempre nos quedará el derecho al quejío, pataleo y recurso en el Supremo. Nos quedaremos tan flamencos como los zapateadores de Plaza Nueva
En 2026, cuando la UE haga pública su elección, siempre nos quedará el derecho al quejío, pataleo y recurso en el Supremo. Nos quedaremos tan flamencos como los zapateadores de Plaza Nueva. Y a ladrar, mientras otros siguen cabalgando.
Vaya semanita que llevamos. Sigue sin nevar en la Sierra, confirman el guantazo de la AESIA, al aceite de oliva he tenido que ponerle los cuernos, se me han pegado las lentejas y el Granada C. F. enfila el camino a los infiernos.
Maranathá, maranathá[1] y llévanos a tos los de esta ciudad.
Nota aclaratoria:
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- [1] ¡Ven, Señor!