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LA ÚNICA VISITA DE LA ACTRIZ A LA ALHAMBRA

La “malafollá” de Brigitte Bardot en Granada

Cultura - G. P. - Lunes, 29 de Diciembre de 2025
Recordamos la única visita a Granada de Brigitte Bardot, fallecida este domingo a los 91 años, en una crónica de Gabriel Pozo, que recoge los lugares que recorrió la actriz y alguna anécdota.
Brigitte Bardot y su marido Gunther, “cazados” por el fotógrafo de 'Patria' en la Alhambra.
De 'Patria' por Ferrer.
Brigitte Bardot y su marido Gunther, “cazados” por el fotógrafo de 'Patria' en la Alhambra.
  • Visitó la ciudad, la Alhambra, el Sacromonte y el Albayzín en marzo de 1968

  • Rechazó un ramo de flores que le envió el alcalde Sola a la habitación del hotel

Tenía 34 años. Estaba endiosada, en el culmen de su carrera cinematográfica. Vino a Granada de incógnito. Estaba rodando en Almería el western Shalako. Pero su belleza llamaba la atención. Intentó torear a los plumillas y fotoperiodistas. No lo consiguió. Podría haber pasado por una granadina “malafollá”, al menos si nos atenemos a su mala educación. Era la joven actriz francesa Brigitte Bardot, fallecida ayer a los 91 años. No se tiene noticia de que regresara nunca más.

Podría haber pasado por una granadina “malafollá”, al menos si nos atenemos a su mala educación

Brigitte Bardot frecuentó la costa almeriense, la Costa del Sol malagueña y los escenarios de la potente industria cartográfica de los cincuenta, sesenta y setenta. En la primavera de 1968 se rodaban los exteriores de una coproducción internacional en Almería. Shalako es un western que trataba de seguir el éxito de Sergio Leone con su Trilogía del Dólar. El protagonista era Sean Connery; la protagonista Brigitte.

Noticia de Patria del día siguiente a su llegada.

Así es que su amigo el príncipe Alfonso de Hohenlohe les buscó habitación en el parador de Granada. Parece que no la encontró. Hubo cambio de planes y se fue al Alhambra Palace y, nuevamente, al Washington Irving

Los días 26 a 29 de marzo de 1968, con buen tiempo, decidió tomárselos libres y dedicarlos a hacer turismo por la región. Se fueron a Málaga. Ella y su marido de entonces, Gunther Sachs, decidieron dirigirse después a Granada. La actriz tenía fama de gustarle mucho el flamenco, la gastronomía andaluza y el güisqui, éste de donde fuese. Así es que su amigo el príncipe Alfonso de Hohenlohe les buscó habitación en el parador de Granada. Parece que no la encontró. Hubo cambio de planes y se fue al Alhambra Palace y, nuevamente, al Washington Irving.

Y en la puerta de este hotel se presentaron el joven periodista José Luis Piñero (luego jefe de deportes de Patria e Ideal) y el fotógrafo Ferrer. Quisieron fotografiarla y hacerle unas preguntas. Pero rien de rien. Los mandó a freír espárragos. El segundo mal gesto de BB fue huir de una señora que le pidió un autógrafo en la cafetería.

Un rato más tarde, alguien (¿el director del hotel?) debió decirle al alcalde Manuel Sola que estaba la famosa actriz en Granada. Al regidor se le ocurrió mandarle un ramo de flores. De parte del Ayuntamiento. La camarera llamó a la puerta de la habitación 304 para dárselas. Dio unos golpes con los nudillos, pidió permiso, asomó la cabeza para entregarlas: fue recibida a voces, “hasta el extremo de que la pobre mujer decidió dejar las flores en el cuarto de baño y salir corriendo”, precisaba Piñero.

Finalmente, la pareja se fue a cenar al Parador de San Francisco y a pasar la velada en una zambra del Sacromonte. Ahí se les perdió la pista

La pareja pensaba dedicar la tarde a visitar Granada y sus atractivos. Solicitó una guía de teléfonos. Deseaban buscar restaurante para cenar. Ese momento lo aprovechó el periodista para insistir, a través del teléfono, en que le permitiera hacerle unas preguntas y una foto. “Dice que ni una sola foto, ni una sola palabra”. No hubo forma de que se dejara ver en la prensa local. Finalmente, la pareja se fue a cenar al Parador de San Francisco y a pasar la velada en una zambra del Sacromonte. Ahí se les perdió la pista.

Brigitte Bardot en la mañana del 28 de marzo de 1968, cruza la Gran Vía, parece que sola, desde del antiguo edificio del Banco Central para bajar por el Zacatin.

Pero al día siguiente, temprano, quisieron ver el Albayzín, comprar cerámica de Fajalauza, ver la Alhambra y algunos monumentos del centro histórico. El fotógrafo Ferrer se lo imaginó

Pero al día siguiente, temprano, quisieron ver el Albayzín, comprar cerámica de Fajalauza, ver la Alhambra y algunos monumentos del centro histórico. El fotógrafo Ferrer se lo imaginó. Cogió su cámara y se sentó pacientemente en el Patio de los Leones. Tendrían que pasar por allí irremediablemente. Tras varias horas de espera en una especie de hide para caza fotográfica (con la cámara en las piernas y tapada por un jersey), Brigitte y Gunther aparecieron como dos turistas más. Fue su ocasión para robarle una secuencia de fotos. Ella iba enfundada en un traje corto de cuero, botas altas también de cuero (“botazas de pesca fluvial”) y sus grandes gafas oscuras. Era imposible no llamar la atención.

El paparazzi local consiguió salirse con la suya. Cazó a su pieza entre bosque de columnas del monumento. Escribió de ella que era una irascible esposa al lado de aquel hombre más tranquilo y educado. “A la una de la tarde… Granada se quedaba sin ella. ¡Tan campante!”.

Sean Connery y Brigitte Bardot en el rodaje de Shalako, en Almería (primavera de 1968).
La actriz y su tercer marido por Puerta Real y saliendo del Palacio Carlos V. TORRES MOLINA

También Ideal consiguió fotografiar a la pareja a la salida del Palacio Carlos V, cuando le estaban pagando al guía de la Alhambra. El fotógrafo Juan Granados (de la empresa Torres Molina) les siguió discretamente por las calles de la ciudad.

Ella vestía falta-pantalón de cuero, suéter amarillo de cuello alto y se dejó un abrigo largo azul al comprobar que apretaba el calor al mediodía. Habría llegado en taxi tras finalizar el rodaje de exteriores y para continuar en estudios de Londres

Este periódico añadía algunos datos más. El abandono del Hotel Palace se debió al disgusto por exceso de admiradores que le pedían autógrafos. Ella vestía falta-pantalón de cuero, suéter amarillo de cuello alto y se dejó un abrigo largo azul al comprobar que apretaba el calor al mediodía. Habría llegado en taxi tras finalizar el rodaje de exteriores y para continuar en estudios de Londres. Para regresar, cogieron un aerotaxi de Aero-Res en la Base Aérea de Armilla, matrícula ECB F R, para volar hasta Madrid.

Los soldados de la Base sí hablaron maravillas de ella, de su belleza, de la cuarta de muslo que enseñaba, ya que chapurreaba castellano y les dirigió unas sonrisas. En la Base sí aceptó unos regalos de la oficialidad, consistentes en “un ramo de flores, una botella de anís y cacharrillos de Fajalauza”. En cambio, este periódico también se quejaba de la mala educación de la actriz, cuya estancia había sido, “afortunadamente corta”.