Quemasón: andaluz, ¡qué bueno baila usted!

"Castellano, ¡qué bueno baila usted!", cantaba el gran Benny Moré, ‘El bárbaro del ritmo’ como se le apodaba a uno de los mayores genios que dio la música cubana dirigiendo la Banda Gigante, que lo era. Y de eso se trata, de bailar las mejores músicas cubanas, las que fabrica el grupo Quemasón.
De alguna manera, Granada es tierra donde, cuando suena la clave, los pies se vuelven independientes y cobran vida propia, y si se escucha un tres, ¡ay! Ya la agitación es de cuerpo entero
Granada ha sido pista de aterrizaje de multitud de músicos cubanos, en tiempos modernos (en los años anteriores un edulcorado Machín -una fiera lúbrica en sus anteriores años parisinos- y poco más), gracias en muchos casos a la acogida, musical, personal y profesional de un ‘compay’ como Luis Poyatos, fascinado por los sonidos isleños en todas sus vertientes, desde la más sofisticada, la jazzística o la bailable de su marca registrada ‘Cubop’. Acaso por eso nos hemos familiarizado con todo lo que nos llegaba desde el Caribe, que no han sido pocos, con nombres míticos actuando aquí como los Van Van, la Vieja Trova Santiaguera, Climax, Eliades Ochoa, Sierra Maestra, Septeto Santiaguero, Vocal Sampling, Sexo débil, Manolito y su Trabuco, NG, Celia Cruz y Tito Puente, Mayoucanan o los inmortales Buenavista (juntos y por separado) y Compay Segundo entre bastantes más. De alguna manera, Granada es tierra donde, cuando suena la clave, los pies se vuelven independientes y cobran vida propia, y si se escucha un tres, ¡ay! Ya la agitación es de cuerpo entero.
En la voz está el cubano Jorge Santana (no confundir con el fallecido hermano de Carlos Santana y líder del grupo Malo), que ejerce de sonero mayor y animador, con esa gracia que tienen que tener los portavoces de este tipo de formaciones tan festeras
Precisamente con esa pieza de ‘El bárbaro” comenzó la actuación de Quemasón, formación elástica que puede llegar a ser en algunos momentos hasta una Big Band de la Timba (la versión más desmadrada y agitacuerpos del Son tradicional), puesto que puede contar con más de una docena de músicos en tromba, si bien hay también una versión ‘portátil’ en quinteto, la que escuchamos-barra-bailamos en el segundo piso del Lemon, convertido por una noche en ‘La casa de la música’ habanera. Las cabezas visibles son Carlos Ligero (cuando puede) y el ubicuo (y octópodo) Zeque Olmo, y en sus filas hay miembros del Gran Combo de Zeque, la Pila Latina, Uhmami, La Fruta Bomba, Elsa Bhör o Akiba entre otras bandas del ramo. En la voz está el cubano Jorge Santana (no confundir con el fallecido hermano de Carlos Santana y líder del grupo Malo), que ejerce de sonero mayor y animador, con esa gracia que tienen que tener los portavoces de este tipo de formaciones tan festeras, y los arreglos son del trompetista Emilio Sanz.
Para solaz de los bailadores, que los hubo y bien entrenados a juzgar por sus envidiables evoluciones y compenetración, el plan de la noche no dejó en paz a las piernas, con implacables (¡tremenda la banda!) piezas de los repertorios de Moré, Celia Cruz, Alain Pérez, El Canario, Ochoa, Oscar De León o Albita entre otros intérpretes y/o compositores del Real Book cubano. La próxima vez Quemasón en formación Big Band para ver cómo bailan ‘castellanos’, levantinos, extremeños, manchegos, catalanes… ¡y, por supuesto, andaluces!