The Limboos: "Comulgamos mucho con ese espíritu de ir a contracorriente"

The Limboos surgieron hace ya doce años. A las pocas semanas, grabaron un single, tomaron la carretera y no han parado de dar vueltas hasta hoy, explotando de forma libérrima su vena más ritmanblusera. Este proyecto se alimenta también de ritmos caribeños como el ska primitivo o el mambo menos sofisticado, con lo que consiguen un sonido personal que no deja indiferente. A su magistral fórmula de Rhythm and Blues con influencias latinas, añaden en sus discos ('Limbootica' y 'Baia' por ejemplo, ambos producidos por Mike Mariconda) unas gotas de gospel y swing, soul primerizo, mezclándolo sabiamente con temazos de alma tropical. Ponen el punto retro&roll a la primera jornada del festival de Sierra Nevada ‘Por todo lo alto’, en una nutrida jornada de apertura con The Sastres, Mateo Ortega y sus ‘dulces papis’, y Guadalupe Plata. Todo gratis y a la muy fresquita.
─ Repiten en la Sierra ¿qué recuerdan de la visita de 2017?
─ Recordamos lo especial que nos pareció llevar un festival a Sierra Nevada en pleno verano y lo que nos sorprendió ver a tanta gente allí arriba. Sin duda, comulgamos mucho con ese espíritu, de ir a contracorriente en lo que representa un festival que da cabida a una banda como la nuestra en un lugar tan 'punki' como una estación de esquí en pleno agosto.
─ Entonces tiraban de baritonista solista, ahora todo ha cambiado...
Vivimos en una época un tanto conservadora en lo que se refiere a la escena musical
─ Desde que nació la banda siempre hemos comulgado con el 'renovarse o morir', aunque quizás en los últimos tiempos ha habido un cambio más señalado. De todas maneras, vivimos en una época un tanto conservadora en lo que se refiere a la escena musical. Parece que si entras en una rueda tienes que girar y girar como buen ratón de laboratorio y si te sales de lo que se espera de ti, la gente sospecha o mira para otro lado, aunque por suerte, también están los que les emociona cuando escuchan a un grupo explorando nuevos sonidos.
─ ¿En realidad son una formación de trío elástico?
─ El núcleo duro lo formamos Roi, Daniela y Sergio, pero valoramos mucho a los músicos que trabajan con nosotros sin los que nos sería imposible plasmar el sonido de la banda. Tanto es así, que nuestro teclista habitual, Martín García, también produjo nuestro último disco. Somos muy de hacer familia con todo el que se sube a la furgoneta.
─ Una pregunta indiscreta ¿cómo se compone en 2025 una canción que podía haber sonado en el Fillmore en 1967?
─ (Risas) No sé si es indiscreción, pero tampoco sabría dar una respuesta que no suene con cierto tufo musiquero. Supongo que tiene que ver con escuchar mucha música y asimilarla para poder luego hacer tu propia receta. En nuestro caso, no cabe duda de que lo que se coció en los 60s tiene especial peso.
─ Cuanto más oigo a Roi más me acuerdo de Reg Presley (The Troogs)... ¡ese filo en la voz!
─ Roi siempre ha querido ser negro. Es un yonki musical de todo lo bueno que ha surgido del RnB y todas sus raíces. Él te diría que canta porque alguien tiene que hacerlo, pero creemos que también ha crecido como cantante en estos años.
─ Y cuando se me ponen caribeños de un paisano también militante en la solera retroclásica, de Tito Ramírez... ¡Hacen buen pareja!
─ El Tito es compadre de buenas parrandas y también en lo musical. Sin duda que nuestras influencias coinciden en no pocas cosas. Él ha sido más valiente en lo de meterse en el latineo más a fuego, pero todo ese Boogaloo gusta mucho en el Limbo.
─ En algún sitio leí hace tiempo que entraron en contacto con otra ‘paisana granadina’ como PP Arnold, que vive en Salobreña... ¿cómo fue la cosa?
─ (sonrisa) En realidad fue solo un deseo que no se cumplió. Creo que fue Enric de Penniman Records, nuestro sello, quien sugirió lo bonito que sería contar con PP Arnold para un tema del último disco, pero al final se quedó en eso.
─ Ustedes viven la música y de la música ¿al 100%? ¿Cómo ven el panorama entre el ciclón festivalero y las salas saturadas?
─ Nosotros hemos vivido de la música, pero ya no. De la pandemia a esta parte la cosa no para de oscurecerse para todo esa amalgama de bandas que no son las punteras de los festivales que ya te comen casi todo el año.
Salas saturadas, festivales copados por grandes empresas y un público masivo que sigue las pautas que le marcan, dan un escenario perfecto para que lo realmente alternativo cuente con una realidad insostenible para la inmensa mayoría de artistas
Respecto a las salas, más que saturadas, lo que están es en muchos casos abandonadas a su suerte. Esto, unido a festivales copados por grandes empresas que lo único que priman es el negocio y un público masivo que sigue las pautas que le marcan, dan un escenario perfecto para que todo lo realmente alternativo, 'indie', punk y transgresor, cuente con una realidad insostenible para la inmensa mayoría de artistas. Por suerte, siempre existen locos y locas arrastrados por el romanticismo, bandas que consiguen romper el techo de cristal con una propuesta potente, y festivales que rompen con la pauta dominante como bien puede ser el Sierra Nevada por todo lo Alto.
─ Se lo pregunto porque el año pasado fueron protagonistas de un manifiesto que fue muy suscrito, debatido y compartido...
─ Sí... Nuestro minuto de gloria en RRSS. Cuando sueltas cuatro verdades así la gente empatiza, al igual que pasa con cualquier cosa realmente importante que nos asola hoy en día. Empatizar por RRSS es fácil, pero luego la realidad sigue su curso y la inmediatez de la vida moderna hace que todo quede atrás rápidamente.
─ Se nos ha muerto Brian Wilson ¿estamos un poco más solos?
─ Siempre te da un pellizco cuando se van las cabezas de las que ha surgido una colección de canciones tan increíble. Cada uno tiene sus referentes, pero alguien como Brian Wilson ha puesto música a muchos recuerdos de muchas personas y no cabe duda de que es uno de los compositores pop más increíbles de la historia.
─ Escucho su último disco y aprecio una cuarta dimensión en su habitual sonido... ¡la parte orquestal! ¿Vamos creciendo adecuadamente?
Bueno, el tema de meter sección de cuerdas fue primero una idea romántica (como lo de PP Arnold), pero luego nos liamos la manta a la cabeza y fuimos a por ello
─ Bueno, el tema de meter sección de cuerdas fue primero una idea romántica (como lo de PP Arnold), pero luego nos liamos la manta a la cabeza y fuimos a por ello. Fue muy especial poder escribir un arreglo para una canción que has hecho y verlo hacerse realidad en el estudio. Si lo piensas, es bonito pensar en la evolución musical de la banda y el espectro que manejamos: del Rock n Roll más grasiento a una balada como ‘Dark is the night’ (y esa otra increíble novedad con Daniela a la voz principal).
─ Y ya puestos... sonando así: ¿para cuándo una BSO? ¿Y con quién? ¡Que Tarantino se llevó ya a Los Bravos y dice que le queda solo una peli!
─ Lo de hacer una BSO sería algo que nos encantaría. Además, creo que poner música a imágenes te da una libertad total para explorar musicalmente. Lo haríamos para cualquier película molona o cualquier persona que admiremos y si hablamos de vacas sagradas pues para Tarantino estaría bonito, claro y por soñar pues para otro artista que ya echamos de menos como David Lynch.