El clima y las plantas determinaban la presencia humana en Orce, según el estudio de los hallazgos en los yacimientos
El clima y las plantas determinaban la presencia humana en Orce. Así se pone de manifiesto en un artículo científico publicado en la revista Review of Palaeobotany and Palynology, liderado por Juan Ochando y José Carrión de la Universidad de Murcia y que se ha generado en el marco del ProyectORCE dirigido por Juan Manuel Jiménez Arenas de la Universidad de Granada.
Se trata de la primera reconstrucción de la evolución vegetal del periodo entre 1,6 y 1,2 millones de años. El principal hallazgo se centra, según explican, en que, durante el tiempo de formación del yacimiento de Venta Micena (1,6 millones de años), el cual no presenta evidencias de presencia humana, la vegetación estuvo dominada por un tipo de arbusto, la efedra, adaptada a climas secos. Por el contrario, los niveles con presencia humana de Barranco León (1,46 millones de años) y Fuente Nueva 3 (1,2 millones de años) contienen una gran diversidad vegetal, incluida una gran variedad de árboles. Esto implicó una mayor productividad primaria lo que provocó que los animales tuviesen una mayor cantidad de biomasa disponible.
Del polen al paisaje
La Palinología -disciplina que a través del polen y las esporas atrapadas en los sedimentos se centra en la reconstrucción de la vida vegetal, los hábitats y el clima- es fundamental para enteder la Evolución Humana
Una constante a lo largo de los estudios sobre Evolución Humana ha sido el interés en las relaciones entre los humanos y el resto de las especies animales, como recoge el artículo. En particular, las de gran talla. "A nuestra mente vienen imágenes de imponentes mamuts, de fieros tigres dientes de sables, de bravos rinocerontes,… Y tras ellos, como hilo musical, un fondo necesario, aunque sin rutilancia: el paisaje". "Es cierto que la materia vegetal, por su carácter perecedero, tiende a fosilizar excepcionalmente. No obstante, el polen y las esporas presentan una pared exterior lo suficientemente resistente como para soportar el inexorable paso del tiempo", agregan. Así, la Palinología -la disciplina que a través del polen y las esporas atrapadas en los sedimentos se centra en la reconstrucción de la vida vegetal, de los hábitats y del clima- es "fundamental para entender la Evolución Humana. Porque de esta forma, unos modestos granos se convierten en fundamentales para dar a las plantas el protagonismo que merecen. No en balde, las plantas son imprescindibles para generar la energía de la que se alimentan los animales, humanos incluido"s.
¿Qué encontramos en Orce?
Para reconstruir el paisaje vegetal de los tres yacimientos principales de Orce se han utilizado 28 muestras, 10 procedentes de Venta Micena, cinco de Barranco León y 15 de Fuente Nueva 3. A partir de ellas, se ha podido dibujar la evolución vegetal de Orce entre hace 1,6 y 1,2 millones de años.
Venta Micena, explica el artículo científico de referencia, presenta como especie más abundante a la efedra -una planta adaptada a climas extremos y, en particular a climas agostados- cuya afluencia ronda el 50% de las plantas no arbóreas, junto con la artemisia y las poáceas. Dentro de las arbóreas, destacan el pino, el enebro y, en algunos momentos, el olivo salvaje (acebuche). Todo esto permite dibujar un paisaje de tipo mediterráneo seco, en el que la productividad primaria sería relativamente baja.
Barranco León supone un cambio importante en la estructura vegetal
Por su parte, "Barranco León, donde se hallan las evidencias de presencia humana más antigua del extremo occidental del continente europeo, supone un cambio importante en la estructura vegetal. El nivel D1, estrato en el que apareció el diente humano de leche y abundantes útiles en piedra tallada, es rico en pinos, enebros, acebuches y, también, en encinas. Asimismo, se ha documentado la presencia de árboles de hoja caduca tales como castaños, alisos, robles y fresnos". En cuanto a las plantas no arbóreas, prácticamente desaparece la efedra, y la presencia de artemisia y de poáceas es moderada. "Este paisaje cambió de forma significativa hasta llegar a un momento donde descuella la aparición de plantas que hoy se encuentran en África y en algunas zonas restringidas del Mediterráneo tales como el Maytenus (planta localizada en el sureste de la Península Ibérica y conocida como arto o cambrón) y una especie de palmera".
Por último, el yacimiento más reciente, "Fuente Nueva 3 que también sobresale por la presencia humana, proporciona como especie arbórea más notable al acebuche, seguido por la encina y el pino. Entre las plantas no leñosas despuntan las poáceas pero, sobre todo, la irrupción de la amarantáceas, como podría ser el caso de Suaeda sp. (almajo o sosa), Sarcocornia sp. (sosa alacranera) y Arthrocnemum (sosa jabonera)".
Tanto Barranco León como Fuente Nueva 3 denotan una vegetación mediterránea húmeda, más marcada en el primero de los yacimientos cuando la presencia humana está documentada.
¿Por qué Orce fue tan importante? Una mirada desde la vegetación
Una característica geográfica de Orce coincidente con la abundancia de fauna extinta fue la presencia de humedales de agua dulce.
Orce debió funcionar como un oasis. Sus humedales de agua dulce aparecían cuando las condiciones climáticas se volvían más adversas, bien por la estacionalidad propia de las lluvias en climas mediterráneos o por causas más estructurales, como sequías
Por otro lado, como se ha puesto de manifiesto anteriormente, las plantas son fundamentales puesto que suministran la energía que los animales necesitan para vivir. "Nuestros antepasados -exponen los científicos- pudieron adaptarse a vivir en climas mediterráneos en los que el estiaje (falta de lluvias durante el verano) hace especialmente difícil la supervivencia. Por tanto, se producía la siguiente paradoja: cuanto más duro se hacía el clima en la cuenca de Guadix-Baza y alrededores, mayor productividad primaria en Orce. Por eso podemos plantear que Orce debió funcionar como un oasis". Sus humedales de agua dulce aparecían cuando las condiciones climáticas se volvían más adversas, bien por la estacionalidad propia de las lluvias en climas mediterráneos, bien por causas más estructurales (sequías pertinaces). El retroceso del gran lago salino de Baza daba paso a extensiones de terreno que las plantas podían recolonizar al favor de la emergencia de las aguas subterráneas. Pero como todo en la vida, existen límites. Y un exceso de sequía, como se infiere a partir de los registros polínicos de Venta Micena, impedía la presencia humana, añade el artículo publicado.
¿Por qué la vegetación ha sido una de las grandes olvidadas en los estudios de Evolución Humana?
"No podemos descartar que la escasa importancia que se le ha dado a las plantas vaya de la mano de la invisibilización de las actividades que tradicionalmente se han atribuido a las mujeres"
En buena medida, esta pregunta se responde por algo anteriormente destacado en la nota que resume el artículo. "Las plantas, debido a que están compuestas, muy mayoritariamente, de materia orgánica, se descompone con mucha rapidez. Pero no debemos descartar que existe un sesgo importante que tiene que ver con cómo percibimos el pasado. El zoocentrismo presente en las interpretaciones de nuestro pasado más remoto se vincula con la idea de que los seres humanos somos dominantes en la naturaleza. Y para ello, la caza de bestias imponentes resulta fundamental. Además, en la relación de los humanos con sus entornos, la caza (cuando la hubiera, puesto que el carroñeo también ha sido una importante forma de obtención de recursos de origen animal) se ha considerado como una actividad masculina. Mientras, las mujeres se han caracterizado como recolectoras. Y en la recolección, las plantas son fundamentales. Por tanto, no podemos descartar que la escasa importancia que se le ha dado a las plantas vaya de la mano de la invisibilización de las actividades que tradicionalmente se han atribuido a las mujeres".
Como resumen, la nota recoge que "el polen recogido en los yacimientos de Orce pone de manifiesto la presencia de una amplia diversidad de paisajes y hábitats, donde la vegetación mediterránea jugo un papel predominante durante el periodo entre 1,6 y 1,2 millones de años, lo que permitió que los humanos pudieran vivir en la zona cuando el clima y las plantas podían mantener una biomasa animal relativamente alta. Este escenario es el que encontramos en los yacimientos de Barranco León y Fuente Nueva 3".
El trabajo, explica ProyectORCE, ha sido financiado y autorizado por la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Ochando J, Carrión J, Altolaguirre Y, Munuera M, Amorós G, Jiménez-Moreno G, Solano-García J, Barsky D, Luzón C, Sánchez-Bandera C, Serrano-Ramos A, Toro-Moyano I, Saarinen J, Blain H-A, Bocherens H, Oms O, Agustí J, Fortelius M, Jiménez-Arenas JM (2022) «Palynological investigations in the Orce Archaeological Zone, Early Pleistocene of southern Spain». Review of Palaeobotany and Palynology 304, 104725. https://doi.org/10.1016/j.revpalbo.2022.104725