La Junta de Andalucía ha autorizado construir el megaproyecto fotovoltaico de Ence junto a la Dehesa de Santa Fe en zonas con más del 15% de pendiente, a pesar del alto riesgo de erosión y elevadas escorrentías hacia el arroyo Salado que recientemente se desbordó, y todo esto a pesar de tener un procedimiento penal abierto en la Fiscalía, según denuncia la Plataforma en Defensa de la Vega y su Entorno. 

La plataforma ha presentado ante la Delegación de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta en Granada alegaciones contra la modificación del informe vinculante de la autorización ambiental unificada (AAU) concedida al proyecto, puesto que ésta conlleva la supresión del siguiente mandato del Condicionado Especifico de Espacios Naturales Protegidos:

“Dentro del ámbito del proyecto, y para minimización del riesgo de erosión de la lluvia así como su incidencia paisajística desde los espacios protegidos anexos, se evitará el establecimiento de los módulos fotovoltaicos en terrenos con pendientes >15 %”.

Pendientes de hasta el 30%

Según explica la plataforma, la supresión de esta condición impuesta a Ence, tras pedirlo la empresa, permitirá a la compañía situar los módulos fotovoltaicos en cualquier zona de los límites de ese megaproyecto para alcanzar la potencia prevista para cada sector. "Si tenemos en cuenta que una gran parte de la superficie del proyecto presenta más del 15% de desnivel e, incluso, hay zonas con pendientes de más del 30%, pues está claro que una buena parte de los paneles fotovoltaicos se van a ubicar sobre esas zonas de fuerte pendiente".

Las consecuencias principales, a juicio de la plataforma serán:

• Fuerte erosión y pérdida de suelo fértil por los movimientos de tierras, eliminación de la vegetación e incremento de flujos superficiales tras las precipitaciones, sobre todo si tenemos en cuenta lo especificado en el Inventario Nacional de Erosión de Suelos, servicio WMS del Miteco (Ministerio para la Trasición Ecológica) “Erosión Potencial”, según el cual la superficie a ocupar por las plantas solares fotovoltaicas tene suelos con niveles erosivos que van desde 5-10 toneladas/ha/año, hasta más de 200 toneladas/ha/año. 
• Rápida incorporación de las aguas pluviales al cauce del arroyo Salado, debido a la impermeabilización del territorio que conlleva la instalación de módulos fotovoltaicos, incrementando su caudal, frecuencia y magnitud de los desbordamientos en la llanura aluvial del Genil. 
• Gran impacto visual y paisajístico desde los espacios naturales anexos y desde cualquier zona de la Vega de Granada y su entorno. 
• Estas consecuencias se verán agravadas por el cambio climático.

Con estas alegaciones se ha puesto de manifiesto, según la plataforma, que están plenamente vigentes las observaciones presentadas por las asociaciones ambientales en las diferentes fases del procedimiento administrativo, relacionadas con la erosión de suelos, pendientes, mayor frecuencia y virulencia de las avenidas y afección a las poblaciones aguas abajo, afecciones negativas a la Zona de Especial Conservación (ZEC) de La Malahá -la macroplanta se sitúa en un olivar ubicado entre la Dehesa de Santa Fe y la ZEC que conforma el arroyo Salado y su entorno-, carencia de estudio de la hidrodinámica del arroyo Salado y la repercusión sobre éste de la instalación de más de 200.000 módulos fotovoltaicos de Ence así como los numerosísimos de éstos pertenecientes a otros megaproyectos en su cuenca de recepción, por lo que se ha solicitado la paralización total de este proyecto hasta que se resuelva por parte de la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente de Granada la denuncia que se presentó el pasado mes de junio.

La Plataforma en Defensa de la Vega y su Entorno fue constituida a raíz de una propuesta por parte de la empresa Ence, para llevar a cabo un megaproyecto fotovoltaico y su línea de evacuación por la Vega de Granada, denominado éste Ence Atarfe I, II y III y que se desarrolla sobre 5 municipios del Área Metropolitana de Granada.