La Junta iniciará esta primavera el refuerzo del firme de la A-92G, Granada-Santa Fe
La consejera de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio, Marifrán Carazo, ha anunciado que en primavera comenzarán las obras de refuerzo del firme en nueve kilómetros de la autovía A-92G entre Granada y Santa Fe, que cuentan con un presupuesto de 2,8 millones de euros con aportación de fondos europeos y en la que se van a usar materiales asfálticos "sostenibles" (Masai) que ya han sido probados "con éxito" en varias carreteras andaluzas para reducir las emisiones contaminantes, según informa la Junta.
Carazo ha avanzado en la Comisión de Fomento del Parlamento andaluz que esta será “la primera de las muchas obras que se llevarán a cabo para convertir la autovía en el primer corredor verde de Andalucía”. “Es el comienzo de un ambicioso proyecto para una transformación integral de la A-92, que contará con una inversión histórica de cien millones de euros entre 2022 y 2023”, ha manifestado la titular de Fomento, que ha indicado que también está en contratación la reparación del firme de 14 kilómetros de la A-92 entre Sevilla y Alcalá de Guadaíra. Marifrán Carazo ha añadido que la transformación de la autovía “también incluirá actuaciones adicionales como la sustitución de luminarias de sodio por tecnología led o la colocación de pantallas antirruidos”.
La consejera ha detallado que esta importante inversión será posible “gracias a que Europa ha reconocido la apuesta por la Revolución Verde del Gobierno andaluz, con modelos sostenibles en todos los ámbitos, incluidos las carreteras”. El uso de materiales Masai ha propiciado que Andalucía sea “la única comunidad autónoma española receptora de fondos europeos para actuaciones en carreteras”, de los que buena parte irán a la reparación de la autovía A-92.
25.000 vehículos al día
La A-92G, que comunica la capital y la Vega de Granada, soporta 25.000 vehículos al día con un 16 por ciento de tráfico pesado. Su estado de conservación requiere de una nueva capa de rodadura en todo su trazado, salvo en el nuevo enlace con la A-44, de reciente ejecución, los ramales de acceso y salida de la autovía y las vías de servicio a su paso por Santa Fe.
La Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio hará uso de Materiales Asfálticos Sostenibles, Automatizados e Inteligentes (Masai), diseñados con la Universidad de Granada y el Laboratorio de Ingeniería de la Construcción (Labic) de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Granada.
Los Masai son mezclas bituminosas producidas a temperatura máxima de 140 grados y con características singulares, como que al menos el 20 por ciento del peso será material fresado procedente de carreteras deterioradas o el 0,5 por ciento de material reutilizado como polvo de neumáticos. Estas mezclas ya se han probado en pruebas piloto en carreteras granadinas como la A-4026, en Pinos Genil, la A-4028 en Cájar, la A-308 Iznalloz-Darro y puntos de la propia A-92 como el Puerto de la Mora o Guadix.
Una vez analizados los resultados, la consejera ha indicado que los Masai se usarán como material preferente en el refuerzo de firmes en las próximas licitaciones, ya que “minimiza la generación de residuos, las emisiones y el consumo de combustibles fósiles”.
En honor a la tribu africana
Según explica la Junta, la denominación de estas mezclas hace honor a la tribu Masai, asentada en el este de África. Para sus miembros, la tierra y todos sus elementos son sagrados y por ello se niegan a degradarla. Su supervivencia depende de la salud y fortaleza de la naturaleza de su entorno y de aprovechar al máximo todo lo que les proporciona, no generando ningún residuo. Éste es el espíritu principal de los nuevos materiales Masai: reutilizar, reciclar y valorizar productos ya preexistentes, incluso de la propia carretera, de forma que no se sobreexploten los recursos naturales, además de imponer nuevas técnicas de producción que permitan reducir drásticamente la temperatura de fabricación lo que conllevará menores consumos de combustibles fósiles y, por ende, una reducción notable de las emisiones durante la fabricación de las mezclas.
Además, estos materiales también permiten la inclusión de dispositivos con forma de pequeños sensores, que permitirán digitalizar la carretera, obteniendo datos en tiempo real sobre aforos, pesajes, velocidades de circulación o evolución de las propiedades mecánicas del material, entre otros aspectos.