La aurora boreal se abre paso entre las nubes
"De nuevo nos honra con su presencia una aurora boreal en Calar Alto", ha escrito la cuenta del Observatorio en la red X, que en las últimas horas se ha llenado de imágenes de ese fenóneno propio de las regiones polares pero que ha sido visible desde gran parte de España, también en Andalucía.
Aunque las nubes de la pasada noche impidieron observarlo en toda su dimensión, la fotografía distribuida por los investigadores de Calar Alto, como otras compartidas en redes sociales, da cuenta de ello.
Según había explicado en la red X Silvia Laplana, una de las meteorólogas de RTVE, "durante las últimas horas se ha producido la tormenta geomagnética solar más potente desde 2005. Es un nivel 4 en una escala del 1 al 5. El origen lo encontramos en este cúmulo de manchas solares que miden 16 veces el diámetro de la Tierra. Las auroras boreales van a ser un espectáculo esta próxima madrugada. Otra consecuencia de esta potente tormenta geomagnética es que puede afectar a las señales de radio y satélite. La última tormenta solar que no fue tan potente como esta se vieron las auroras en el horizonte desde zonas altas de Sierra Nevada y de la Sierra de Gredos. ¿Habrá suerte esta vez?".
Pues la ha habido en parte. Y, como algunos de nuestros lectores y lectoras han recordado, Gabriel Pozo Felguera publicó un impresionante reportaje que recordó un episodio similar que pudo verse en Granada, en un contexto mucho más dramático, pues ocurrió en plena guerra civil.
Recuperamos este gran reportaje de Gabriel Pozo Felguera que recuerda otro episodio similar ocurrido en 1938:
La noche del fin del Mundo sobre Granada
La Agencia Estatal de Meteorología ha compartido un hilo en la red X en el que detalla el fenómeno de esta pasada noche:
Por lo tanto, al contrario que los fenómenos meteorológicos habituales, se forman mucho más arriba de la troposfera, normalmente a una altitud de entre 90 y 150 km. Las auroras aparecen por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra. El viento solar es más fuerte en momentos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de entre 10 y 12 años. Actualmente estamos cerca del máximo de actividad solar. Las manchas solares indican las zonas de actividad magnética solar asociada con erupciones solares atmosféricas y eyecciones de masa coronal.
Según la WMO, las auroras polares se deben a la presencia de partículas cargadas eléctricamente y eyectadas desde el sol (el viento solar), que actúan sobre los gases enrarecidos de las capas superiores de la atmósfera. El campo magnético de la Tierra canaliza las partículas, principalmente electrones y protones, que colisionan con los átomos y moléculas de los gases de las capas superiores de la atmósfera (termosfera y exosfera). Esas colisiones provocan que los electrones de los átomos de nitrógeno y de oxígeno asciendan temporalmente a un estado energético superior, “excitado”. Al recuperarse los niveles de energía normales, se libera energía que se emite en forma de fotones de luz con distintas longitudes de onda.
Las auroras polares se observan principalmente en arcos próximos a los polos magnéticos (los óvalos aurorales). Pero si la actividad solar es muy intensa, como actualmente, las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra, desencadenando una tormenta geomagnética. Durante estos fenómenos, el óvalo auroral se ensancha temporalmente, lo que permite percibir auroras desde latitudes más bajas.
Y eso es lo que está ocurriendo esta noche: las tormentas geomagnéticas severas de las últimas horas permiten observar auroras boreales (así se llaman las auroras polares del hemisferio norte) desde España, algo muy poco habitual".