El fracaso de las derechas
En una ciudad como Granada, en la que pocos dudan de la fidelidad del electorado conservador, ante la desmotivación por cien motivos del de las izquierdas, lo que siempre parece predecir el triunfo de las derechas en municipales, Paco Cuenca sorprendió en las elecciones de 2019 con una victoria holgada que, sin embargo, no le permitió la suma suficiente para acceder a la Alcaldía, ante el pacto de PP, Cs y la extrema derecha.
Venía el socialista de rescatar la ciudad, tres años antes, con el apoyo de su grupo, Vamos Granada -la marca de Podemos que acabó roto-, IU y Ciudadanos, tras la salida esposado del ayuntamiento de último alcalde del PP, José Torres Hurtado, en un caso de presunta corrupción urbanística por el que pena su concejal Isabel Nieto, y que pese a no ser condenado aún, acabó con la carrera del que fue regidor de Granada durante 13 largos años
Venía el socialista de rescatar la ciudad, tres años antes, con el apoyo de su grupo, Vamos Granada -la marca de Podemos que acabó roto-, IU y Ciudadanos, tras la salida esposado del ayuntamiento de último alcalde del PP, José Torres Hurtado, en un caso de presunta corrupción urbanística por el que pena su concejal Isabel Nieto, y que pese a no ser condenado aún, acabó con la carrera del que fue regidor de Granada durante 13 largos años.
Pero por sorpresa, en el pleno de investidura del 15 junio de 2019, no fue elegido Sebastián Pérez como alcalde, sino Luis Salvador, tras un acuerdo nacional entre ambas formaciones por las que ambos partidos se intercambiaron a Granada como un cromo por el gobierno de Murcia y de la Diputación de Málaga, como luego se confirmó.
Aquel gobierno municipal, sustentado por los 7 concejales del PP, los 4 de Cs y los tres de Vox, sólo en los plenos, no tardó en dar síntomas de desacuerdos internos.
Hasta que el entonces presidente provincial del PP y eterno candidato a la Alcaldía de Granada estalló dos meses después, y en la apertura del curso político, amenazó con romper el gobierno de Granada si Luis Salvador no garantizaba que le cedería la Alcaldía en dos años.
Sebastián Pérez, en el acto de la Alpujarra donde reclamó por primera vez la Alcaldía a Luis Salvador. PRENSA PP
Nadie hizo caso entonces a Sebastián Pérez, que se refería al pacto verbal que minutos antes del pleno de investidura se cerró con un apretón de manos por el que Luis Salvador se comprometía a cederle el bastón de mando del Ayuntamiento a mitad de mandato. Un acuerdo, comunicado a las direcciones nacionales, que, sin embargo, no le reconocieron, sujetos al pacto nacional del reparto de sillones
Nadie hizo caso entonces a Sebastián Pérez, que se refería al pacto verbal que minutos antes del pleno de investidura se cerró con un apretón de manos por el que Luis Salvador se comprometía a cederle el bastón de mando del Ayuntamiento a mitad de mandato. Un acuerdo, comunicado a las direcciones nacionales, que, sin embargo, no le reconocieron, sujetos al pacto nacional del reparto de sillones.
Desde entonces, la tensión aumentaba, en un grupo municipal del PP dividido que, al final, le dio la espalda, salvo el ex subdelegado del Gobierno Francisco Fuentes, a quien Sebastián Pérez propuso para ser alcalde cuando ya se sentía marginado. Y en el pleno del 31 de enero de 2020 anunció que dejaba la presidencia provincial del PP, abandonaba el gobierno del que era primer teniente de alcalde, pero no dejaba el acta, y se pasaba al grupo mixto.
Solo, ya sin el apoyo del partido, en Sevilla y Madrid, respondía con la vehemencia que le caracterizaba en su larga carrera política, a la decisión del alcalde Luis Salvador de cederle a Vox la presidencia de la Comisión de Contratación que se creaba para supervisar los grandes contratos municipales que inicialmente, el bipartito pactó que la dirigiera el PSOE en aras a la transparencia. Pero Vox lo exigió y Salvador se lo dio.
En su salida, explotó: “Me siento echado y traicionado"; "Granada se vendió. Fue un cambio de monedas por Málaga y Murcia"; "Estamos hablando de poner a la extrema derecha al frente de los dos mejores contratos de la ciudad"
En su salida, explotó: “Me siento echado y traicionado"; "Granada se vendió. Fue un cambio de monedas por Málaga y Murcia"; "Estamos hablando de poner a la extrema derecha al frente de los dos mejores contratos de la ciudad". O, en un canto a su defensa, "Sebastián Pérez no es un jarrón chino, es un estratega, un político".
Pero en el fondo de su despedida como militante del PP después de 35 años, 16 de ellos como poderoso presidente provincial, figuraba lo que tanto deseaba y nunca consiguió: la Alcaldía de Granada, en virtud del 2+2 que nadie reconocía.
Luego, en un congreso por aclamación, fue designado el alcalde de Alhendín, Francisco Rodríguez, con el que el PP cerró filas para superar una crisis sin precedentes, a pesar del padrinazgo del histórico alcalde de Alhendín, José Guerrero, -con el que entró en la sede del PP de la mano-
Su marcha provocó el relevo inevitable en la organización provincial popular, primero, con una gestora al que Marifrán Carazo situó a Pablo García, entonces, delegado del Gobierno andaluz. Luego, en un congreso por aclamación, fue designado el alcalde de Alhendín, Francisco Rodríguez, con el que el PP cerró filas para superar una crisis sin precedentes, a pesar del padrinazgo del histórico alcalde de Alhendín, José Guerrero, -con el que entró en la sede del PP de la mano-, en el foco del caso Marchelo, que dejó un agujero a las arcas municipales de 27 millones, y cuya causa judicial aún se ha cerrado.
Con el relevo en el PP de Granada, cambia radicalmente la estrategia, y lo que se le negó a Sebastián Pérez, lo esgrimen entonces para reclamar la Alcaldía de la capital. Estalla la crisis en el bipartito. De la Granada que salía a competir, lema de Luis Salvador, a la lucha en el bipartito, que paraliza Granada Y en la peor maniobra política que se recuerda, los populares de Granada, con Francisco Rodríguez a la cabeza, exige a Luis Salvador la Alcaldía o rompía el gobierno. Lo mismo que dijo Sebastián Pérez.
El argumento del nuevo PP era que Sebastián Pérez era un obstáculo para recuperar la alcaldía. El 1 de junio de 2020, los populares de Granada ejecutan su amenaza y abandonan el gobierno municipal para obligar a Luis Salvador a que deje la Alcaldía.
El presidente provincial, ante su grupo municipal y el secretario provincial, cuando profirió la amenaza de dejar el gobierno si Salvador no cedía la Alcaldía. INDEGRANADA
La ciudad, apenas recuperada de la pandemia del Covid, paralizada. El PP suma para la causa a dos concejales de Ciudadanos, un grupo que salta por los aires, Manuel Olivares y Lucía Garrido, que dejan a Salvador, y se quitan la careta moderada ante la atractiva propuesta popular de tener más y mejores competencias
La ciudad, apenas recuperada de la pandemia del Covid, paralizada. El PP suma para la causa a dos concejales de Ciudadanos, un grupo que salta por los aires, Manuel Olivares y Lucía Garrido, que dejan a Salvador, y se quitan la careta moderada ante la atractiva propuesta popular de tener más y mejores competencias. El otro concejal, José Antonio Huertas, se mantiene fiel al alcalde, que dimite, ante la insostenible situación de parálisis. Los dos abandonan Ciudadanos, un partido en descomposición, por el giro que dio a la derecha, lo que provocó que fuera absorbido por el PP.
Huertas, con el encargo de convocar un nuevo pleno, es alcalde en funciones, el segundo del mandato, al que sucederá el tercero, Paco Cuenca, de nuevo al rescate de la ciudad, con los votos de su mayoritario grupo, 10, los tres de Unidas Podemos, y los de Salvador y Huertas.
Cuenca ofrece el bastón de mando a la ciudadanía, tras ser elegido alcalde de Granada, por segunda vez en tres años, en plenos mandatos. ALEJANDRO CASASOLA
El PP hace el ridículo. Francisco Rodríguez admitirá, posteriormente, "un error gravísimo": haber hecho alcalde en 2019 a Luis Salvador, a quien calificó de un "cadáver político".
Pero ese “cadáver político” se ha consolidado al frente del Ayuntamiento, pese a un error al final del mandato, nada menor, de cálculo de dar de antemano por conseguida la sede de la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial, que aprovechó una derecha dormida, para cebarse y forzarle a recurrir la decisión del Consejo de Ministros
Pero ese “cadáver político” se ha consolidado al frente del Ayuntamiento, y lo que iba a ser para la derecha un paseo de Carazo, se complica, pese a un error al final del mandato, nada menor, de cálculo de dar de antemano por conseguida la sede de la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial, que aprovechó una derecha dormida, para cebarse y forzarle a recurrir la decisión del Consejo de Ministros.
La fortísima apuesta de Granada y su optimismo exacerbado, absolutamente convencida de su potencial por ser la sede de la agencia estatal, generó, proporcionalmente a la inversa, una extrema decepción, por no lograr la ansiada candidatura, tras un año de trabajo, que no olvidó la implicación de la ciudadanía.
Al azote se sumó la Junta de Juan Manuel Moreno, con declaración del Consejo de Gobierno incluida, para que el Gobierno de España rectifique o convoque de nuevo el concurso, en un nuevo frente contra Pedro Sánchez, con declaraciones destempladas y subidas de tono.
Como si el potencial de la IA de Granada, y el cambio productivo que propugna Cuenca, dependiera de una agencia estatal, con apenas varias decenas de funcionarios
Como si el potencial de la IA de Granada, y el cambio productivo que propugna Cuenca, dependiera de una agencia estatal, con apenas varias decenas de funcionarios. El agravio volvió a aparecer.
La oposición municipal, salvado el laborioso trabajo de Unidas Podemos e Independientes, -que concurren el próximo 28 de mayo por separado- ha sido inexistente y de un perfil muy bajo. Cesar Díaz, el portavoz, fue recolocado como gerente del Consorcio Metropolitano de Transporte de Granada.
Es lógico, así, que Marifrán Carazo haya optado por no contar con ninguno de los concejales y concejalas del grupo municipal para su candidatura. Por abrir un tiempo nuevo, tras un cuestionable trabajo del grupo, y no vincularlo a etapas pasadas.
Ahora, Luis González espera recolocación, algunos en el partido lo ven en la Alhambra, como relevo de Rocío Díaz, consejera de Fomento, quien a su vez reemplazó a Carazo; y a Eva Martín, en el Parque Tecnológico de la Salud, tras fichar la candidata del PP a su anterior gerente, de Cs, después de una labor gris, que ha pasado casi desapercibida
Ahora, Luis González espera recolocación, algunos en el partido lo ven en la Alhambra, como relevo de Rocío Díaz, consejera de Fomento, quien a su vez reemplazó a Carazo; y a Eva Martín, en el Parque Tecnológico de la Salud, tras fichar la candidata del PP a su anterior gerente, de Cs, después de una labor gris, que ha pasado casi desapercibida.
El último pleno municipal, del pasado viernes, fue la despedida, aunque no asistió, de Sebastián Pérez, quien hasta el último momento mantuvo sus privilegios municipales, que Cuenca no le quitó, con la gerencia de la Fundación Agua Granada, así como la de Manuel Olivares y Lucía Garrido. Ninguno de los dos, ni en Cs ni en el grupo mixto, dejan grandes recuerdos en gestión o como oposición.
Se marchan Luis Salvador, que asumió un discreto papel en el gobierno municipal socialista, y Huertas, que se ha destacado por ser un buen gestor.
Tampoco repetirá el socialista Miguel Ángel Fernández Madrid, concejal de Urbanismo, que puso orden y transparencia en una parcela capital.
Durante el mandato se marchó al Congreso, el portavoz de Vox, Onofre Miralles, quien sustituyó a Macarena Olona, que tras su fiasco en Andalucía marcó la senda descendente de la extrema derecha, la muleta que puede precisar Carazo.
Ha sido también el mandato de una triste despedida. Granada perdió a una excepcional persona y concejal, José María Corpas, socialista, responsable de Economía y segundo teniente de alcalde, la ciudad le lloró
La irrupción de Vox tampoco aportó nada al Ayuntamiento de Granada. Empeñado en su marginalidad de la defensa nacionalcatólica de España, solo se hizo ver en procesiones y el 2 de enero, la Toma de Granada.
Ha sido también el mandato de una triste despedida. Granada perdió a una excepcional persona y concejal, José María Corpas, socialista, responsable de Economía y segundo teniente de alcalde, la ciudad le lloró.
Y aunque el mandato que termina es ya pasado, es necesario recordarlo para no olvidar de dónde venía Granada, lo que decidieron sus dirigentes, y en qué lugar se sitúa ahora, cuando faltan 29 días para que la ciudadanía decida.