'Algunos de los que dicen que quieren la Agencia Estatal de Salud Pública para Granada, votan por segunda vez en contra de su aprobación'

Tres cosas son fundamentales para mejorar la salud pública de Andalucía:
La primera es sin duda mejorable en Andalucía, como en otras comunidades autónomas. Ninguno de los dos últimos puntos forma parte del hacer del Partido Popular (PP) de Granada y de Andalucía
1.- Un buen control, vigilancia, identificación y evaluación del estado de salud de la población y sus determinantes, así como la detección temprana de amenazas en salud pública.
2.- La no extinción de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y su apoyo a su desarrollo y potenciación
3.- La aprobación de la ley de la Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP)
La primera es sin duda mejorable en Andalucía, como en otras comunidades autónomas. Ninguno de los dos últimos puntos forma parte del hacer del Partido Popular (PP) de Granada y de Andalucía.
A la EASP la extinguieron con sus votos hace unos meses en un Instituto de Salud de Andalucía que no saben cómo armar, después de años de muerte lenta de la institución centro colaborador de la OMS. Y el PP ha votado en contra de la ley que crea una agencia necesaria e imprescindible como es la Agencia Estatal de Salud Pública
A la EASP la extinguieron con sus votos hace unos meses en un Instituto de Salud de Andalucía que no saben cómo armar, después de años de muerte lenta de la institución centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y el PP ha votado en contra de la ley que crear una agencia necesaria e imprescindible como es la Agencia Estatal de Salud Pública (AESAP). El problema es que algunos de los que dicen que quieren la agencia para Granada han votado por segunda vez en contra de su aprobación. Increíble pero cierto. Y ello no puede disociarse del apoyo del propio PP andaluz al cierre de la EASP en Granada, una institución de referencia nacional e internacional con más de 35 años de trayectoria.
La AESAP desde el Congreso
Como dice Rafa Cofiño, profesor asociado de la EASP y miembro de la comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, el voto en contra del PP, Vox y Junts fue sin ninguna argumentación lógica como ya lo hicieron hace unas semanas echando la ley atrás en el Pleno. Y añade que esta tramitación será un buen ejemplo para contar en las escuelas de salud pública (si no las cierran todas) y de cómo la mala política pone palos en las ruedas con el “todo mal porque lo hacen los otros”.
El PP ha decidido oponerse pese a haber conseguido incorporar una enmienda para que el nombramiento del responsable del organismo, aspecto que discutían, se haga "respetando los principios de igualdad, mérito y capacidad, entre funcionarios de carrera" de "reconocida competencia" y sometiéndolo "a consulta previa y debate" del Consejo Interterritorial.
Este avance legislativo lo rodean algunos como el PP de tensiones políticas, un oportunismo institucional que amenaza con socavar su propósito transformador y contradicciones que amenazan con debilitar su impacto antes incluso de que la agencia comience a opera
La AESAP da paraguas a este nuevo organismo para “mejorar la salud de la población, la equidad en salud y su bienestar y proteger a la población frente a riesgos y amenazas sanitarias”. La AESAP es un organismo largamente esperado y más aún desde la crisis de la COVID-19, lo que marca un hito necesario para el fortalecimiento de la salud pública en España. Sin embargo, este avance legislativo lo rodean algunos como el PP de tensiones políticas, un oportunismo institucional que amenaza con socavar su propósito transformador y contradicciones que amenazan con debilitar su impacto antes incluso de que la agencia comience a operar.
Entre la necesidad y el desmantelamiento
España ha arrastrado históricamente un modelo fragmentado y reactivo de salud pública, con estructuras debilitadas y dispersas, escasa coordinación interterritorial, una financiación intermitente, insuficiente capacidad técnica y desigualdad entre territorios. La pandemia evidenció estas carencias: falta de datos en tiempo real, respuesta desigual entre comunidades y una vigilancia epidemiológica desactualizada. Con un enfoque “holístico y transdisciplinar” y bajo el principio de “una sola salud” (que integra la humana, la animal y la planetaria), la agencia actuará en coordinación con comunidades autónomas y otras administraciones y organismos para vigilar el estado de salud de la población y sus determinantes. La AESAP nace, precisamente, con la idea de corregir estas deficiencias, generando un marco estable, coordinado y técnicamente competente para anticipar y gestionar riesgos sanitarios.
Este cierre, además de una pérdida simbólica y académica para Granada, representa una merma directa en el capital humano y técnico en la salud pública del país
En ese sentido, resulta incomprensible —cuando no hipócrita— que el PP vote en contra de una iniciativa de consenso impulsada por expertos del ámbito sanitario, al mismo tiempo que su gobierno en Andalucía haya impulsado el cierre de la EASP, bajo argumentos de integración administrativa con el Instituto de Salud de Andalucía. Este cierre, además de una pérdida simbólica y académica para Granada, representa una merma directa en el capital humano y técnico en la salud pública del país.
El principal riesgo ahora es que la AESAP nazca sin una red sólida de colaboración técnica en todo el territorio, justo lo contrario de lo que requiere un sistema de salud pública moderno
¿Una agencia sin red?
El principal riesgo ahora es que la AESAP nazca sin una red sólida de colaboración técnica en todo el territorio, justo lo contrario de lo que requiere un sistema de salud pública moderno. La desaparición de la EASP limita esa red, dejando un vacío formativo, de investigación aplicada y de transferencia de conocimiento que no será fácil ni rápido de reemplazar. La EASP no solo formaba profesionales; tejía alianzas con organismos internacionales y facilitaba una visión integradora de la salud pública.
Del anteproyecto de Ley de creación de la Agencia Estatal de Salud Pública. Ministerio de Sanidad.
Además, la falta de consenso político en la creación de la AESAP augura dificultades en su implementación práctica. La salud pública, para ser efectiva, necesita menos disputa ideológica y más coherencia institucional.
Una candidatura sin alma técnica
La propuesta de Granada como sede, aunque bien recibida en el imaginario colectivo andaluz y respaldada formalmente por numerosas instituciones, ha sido elaborada de espaldas a parte del personal técnico y académico de la propia EASP. Profesionales con décadas de experiencia en salud pública no participaron, ni fueron consultados sobre los contenidos ni la estrategia. El documento de candidatura se construyó con fines más simbólicos que sustantivos: un intento de reforzar la imagen del Partido Popular andaluz como “defensor de Granada”, al mismo tiempo que se impulsaba la desaparición de la EASP como entidad independiente.
Resulta profundamente contradictorio presentar a Granada como ciudad idónea para albergar la nueva Agencia Estatal mientras se vacía de contenido una de sus instituciones clave, marginando a sus profesionales y erosionando su capacidad de incidencia
Resulta profundamente contradictorio presentar a Granada como ciudad idónea para albergar la nueva Agencia Estatal mientras se vacía de contenido una de sus instituciones clave, marginando a sus profesionales y erosionando su capacidad de incidencia. La EASP ha sido, durante décadas, referente nacional e internacional en formación, investigación aplicada y cooperación internacional en salud pública. Su debilitamiento no puede compensarse con un documento de candidatura hecho a medida para la galería.
Apoyos de cartón
El apoyo institucional que recibió la candidatura —universidades, colegios profesionales, asociaciones— fue, en muchos casos, protocolario y superficial. En un contexto en que cuestionar públicamente la candidatura podía percibirse como una traición a los intereses de Granada, el silencio y la complacencia se impusieron sobre el debate técnico. Así, se perdió la oportunidad de construir una candidatura sólida, honesta y con verdadero arraigo en la comunidad científica y sanitaria.
Más allá de si Granada merece o no la sede —y sin duda tiene méritos acumulados en años para ello—, el problema de fondo es otro: el uso político de las estructuras de salud pública por parte de la Junta de Andalucía, la instrumentalización de instituciones académicas, y la falta de transparencia en la toma de decisiones que afectan al futuro del sistema.
El mismo partido que impulsa una candidatura sin base técnica, que cierra la EASP y que reduce el peso de la salud pública en su gestión territorial, se opone a una ley que busca precisamente reforzar esa misma salud pública que debilita desde dentro
Un voto en contra que revela mucho
En este contexto, el voto en contra del Partido Popular a la creación de la AESAP en el Congreso no solo es un sinsentido: es un símbolo del doble juego político que tanto daño ha hecho al desarrollo de políticas públicas sostenibles. El mismo partido que impulsa una candidatura sin base técnica, que cierra la EASP y que reduce el peso de la salud pública en su gestión territorial, se opone a una ley que busca precisamente reforzar esa misma salud pública que debilita desde dentro.
¿Qué salud pública queremos?
España necesita una política de salud pública que no se limite a crear organismos, sino que los dote de contenido, independencia y capacidad real. Necesita instituciones con visión a largo plazo, y profesionales capaces de incidir sin miedo a represalias políticas. La AESAP podría ser un paso en esa dirección, pero solo si se acompaña de una reconstrucción seria del ecosistema de salud pública, desde abajo y con participación real.
Granada además necesita de una EASP fuerte, autónoma y respetada. Porque sin instituciones sólidas no hay salud pública, y sin salud pública no hay política que valga
Granada además necesita de una EASP fuerte, autónoma y respetada. Porque sin instituciones sólidas no hay salud pública, y sin salud pública no hay política que valga.
La creación de un organismo para mejorar la vigilancia del estado de salud de la población y protegerla ante presentes y futuras amenazas se plasmó por primera vez en una ley en el año 2011. Entonces gobernaba el PSOE pero hasta ahora no se ha hecho realidad. La pandemia convenció al Ejecutivo, una década después, de que había que retomar el proyecto con urgencia.
La ley deja algunas incógnitas como el lugar donde se ubicará –varias ciudades se han postulado, entre las cuales está Granada– o la dirección de la Agencia.
La AESAP pretende ser un centro de excelencia técnico-científico en salud pública, con funciones de vigilancia, gestión de riesgos, coordinación interterritorial, comunicación, investigación y formación
Entre sus funciones figura la información y comunicación pública sobre riesgos, la coordinación ante crisis sanitarias y el refuerzo de los servicios autonómicos. Además, ofrecerá asesoramiento técnico y científico, impulsará la innovación, la investigación y la formación en salud pública, y fomentará la cooperación entre actores del sistema. Todo ello, “con especial atención a los determinantes sociales de la salud y las desigualdades sociales en salud”, según recoge la ley. La AESAP pretende ser un centro de excelencia técnico-científico en salud pública, con funciones de vigilancia, gestión de riesgos, coordinación interterritorial, comunicación, investigación y formación.
Conclusión: No basta con legislar
La ley que crea la AESAP es un paso adelante, pero insuficiente si no se acompaña de una política coherente de fortalecimiento del ecosistema de salud pública. Y eso pasa por respetar y reforzar instituciones consolidadas como la EASP, no por desmantelarlas.