Tras dos legislaturas al frente de una de las áreas más complicadas del Gobierno andaluz, la de Educación, que exige vocación y compromiso para atender el día a día de más de 200.000 estudiantes, los centros en los que estudian, las actividades que practican, su profesorado y sus familias, Ana Gámez deja la primera línea de la política para volver a las aulas. 

Ocho años son "suficientes", en palabras de Gámez, que entiende la política como una actividad que "no debería profesionalizarse". Y con esa convicción, y "cumplida" la tarea que ha desempeñado, regresa a su trabajo.

De esta etapa "de mucho interés" al frente de Educación, responsabilidad a la que sumó las competencias de Cultura y Deporte en 2012, ha aprendido "mucho", incluso de "los malos ratos", que también ha vivido. Y cree que la actividad pública es algo que "deberían plantearse muchos ciudadanos" porque "a lo mejor nos cambiaba el punto de vista sobre lo público y la tarea de quien se dedica a lo público". Ojalá "muchas personas se dedicaran al bien común".