Desde que el pasado 18 de enero, María Jesús Montero fuese proclamada secretaria general de los socialistas andaluces, Moreno Bonilla y los suyos no levantan cabeza. Y no porque, la decimosegunda legislatura en Andalucía estuviese siendo un paseo para los populares. Puesto que el desmantelamiento de la salud pública, la educación, la dependencia, las interferencias para con la materialización de las ayudas al alquiler joven y un largo etcétera, ya habían empezado a complicarles, muy seriamente, la arena política desde el mismo día en el que la Intervención General de la Junta de Andalucía hizo público aquel informe sobre fraccionamiento masivo de contratos millonarios en el Servicio Andaluz de Salud para “eludir la ley”, que terminó precipitando en el cese de la interventora general de la Junta de Andalucía, María Antonia González Pavón.

El ahora conocido como “Efecto Montero” no empezaría a materializarse hasta la semana previa al congreso regional de los socialistas en Armilla, con el escándalo que supuso la filtración de la contabilidad de los populares sevillanos

Antes de aquello, la labor de oposición que se había venido capitaneando desde los provinciales del PSOE en Sevilla y Jaén, ya habían empezado a dar sus frutos. Por un lado, con la recuperación de la alcaldía jienense. Y por el otro, logrando sentar en el banquillo como imputado en el “Caso Tanatorio” al presidente de los populares sevillanos, hombre de confianza de Juanma Moreno  y actual delegado de la Junta, Ricardo Sánchez. Por cierto, el mairenero está llamado a declarar en los juzgados de Carmona el próximo lunes, 3 de marzo. Sin embargo, el ahora conocido como “Efecto Montero” no empezaría a materializarse hasta la semana previa al congreso regional de los socialistas en Armilla, con el escándalo que supuso la filtración de la contabilidad de los populares sevillanos. Un disparo en el pie que puso de manifiesto, la nefasta gestión que, en la propia capital andaluza se estaba haciendo de la primera mayoría absoluta de Moreno Bonilla en San Telmo. A pesar de coincidir con el complicado gobierno municipal de José Luis Sainz en el ayuntamiento de Sevilla.

A todo lo anterior se le añaden los incendios que le han supuesto en la Andalucía Oriental el escándalo de la Policía Local de Granada y la recta final del mediático “Caso Marchelo”

A todo lo anterior se le añaden los incendios que le han supuesto en la Andalucía Oriental el escándalo de la Policía Local de Granada y la recta final del mediático “Caso Marchelo”. Una macrocausa, con más de veinte años de instrucción, reconocida como el mayor caso de corrupción urbanística del PP en Granada, con epicentro en Alhendín y en la que el marido de Ana Rosa Quintana, y el presidente de los populares granainos y de la diputación, se han estado repartiendo los titulares y los focos de los medios regionales y nacionales, durante los días previos al Congreso del PSOE-A que ratificó a María Jesús Montero como la número uno de los socialistas andaluces.

Ha sido así, como hemos llegado hasta este 28 de febrero con la actual vicepresidenta del gobierno volviendo a poner al actual presidente de la Junta contra las cuerdas. Dado que, se mire por donde se mire, Andalucía es la comunidad autónoma que sale más beneficiada de la quita de la deuda ideada por la actual titular del Ministerio de Hacienda. Ya que de 83.253 millones de euros, le corresponderán 18.700 millones. Sin embargo, da la sensación de que a Juanma Moreno le hayan suplantado el poder y la personalidad en Andalucía, Nuñez Feijoo y Díaz Ayuso, al obligarlo a entonar aquel recurrente “donde dije digo, digo Diego” que ha puesto en tela de juicio ese impostado andalucismo de salón, del que al presidente andaluz tanto presumía en los últimos tiempos. Precisamente, el día más importante del año para los andaluces y las andaluzas. 

La hemeroteca nos recuerda que fue el propio Moreno Bonilla, en noviembre de 2023, quien dijo que "la Junta no tendría ningún problema en aceptar 17.800 millones de euros de quita". Por eso resulta tan difícil de entender que hoy, 28 de febrero de 2025 el actual presidente del ejecutivo andaluz sea capaz de rechazar mil millones de euros, más, por imposición de Génova y en contra de los intereses de Andalucía. Curiosamente, en noviembre de 2014, siendo Feijoo presidente de la Xunta de Galicia, también manifestaba públicamente que “las comunidades autónomas tenemos un problema enorme que, viene de atrás y del que nadie quiere hablar. Y éste no es otro que el de la deuda pública. Las comunidades autónomas están muy endeudadas y especialmente Cataluña está muy endeudada”. 

Moreno Bonilla debería reflexionar sobre por qué el actual presidente del Partido Popular dice hoy lo contrario de lo que decía cuando era presidente de Galicia y lo obliga a él mismo a contradecirse

Quizás por ello, Moreno Bonilla debería reflexionar sobre por qué el actual presidente del Partido Popular dice hoy lo contrario de lo que decía cuando era presidente de Galicia y lo obliga a él mismo a contradecirse. De lo contrario, es muy posible que en esa huida hacia delante que está protagonizando Feijóo para evitar terminar como terminó Pablo Casado, arrastre al propio Juanma Moreno. Definitivamente, no nos hallamos ante una cuestión menor. Moreno Bonilla tiene sobre la mesa poder resolver en gran medida parte de una demanda histórica. Una cuestión que además de perjudicarlo políticamente, nos está mezclando a las andaluzas y andaluces en una guerra interna del Partido Popular que, ni nos va, ni nos viene. De hecho, sería importante que el señor Feijóo tuviese muy presente aquellas declaraciones hechas en 2014 porque llegó a decir, “si yo estoy preocupado con una deuda de 27.000 millones en Galicia, imagínense si yo fuese catalán y presidente de la Generalitat y tuviese una deuda de 60.000 millones. Intentaría que el gobierno de España y los presidentes autonómicos nos pusiéramos de acuerdo para ver como afrontábamos la viabilidad de los servicios públicos”.

Justamente, lo que acaba de hacer María Jesús Montero. Y ante lo que los representantes de todas las comunidades autónomas gobernadas por el PP, incluida Andalucía, se levantaron y se marcharon, hace unos días, dejando plantada a la ministra y al resto de representantes de comunidades que acudieron a dicha reunión. Por todo ello, me temo que, si Moreno Bonilla no reacciona bien y pronto, se va a acordar durante muchos años de que el 28 de febrero de 2025, no solo tuvo una conmemoración del Día de Andalucía, meteorológicamente complicada, sino porque fue el día en el que le pasó por encima una dana llamada María Jesús Montero, con una lluvia de 18.700 millones de euros que él rechazó. Unos caudales de los que los andaluces y las andaluzas, desgraciadamente, habituados a convivir con la sequía, no nos vamos a olvidar la próxima vez que tengamos que ir a depositar nuestro voto en una urna, con motivo de unas elecciones autonómicas.