'Palestina, un genocidio televisado'

Enciendo el televisor para ver el Telediario y no puedo soportar las terribles imágenes que llegan desde Gaza. El Telediario coincide con la hora de comer y me resulta indecente estar disfrutando de una comida caliente, mientras veo cómo una bomba de precisión revienta un edificio con centenares de personas dentro. Me siento estremecido al ver niños, abuelos y mujeres, muertos por los bombardeos y envueltos en mortajas. Los equipos de rescate recuperan los cuerpos, aún con vida, de algunas víctimas sepultadas bajo montañas de escombros. No se trata de un terremoto, sino de las mortíferas bombas israelíes que machacan sin piedad a la población civil.
Los supervivientes son trasladados a hospitales sin energía eléctrica, donde intentan curar sus graves heridas con la luz de una linterna, sin anestesia y con vinagre, como único desinfectante
Los supervivientes son trasladados a hospitales sin energía eléctrica, donde intentan curar sus graves heridas con la luz de una linterna, sin anestesia y con vinagre, como único desinfectante. Gaza está sin luz, tampoco tiene agua, escasean los alimentos y el combustible, y la ayuda humanitaria es insuficiente para más de dos millones de personas. El bloqueo que Israel ha impuesto al gran gueto de Gaza se parece cada vez más a un asedio medieval, un castigo colectivo para rendir a la población por hambre y sed. Y me pregunto: ¿cómo es posible que el régimen israelí esté haciendo con los palestinos lo mismo que los nazis hicieron con los judíos?
En tres semanas de bombardeos indiscriminados, Israel ha matado ya a más de 10.000 palestinos, entre los que hay 3.800 niños
En tres semanas de bombardeos indiscriminados, Israel ha matado ya a más de 10.000 palestinos, entre los que hay 3.800 niños. Y llego a la conclusión de que llamar "derecho a defenderse" a esta masacre televisada es hacer apología del genocidio, pues son crímenes contra la humanidad que cuentan con el apoyo infame de Estados Unidos y el silencio cómplice de la Unión Europea. Ante esta pasividad vergonzosa, activistas de los Derechos Humanos han interrumpido una sesión del Senado de Estados Unidos, con las manos manchadas de pintura roja, para exigir un alto el fuego y salvar a los niños palestinos.
El dolor, la rabia y la impotencia que siento, me llevan a participar en manifestaciones para exigir que paren el genocidio en Palestina
El dolor, la rabia y la impotencia que siento, me llevan a participar en manifestaciones para exigir que paren el genocidio en Palestina. Somos miles los que hemos salido a la calle, horrorizados por la masacre que estamos viendo, casi en directo, en televisión.
He firmado manifiestos para pedir un alto el fuego y he mostrado mi apoyo a las huelgas estudiantiles en defensa de la causa palestina.
También escribo artículos como éste. ¿Qué más puedo hacer? Pues colaborar con la campaña de boicot a Israel para obligarlo a cumplir la legalidad internacional.
El régimen sionista ha cometido el error de llevar a los palestinos al borde del exterminio. Pretende obligarlos a abandonar su tierra. Parece que para Netanyahu la "solución final" es la expulsión de los palestinos
El régimen sionista ha cometido el error de llevar a los palestinos al borde del exterminio. Pretende obligarlos a abandonar su tierra. Parece que para Netanyahu la "solución final" es la expulsión de los palestinos. Es el propio Israel, con su brutal política de apartheid, el que ha creado a Hamás. Y ahora pretende aniquilar a esta milicia palestina, pero ha crecido tanto, que ya es imposible acabar con ella. Los soldados israelíes ya no se enfrentan a cuatro jóvenes con piedras. A partir de ahora, tendrán que llevar chalecos antibalas.
Cuando escribo estas líneas se ha iniciado la invasión terrestre de Gaza por el ejército israelí. Las columnas de vehículos militares nos recuerdan la invasión del ejército ruso en Ucrania, pero esta vez no hay condena internacional. El doble rasero pone en evidencia a las decadentes democracias occidentales.
El ejército de ocupación israelí se enfrenta, cuerpo a cuerpo, con la resistencia palestina, bien entrenada y conocedora del terreno. En su intento de acabar con Hamás vale todo.
Son daños colaterales, dice el régimen sionista. El fin justifica los medios. Pero lo único cierto es que Israel está cometiendo crímenes de guerra, que deben ser juzgados por la Corte Penal Internacional
Si tienen que matar a un dirigente de esta milicia palestina, aunque esté acompañado por su familia, no dudan en eliminar a todos, niños incluidos. Son daños colaterales, dice el régimen sionista. El fin justifica los medios. Pero lo único cierto es que Israel está cometiendo crímenes de guerra, que deben ser juzgados por la Corte Penal Internacional.
Las colonias ilegales en territorios ocupados, conocidas como kibutz, también sufren una crisis de seguridad, desde el ataque de Hamás. Y las familias de los 239 rehenes israelíes, secuestrados por las milicias palestinas, cada vez presionan más para que sean canjeados por 6.000 presos palestinos que llevan años sufriendo torturas en las cárceles de Israel.
El régimen de Tel Aviv tiene que saber que no habrá seguridad para Israel, hasta que no haya justicia para el pueblo palestino.