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'¡Abolición de la prostitución ya!'

Blog - Punto de fuga - Cristina Prieto - Jueves, 26 de Mayo de 2022
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Dice el Gobierno que en España hay unas 45.000 mujeres y niñas en situación de prostitución pero sabemos que son más, hasta 300.000 según algunas fuentes. Esclavizadas, amenazadas, golpeadas, drogadas y con graves problemas de salud, se ven obligadas a ofrecer su cuerpo a hombres que anteponen su placer a cualquier atisbo de humanidad.

El próximo sábado, convocadas por la Plataforma Abolición Prostitución, miles de mujeres acudirán a Madrid para reclamar al Gobierno que tenga en consideración la propuesta de Ley Orgánica trabajada por el movimiento feminista que abarca desde la atención integral a las mujeres prostituidas hasta el desmantelamiento del sistema prostitucional que mueve en nuestro país cinco millones de euros al día

El próximo sábado, convocadas por la Plataforma Abolición Prostitución, miles de mujeres acudirán a Madrid para reclamar al Gobierno que tenga en consideración la propuesta de Ley Orgánica trabajada por el movimiento feminista que abarca desde la atención integral a las mujeres prostituidas hasta el desmantelamiento del sistema prostitucional que mueve en nuestro país cinco millones de euros al día. Más de ciento cincuenta organizaciones feministas abolicionistas volverán a gritar, como ya lo hicieron el pasado 8 de marzo en muchas ciudades españolas, que la prostitución no es un trabajo, que viola los derechos humanos de las mujeres y sus cuerpos. Y, a pesar de que Pedro Sánchez intentó apuntarse un tanto el pasado mes de octubre en el 40 Congreso Federal del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tras anunciar que habrá una ley abolicionista de la prostitución, lo cierto es que se ha negado, reiteradamente, a recibir a la Plataforma que ha elaborado la propuesta. Ya sabemos que, una cosa es predicar y otra dar trigo. Incluso, el pasado 18 de mayo retiró la enmienda a la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual (conocida como Ley del sí es sí) que penalizaba la prostitución. Fueron más fuertes las amenazas de Podemos – que se ha manifestado en numerosas ocasiones a favor de su regularización como un trabajo- que las condiciones de esclavitud en las que miles de mujeres son prostituidas en nuestro país. Dudo mucho que, quienes consideran que ser violada hasta quince veces al día es un empleo como otro cualquiera, quieran pasar por esa experiencia o aplaudieran la decisión de sus hijas si decidieran entrar en ese submundo. Es mejor que las putas sean siempre otras. 

España, que en pocos sectores ocupa las primeras posiciones en el ranking europeo, ostenta el vergonzante honor de ser líder en consumo de prostitución

España, que en pocos sectores ocupa las primeras posiciones en el ranking europeo, ostenta el vergonzante honor de ser líder en consumo de prostitución. Es decir, que nuestros machos son más puteros que nadie. Triste podio para tan execrable práctica que consiste en someter el cuerpo de una mujer, que no te desea y a la que incluso das asco, para comprar el placer sexual anónimo que refuerza tu poder. Nuestros ‘campeones’ son capaces de violar retiradamente a mujeres que pueden tener la edad de sus propias hijas o nietas sin ningún remordimiento porque piensan que, con unos euros, la cuenta queda saldada. Y, al subirse los pantalones y cerrar la cremallera, una enorme sonrisa aflora a sus labios sin percibir que, lo que acaba de hacer es, quizá, una de las formas más extremas de violencia que perpetúa una cadena de agresiones en la que los eslabones más débiles, las mujeres, son sustituidos según se rompen por otros cuerpos femeninos preparados para seguir sufriendo. Aquí no hay ninguna duda de quiénes son mujeres.

La libre elección no existe cuando no se tiene al alcance el abanico de posibilidades para realizar la criba. Si no hay otra salida, no hay capacidad para elegir

Desde el feminismo se repite una y otra vez que ninguna mujer nace para ser puta, que los cuerpos de las mujeres no son un bien de consumo, que esta actividad no es un trabajo, pero seguimos escuchando la máxima liberal de que es una elección y que cada persona puede hacer con su cuerpo lo que quiera. No intenten engañar, la libre elección no existe cuando no se tiene al alcance el abanico de posibilidades para realizar la criba. Si no hay otra salida, no hay capacidad para elegir. Lean a la filósofa Ana de Miguel y lo entenderán.

Las élites económicas y empresariales de algunos países han encontrado en la prostitución una manera de mejorar sus cuentas

Es especialmente interesante también el libro de Rosa Cobo Bedía, La industria del sexo y el capitalismo neoliberal, para entender cómo algunos países que no han podido engancharse a la economía global han apostado por las economías ilícitas como la industria armamentística, el narcotráfico y el sexo. Las élites económicas y empresariales de algunos países han encontrado en la prostitución una manera de mejorar sus cuentas. Las niñas y mujeres son desechables e intercambiables, hay muchas, tienen muy bajo coste y aportan grandes beneficios. El gran negocio del sexo se ha infiltrado en grandes empresas, organismos internacionales, la judicatura y la política sin cuya connivencia sería imposible validar el tráfico de mujeres por todo el mundo.

Hay agencias de viajes que ya tienen preparadas a niñas y adolescentes para ofrecer a los turistas sexuales dentro de su paquete vacacional y pequeñas de 4 o 5 años son expuestas en hornacinas en algunos hoteles de lujo en Birmania para que el cliente escoja y pague por su virginidad. Cada vez más jóvenes, cada vez más frágiles, cada vez más expuestas al deseo depredador de varones sin escrúpulos que pagan por destruir vidas y cuerpos. Ninguna sociedad puede consentir tal ignominia.

Si no has tenido la oportunidad de leerlos y quieres volver a hacerlo, estos son otros artículos de Cristina Prieto en este blog, 'Punto de Fuga':

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Cristina Prieto

Madrileña afincada en Andalucía desde 1987, primero en Almería y posteriormente en Granada donde he desarrollado mi carrera profesional como periodista. Me licencié en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, cursé mi suficiencia investigadora en la Universidad de Granada dentro del programa Estudios de la Mujer y leí mi tesis doctoral en la Universidad de Málaga.