Sueños que se viven. Campaña de verano del Patronato de Turismo.

'El Apocalipsis según Tropical Fuck Storm'

Blog - Un blog para melómanos - Jesús Martínez Sevilla - Miércoles, 2 de Julio de 2025
Tropical Fuck Storm – 'Fairyland Codex'.
Portada de 'Fairyland Codex', de Tropical Fuck Storm.
Discos Marcapasos.
Portada de 'Fairyland Codex', de Tropical Fuck Storm.

No sé si soy el único, pero a ratos se me olvida la cantidad de grupos de rock de calidad que vienen de Australia. Supongo que tiendo a pensar en Estados Unidos y Reino Unido cuando escucho a alguien cantar en inglés y se me olvida que Australia ha parido a leyendas como AC/DC y Nick Cave. En tiempos más recientes, grupos tan influyentes como Tame Impala o King Gizzard & The Lizard Wizard han salido de la isla-continente, al tiempo que han cultivado una escena algo más underground donde han hecho interesantes mezclas de garage rock, post punk y psicodelia, especialmente en la ciudad de Perth, en el estado de Australia Occidental. De ahí han salido grupos tan peculiares como Pond, Psychedelic Porn Crumpets o The Drones. Este último grupo quedó en pausa en 2016, y dos sus miembros, Gareth Liddiard y Fiona Kitschin, formaron una nueva banda junto a Erica Dunn y Lauren Hammel. Se pusieron por nombre Tropical Fuck Storm (!), y es de ellos de quienes voy a hablar hoy.

 Pero diría que Tropical Fuck Storm encajan aún mejor en esta línea: su particular sonido combina post-punk con influencias del blues desde el ruidismo y la experimentación, sin renunciar ciertos toques psicodélicos

El caso es que, quizás por esa ceguera inconsciente hacia lo originario de aquel país, hasta ahora no los había incluido al escribir sobre la nueva ola de grupos que están reinventando el art rock en esta década. El centro claro está en Reino Unido, de donde salieron los tres grupos fetiche de esta tendencia (si bien parece que ya solo Squid están yendo por este camino), y hace dos años presentaron su candidatura los estadounidenses Geese, cuyo fantástico 3D Country reimaginaba la Americana y el rock clásico desde nuevas coordenadas. Pero diría que Tropical Fuck Storm encajan aún mejor en esta línea: su particular sonido combina post-punk con influencias del blues desde el ruidismo y la experimentación, sin renunciar ciertos toques psicodélicos. Su creatividad como compositores va de la mano de un inmenso talento como intérpretes, por lo que sus canciones acostumbran a dar giros de guion inesperados, desatando tormentas eléctricas perfectamente medidas que te sacuden hasta los huesos. Y en su nuevo álbum, Fairyland Codex, han decidido aplicar sus habilidades para narrar nada menos que el Apocalipsis.

Lo digo en parte de manera literal: varias canciones del disco, como la inicial “Irukandji Syndrome” y especialmente “Joe Meek Will Inherit the Earth”, contienen citas del Apocalipsis de Juan

Lo digo en parte de manera literal: varias canciones del disco, como la inicial “Irukandji Syndrome” y especialmente “Joe Meek Will Inherit the Earth”, contienen citas del Apocalipsis de Juan. Y es que Tropical Fuck Storm sienten que el mundo marcha muy mal, como tantos de nosotros en los últimos tiempos, y este álbum es una vívida y, por momentos, asfixiante exploración de ese camino a la perdición por el que nos estamos despeñando, a la cual Dunn y Kitschin a coro nos invitan a unirnos en “Joe Meek Will Inherit the Earth”: “If you're wondering where it/Where it all went wrong/If you're wondering, come and see”. Así, “Goon Show”, con su ritmo torpón y enervante, nos habla de esta “edad dorada de los gilipollas”, describiendo con ironía la entusiasta estupidez de los extremistas que pueblan la actualidad política. Por su parte, la larguísima canción que da nombre al álbum nos relata nuestra destrucción del planeta mediante el tropo del descenso a los infiernos, alternando momentos acústicos de influencia folk con explosiones de ruido, mientras Liddiard canta con una angustia palpable en la voz acerca de nuestro suicidio colectivo.

El tono aciago de las letras recorre todo el tracklist, si bien no siempre la música transmite sensaciones tan deprimentes

El tono aciago de las letras recorre todo el tracklist, si bien no siempre la música transmite sensaciones tan deprimentes. “Dunning Krueger's Loser Cruiser” se ríe de quienes buscan refugiarse en una “vida privada” que, en realidad, no puede aislarlos del deterioro de nuestra vida social; pero su divertido estribillo transmite justamente esa despreocupación que están parodiando (“I feel good for no bad reason/I feel bad for no good reason/I'm breaking necks in my brand new dress”). “Bloodsport” no podía ser más animada ni más dinámica a nivel instrumental, con su grandiosa línea de bajo, su batería sincopada y sus afiladas guitarras que parecen estar tocando en tempos diferentes, aunque su letra nos advierta de que “there's no safeword/when the bubble explodes”. A su vez, “Teeth Marché” tiene el groove más delicioso del disco, y quizás por eso mismo Dunn nos habla en ella del placer de dejarse llevar por los impulsos consumistas... y de la amenaza que se esconde siempre por debajo de esa alegría momentánea (“Those diamonds in your back pocket will all catch up with you/Did you forget to check the temp?/It's running pretty low”).

De hecho, el tracklist contiene también una canción de amor de la talla de “Stepping on a Rake”, la cual, a pesar de su tono abatido, nos habla de que incluso en el peor escenario imaginable es posible encontrar un refugio en los demás (“I'm still your island when you're washed away”)

De hecho, el tracklist contiene también una canción de amor de la talla de “Stepping on a Rake”, la cual, a pesar de su tono abatido, nos habla de que incluso en el peor escenario imaginable es posible encontrar un refugio en los demás (“I'm still your island when you're washed away”). Con todo, tanto el inicio como el final del disco difícilmente podrían ser más sombríos. Ambas canciones cuentan historias con un aroma fantástico. “Irukandji Syndrome” da la bienvenida al álbum narrando el encuentro de un barco pesquero extraviado con una criatura marina, una medusa Irukandji gigante, y concluye justo antes de que esta destruya el navío. A esta historia de proporciones épicas le corresponde el mayor despliegue de potencia del grupo, que toca aquí con una furia abrumadora que recuerda a su canción más escuchada, “You Let My Tyres Down”. En cambio “Moscovium”, el último tema, transmite la más pura desolación en unos primeros compases donde acentúan la influencia blues, mientras dejan caer referencias a abducciones, fantasmas y torturas. Entonces, Liddiard y Dunn se ponen a aullar “Murderers! Murderers!” con desesperación y se desata de nuevo el caos.

En fin, que me he quedado ojiplático con este disco. A pesar de lo duro de la temática, llevo escuchándolo en bucle desde que salió, y apenas le encuentro puntos flacos

En fin, que me he quedado ojiplático con este disco. A pesar de lo duro de la temática, llevo escuchándolo en bucle desde que salió, y apenas le encuentro puntos flacos. El principal es que “Bye Bye Snake Eyes”, la penúltima canción, resulta bastante menos seductora que el resto del LP, aunque su incorporación de influencias folk y de más instrumentos acústicos aporta un bienvenido respiro. También hay alguna canción que resulta ligeramente menos dinámica o sorprendente a nivel instrumental, si la comparamos con los mejores temas. Lo cual no quiere decir que sean mediocres: no hay ni un solo ápice de mediocridad en este álbum, que desde ya puede ser considerado uno de los mejores discos de rock del año y, probablemente, de la década. Y lo mejor es que estos cuatro van a tocar en cuatro localidades de España este verano, por lo que podremos disfrutar de estas canciones (y las de sus discos anteriores, que también son muy interesantes) en directo. Después de esto, prometo no volver a pasar por alto a un grupo australiano.

 

Imagen de Jesús Martínez Sevilla

(Osuna, 1992) Ursaonense de nacimiento, granaíno de toda la vida. Doctor por la Universidad de Granada, estudia la salud mental desde perspectivas despatologizadoras y transformadoras. Aficionado a la música desde la adolescencia, siempre está investigando nuevos grupos y sonidos. Contacto: jesus.martinez.sevilla@gmail.com