Qué mala suerte ha tenido Maialen, la última mujer asesinada en Vitoria. Con todo el lío de la campaña electoral, a la ministra no le ha dado tiempo a poner el tuit plantilla lamentando haber llegado tarde. El minuto que le quedó libre se lo dedicó a Tina Turner. Tanto mitin, tanto micrófono en mano recorriendo el escenario de un lado a otro vomitando consignas sin pausa, tanto simpatizante y acólito a los que sonreír no le han dado respiro. Menos mal que ahora, después de saber el resultado de trajín, se ha acordado de que es ministra de Igualdad y, rápidamente, ha convocado un comité de crisis para el 2 de junio con el fin de “analizar caso a caso y reforzar la capacidad de respuesta institucional para proteger a todas las mujeres frente a la violencia machista”, según reza el mensaje lanzado el pasado martes en la red social Twitter.

Este es el tercer comité de crisis convocado por el Ministerio de Igualdad que se reúne cuando, en el periodo de un mes, se alcanzan o superan los cinco asesinatos machistas.

Este es el tercer comité de crisis convocado por el Ministerio de Igualdad que se reúne cuando, en el periodo de un mes, se alcanzan o superan los cinco asesinatos machistas. El primero fue en diciembre de 2022, cuando once mujeres fueron asesinadas y el segundo en enero de 2023 con el registro de ocho feminicidios.  En estas reuniones participan las comunidades autónomas afectadas, los ministerios de Interior y de Justicia y la Fiscal de Sala Delegada de Violencia sobre la mujer.

Maialen, embarazada de gemelos, tenía un expediente de violencia de género desde hace meses abierto por la Policía Nacional y sobre su ex pareja pesaba una orden de alejamiento en vigor dictada por un juzgado de Torremolinos. La misma Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ha confirmado que existían denuncias previas contra su asesino. ¿Qué podía fallar?

Realmente, el equipo de Irene Montero pasará a la historia como el más nefasto al frente de una responsabilidad tan importante como preservar la vida de las mujeres y ofrecer una salida digna a aquellas que han reunido la valentía suficiente y el arrojo necesario para denunciar a sus maltratadores

Ojalá sea el último comité de crisis que celebre la ministra. Será una doble buena señal, no se alcanzarán los cinco asesinatos machistas durante el mes de junio y lo que queda de julio hasta el día 23 que volvamos a las urnas y, con suerte, habrá relevo en el Ministerio de Igualdad, si este se mantiene. Realmente, el equipo de Irene Montero pasará a la historia como el más nefasto al frente de una responsabilidad tan importante como preservar la vida de las mujeres y ofrecer una salida digna a aquellas que han reunido la valentía suficiente y el arrojo necesario para denunciar a sus maltratadores. Presupuesto no le ha faltado pero le ha sobrado soberbia, colorines, batucadas, purpurina y fanfarrias.

Lo peor es que su ineptitud nos alcanzará a todas y, si los vientos de la derecha se convierten en un huracán con la alianza de la derecha y la extrema derecha, la excusa para eliminar el Ministerio de Igualdad está servida

Lo peor es que su ineptitud nos alcanzará a todas y, si los vientos de la derecha se convierten en un huracán con la alianza de la derecha y la extrema derecha, la excusa para eliminar el Ministerio de Igualdad está servida. Qué oportunidad se ha perdido, qué presupuesto tan dilapidado y cuánto despilfarro del capital humano que atesoran las organizaciones feministas se ha tirado por la borda en esta legislatura para fiarlo todo a la perfomance constante de la cuchipandi.

Dirigir un ministerio de Igualdad tiene como objetivo principal conseguir que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades y eliminar todas las violencias que amenazan la vida de más de la mitad de la población que es, algo más, que habilitar teléfonos y encargar aplicaciones móviles. Las últimas ocurrencias son un teléfono arcoíris para denunciar agresiones homófobas -que el Ministerio de Igualdad tenía previsto poner en marcha este verano por la módica cifra de 3,2 millones de euros- y una aplicación móvil para contabilizar las horas que hombres y mujeres dedican al trabajo doméstico. Realmente, no podríamos vivir sin ella.

Y, mientras pretenden entretenernos, este año han sido asesinadas ya veinte mujeres (una media de cuatro al mes) y un total de 1.204 desde 2003, año en el que empezaron a contabilizarse. Las agresiones sexuales con penetración han aumentado un 53,2% desde 2019 (datos del cuarto trimestre del 2022) y la pornografía entre menores está haciendo estragos.