'Sentimientos enterrados'
Seguir el rastro a los inventos del pensamiento queer es, realmente, agotador. No dejan espacio sin remover, piedra sin atacar o esqueleto que renombrar. Pero, lo que no se comprende es el dinero público que se está empleando en los delirios de un grupo minoritario que está arrastrando a toda la sociedad a creerse sus patrañas. Se podrían encontrar palabras menos gruesas para describir sus intenciones, pero es necesario que la gente entienda con claridad de lo que estamos hablando.
El Ministerio de Igualdad se ha gastado dinero en permitir que la Federación Plataforma por los Derechos Trans organice un taller de arqueología queer para contar a quienes quieran escuchar que las mujeres y los hombres sentidos existen desde el principio de los tiempos
El Ministerio de Igualdad se ha gastado dinero en permitir que la Federación Plataforma por los Derechos Trans organice un taller de arqueología queer para contar a quienes quieran escuchar que las mujeres y los hombres sentidos existen desde el principio de los tiempos. Sevilla ha sido la ciudad agraciada con el premio de poder oír y ver a la arqueóloga invitada para impartir el taller. Es de suponer que el nivel habrá sido altísimo porque encontrar las identidades sentidas en restos arqueológicos es casi magia. A no ser, claro, que las interpretaciones libres de los buscadores de tesoros consideren que el esqueleto que porta una lanza es un hombre, aunque el estudio anatómico profesional demuestre que realmente era una mujer o que podemos hablar de mujeres trans porque se encontró alguna pieza de joyería en el cuerpo certificado de un hombre. Científico científico, no parece, pero no vamos a ponernos ahora tiquismiquis cuando se habla con toda naturalidad de mujeres con pene como una característica más del sexo femenino.
Lo que no estaría mal sería que la Federación Plataforma por los Derechos Trans diera cuenta en su página web del uso que está dando a los recursos recibidos por parte del erario público (es decir, de toda la ciudadanía española) para la organización de estas cuchipandis que intenta revestir de un halo científico
Lo que no estaría mal sería que la Federación Plataforma por los Derechos Trans diera cuenta en su página web del uso que está dando a los recursos recibidos por parte del erario público (es decir, de toda la ciudadanía española) para la organización de estas cuchipandis que intenta revestir de un halo científico. No sólo como un ejercicio de transparencia sino para cumplir con la Ley al pertenecer al selecto grupo de los grandes beneficiarios de subvenciones. Durante el año 2023, esta Federación ha recibido 140.792,84 euros de Estado, concretamente 94.995,90 euros del Ministerio de Igualdad cuyo logotipo puede verse en el cartel anunciador del taller de arqueología queer, 43.296,94 euros del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 y otros 2.500 euros más del Ministerio de Juventud e Infancia a través del Instituto de la Juventud.
Quizás no les ha llegado con esa cantidad y han tenido que recurrir a otras organizaciones para completar el cuadro de actividades -principalmente ‘quedadas’ para conocer a otras personas del colectivo- previsto para este mes de octubre, concentradas en Madrid, Barcelona y Andalucía denominado Espacio Trans, apoyado financieramente también por el Ministerio de Igualdad
Quizás no les ha llegado con esa cantidad y han tenido que recurrir a otras organizaciones para completar el cuadro de actividades -principalmente ‘quedadas’ para conocer a otras personas del colectivo- previsto para este mes de octubre, concentradas en Madrid, Barcelona y Andalucía denominado Espacio Trans, apoyado financieramente también por el Ministerio de Igualdad. Al ser una Federación, otras entidades pueden aportar fondos y, para ello, cuentan con la inestimable ayuda de la Asociación Transexual Española Transexualia que, sólo en 2023, recibió subvenciones por valor de 1.045.107,18 euros.
Es posible que Mar Cambrollé, aún no haya podido ponerse con las cuentas porque compagina la presidencia de esta Federación, desde su creación, con la de la Asociación de Transexuales de Andalucía desde 2007. Y, claro, es complicado gestionar las subvenciones del ministerio, por un lado, y las de la Junta de Andalucía, por otro. Porque el Partido Popular de Juan Manuel Moreno Bonilla en Andalucía, donde gobierna con mayoría absoluta y no necesita a nadie para que le apruebe las cuentas públicas, también ha entrado al juego del transgenerismo. Desde la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad y el Instituto de la Juventud se han concedido 82.360,34 euros a la Asociación de Transexuales de Andalucía Sylvia Rivera durante el pasado año 2023.
Y, mientras las amistades de Cambrollé se reúnen en fiestukis de colores y observan con interés los resultados de excavaciones donde se buscan sentimientos, el Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF) pide el cese de Loles López, consejera de Inclusión Social, Juventud ante el caos en la gestión de las ayudas a la dependencia
Y, mientras las amistades de Cambrollé se reúnen en fiestukis de colores y observan con interés los resultados de excavaciones donde se buscan sentimientos, el Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF) pide el cese de Loles López, consejera de Inclusión Social, Juventud ante el caos en la gestión de las ayudas a la dependencia. Según esta organización, después de que el presidente de la Junta de Andalucía anunciase en Madrid, a bombo y platillo, la puesta en marcha de un nuevo modelo de gestión para el reconocimiento de la dependencia que reduciría los plazos de tramitación a un máximo de 180 días, la realidad es que conseguir este derecho en Andalucía conlleva una espera de un año y ocho meses. Es la comunidad autónoma más lenta de todo el país.
Lo que denuncia el Sindicato Andaluz de Funcionarios se une al Dictamen del Observatorio Estatal de la Dependencia, publicado hace unos meses, con el balance de 2023 y elaborado por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. En este trabajo se señala que cada hora fallece en Andalucía una persona dependiente en lista de espera.
Con las cifras en la mano quizás alguien pudiera pensar que en Andalucía es mejor ser una persona trans que una persona dependiente. Pero, esto sería demagogia.