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Una iniciativa del Teléfono de la Esperanza con el sello editorial granadino Entorno Gráfico

'Crónica de una emoción'

Ciudadanía - Beatriz Berlanga - Miércoles, 14 de Mayo de 2025
La actriz Ana Otero leyó, entre lágrimas, textos del libro “Lunas de abril” en un acto embargado por la emoción y el llanto.
En primera fila, las autoras de Lunas de Abril.
Raquel Paiz
En primera fila, las autoras de Lunas de Abril.

Pocas veces la presentación de un libro concitó tantas emociones y tantas lágrimas como ocurrió con “Lunas de abril”, el volumen que, con edición de Juan Vellido, ha nacido al abrigo del Teléfono de la Esperanza de Granada.

Siete autores: Bárbara Lázaro, Esther Nievas, José María Medina, Juan Vellido, Lourdes Villegas, Paola Rueda y Rosa María Martínez dan forma a este proyecto de escritura terapéutica en el que se han embarcado el Teléfono de la Esperanza y el sello editorial granadino Entorno Gráfico, quienes en la presentación del libro, que tuvo lugar en el Palacio Müller, el pasado sábado 10 de mayo, destacaron el sobresaliente papel de la escritura como instrumento curativo en los procesos de duelo.

No hubo un solo momento, durante las casi dos horas que duró el acto, en que la emoción no fuera protagonista de cada una de las palabras vertidas tanto por los que integraban la mesa

No hubo un solo momento, durante las casi dos horas que duró el acto, en que la emoción no fuera protagonista de cada una de las palabras vertidas tanto por los que integraban la mesa: el editor de Entorno Gráfico, José Antonio Rodríguez;  la psicóloga del Teléfono de la Esperanza, Cristina Morales; la actriz Ana Otero; el periodista y coautor del libro, Juan Vellido; y el presidente del Teléfono de la Esperanza de Granada, José Antonio Cerezo; como por parte de los autores y colaboradores del libro que leyeron textos entre el público.

La nostalgia, el amor, el respeto la admiración, la devoción fueron emociones constantes entre los asistentes a este acto con el que el Teléfono de la Esperanza da un paso más en sus actividades de atención, escucha y ayuda a las personas que atraviesan un proceso psicológico crítico. En palabras de Juan Vellido, las emociones llevadas a la escritura “otorgan a quien las escribe un doble rango de desahogo y de ofrenda”, y refiriéndose a la psicóloga del Teléfono de la Esperanza, Cristina Morales del Castillo, dijo: “de ella hemos aprendido el color del llanto y el honor del miedo”.

Ana Otero

La actriz Ana Otero, absolutamente implicada en el acto, relató en su intervención cómo hubo de enfrentarse al duelo por la muerte de su madre, ocurrida el día 21 de noviembre de 2007 (el mismo día que murió Fernando Fernán Gómez), en el estreno de la obra “Presas”, con el Centro Dramático Nacional, el 22 de noviembre de 2007 en el Teatro Valle-Inclán de Madrid. La actriz, protagonista de esta obra contó, embargada por la emoción, cómo en aquella ocasión las artes teatrales y el propio dolor del duelo se confabularon en el escenario. Y así hubo de pasar parte de su propio aflicción. Aquel día de estreno, Ana Otero llevaba un crespón negro por el luto de su madre. Todos sus compañeros, ajenos al fallecimiento de su madre, le agradecieron el gesto de luto que había tenido con Fernando Fernán Gómez.

Cristina Morales y Ana Otero. Foto: Ana Jiménez

Pero no fue Ana Otero la única que no pudo contener las lágrimas, el propio Juan Vellido, que había presentado a todos los participantes en el acto, hubo de callar ante su propio llanto cuando recitaba algunos versos dedicados a su mujer, María Jesús de Sande: “No quedará vacío el viejo cofre de nácar, / ni amainará el rugido del viento en la rocosa. / (…) Jamás se apagará tu luz, iris de palacio, / ni ahogará tu voz la fría escarcha del alba. / No renunciará el aire a tu caricia y tu abrazo, / ni se doblegará el árbol, ni la flor, ni el nardo”.

Este libro, en el que los autores han renunciado a sus beneficios y derechos de autor, se edita sin ánimo de lucro, al precio simbólico de 7 euros, y en favor del Teléfono de la Esperanza.

Escritura terapéutica

La práctica de la escritura y de la lectura en estados emocionales críticos es, cada vez más, un recurso terapéutico cuyos resultados son ya un hecho empírico en la mayoría de las sociedades modernas. Con este libro, los autores dan forma a sus propios duelos, en prosa poética y poemas, en un ejercicio de escritura y literatura expresiva y lírica que, a la vez, forma parte de un amplio proyecto del Teléfono de la Esperanza de Granada en el que la escritura y el libro se erigen como soporte de un programa terapéutico.

A esta edición se han añadido generosamente los textos autorizados de Antonio Carvajal, Ángela Vallvey, Francisco Acuyo, Arcadio Ortega, Raquel Paiz y Leticia Rivillas

A esta edición de “Lunas de abril” se han añadido generosamente los textos autorizados de Antonio Carvajal, Ángela Vallvey, Francisco Acuyo, Arcadio Ortega, Raquel Paiz y Leticia Rivillas, quienes se suman con su prosa y sus poemas a esa práctica curativa que, al mismo tiempo, se transforma en hecho lírico y artístico. Prueba de ello son las aportaciones que, como la de Antonio Carvajal, dan brillo a este libro de emociones, de memoria y de nostalgia: “No te puedo decir cómo es el paraíso / donde estarás intacto, donde estarás conmigo, / pero cierra los ojos y sueña que la noche / viene como una madre común, y nos acoge”. 

El público

Pero fue el público, que rebosaba la sala del Palacio Müller (subdelegación de Gobierno de Granada) el gran receptor de este acto de emociones y memorias escritas, en el que, se diría, la respuesta de quienes escuchaban denotaba espontáneamente un comportamiento afectivo que se dejaba ver en sus gestos, en su atención inequívoca, y hasta en el tono de su voz. Y es que los estados emocionales de quienes intervenían impregnaron pronto a todos los asistentes a la presentación.

Se hizo hincapié no solo en el poder terapéutico de la escritura, sino también en el carácter curativo generado por la sola ilusión de publicar un libro en el que se rinde homenaje a las personas que ya no están, a las lunas, como símbolo de aquellos a los que van dirigidos los escritos

Se leyeron versos, se leyó prosa poética, se habló del poder curativo de “recrear” y volver a sentir los acontecimientos más luctuosos, y se hizo hincapié no solo en el poder terapéutico de la escritura, sino también en el carácter curativo generado por la sola ilusión de publicar un libro en el que se rinde homenaje a las personas que ya no están, a las lunas, como símbolo de aquellos a los que van dirigidos los escritos. 

Y se animó a los presentes a hablar de la muerte, de la ausencia, del dolor. A hablar, en fin, como recurso inequívoco del proceso de duelo.

Ana Otero abrió el acto con la lectura del primer poema del libro: “Cae la tarde sobre las colinas, / siete lunas, el mirlo por abril…” 

Ana Otero cerró el acto, en un tono solemne, con unos versos firmados por los siete autores de este libro de primorosa edición: “En abril nacen los versos y las lunas blancas. / Al alba, bajo una lluvia de estrellas doradas, / las líridas de abril juegan con lunas de plata…”

Y Ana Otero lloró.