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EDIFICIOS DEL EXCONVENTO REDENTORISTA

Los horrorosos “pegotes” que destrozan el Albayzín y el alminar almohade (s. XIII)

Ciudadanía - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 16 de Noviembre de 2025
Un excepcional reportaje en el que Gabriel Pozo Felguera relata la historia de los dos enormes edificios religiosos que afean el histórico barrio y una de las imágenes icónicas de la ciudad, cuyo futuro decidirá el Plan Albayzín que se redacta. El debate está servido. Por el mejor cronista de Granada.
Los dos bloques y la iglesia de San Juan de los Reyes, resaltados en medio de la ladera de Axares.
Los dos bloques y la iglesia de San Juan de los Reyes, resaltados en medio de la ladera de Axares.
  • Fueron levantados en 1881 y 1902 para residencia religiosa y vendidos en 1912 por poco funcionales y apartados del centro de la ciudad

  • El Plan Albayzín de 1990 proponía su derribo; el que se redacta actualmente los mantiene, aunque abrirá el debate sobre cómo rebajar su impacto

Un turista fotografía el Albayzín desde la Alhambra. Se admira por la belleza de ese abigarrado caserío que trepa sobre la colina de enfrente, con graciosos volúmenes de casas encaladas, miradores de madera, tejas árabes, torrecillas y cipreses. Lo corona la iglesia de San Nicolás y su famosísimo mirador abarrotado de gentes. Pero ¡oh sorpresa!, la instantánea la destrozan dos enormes edificios en el centro de la imagen, dos bloques-pantalla en ladrillo rojizo. Para más inri, ensombrecen la iglesia mudéjar de San Juan de los Reyes, la primera de Granada que bendijeron los Reyes Católicos. Son los edificios del antiguo convento de Redentoristas, levantados entre 1881 y 1902, vendidos en 1912. Están en la lista de las más feas verrugas en esta imagen icónica de la ciudad. El complejo es, desde hace medio siglo, el Hogar Madre Teresa, una casa acogedora de niños con carencias familiares. ¿Habrá forma en el futuro inmediato de compaginar su uso y minimizar el tremendo impacto visual? El plan de urbanismo de 1990 proponía su demolición; el actual ha dado la vuelta a la tortilla, no es tan drástico y dejará el debate abierto. La torre almohade de la iglesia sigue pidiendo a gritos que la despojen del parásito.

Este Albayzín tan retratado que contemplamos hoy es, en su mayoría, el que se ha ido conformando durante la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI

Este Albayzín tan retratado que contemplamos hoy es, en su mayoría, el que se ha ido conformando durante la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Al menos en esta cara que retratamos desde el balcón de los Aljibes alhambreños. Sólo hay que comparar con fotografías de hace ciento cincuenta años y nos daremos cuenta de que más de la mitad del apiñado caserío de hoy no era entonces más que un inmenso campo de huertas, chumberas, solares de escombros y erial. Existían grandes espacios vacíos, que se han ido rellenando con la conformación de enormes cármenes, jardines e infinidad de casillas. Hasta 1842, en que fue suprimida, la parroquia de San Juan de los Reyes era una de las que menos feligreses tenía censados en su demarcación.

En esta fotografía de 1857 se ve cómo era la zona, con grandes espacios de chumberas y huertos sin construcciones. La línea roja esboza el trazado que tuvo la calzada romana. El punto rojo, el solar y grupo de casillas sobre el que se iba a levantar el convento de Redentoristas a partir de 1881. FOTO DE PERRIER/ARCH. CARLOS SÁNCHEZ.

Aquellos primeros frailes morían de éxito con su moderna forma de entender la moral católica cuando se implantaron en Granada

La historia de estos dos edificios en cuestión comenzó el día 24 de junio del año de nuestro Señor de 1879. Llegaron a Granada los primeros miembros de la comunidad de predicadores Redentoristas. Pocos años antes (1867), ya habían estado un breve tiempo en Alhama de Granada, aunque fueron expulsados durante el sexenio revolucionario (1868-74). Los misioneros de la comunidad eran, en su mayoría, de procedencia italiana y alsaciana. Venían rodeados de una aureola de famosos predicadores de la orden de San Alfonso Ligorio, con miles de personas asistiendo a sus prédicas en plazas andaluzas. El pueblo llano granadino llevaba más de medio siglo alejado de la religión, inmerso en abusos de los poderosos, caciques, rodeados de miseria y hambre. Los redentoristas consiguieron verdaderos milagros en pueblos atrasados: rebajaron las tensiones entre terratenientes y braceros, hicieron perdonar infinidad de deudas por abusos de prestamistas usureros, elevaron la moral de una sociedad en la que el amancebamiento familiar, el asesinato y el robo eran comunes. Aquellos primeros frailes morían de éxito con su moderna forma de entender la moral católica cuando se implantaron en Granada.

Iglesia cedida y restaurada artesanalmente

La poderosa familia Lachica les facilitó una casilla y el arzobispo Monzón les cedió la iglesia de San Juan de los Reyes como sede. Llegaban avalados y protegidos por el vicario general de la diócesis, el jameño José de Toledo. El edificio estaba abandonado desde su clausura como parroquia medio siglo atrás (1842); la descripción de su estado cuando llegaron era para echarse a llorar. Pero aceptaron el lugar por estar enclavado en uno de los barrios más pobres de Granada y necesitado de mucha ayuda espiritual. También material. Los tres primeros frailes y allegados emprendieron la dura tarea de consolidar la iglesia de San Juan de los Reyes. Le veían futuro a su implantación en el barrio, gentes de toda Granada acudían a escucharles y a confesarse con ellos.

Cogieron los terrenos que había alrededor, una parte de lo que fue cementerio, pobres casillas y las chumberas de los alrededores. Y aquel fue su gran error y osadía

Tan sólo dos años después, en 1881, estaban en disposición de acometer la construcción de una casa nueva, para residencia, convento y escuela. Los donativos de los pueblos a los que iban a predicar y de la gente pudiente de Granada los regaban con abundancia. También con la fortuna del mencionado vicario general. Y dónde mejor levantar su casa-convento que al lado de la que era su iglesia. Cogieron los terrenos que había alrededor, una parte de lo que fue cementerio, pobres casillas y las chumberas de los alrededores. Y aquel fue su gran error y osadía: decidieron levantar el edificio sólo con medio metro de separación de la torre almohade de San Juan de los Reyes, precisamente la parte más antigua (siglo XIII) de todo el edificio eclesial.

La arqueología viene demostrando desde hace tiempo que el inicio de la calle San Juan de los Reyes está trazado sobre lo que fue una calzada romana. Iría extramuros por la cerca que hay en la fachada alta de esta calle hasta llegar a la actual Plaza de las Escuelas; desde aquí empezaría a ascender para bordear el torreón de la calle Guinea y seguir subiendo hasta la actual Plaza del Abad.

Hoy se sospecha que la mezquita de los renegados sobre la que se conformó la parroquia de San Juan de los Reyes ocupó parte de aquella calzada romana ya a principios del siglo XIII

Con estos antecedentes, hoy se sospecha que la mezquita de los renegados sobre la que se conformó la parroquia de San Juan de los Reyes ocupó parte de aquella calzada romana ya a principios del siglo XIII. En 1881 no sólo eran sospechas, sino que apareció la calzada cuando se abrieron los cimientos para construir el primer edificio alargado de los redentoristas, precisamente situado en la dirección que llevaba la cuesta romana.

Y no sólo estaba debajo la calzada, también varios restos arqueológicos más de épocas posteriores que nos dejó descritos la Comisión de Monumentos

Y no sólo estaba debajo la calzada, también varios restos arqueológicos más de épocas posteriores que nos dejó descritos la Comisión de Monumentos. He aquí su reseña: “A fines de 1881, al abrir zanjas para edificar el convento de PP Redentoristas, detrás del templo de San Juan de los Reyes, poco más debajo de las murallas de la Alcazaba, con cuya ocasión se hallaron vestigios de vía romana dirigida de Oriente a Poniente, pavimentada con grandes piedras, por medio de la cual corría una capaz acequia cubierta, formada con ladrillos. A todo lo largo del costado septentrional del camino había sepulturas, hechas con tejas planas, dentro de las cuales se hallaron los esqueletos extendidos de Oriente a Ocaso, fragmentos de vasijas de barro y dos monedas de bronce de Nerón. Al lado opuesto había ruinas, quizás de sepulcros suntuosos, y por esta parte, hacia el ángulo S. E. del edificio actual, se descubrieron muros de argamasa y pavimento de mosaico de una habitación, formado con piedrecitas cortadas blancas y negras; desenterróse únicamente parte de la cenefa, cuyo adorno de círculos enlazados era semejante al de los mosaicos romanos descubiertos en el cortijo de Daragoleja y en Pinos Puente.

Cinco años más tarde de hacer un desmonte poco más al Oriente de la anterior excavación se descubrieron otras sepulturas, fragmentos de vasijas y lucernas de barro, y multitud de materiales romanos". (Se constataba en 1890 que “todavía queda en el mismo sitio cantidad de ladrillos, algunos grandísimos, y tejas planas”).

Monedas y cenefa romanas en el pavimento de uno de los monumentos funerarios hallados al abrir los cimientos en 1881.

Sus misiones iban multiplicándose exponencialmente. Se hicieron con la confianza, como predicadores y confesores, de las familias más influyentes de Granada

La presencia y la influencia de los Redentoristas creció como la espuma en Granada. Eran llamados continuamente por párrocos de pueblos para que fuesen a predicar a sus iglesias. Más que a sus iglesias, a las plazas y ejidos de las poblaciones, pues las naves de los templos se les quedaban pequeñas. Los líderes de la comunidad eran los italianos Víctor Loiódico y Rafael Muccino. No sólo los párrocos recurrían a ellos, también fueron llamados por las religiosas de conventos de Granada, la Real Maestranza, para participar en fiestas, loar glorias de difuntos ilustres. Empezaron a dispararse las vocaciones en tierras andaluzas, donde focalizaron sus principales casas. Su actividad apostólica creció y se consolidó con la admisión de sacerdotes diocesanos. Sus misiones iban multiplicándose exponencialmente. Se hicieron con la confianza, como predicadores y confesores, de las familias más influyentes de Granada: además del arzobispo Bienvenido Monzón y del vicario general José de Toledo, se codeaban con las familias Lachica, Manuel Torres, el banquero Valentín Agrela, Manuel Andeiro, etc.

Primero de los edificios levantados a menos de medio metro de la torre de la iglesia de San Juan de los Reyes, en una foto de entre 1885-90. GARCÍA AYOLA.

Aquel exitazo de la implantación redentorista en Granada y sus alrededores hizo que dos años después llegaran otros miembros extranjeros: el padre Francisco Javier Halder (alemán), Antonio Capocci Bueni, Marcos Sechaud, más los españoles que iban sumándoseles.

Eso los llevó pronto a pensar en ampliar el convento. Al primer edificio pegado a la torre de la iglesia de San Juan se le fue añadiendo (entre 1900 y 1902) el otro que forma una ele y corre paralelo a la calle Jazmín de San Pedro

Eso los llevó pronto a pensar en ampliar el convento. Al primer edificio pegado a la torre de la iglesia de San Juan se le fue añadiendo (entre 1900 y 1902) el otro que forma una ele y corre paralelo a la calle Jazmín de San Pedro. En sus dos primeras décadas de funcionamiento en ésta, su primera sede del Albayzín, ya habían levantado esos enormes bloques. Poco a poco fueron cerrando la cerca de sus propiedades con una tapia alta. Toda la manzana que se conformó quedó bajo su propiedad: comprendía la iglesia de San Juan de los Reyes, la primera casa-vivienda (un edificio antiguo, catalogado como tal), los dos grandes bloques del convento, más la zona deportiva superior y los jardines. Con el tiempo fue levantado un enorme muro por encima de la iglesia, a la misma altura de sus tejados, que se rellenó de escombros y ha actuado desde entonces como campo de deportes o asueto. Y aumentado los problemas de humedad en la iglesia por deficiente evacuación de aguas.

La iglesia más antigua de Granada

La actual iglesia de San Juan de los Reyes se levanta sobre el antiguo solar de la aljama al-Atabín (mezquita de los renegados). Era la destinada al culto de cristianos apóstatas. Constaba, cuando llegaron los cristianos en 1492, de la torre del XIII, anexa, y de la mezquita propiamente, quizás ya nazarita. Fue la primera bendecida como iglesia católica en Granada el 6 de enero de 1492, con asistencia de los Reyes Católicos. En el año 1501, tras la primera revuelta mudéjar y su conversión al estatus de moriscos, se le confiere el carácter de parroquia.

Es una torre muy parecida a la Giralda de Sevilla, aunque de magnitudes más modestas. Conserva todavía una faja original decorada en ladrillo de lazos sobre arcos ciegos

En el año 1517 fue demolido el edificio musulmán y solamente se decidió conservar el alminar, si bien eliminando la terraza y reconvirtiendo su remate en cuerpo de campanas. El acceso a la torre era independiente, mediante rampas. Una estructura muy similar a la que se conserva en el caso del minarete de San José. Es una torre muy parecida a la Giralda de Sevilla, aunque de magnitudes más modestas. Conserva todavía una faja original decorada en ladrillo de lazos sobre arcos ciegos.

La nueva traza de tres naves fue dirigida por el maestro Rodrigo Hernández hacia el año 1520, en estilo muy sencillo y cubiertas al estilo mudéjar de par y nudillo. Está dividida en tres naves y capilla mayor en forma de lóbulo añadió al rectángulo. Las naves están separadas por pilastras circulares de ladrillo y medias columnas adosadas a los lados para soportar la carga de los arcos apuntados del gótico isabelino. La portada original gótica es la que está a los pies, en la Placeta de las Escuelas. El conjunto presenta un aspecto de carácter sobrio, como quiso la Reina.

El edificio ha sufrido infinidad de transformaciones a lo largo de los últimos cinco siglos que dan una idea evolutiva de las modas y técnicas arquitectónicas de cada momento

El edificio ha sufrido infinidad de transformaciones a lo largo de los últimos cinco siglos que dan una idea evolutiva de las modas y técnicas arquitectónicas de cada momento. A finales del XVII fue decorado su interior con estilos barrocos; en el exterior también se revocó la fachada y abierta una puertecilla, que fue sustituida por la actual neomudéjar a finales del XIX, por los padres redentoristas. También le abrieron huecos al estilo ojival en los laterales.

Fue el momento en que precisamente decidieron levantar el primer edificio pegado a la torre. Quedó afectada la capilla mayor y ensombrecida la torre por completo. Le siguió el añadido del muro de contención externo en la cara norte de la iglesia para nivelar el patio de recreo y deportes.

En esta toma de la primea década del siglo XX se aprecia mejor cómo el bloque alto del convento ensombreció por completo el alminar almohade de principios del XIII. AHMGR.

Los redentoristas arreglaron y pintaron lo que pudieron, echaron abajo los muros desplomados o medio arruinados, hicieron nuevos los artesonados

Cuando la recibieron los Redentoristas en junio de 1879, levantaron acta del deplorable estado en que se encontraba: “Menos la capilla mayor, parecía una cuadra (…) El cielo raso había sido pintado de azul (menos las estrellas) y se veía sobre las paredes algunas escenas de la vida de San Juan… La nave principal se hallaba en un estado deplorable. El techo, que era un artesonado antiguo, bien hecho en su tiempo, pero destruido por las vicisitudes del tiempo, dejaba pasar la lluvia; las naves laterales no eran otra cosa sino cobertizos sin cielo raso, en fin, todo quedaba por hacer. (…) Examinando altar por altar y rincón por rincón nos encontramos con almacenes y museos de la antigüedad. Allá vemos una porción de viejos atriles, los cuales revelan por su descomposición y rara hechura la antigüedad de su origen. Acá un cementerio de calaveras, quizás perteneciente a la era sarracena… Un almacén de sombreros… Habría que hablar de las goteras, de la humedad, etc… Nunca me he atrevido a mirar arriba por miedo de que me cayesen en los ojos tierra y cachos de ladrillos que a cada instante van desprendiéndose de la bóveda…”.

Los redentoristas arreglaron y pintaron lo que pudieron, echaron abajo los muros desplomados o medio arruinados, hicieron nuevos los artesonados. “A excepción de la fachada, de los arcos de la nave mayor, de las paredes y del gran arco del presbiterio, todo es nuevo”. Se gastaron 140.000 reales en las reformas de 1879 a 1881.

En los terremotos de 1884 y el de Navidad de 1885 se resquebrajaron los muros, de manera que los religiosos corrieron a dormir durante unos días en cuevas próximas, pues temían que se les cayera encima

La fábrica del edificio siempre estuvo deteriorada a causa de la acequia que pasaba por encima y le trasmitía humedades. En los terremotos de 1884 y el de Navidad de 1885 se resquebrajaron los muros, de manera que los religiosos corrieron a dormir durante unos días en cuevas próximas, pues temían que se les cayera encima.

A pesar de aquellos inconvenientes, prosiguieron predicando en la iglesia y acabaron el edificio anexo con fuertes muros de ladrillo y piedra, hasta equipararlo con el yamur de la torre. En aquellos momentos no existía ninguna conciencia estética ni de protección del patrimonio constructivo anterior. Tras aquella restauración de urgencia de la iglesia y el alzado del edificio, los redentoristas empezaron a insinuar que era mejor derribar los dos edificios (la nave mudéjar y el alminar almohade), que amenazaban ruina. Afortunadamente no se accedió porque la Comisión de Monumentos elevó un informe urgente a la Academia de San Fernando pidiendo su declaración como monumento artístico nacional; fue declarado como tal por el Gobierno en real orden de 5 de junio de 1883. Esta iglesia y su alminar fue el cuarto monumento de Granada en recibir tal nivel de protección: la Alhambra en 1870, San Jerónimo en 1877, el Arco de Bibarrambla en 1881 (que no impidió su desmontaje en 1884). Después lo fueron la Capilla Real (1884) y la Puerta de Elvira (1896).

La Comisión de Monumentos fue la única que se quejó de la excesiva cercanía del bloque al alminar, menos de medio metro. JAVIER ALGARRA.

Levantar un edificio paralelo a la torre almohade no extrañó a nadie en Granada. Solamente alzó la voz, tímidamente, la Comisión de Monumentos, que alegó la cercanía entre ambos edificios (menos de 50 centímetros)

Levantar un edificio paralelo a la torre almohade no extrañó a nadie en Granada. Solamente alzó la voz, tímidamente, la Comisión de Monumentos, que alegó la cercanía entre ambos edificios (menos de 50 centímetros). Las dos únicas quejas vecinales o ciudadanas por la instalación de los redentoristas estuvieron motivadas por temas de aguas: el primero fue porque perforaron el aljibe de las Tomasas y tendieron una tubería para tomar agua de manera un tanto irregular. La segunda ocurrió ya en 1904, cuando propusieron reconvertir el cuerpo de campanas del alminar en un depósito de agua para el servicio del convento. El Ayuntamiento se lo concedió en principio, pero las quejas hicieron que colocasen la cisterna en el nuevo edificio.

1913, traslado a San Felipe Neri

En aquel paraíso cerrado por enormes tapias laterales y con los dos edificios de cinco plantas permanecieron los predicadores redentoristas hasta el año 1913. Para entonces, el objetivo principal de auxiliar a los pobres del Albayzín y Sacromonte ya había quedado en segundo plano. En la primera década del siglo XX estaban plenamente imbricados en las familias más pudientes de la sociedad granadina. Trajeron de Madrid una sucursal de la Obra de la Conservación y Defensa de la Fe en España. La componían principalmente un colectivo de mujeres “de bien”, en cuya directiva figuraron apellidos la nobleza, la banca y el empresariado: Elisa Chacón y Pérez del Pulgar, Filomena Agrela, Marquesa de Casa Tavares, Mercedes López Barajas, Marquesa de Casablanca, Rosario Solís Pérez de Herrasti, Manuela Rodríguez-Acosta, la viuda del cacique Lachica, etc. Los mejores linajes de la ciudad, algo más de un millar de damas.

Como se ve, el barrio obrero del Albayzín y la iglesia de San Juan de los Reyes, con su lejanía y dificultades de acceso, empezaba a ser incómodo para los redentoristas

Como se ve, el barrio obrero del Albayzín y la iglesia de San Juan de los Reyes, con su lejanía y dificultades de acceso, empezaba a ser incómodo para los redentoristas. Pensaron que la abandonada iglesia de San Jerónimo y su convento eran mejor lugar para su reubicación; de hecho, se trasladaron durante un tiempo a este sitio, pero unas inoportunas inundaciones y el mal estado del complejo jerónimo les hicieron poner sus ojos en la que fue iglesia de San Felipe Neri, en la calle San Felipe (hoy, final de San Jerónimo). Era por entonces una mezcla de almacén y encierro de carruajes. Los redentoristas la compraron con 135.000 pesetas que recaudaron entre las señoras que les ayudaban. También adquirieron solares en el entorno.

Era el año 1913 cuando materializaron la decisión de bajarse a la ciudad llana, devolver la iglesia de San Juan de los Reyes al Arzobispado y empezar la reconstrucción de la que iba a convertirse en santuario del Perpetuo Socorro

Era el año 1913 cuando materializaron la decisión de bajarse a la ciudad llana, devolver la iglesia de San Juan de los Reyes al Arzobispado y empezar la reconstrucción de la que iba a convertirse en santuario del Perpetuo Socorro. El convento de San Juan de los Reyes lo pusieron en venta y pronto lo adquirió la comunidad de la Presentación, precisamente fundada en 1880 por influencia de los predicadores redentoristas. Desde 1913 hasta la actualidad es propiedad de la Presentación; este colectivo estuvo ubicado entre 1880 y 1913 en la cercana Casa Ágreda; en los años sesenta del siglo pasado trasladaron sus aulas al edificio nuevo de la calle Gran Capitán. El complejo de San Juan de los Reyes lo destinaron a escuela-hogar para niños con problemas familiares, donde acaba de cumplir su medio siglo de dedicación.

Un edificio en constante reforma

Regresemos a la iglesia de San Juan de los Reyes, porque nunca ha dejado de estar en obras. Durante todo el siglo XX se fueron sucediendo intervenciones puntuales en su maltrecha estructura, un parche tras otro para frenar el deterioro o prevenir hundimientos. La lluvia y las humedades han sido sus principales enemigos. Sobre todo, a partir del relleno del patio de recreo con varios metros de escombros.

En los años veinte ya intervino el arquitecto de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbás. Trató de recuperar la originalidad mudéjar del edificio, en parte deformado por los improvisados albañiles redentoristas italianos

En los años veinte ya intervino el arquitecto de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbás. Trató de recuperar la originalidad mudéjar del edificio, en parte deformado por los improvisados albañiles redentoristas italianos. Retiró añadidos neogóticos del interior, fortificó el muro norte y la armadura. Durante la etapa franquista se intentó, aunque de manera fallida, solucionar los problemas de humedades y se le añadió una tablazón a la armadura. En 1983 hubo una nueva obra para restaurar externamente la torre. Las intervenciones de los arquitectos en el alminar han propiciado que cada una de sus cuatro caras presente un aspecto o tratamiento diferentes: una conserva su aspecto original y la que restauró Torres Balbás es una reposición un tanto abstracta. Las otras dos corresponden a actuaciones de los arquitectos Rafael Rodríguez Sáez (1983) y Antonio Martín Muñoz-José Manuel López Osorio, ya en el siglo XXI.

Placeta de las Escuelas y el alminar al fondo (con el convento eliminado de la perspectiva), imaginado y dibujado por Villar Yebra en los años cincuenta.

En el año 1988 el Arzobispado la cedió a la Cofradía del Vía Crucis para guardar sus pasos y enseres. Esta corporación se la encontró también en estado de abandono, con el problema de humedades en primer plano. Hicieron un presupuesto de 15 millones de pesetas para rehabilitarla, pero resultaban insuficientes y, además, no los tenían. De todas formas, se gastaron cuatro o cinco millones en las obras más urgentes.

Las últimas y más completas intervenciones han tenido lugar en las tres últimas décadas, en dos fases de 1993-99 y 2002-6

Las últimas y más completas intervenciones han tenido lugar en las tres últimas décadas, en dos fases de 1993-9 y 2002-6, bajo la dirección de los dos últimos arquitectos mencionados anteriormente y colaboraciones puntuales de otros dos especialistas más. La intervención estuvo motivada, una vez más, por consolidar un edificio que amenazaba ruina y exigía obras de restauración tendentes de devolverle una imagen lo más parecida posible a como fue en el siglo XVI. El estudio arqueológico e histórico más en profundidad han permitido conocer las distintas fases constructivas por las que ha atravesado, al tiempo que se ha dibujado una especie de mapa de sus evoluciones.

Dibujos de alzados y secciones de la última restauración. Se han marcado con colores las distintas etapas constructivas de San Juan de los Reyes, desde el siglo XIII hasta la actualidad. A. MARTÍN MUÑOZ/J. M. LÓPEZ OSORIO.

El arquitecto Antonio Martín Muñoz resume los aspectos más destacables de los últimos periodos de obras en busca de la rehabilitación integral: la capilla mayor ha sido limpiada de elementos añadidos de hormigón y se ha rehecho como nueva; se han eliminado las humedades en el muro norte; han sido reparadas las estructuras de las fábricas; se han eliminados revestimientos añadidos en el XIX para extraer las texturas originales; se han reparado las armaduras y cubiertas, manteniendo las maderas que estaban bien. El pavimento ha sido sustituido por piedra caliza de Sierra Elvira.

En las excavaciones en el suelo aparecieron bastantes cadáveres perfectamente enterrados en sus cajas y varios osarios del XVII, que se han dejado en su lugar

En las excavaciones en el suelo aparecieron bastantes cadáveres perfectamente enterrados en sus cajas y varios osarios del XVII, que se han dejado en su lugar. La piedra de la portada neogótica añadida ha sido limpiada de plantas y suciedad. En el alminar se han eliminado reparaciones chapuceras de albañiles y se ha devuelto a la vida el encintado primitivo, así como su policromía (única en toda Granada de esa época pre-alhambreña). También han sido renovadas las instalaciones de alumbrado.

En el entorno resalta mucho la intervención. La opción fue levantar un muro de contención para separar la parata del campo de deportes de la nave norte de la iglesia y del alminar, pues antes no había solución de continuidad y los niños podían saltar a los tejados. Un pasillo permite ahora acceder hasta la base del alminar y poder contemplarlo desde la Placeta de las Escuelas. La torre ha conseguido ser liberada en este flanco. Ahora sólo queda despejar el contrario.

Policromía original que todavía queda en la cara norte de la torre. JAVIER ALGARRA.
Torre recién restaurada (en 2007) y liberada de pegadizos mediante un muro semicircular de separación. JAVIER ALGARRA.
Muro de contención y pasillo practicable para separar el campo deportivo de la iglesia y rebajar humedades. Esta obra de restauración obtuvo un premio Europa Nostra en 2006.
Cubiertas recuperadas al estilo mudéjar en la capilla mayor, nave central y nave lateral izquierda. Se aprecian los pilares y arcos de ladrillo de la fábrica cristiana de principios del XVI. JAVIER ALGARRA.
Panorámica actual de la iglesia mudéjar y el alminar almohade en la actualidad.

El Plan de 1990 proponía derribarlos

El Plan Albayzín de reforma interior del barrio, aprobado en 1990, era bastante ambicioso. Hijo del Plan General de la ciudad de 1985. En estos siete lustros que lleva vigente se calcula que ha actuado, aproximadamente, sobre la mitad de las 54 áreas de intervención que tenía previstas. Algunas han tenido un desarrollo parcial y otras han avanzado en gestión, pero no en ejecución. Ha sido objeto de polémica continua entre los partidos políticos reinantes en el Ayuntamiento y en la Delegación de Cultura de la Junta. Varias veces se ha intentado actualizarlo, pero sin ningún acuerdo. El gobierno municipal del PP decidió archivarlo en 2014 en vista de su falta de acuerdo con la Junta (PSOE).

El equipo redactor del Plan 1990 contempló para esta AI-30 una intervención muy avanzada y decidida

Para el caso que nos interesa, el área de intervención número AI-30 (iglesia de San Juan de los Reyes y manzana del Hogar Madre Teresa) se ha quedado sin acometer ningún tipo de actuación (Más allá de la restauración de la iglesia y el muro de contención).

El equipo redactor del Plan 1990 contempló para esta AI-30 una intervención muy avanzada y decidida. Los cinco grandes objetivos que se planteaban eran: Sustitución de edificación del colegio que afecta a la iglesia de San Juan de los Reyes, posibilitando su restauración y contemplación; apertura de espacios públicos y trayectos peatonales, recuperando el parcelario histórico; asignación de aprovechamiento de acuerdo con el plano de alineaciones; tratamiento del cierre de parcelas para posibilitar la contemplación del paisaje y alminar; y rehabilitación del conjunto.

Se salvaba del derribo una casa en el centro que está catalogada

En palabras llanas: derribar los dos grandes edificios del convento, abrir una calle en diagonal desde la Placeta de las Escuelas hasta enlazar con Careíllos de San Agustín; hacer una placeta central en el solar del edificio construido en 1881, dos pequeñas plazas en los extremos; y el resto del solar cambiarlo a residencial para construir cármenes de lujo con pequeños jardines privados, y algunos apartamentos, en las fachadas de las calles Guinea y Jazmín. Se salvaba del derribo una casa en el centro que está catalogada.

Esquema de propuesta del Plan Albayzín de 1990. Se proponían espacios públicos (zona roja, EP) y construir varios cármenes ajardinados en los lados norte y este (JP). La iglesia se restauraría (en verde) y sólo se mantenía intacta la construcción catalogada central (C).
Fotografía aérea de la manzana en la actualidad. GOOGLE.

Arquitectos y vecinos del barrio no acaban de ponerse totalmente de parte de aquella intervención tan agresiva; porque creen que se causaría más daño abriendo la calle y construyendo más viviendas que con la labor que hace el hogar

Para ello se pensaba ─hace más de tres décadas─ negociar con la comunidad religiosa propietaria para ver si tenía interés en vender, buscarle una mejor ubicación o promover el desarrollo de esta área. Como se comprueba, nada se ha plasmado en los últimos treinta y cinco años para hacer realidad la idea de liberar la torre almohade. Solamente se han eliminado unos pegadizos anejos en su parte baja cuando se hizo el muro de contención de hormigón.

Que se sepa, la comunidad propietaria no ha mostrado ningún interés en vender ni trasladarse. Mantiene alrededor de un centenar de niños en régimen de residentes, que asisten al colegio del Ave María de la Casa Madre. Arquitectos y vecinos del barrio no acaban de ponerse totalmente de parte de aquella intervención tan agresiva; porque creen que se causaría más daño abriendo la calle y construyendo más viviendas que con la labor que hace el hogar. El movimiento de niños de los edificios cumple una labor social en un barrio que apenas los tiene nativos, ya colmatado de apartamentos de uso turístico. La Junta los mantiene mediante un convenio. También las monjas ceden sus instalaciones para actividades sociales y culturales del barrio. Le dan vida a la zona.

Otra cosa muy distinta es la estética de los dos bloques. Prácticamente todo el mundo está de acuerdo en lo inadecuado de su estética; quedarían de lujo en cualquier calle de la ciudad baja, pero no aquí

Otra cosa muy distinta es la estética de los dos bloques. Prácticamente todo el mundo está de acuerdo en lo inadecuado de su estética; quedarían de lujo en cualquier calle de la ciudad baja, pero no aquí. Habría que intentar hacer una reforma profunda de volúmenes para conseguir la liberación de la torre y la iglesia, pero manteniendo el uso educativo. Quizás el modelo a seguir podría ser el del Hogar del Pilar junto a la Casa de la Tiña; desarrolla una labor social similar, pero a base de casillas del tipo albayzinero.

Mitigar o rebajar el impacto visual de los dos edificios es tarea complicada. Habría que eliminar la parte que atosiga al alminar y disimular mucho el resto. Ni siquiera han sido capaces de solucionar la cubierta roja tan llamativa, a pesar de que Cultura ya les exigió que la sustituyeran por una especie de tejado a dos aguas. La integración de los edificios sin perjudicar el uso es el objetivo a conseguir por las nuevas generaciones de arquitectos. A ver si en las facultades de arquitectura les vuelven a enseñar estética y no sólo a fabricar cajas de zapatos. El Albayzín necesita otro tipo de arquitectura que ésta que se practicó puntualmente en el XIX. En Granada hay más de un arquitecto con buenas soluciones. Tampoco estaría de más convocar un concurso de ideas con fondos del Plan Alhambra.

¿Qué piensa hacer el Ayuntamiento?

El Plan Albayzín de 1990 continúa vigente en la actualidad, aunque haya servido sólo parcialmente y haya quedado obsoleto. Y lo seguirá estando hasta que no sea aprobado el que está en fase de redacción. En este caso se está trabajando en él directamente por los técnicos municipales, bajo la coordinación del director de la Oficina del Plan General de Urbanismo, Enrique Olmedo Rojas.

Su responsable informa que el debate está muy abierto, no está definida una solución en lo referente a esta manzana en cuestión

El nuevo Plan Albayzín fue presentado en 2022 como avance, aunque era todavía un mero esbozo adaptado ya como plan general. Calculan que pueda ver la luz para su aprobación inicial a lo largo del año próximo. Su responsable informa que el debate está muy abierto, no está definida una solución en lo referente a esta manzana en cuestión. Pero sí asegura que la propuesta actual va a ser mucho menos drástica e intervencionista que lo contemplado en el de 1990. Ahora las tesis han cambiado, se encaminan a mantener las edificaciones existentes como exponentes del urbanismo que se ha ido practicando en las distintas etapas históricas de la ciudad. Nos guste más o nos disguste menos, atenten más o menos a la estética. Algunos lo entienden como la actitud del avestruz.

Fotografías aéreas actuales, desde las caras norte y sur. GOOGLE.

No obstante, el director del Plan considera que puede haber muchas soluciones para mitigar, rebajar o enmascarar el impacto visual de esos dos grandes edificios, sobre todo en la parte que ensombrece la torre almohade. Eso podría aparejar el rebaje de una parte del edificio pegado al lado o modificaciones de volúmenes. También hay que intervenir en la terraza pintada de rojo fuerte que protege humedades. En todo caso serían reformas menos agresivas que el derribo completo planteado hasta ahora.

Pero mientras esos edificios continúen teniendo uso dotacional-educativo no se les plantearán otras soluciones que aparejen grandes demoliciones, salvo retoques de tipo estético y de vegetación

La propiedad no se ha pronunciado todavía sobre sus proyectos de futuro. Al Ayuntamiento les gustaría conocer sus planes. Otra cosa muy distinta sería si el Hogar Madre Teresa decidiera trasladarse a otro lugar por operatividad y acceso. Dejaría abierta la opción al derribo. Pero mientras esos edificios continúen teniendo uso dotacional-educativo no se les plantearán otras soluciones que aparejen grandes demoliciones, salvo retoques de tipo estético y de vegetación.

Desde el punto de vista catastral, esta manzana está dividida en dos partes. La iglesia de San Juan de los Reyes es propiedad del Arzobispado y suma 653 metros cuadrados de solar. El resto es de la comunidad de la Presentación y suma 3.662 metros de solares, entre lo construido, jardines y pistas deportivas.

El diseño gráfico y la mejora de ilustraciones es obra de Luis Ruiz Rodríguez.