Una sección de Joan Carles March

LIV Crónicas Sanitarias: 'Las mujeres con cáncer de mama y dónde viven; fútbol y suicidio; abusos sexuales a menores en internet; uso del móvil; cuidar a las enfermeras; gestión sanitaria y medicina; y más'

Ciudadanía - Joan Carles March - Jueves, 30 de Enero de 2025
El mejor resumen semanal de informaciones sanitarias o relacionadas con la salud por el experto en Salud Pública Joan Carles March, en una sección imprescindible por su relevancia y calidad. Para estar al día en cuestión de salud. No te las pierdas las LIV Crónicas Sanitarias.
Lazo rosa que simboliza la lucha contra el cáncer de mama.
FIBAO
Lazo rosa que simboliza la lucha contra el cáncer de mama.

1. Las mujeres con cáncer de mama que viven en áreas más desfavorecidas reciben atención sanitaria menos acorde a las guías clínicas

Un nuevo estudio cuantifica por primera vez las desigualdades socioeconómicas en la atención sanitaria en mujeres con cáncer de mama en España concluyendo que las mujeres que viven en áreas más desfavorecidas reciben cuidados menos conformes a las guías de práctica clínica. El estudio, liderado por el grupo de María José Sánchez de la Escuela Andaluza de Salud Pública en colaboración con grupos de investigación del área de Epidemiología y Salud Pública del CIBER (CIBERESP) y del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.GRANADA), analiza diferentes aspectos de la atención sanitaria recibida por las pacientes. Los resultados se han publicado en BMJ Quality & Safety

“El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de España. Aunque la supervivencia ha mejorado en las últimas décadas, estudios europeos sugerían la posible existencia de desigualdades socioeconómicas en la atención sanitaria, también en España”, afirma Dafina Petrova, investigadora Miguel Servet en el ibs.GRANADA y primera autora del estudio.

Para medir el nivel socioeconómico, se utilizó el índice de privación del área de residencia de cada paciente. “Este índice clasifica las zonas según factores socioeconómicos como el nivel educativo o la tasa de desempleo de sus residentes, captando diferencias contextuales que afectan el acceso a los recursos sanitarios”, comenta Daniel Redondo, investigador postdoctoral en CIBERESP.

2. ¿ Podría el fútbol contribuir a prevenir el suicidio?  

Guillermo Lahera lo escribe en El País

Mi paciente se llama Fidel, tiene depresión y sus pulmones están colapsados por una enfermedad crónica. Acude a la consulta con gafas nasales y arrastrando una bombona de oxígeno. Su mujer lo abandonó hace meses, vive en una habitación alquilada y cobra una exigua pensión. Nunca habla de por qué su hija tarda tanto en llamarle, no se explica por qué se ha desentendido tanto de él, “estará a sus cosas” dice con languidez. Me mira a los ojos y se sincera: “Doctor, a mí ya solo me queda el Atleti”.

Los hombres mueren por suicidio entre 3 y 4 veces más que las mujeres, diferencia que se ha mantenido de forma regular en las últimas décadas y que se amplía de forma impresionante en la tercera edad: el 30 % de los suicidas son varones de más de 65 años

Fidel tiene el perfil que los estudios sobre suicidio denominan de alto riesgo. Tiene una ideación de muerte permanente -considera que vivir conlleva demasiados pesares y anhela un descanso final-, tiene un trastorno mental -en realidad dos: depresión y abuso de alcohol-, es impulsivo y padece una enfermedad crónica, limitante y dolorosa. Y, sobre todo, es varón. Los hombres mueren por suicidio entre 3 y 4 veces más que las mujeres, diferencia que se ha mantenido de forma regular en las últimas décadas y que se amplía de forma impresionante en la tercera edad: el 30 % de los suicidas son varones de más de 65 años. Y, aunque sea más anecdótico, en nonagenarios, la tasa de suicidio es de 53 por 100.000 (y en mujeres del 4,4, doce veces menor). No hay ningún país del mundo en el que las mujeres superen a los hombres en tasa bruta de suicidio, lo que constituye un fenómeno epidemiológico remarcable.

¿A qué se debe? Se suele señalar en primer lugar la diferencia en los métodos utilizados, de mayor letalidad en los hombres (ahorcamiento y armas de fuego, frente a ingesta masiva de fármacos y precipitación en mujeres). Algún autor plantea hipótesis biológicas en clave evolucionista, pero es rápida y fuertemente respondido (¡vade retro, Satanás!), y hay bastante consenso en asumir la explicación sociocultural, basada en el estereotipo de invulnerabilidad, provisión de recursos, status social y éxito que interiorizan muchos hombres (llámalo, si quieres, mandato patriarcal). El caso es que el hombre en apuros, desprovisto de rol familiar (viudos, separados y solteros tienen un riesgo aumentado) y social (el desempleo o la ruina reciente aparecen en la mayoría de estudios como factores de riesgo) no tiende a verbalizar su sufrimiento ni a pedir ayuda psicológica. 

A menudo aplica el mecanismo de la negación a través del abuso de alcohol y otros tóxicos, que acaban funcionando como precipitantes del impulso autodestructivo. Acuden menos a los centros de salud mental, por lo que sus trastornos mentales subyacentes no son diagnosticados ni tratados, y llaman menos a los teléfonos de la esperanza. Su socialización pasa por intereses comunes (el fútbol, la política, jugar al mus) y no tanto por la expresión de su devastado mundo emocional. Obviamente, excusa decirlo, esto son generalizaciones y análisis de tendencias estadísticas. Más allá de la dicotomía hombre-mujer, hay otros muchos factores relevantes. Las personas LGBTIQ+ tienen un riesgo muy elevado de tentativa y suicidio consumado, lo que muestra que siguen sufriendo rechazo, discriminación y, en ocasiones, violencia.

Ahora en España se están poniendo en marcha unos excelentes planes autonómicos de prevención de suicidio (Euskadi, Cataluña, Madrid, Aragón…), que previsiblemente serán armonizados y completados desde la administración estatal. Ojalá aborden este tema específico del que hablamos: cómo hacer que esos varones de 40 años para arriba, desacostumbrados a hablar de emociones y vulnerabilidad personal, puedan ser ayudados antes de que acaben mal. ¿Debemos esperar a que opere en ellos el cambio cultural que deseamos y se decidan a pedir cita en su centro de salud?, ¿o debemos acercarnos a su mundo, sus hábitos, sus códigos, y decirles que no están solos? 4 de cada 5 espectadores de fútbol son hombres, lo que constituye una magnífica oportunidad para una prevención selectiva. Sueño con un anuncio de La Liga que diga: “quizá todo te ha fallado, lloras por las noches, no ves salida, te sientes solo. Pero, recuerda… eres uno de los nuestros”. La ayuda ofrecida desde el club, desde las peñas, desde “los suyos” puede ser más efectiva.

Fidel me contó, entre respiraciones entrecortadas, que había estado en Lisboa (2014) y Milán (2016), en esas finales perdidas ante el Madrid de la manera más sádica posible (el gol de Ramos, ese penalti fallado de Griezmann…). Perder le había hecho más fuerte, más resistente. Debajo de su jersey deshilachado, llevaba una camiseta comprada en un bazar chino de Koke Resurrección

Sería como cantar You’ll never walk alone en Anfield, recuperar la autoestima y el señorío de las remontadas del Bernabéu, dejarse contagiar por esas criaturas, como Messi o Lamine, tocadas por los dioses… Como han señalado Jorge Valdano, Santiago Segurola, Ramón Besa y tantos maestros, el fútbol es más que un deporte. Aporta identidad y pertenencia a un grupo, representa una simulación inocua de la guerra y a la vez un escaparate para hacer arte con el balón. Su estrategia tiene la sofisticación del ajedrez y la feroz competencia ha llevado a los equipos a la excelencia. Aunque a trompicones, está sirviendo para combatir el racismo y promover el juego limpio. En una sociedad deshumanizada, acudir al estadio, ver el partido por la tele o escuchar el Carrusel ofrece compañía y estructura mental para mucha gente. Ahora podría servir también para ofrecer una mano tendida a aquellas personas que se agarran a su equipo como última opción vital. Mi paciente Fidel me contó, entre respiraciones entrecortadas, que había estado en Lisboa (2014) y Milán (2016), en esas finales perdidas ante el Madrid de la manera más sádica posible (el gol de Ramos, ese penalti fallado de Griezmann…). Perder le había hecho más fuerte, más resistente. Debajo de su jersey deshilachado, llevaba una camiseta comprada en un bazar chino de Koke Resurrección.

La prevención del suicidio es cosa de todos, no un asunto que puedan llevar a cabo los profesionales sanitarios por sí solos

La prevención del suicidio es cosa de todos, no un asunto que puedan llevar a cabo los profesionales sanitarios por sí solos. Es un reto nacional: educativo, social y cultural, centrado en el objetivo de no dejar a nadie excluido, desahuciado, solo, echado a perder. Podemos mejorar nuestro sistema de atención a la salud mental (de hecho, es acuciante hacerlo), pero no será suficiente. Debemos entender que cada ciudadano, cada empresa, cada organización es, potencialmente, un agente anti-suicidio. Hay días en los que los españoles nos llenamos de lodo y barro, incompetencia, vileza y crispación, y parecemos sumidos en una especie de suicidio colectivo. Quizá lo que nos ayude a muchos es recordar una noche africana del 2010: la brutal patada en el pecho de Nigel De Jong a Xabi Alonso en el minuto 28, el milagroso pie de Iker frente a Robben en el 61 y ese pase filtrado del nunca suficientemente valorado Cesc Fàbregas a un chico tímido, depresivo y genial llamado Andrés Iniesta. Lo demás es Historia.

3. Posicionamiento OMC, AES y SESPAS sobre gestión sanitaria y Medicina

Con motivo de la jornada celebrada bajo el título: Gestión sanitaria y Medicina: la necesaria convergencia de la visión sistémica y la del profesionalismo médico, la Organización Médica Colegial (OMC), la Asociación Española de Economía de la Salud (AES) y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), han planteado distintas vías de avance ante la desafección de los médicos y otros profesionales sanitarios respecto del

Sistema Nacional de la Salud, que supone el principal riesgo para la solvencia de la sanidad pública.

En base a los expuesto en la jornada, las tres organizaciones manifiestan su rotundo apoyo a las medidas que promuevan un Sistema Nacional de Salud sostenible, universal y de calidad y expresan que entre otras medidas plantean:

  • Aún y a la espera del pleno funcionamiento del Registro Estatal de Profesionales Sanitarios, el Ministerio de Sanidad, las comunidades autónomas y otras organizaciones profesionales y sindicales realizan ejercicios de prospectiva y supuestos dinámicos de recursos humanos, imprescindibles para la exigible e inexcusable planificación de estos.
  • Según el INE (2023), la tasa de profesionales de medicina colegiados se situó en 6,21 por cada 1.000 habitantes y la de enfermería en 7,12. Estas cifras van en paralelo a un pluriempleo creciente simultaneando la práctica pública y la privada. También existen déficits a corto plazo en algunas especialidades, en particular en medicina de familia, que necesitan incentivos específicos, no solo monetarios, para ofrecer a cada profesional las condiciones que más valore. Esto requiere cambiar y flexibilizar la insensata regulación macro supuestamente igualitarista de la gestión de los recursos humanos en el SNS.
  • Los desequilibrios en los mercados educativo y laboral no se resuelven convocando plazas, sino reformando el marco regulatorio, los sistemas de incentivos y la holgura de la gestión pública para competir con la privada por la atracción y la retención de talento. Una gestión ágil y resolutiva es posible, como se demostró durante la pandemia de la COVID-19 gracias a los estados de alarma.
  • La captación y la retención en un entorno ya sin exceso de profesionales se está convirtiendo en el objetivo central de las políticas de gestión de personas. Además, los nuevos valores y expectativas profesionales y laborales necesitan nuevas políticas más flexibles. Las diferencias de plasticidad y adaptación a necesidades entre los menguantes centros de gestión indirecta y de gestión privada son también evidentes frente al encorsetado y anquilosado sistema de administración burocrática pseudorreglamentista.
  • Para mejorar la efectividad de los modelos de incentivos es conveniente ampliar su marco conceptual, incorporando los aspectos estructurales del empleo y la remuneración; mejorando los diseños a partir de una mayor comprensión de los determinantes de la motivación; y contemplando los ineludibles factores extramurales que alteran el comportamiento de los profesionales.

Y sigue con más puntos sobre la flexibilidad, la competencia profesional, entre otros.

4.   Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Salud Pública: «No deberíamos usar el móvil ni en el baño ni en el dormitorio»

En La Voz de Salud de La Voz de Galicia en entrevista de Laura Miyara

El doctor Miguel Ángel Martínez-González, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, es catedrático de la Universidad de Navarra desde el 2005 y catedrático visitante de la Universidad de Harvard desde el 2016. Ha recibido el Premio Nacional Gregorio Marañón en el 2022, un importante reconocimiento a la investigación médica en España. Ha publicado varios libros sobre prevención sanitaria. El más reciente, 12 soluciones para los retos de las pantallas (Planeta, 2025), aborda los problemas que surgen de la exposición constante de niños y jóvenes a contenidos digitales que, en muchos casos, no son apropiados para su edad. En diálogo con La Voz de la Salud explica cómo podemos construir límites sanos con las pantallas.

—¿A partir de qué edad cree que una persona está lista para tener móvil?

—Antes de los 18 años, no. Pienso que no soy el único que está diciendo que la adolescencia tiene que estar libre de móviles. Ahora mismo hay un movimiento en toda España con más de 50.000 familias que piden esta adolescencia libre de móviles y se basan en los daños graves que se están produciendo a la salud pública por la imprudencia que supone darle una tecnología tan potente a una persona, que por su desarrollo cerebral no está preparada para manejar. A esa edad, no se puede competir con algoritmos que están diseñados para capturar la atención permanentemente y no dejarle ni un minuto libre

—¿Qué impacto tiene en la salud mental este ecosistema digital?

—Tenemos una epidemia de patología de salud mental en jóvenes sin precedentes. A mí me asombra el hecho de que la mortalidad en el estrato de edad de 1 a 19 años, en los países que tienen mejores estadísticas, en vez de seguir disminuyendo, como estábamos acostumbrados, está aumentando por el suicidio. Y cuando se hacen estudios poblacionales se ve que hay una frecuencia de patología psiquiátrica en la gente joven como no se ha visto nunca. Esto está aumentando claramente, no hay nadie que lo dude, están aumentando los trastornos de ansiedad, las autolesiones, las depresiones, los déficits de atención, hay muchísimos jóvenes que están medicados. Tenemos evidencia más que suficiente para decir que la causa es esta exposición masiva desde la infancia a pantallas con conexión a internet, una exposición que para muchos adolescentes está ocupando ocho horas al día, por lo menos.

—¿Qué consecuencias tiene este uso del móvil a edades tempranas?

—Genera daños en tres aspectos. Por una parte, en la salud mental, por otra parte, en todo lo relativo a la afectividad y la sexualidad, y por otra parte, para la propia inteligencia, que está experimentando por primera vez un declive con respecto a generaciones previas. Estos son instrumentos que consiguen una distracción masiva de la población, especialmente en las personas jóvenes, y además interrumpen su ciclo de sueño. Los peligros son varios.

—Menciona la esfera sexual. ¿Cómo podemos abordar con los jóvenes el tema de la exposición a pornografía?

—Hay que hablar con nuestros hijos de esto y mejor antes que después. El peligro no es adelantarse, es retrasarse. Y en estas conversaciones, que tienen que ser individuales, que tienen que estar llenas de confianza, hay que dar por hecho a partir de cierta edad que es seguro que han tenido la exposición, porque la pornografía no se busca. Los chavales la encuentran muchas veces sin buscarla. No hay que regañarles, no hay que inculparlos. Hay que asumir incluso desde el propio lenguaje corporal que no se les está reprochando nada. Simplemente, lo que hay que facilitar es la sinceridad. Si se establecen esas conversaciones desde muy pequeños, se les puede ir educando en este tema.

—¿Qué impacto tiene la exposición a pornografía en el desarrollo de los jóvenes?

—La tragedia actual es que quien educa en sexualidad a las chicas, a los chicos, no son los padres, no son los colegios, no es el ministro de Educación, sino que es la pornografía online, que está incrustando unos códigos de conducta que incluyen la violencia y el desprecio a la mujer, que incluyen las agresiones, e incluyen una serie de conductas que no tienen nada que ver con la sexualidad real ni con la afectividad real, y hacen mucho daño. Por eso es fundamental que los padres se adelanten.

—¿Qué riesgos supone el consumo de estos contenidos a edades tempranas?

—Esto no lo digo yo, lo ha dicho la Fiscalía en España. Al ver el aumento de los delitos de tipo sexual, el aumento de violaciones, la edad de los perpetradores cada vez es menor. Y ellos lo dicen claramente, la exposición masiva a pornografía que están viendo los jóvenes es una causa de este aumento de agresiones sexuales a la mujer. En los estudios poblacionales que se han hecho en España, como el de Save the Children o el de UNICEF, cuando les preguntan a los chicos y a las chicas si el contenido pornográfico que ven en Internet es violento, más del 70 % dicen que sí. Y las grandes corporaciones industriales de pornografía saben que sus usuarios se van volviendo adictos y que necesitan una dosis cada vez más salvaje de un tipo de contenido de pornografía más duro para que esos usuarios sigan enganchados. Y eso está al alcance de cualquier chaval que tenga un teléfono móvil con conexión a Internet.

—¿Por qué califica como adictivo el uso del móvil?

—Porque proporciona unos picos de dopamina a nivel cerebral, unos chutes de dopamina que son absolutamente supranormales. Esto hace que se produzcan todas las condiciones que tiene una adicción: que se tenga que recurrir a una escalada porque ya el estímulo no hace efecto, o sea, que necesitan dosis cada vez mayores. Se tiene síndrome de abstinencia, se genera una tolerancia y aparece la necesidad de recurrir a eso como la primera cosa por la mañana. Se desatienden obligaciones importantes. Se percibe que eso está produciendo problemas graves, sin embargo se sigue usando a pesar de percibir los problemas graves.

—¿Por qué es tan adictivo?

—Cuando se abusa de estas gratificaciones inmediatas de tipo placentero, entra en juego la dopamina, que más que con la propia recompensa placentera, está relacionada con la esperanza de una gratificación. Esa es la sensación, que viene algo bueno, algo mejor. Esa anticipación. Cuando se abusa de esto, se pierde la capacidad de disfrutar de los placeres de la vida normal, como un paisaje, una película, una novela, estar con amigos o disfrutar en familia. Ya nada hace gracia porque se cierran esas cerraduras en las que encaja la dopamina. Hay una reconfiguración del cerebro no solo a nivel de funciones, sino a nivel físico, morfológico. Esto hace que se altere tanto la producción de dopamina, que requiere mucho más estímulo para producirse, como los receptores en los que la dopamina tiene que encajar, que son como las cerraduras donde esa llave tiene que introducirse.

—¿Qué podemos hacer para poner freno a esta conducta adictiva?

—El ayuno de dopamina es algo que se está difundiendo mucho. También se le llama a veces Digital Detox o Desintoxicación Digital, y consiste en que haya algún día a la semana en el que uno prescinde por muchas horas de tener el teléfono móvil cerca. Y una vez al trimestre se hace un fin de semana entero de desintoxicación de los contenidos digitales. Esto es sanísimo a nivel cerebral, porque se aprende a disfrutar de los procesos ordinarios de la vida y se equilibra esa balanza que tiene que haber entre el dolor y lo placentero, que están ocupando zonas cerebrales similares.

—¿Qué medidas recomienda a los padres para poner freno al uso excesivo de las pantallas?

—Los dispositivos digitales se tienen que usar únicamente en zonas comunes, no permitir el uso de dispositivos en el baño o en le dormitorio antes de acostarse. También recomiendo llegar a un pacto acerca del uso de estos elementos. No podemos pretender que se moderen en el uso si no hemos establecido reglas claras de antemano.

5. Uno de cada 12 menores sufre abusos sexuales en internet

Lo leemos en Medicina Responsable y lo escribe Sergio Díaz:

Uno de cada 12 menores en el mundo es víctima de abusos o explotación sexual en internet cada año, según revela un estudio encabezado por Deborah Fry, profesora de la Universidad de Edimburgo, y publicado en The Lancet. Este dato alarmante pone de manifiesto las graves vulnerabilidades a las que están expuestos niños y adolescentes en el entorno digital, especialmente con la irrupción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA).

El informe señala que la IA, al igual que ocurrió con las redes sociales, puede convertirse en una herramienta de doble filo. Según Karen L. Mansfield, psicóloga e investigadora de la Universidad de Oxford, los menores adoptan rápidamente estas tecnologías, lo que aumenta su exposición a riesgos antes de que se comprendan plenamente sus consecuencias. Entre los peligros se encuentran el uso de deepfakes, que son imágenes, videos o audios generados o manipulados utilizando inteligencia artificial, para que parezcan auténticos y de contenidos falsos para la suplantación de identidad, así como contenidos que pueden provocar problemas de salud mental, como ansiedad, depresión o trastornos alimentarios.

Jorge B., experto en ciberseguridad, asegura en el estudio que los contenidos más dañinos no están ocultos en redes profundas, sino a plena vista. “Lo peor que te puedes encontrar en internet está en la superficie, accesible en el momento más inoportuno”, señala, destacando la falta de preparación de muchos jóvenes para enfrentar estos riesgos.

Casi la mitad de los niños españoles accede a internet antes de los siete años

Un estudio complementario de Kaspersky indica que el 47% de los menores españoles tiene su primer contacto con dispositivos conectados antes de los siete años. A pesar de esto, un 24,5% de los padres nunca aborda con sus hijos los peligros del entorno digital, lo que agrava la exposición a riesgos como el ciberacoso, la explotación sexual y la desinformación.

Los expertos subrayan la necesidad urgente de educación digital temprana, el uso de herramientas de control parental y una regulación más efectiva de los contenidos en internet. Según Marc Rivero, investigador en ciberseguridad de Kaspersky, “la IA está transformando la experiencia digital de los menores, pero sin una supervisión adecuada, puede aumentar la ansiedad, el aislamiento y los comportamientos de riesgo”.

Además de proteger a los menores mediante la formación y la supervisión, los especialistas destacan la importancia de desarrollar investigaciones que permitan abordar el problema de manera integral. Sin estas medidas, advierten, los riesgos asociados a la IA seguirán creciendo, dejando a las generaciones más jóvenes en una situación de mayor vulnerabilidad.

6.Cuidar a las enfermeras 

Editorial de El País

España padece desde hace años un déficit crónico de enfermeras, colectivo que suele autodenominarse en femenino por la abrumadora mayoría de mujeres en el sector. Tal escasez se traduce en unas 100.000 profesionales menos que la media de los países europeos. Para alcanzar la ratio comunitaria (8,3 de promedio por cada 100.000 habitantes frente a las 6,1 actuales) sería necesario aumentar las plantillas casi en un 29%.

Una de las respuestas a esa proverbial carencia —que según los expertos se traduce en un sistema de salud menos eficaz y con mayores listas de espera— hay que buscarla en la formación: cada año salen de las universidades españolas unas 10.500 enfermeras, insuficientes para cubrir las plazas disponibles. El 5% quedan vacantes. Además, muchas se decantan por el exilio laboral en busca de mejores condiciones: unas 7.000 ejercieron fuera de España en 2024.

Otra de las explicaciones de este déficit estructural está en el diseño del propio sistema sanitario, un modelo en el que históricamente las administraciones han apostado más por los médicos que por las enfermeras, especialmente en atención primaria

Otra de las explicaciones de este déficit estructural está en el diseño del propio sistema sanitario, un modelo en el que históricamente las administraciones han apostado más por los médicos que por las enfermeras, especialmente en atención primaria. La proporción media en Europa es de un 70% de enfermeras por un 30% de médicos, mientras que en España se sitúa en un 60%-40%. Esta arquitectura sanitaria difiere de la de países como Reino Unido, Bélgica o Canadá, donde prevalece un modelo de enfermería con más funciones y mayor autonomía, así como un número superior de contrataciones.

Una de las consecuencias de la falta de inversión en enfermería es la atención que recibe el paciente. Un sondeo de 2023 revela que el 85% de las profesionales considera que atiende a más personas de lo que considera seguro. Más de la mitad de las enfermeras hospitalarias tuvo a su cargo más de 10 enfermos, cuando la ratio apropiada se sitúa entre seis y ocho.

Pese a las reticencias de los médicos a la ampliación de competencias de las enfermeras, el Ministerio de Sanidad —en manos de Sumar— parece haber tomado conciencia del problema y ha incluido en la nueva ley del medicamento, cuya aprobación en el Consejo de Ministros está prevista para finales de enero, que puedan prescribir un mayor número de fármacos.

Como parte esencial que son del Estado de bienestar, se deben hacer todos los esfuerzos por no descapitalizar ni desmoralizar a estas profesionales, que con una población cada vez más envejecida asumen funciones tan importantes como el seguimiento de las dolencias crónicas. Su trabajo debe, además, estar mejor remunerado para evitar datos descorazonadores como el que refleja que el 40% planea dejarlo en los próximos 10 años. El, con razón, celebrado sistema sanitario público español no puede dejar atrás a un colectivo clave para su buen funcionamiento.

Y un artículo de Pablo Linde en el país que titula: España tiene un déficit de 100.000 enfermeras y una de cada cuatro se plantea dejarlo

Al ritmo de incorporaciones actual, harían falta entre 22 y 29 años para llegar a la ratio media de la Unión Europea

El Ministerio de Sanidad ha puesto este lunes cifras al déficit de enfermeras que España arrastra desde hace décadas: 100.000. Son las que haría falta incorporar al sistema para equiparar el ratio con el de la Unión Europea, que es de 8,5 por cada 1.000 habitantes, frente a los 6,5 de media en el país (con notables diferencias entre comunidades). Además, ha hecho una encuesta que deja otro dato preocupante: cuatro de cada diez se plantea dejar la profesión en los próximos diez años.

Pese a que en la última década se han incorporado profesionales al sistema, no lo hacen al suficiente ritmo para paliar el déficit. Según el informe Situación actual y estimación de la necesidad de enfermeras en España, 2024, si no se aceleran las contrataciones, harían falta entre 22 y 29 años para alcanzar el ratio comunitario, para lo que sería necesario aumentar el personal en casi un 29%.

El documento también pone de manifiesto que, pese a que hay seis veces más mujeres que hombres en la profesión, las labores de gestión están ocupadas mayoritariamente por varones: un 4,8% de ellos ostenta este tipo de cargos, frente al 3,4% de ellas. “Es una dinámica social que permea en el sistema sanitario”, ha dicho Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, que ha presentado el estudio.

Con el informe, Sanidad pretende poner cifras a una realidad que vienen denunciando desde hace años tanto los sindicatos como el Consejo General de Enfermería, que en 2022 había cifrado en 95.000 este déficit

Con el informe, Sanidad pretende poner cifras a una realidad que vienen denunciando desde hace años tanto los sindicatos como el Consejo General de Enfermería, que en 2022 había cifrado en 95.000 este déficit. “Hay una necesidad de actuar de forma intensa en políticas de cuidados y una de las barreras era falta de datos confiables y replicables para saber la realidad de las profesiones de cuidados, algo que sí teníamos sobre facultativos especialistas en el Sistema Nacional de Salud”, ha justificado Padilla.

De las 345.969 enfermeras que hay en España ―el colectivo se suele autodenominar en femenino, precisamente por la abrumadora mayoría de mujeres del sector―, 46.114 tenían alguna de las siete especialidades reconocidas: Familiar y Comunitaria, Matrona, Salud Mental, Trabajo, Geriatría y Pediatría. La mayoría de ellas, sin embargo, no ejerce en esta especialidad, lo que es, en opinión del secretario de Estado “una pérdida de oportunidades para el sistema y dañino para el desarrollo” de las profesionales. “El sistema está formando y pierde oportunidad de integrar esos recursos. Pierde conocimiento y motivación”, ha sentenciado

Para conocer también esta realidad, Sanidad ha efectuado una encuesta en la que han participado 55.000 enfermeras. El 39,4% de ellas se planea dejar la enfermería en la próxima década. De estas, un 16,9% prevé hacerlo en los próximos dos años, un 9,3% y un 9,4% aseguran que lo piensan en un plazo de cinco y diez años, respectivamente.

Más de la mitad de las enfermeras encuestadas (55,2%) considera que no hay suficiente personal en su lugar de trabajo para garantizar la calidad de los cuidados. El 67,7% reporta haber presenciado incidentes relacionados con la atención sanitaria al menos una vez a la semana. Esto refuerza las conclusiones de otro sondeo que hizo el sindicato mayoritario en el sector (Satse) en 2023, que revelaba que el 85% de las profesionales atiende a más pacientes de lo que cree seguro.

Y sigue hablando Pablo Linde sobre la “Descoordinación” entre territorios.

7. El sistema las forma pero luego no les da cobijo: el “fraude” de las enfermeras especialistas en España

Sofía Pérez Mendoza lo escribe en elDiario.es: 

La enfermería tiene seis especialidades aunque hay comunidades autónomas que no reconocen estas categorías profesionales o tienen muy pocas plazas: el resultado es que solo una de cada tres profesionales ocupa un puesto acorde a su formación.

Raúl Sevilla ha cambiado tres veces de ciudad en cinco años en busca de un lugar que le permitiera trabajar de enfermero especialista

Raúl Sevilla ha cambiado tres veces de ciudad en cinco años en busca de un lugar que le permitiera trabajar de enfermero especialista. Estudió el EIR –el equivalente al MIR de los médicos– en la Comunidad de Madrid con 30 años, se mudó a Euskadi en mitad de la pandemia y terminó viviendo en Alicante. Forma parte de ese porcentaje pequeño, uno de cada tres, de profesionales de la enfermería que se especializaron y tienen un empleo acorde con su formación, según una encuesta realizada por el Ministerio de Sanidad como parte de una radiografía profunda sobre cómo están las enfermeras en España.

Una de las conclusiones que se pueden extraer de ese trabajo es que el sistema que gasta dinero en formar a las profesionales después no les da cobijo. El problema se replica con más o menos intensidad en todo el territorio, pese a que es un asunto desconocido para la mayoría: hay muchas más personas formadas -el número ha ido creciendo, como se ve en el gráfico de abajo- que plazas en las que quedarse.

Buena parte de la sociedad no sabe ni que existen especialidades en la enfermería. “Somos invisibles porque el sistema se centra exclusivamente en curar, en la patología, y no se entiende que nosotras también estamos especializadas, que no somos todorreno”, defiende Wladimir Carassa, vocal de la Asociación EIR y miembro del Comité Científico Técnico de la Iniciativa Marco de Cuidados en el Sistema Nacional de Salud, promovida por el Ministerio de Sanidad. Las profesionales siguen siendo para muchos ojos “las ayudantes del médico”.

También hay una cuestión estructural que explica por qué las cosas están cómo están: como faltan 100.000 enfermeras en España, según ha calculado Sanidad, “para los gestores es mucho más cómodo tener a alguien que pueda colocar en diferentes lugares sin que haya una bolsa de trabajo específica que encorsete”, analiza Sevilla.

En España hay 306.268 profesionales de la enfermería. Un 6,8% de ellas tienen una de las seis especialidades que actualmente están reconocidas aunque menos de un 3% están en activo: familiar y comunitaria, matronas, pediatría, geriatría, del trabajo y salud mental. El Gobierno trató de poner orden a un sistema muy heterogéneo en 2005 con un decreto de especialidades que dos décadas después no ha arrancado como debería. No todas las comunidades tienen plazas de todas las especialidades. Salvo las matronas, que son las especialistas más integradas en el sistema; también las más antiguas. Pero las geriátricas, por ejemplo, no están reconocidas en cuatro comunidades (Andalucía, Cantabria, Galicia y Euskadi) ni en las ciudades autónomas; las pediátricas en dos (Andalucía y Euskadi) y las de Familiar y Comunitaria no encuentran acomodo en una (Madrid).

En este ecosistema suceden situaciones como las siguientes: “Una enfermera que salió de la carrera hace un mes empieza a trabajar en una UCI neonatal cuando hay compañeras especialistas en busca de puestos acordes a su formación que están en paro”, pone como ejemplo Carassa. Ocurre así porque puestos que encajarían para las enfermeras especialistas se están cubriendo con profesionales generalistas. 

El Consejo General de la Enfermería lamenta que la implantación del decreto ha sido “muy lenta”

El Consejo General de la Enfermería lamenta que la implantación del decreto ha sido “muy lenta”. “Es un fraude porque al final ni el sistema ni los pacientes se benefician de esta gran formación, lo estamos desaprovechando”, asume su vicepresidente, José Luis Cobos. Igual que hubo fondos del Ministerio para impulsar algunas especialidades MIR, debe haberlos para las enfermeras, defiende.

La implementación es compleja porque no solo se trata de sacar nuevas plazas de especialista sino también de integrar a quienes, sin tener la especialidad porque no existía, han estado años y años en puestos asimilables. En Madrid, por ejemplo, este proceso de reintegración, complejo y que ha terminado enfrentando a personas con y sin especialidad, acaba de comenzar ahora. 

Eva Serradilla, del sindicato enfermero AME, trabaja desde 2001 en Atención Primaria. La Comunidad de Madrid dio la posibilidad de conseguir la especialidad por vía excepcional en 2011 a quienes ya llevaran años trabajando en puestos asimilables pero el examen no se produjo hasta 2021. “Entre medias aprobé una oposición y he terminado como enfermera generalista en un hospital, algo que jamás había hecho, porque esto no se movía. He perdido calidad de vida para trabajar en algo para lo que ni me he formado ni me gusta”, asegura en conversación con elDiario.es. 

Describe así lo que ocurre en su centro: “Al no haber gente para contratar, cualquier cosa la haces con quien ya está allí, tenga o no la experiencia. Así que pasa que estás en una planta y te tienes que ir a una UVI. Con ayuda de las compañeras lo sacas, pero pasando un mal rato. Parece que todo el mundo entiende que un pediatra no puede trabajar de cirujano pero nosotras tenemos que valer para todo”.

8. La viñeta de Mónica Lalanda

Los médicos cometen suicidio en más proporción que otras profesiones.

La carga emocional del trabajo de un profesional sanitario puede ser difícil de sobrellevar. Si a eso le sumas guardias, estudio, dificultad para conciliar, inestabilidad laboral, competitividad...

Los médicos se quitan la vida más que otros profesionales. En el caso de las mujeres, las médicas se suicidan cuatro veces más que el conjunto de mujeres

Se debe hacer más para evitarlo. Para empezar, hablar de ello.

Reflexión de @scarlettmcnally 

9. Noah Higón, afectada por siete enfermedades raras, emociona en 'La Revuelta' al reivindicar la investigación: “Sin ciencia, no hay futuro"

Noah Higón, jurista, politóloga y activista, regresó al programa La Revuelta de David Broncano para hablar sobre su vida con siete enfermedades raras y la importancia de la investigación en este ámbito. Higón compartió su historia de superación: “Tengo siete enfermedades raras, una para cada día de la semana”, explicó con humor al describir su situación. Entre sus diagnósticos se encuentran el síndrome de Ehlers-Danlos, el síndrome del cascanueces y la gastroparesia, entre otros, enfermedades que afectan a su cuerpo en múltiples formas.

“A mí me ha afectado más a los órganos internos; tengo los órganos como les da la gana”, comentó, añadiendo que ha tenido que someterse a 17 operaciones a lo largo de su vida

“A mí me ha afectado más a los órganos internos; tengo los órganos como les da la gana”, comentó, añadiendo que ha tenido que someterse a 17 operaciones a lo largo de su vida. “Llevo 17 operaciones, me han abierto la tripa, me han bajado el riñón, me han quitado esto… Es parchear lo que te vaya surgiendo”, detalló Higón, que también destacó la falta de tratamientos y curas para este tipo de dolencias. “A día de hoy, no existe ni una cura ni un tratamiento para ninguna de ellas”, afirmó con resignación.

Higón lució una camiseta con la frase “Sin ciencia no hay futuro”, un lema que refleja su compromiso con la visibilidad y la investigación de las enfermedades raras. 

La joven también habló sobre cómo enfrenta el día a día, manteniendo una actitud positiva. “El cerebro es lo que mejor tengo. Cuando voy al quirófano, ya lo asumo como ir a comprar el pan”, expresó entre risas, aunque reconoció que hay momentos difíciles. “Hay veces que lo mandarías todo a tomar por saco porque te indignas y dices: ¿Por qué me tocó vivir esto? Pero es la vida que me ha tocado vivir”, reflexionó.

Higón aprovechó la ocasión para presentar su documental Noah, que muestra cómo es vivir con estas enfermedades. “Queríamos mostrar las luces y las sombras, porque esa es mi realidad y la de mucha gente”, explicó emocionada tras proyectar el tráiler en el programa. “Me hicieron una falla, ahí empezó a grabarse el documental, y me siguieron en los momentos más duros”, añadió.

La activista también lanzó un poderoso mensaje en defensa de la sanidad pública española

La activista también lanzó un poderoso mensaje en defensa de la sanidad pública española. “Si estoy viva es por las ayudas de este país. La sanidad hay que reivindicarla y cuidarla. En otro lugar estaría criando malvas desde hace mucho”, aseguró Higón, subrayando la importancia de invertir en investigación y formación para evitar la fuga de talento en el sector sanitario.

Durante su visita a La Revuelta, Noah Higón también respondió a las preguntas clásicas del programa. Ante el interrogatorio sobre el dinero que tenía en el banco, bromeó diciendo: “Ni un duro”. En cuanto a su vida personal, sorprendió al revelar su actividad en el último mes: “15 o 16”. Además, aclaró: “Somos personas también. Al menos, cuando el cuerpo aguanta”.

La intervención de Noah Higón cerró el programa con una profunda reflexión que resonó tanto en el plató como en las redes sociales. “Nada es imposible”, concluyó. Su testimonio no solo emocionó a quienes la escuchaban en directo, sino que generó una ola de apoyo en las redes: "La entrevista con esta joven está siendo lo más emocionante que he visto en la tele desde hace mucho tiempo. Qué entereza, gracias por tu ejemplo, Noah, y quedémonos con tu mensaje: hay que investigar más en enfermedades raras y, en general, hay que dotar de recursos a la ciencia”, expresó un usuario, resumiendo el sentir colectivo.

Con cada palabra, Higón no solo reivindicó la importancia de visibilizar las enfermedades raras, sino que dejó claro que la lucha, aunque dura, siempre puede estar acompañada de esperanza.

Noah Higón, durante su intervención en La Revuelta de TVE. @larevuelta_tve

10. La vacuna de la gripe: una historia de éxito y eficacia comprobada

En The Conversation de Estanislao Nistal Villán, Javier Arranz Herrero, Universidad CEU San Pablo

La pandemia de gripe de 1918 fue causada por una cepa particularmente virulenta de virus de Influenza, infectando a 500 millones de personas y causando entre en torno a 50 millones de muertes. El impacto fue tan severo que la esperanza de vida mundial cayó drásticamente, causando más víctimas que las asociadas a la Primera Guerra Mundial.

En sus intentos por desarrollar una vacuna, los investigadores de la época trabajaron bajo la suposición errónea de que la gripe era causada por una bacteria, basándose en el descubrimiento de Richard Pfeiffer en 1892 del “bacilo influenzae”, que hoy en día se conoce como la bacteria Haemophilus influenzae.

Los virus dan la cara

No fue hasta 1931 cuando Richard Shope descubrió el virus Influenza A en cerdos y, en 1933, Wilson Smith, Christopher Andrewes y Patrick Laidlaw el virus Influenza A en humanos.

Distintos trabajos posteriores permitieron describir diferentes versiones de las proteínas de superficie del virus denominadas hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA), cuyas distintas combinaciones dan lugar a los subtipos de virus de la influenza de tipo A; entre ellos, los subtipos H1N1, H2N2 y H3N2 que han afectado a la humanidad durante más de 100 años.

La primera vacuna inactivada contra la gripe para uso en personas fue desarrollada por Thomas Francis, que había descubierto también en 1940 el virus Influenza B, y su discípulo Jonas Salk, el mismo que desarrolló posteriormente la vacuna frente a la poliomielitis.

La vacuna frente a la gripe fue probada para evaluar su seguridad y eficacia en el ejército estadounidense en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, antes de ser licenciada para un uso más amplio en 1945. Sin embargo, pronto se observó cómo la alta tasa de mutación del virus requería de una actualización anual para conservar la eficacia.

Una evolución continua

Actualmente existen distintas tecnologías y métodos de producción de vacunas antigripales. En el caso del hemisferio norte, la vacuna para que se administra en otoño se comienza a diseñar en febrero, en función de las cepas que se encuentran en ese momento circulando.

Durante las décadas siguientes, las vacunas evolucionaron en respuesta a los cambios en los virus circulantes. En 1948, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el Centro Mundial de Influenza y, en 1952, el Sistema Global de Vigilancia y Respuesta a Influenza (GISRS por sus siglas en inglés) para rastrear cepas emergentes. Esto permitió la producción de vacunas actualizadas cada temporada, una práctica que persiste hasta hoy y que se utiliza como base para que la OMS recomiende anualmente determinadas cepas a incluir en las inmunizaciones de cada hemisferio frente a los virus de Influenza A H1N1 y H3N2, así como Influenza B.

La gripe regresa anualmente en forma epidémica creando una amenaza constante para la salud pública, afectando a millones de personas y generando complicaciones graves en los más vulnerables: niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes.

¿Hasta qué punto son eficaces las vacunas?

En 2010, la recomendación para la vacunación total de la población (a partir de 6 meses) supuso un importante avance para reducir el riesgo de contagio y de complicaciones derivadas de la infección, así como para liberar gran parte de la carga hospitalaria que se acumulaba en los meses de invierno. Desde entonces, el impacto de la gripe ha disminuido, pero ¿qué sabemos sobre su verdadera eficacia?

En este contexto, nuestro equipo ha realizado un estudio donde se analizan distintos parámetros que sirven para calcular la eficacia de la vacunación antigripal tanto en la prevención como en la reducción de la severidad y mortalidad asociada a la infección, especialmente en las poblaciones de riesgo más vulnerables.

Nuestro trabajo consiste en un análisis de más de 119 artículos publicados en los últimos 10 años, que suman un total de 192 705 pacientes. Además, cuenta con una validación de los modelos matemáticos, usando más de 6,5 millones de pacientes de la base de datos TrinetX.

Así analizamos en qué porcentaje aparecen los virus de la gripe más comunes como Influenza A (H1N1 y H3N2) e Influenza B en diferentes grupos de edad: menores de 5 años, personas entre 5 y 65 años y mayores de 65 años. Además, estudiamos la efectividad de las vacunas frente a estos virus en los mismos grupos de edad.

Los resultados muestran cómo las vacunas son eficaces previniendo la infección de los distintos virus Influenza que se pretenden evitar, aunque en el caso de H3N2, esta protección sea más limitada.

En cuanto a su eficiencia en evitar muertes, nuestro análisis de los datos muestra que la vacunación antigripal es capaz de reducir la mortalidad asociada a la infección a la mitad en términos globales, incluyendo las infecciones por H3N2.

En el caso de los grupos de riesgo, aquellos con condiciones preexistentes que aumentan entre 2 y 10 veces la probabilidad de fallecer tras una infección por gripe, la vacunación redujo en algunos casos su mortalidad hasta niveles comparables con los de personas no infectadas. Esto destaca la capacidad de la vacuna para proteger incluso a quienes afrontan mayores riesgos.

Comprobado: vacunar salva vidas

En una sociedad donde la desconfianza hacia las vacunas parece estar en aumento, es crucial recabar evidencias y analizar la información con los datos disponibles, compartirla y sacar conclusiones que sirvan para tomar decisiones más allá de opiniones o juicios de valor.

Es cierto que vacunarse no garantiza que no nos infectemos, pero sí reduce la carga de la enfermedad y, lo que es aún más importante, salva vidas. Los síntomas leves o moderados tras una infección son un precio pequeño a pagar si consideramos que las vacunas nos protegen de hospitalizaciones, complicaciones graves y muertes.

A menudo escuchamos frases como “este año me vacuné y aún así me enfermé de gripe”. Con los datos delante, podemos tener la certeza de que sin la vacunación, la gravedad de la infección asociada a virus Influenza pudo haber sido mayor.

Vacunación de la gripe. eP/archivo

11. Cómo el ideal del “machote” se convierte en un lastre para la salud cardiovascular 

Adrián Cordellat en El País escribe 

Las expectativas sociales vinculadas a la masculinidad hegemónica acaban pasando factura a la salud de los hombres más alineados con esas ideas. De hecho, según ha demostrado una investigación reciente, el arquetipo del machote -autosuficiente, fuerte, invulnerable y capaz de controlar sus emociones- puede poner en riesgo la salud cardiovascular de los hombres desde la adolescencia y la adultez temprana.

Según los resultados del estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Chicago y publicado en Jama Network, aquellos hombres que desde la adolescencia (12-18 años) adoptan conductas más alineadas con los estereotipos de género masculinos tienen menos probabilidades de informar en la edad adulta (32-42 años) entre su círculo de familiares, amigos y conocidos de diagnósticos de factores de riesgo cardiovascular (por ejemplo hipertensión, diabetes e hiperlipidemia) y de los tratamientos que reciben para los mismos.

“Nuestro estudio sugiere que existe una conexión entre la forma en que se socializa a los niños y los hombres y la evitación de la atención médica preventiva, ya sea por miedo, ansiedad, vergüenza o sentimientos genuinos de que no necesitan ayuda”, explica Nathaniel J. Glasser, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago y autor principal del estudio. Según el médico internista, las cualidades asociadas a la identidad de género masculina “entrarían en conflicto” con otras que, de otro modo, “facilitarían la búsqueda y recepción de ayuda o la admisión de vulnerabilidades”.

“La reticencia de los hombres a expresar sus preocupaciones de salud se debe, en parte, a la internalización de expectativas sociales que asocian la masculinidad con la autosuficiencia y la fortaleza”

“La reticencia a reconocer el tipo de síntomas o a recibir ayuda médica sí que puede ser habitual, en general, entre una población joven con ideales más elevados de masculinidad”, concede Carolina Ortiz, secretaria general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Una opinión que comparte Jorge Marcos, profesor del departamento de Psicología de la Salud de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Alicante, que lleva años estudiando el impacto de los estereotipos de género en la salud: “La reticencia de los hombres a expresar sus preocupaciones de salud se debe, en parte, a la internalización de expectativas sociales que asocian la masculinidad con la autosuficiencia y la fortaleza. Reconocer un problema de salud se percibe a menudo como una señal de debilidad, lo cual entra en conflicto con las normas de la masculinidad hegemónica”, sostiene. Para el experto, la necesidad de algunos de hombres de proyectar invulnerabilidad no solo afecta a su autoimagen y la percepción pública, sino que también “limita la búsqueda de ayuda y el seguimiento adecuado de los tratamientos”.

A base de los datos del estudio, por ejemplo, los hombres que tienen una mayor expresividad de género masculino presentaban aparentemente menos diagnósticos de hipertensión, diabetes y dislipemia

A base de los datos del estudio, por ejemplo, los hombres que tienen una mayor expresividad de género masculino presentaban aparentemente menos diagnósticos de hipertensión, diabetes y dislipemia. Estos resultados coinciden con los de otra investigación publicada en The Lancet que también estudio la relación entre la expresión de género de una persona durante la adolescencia y los resultados de salud en el futuro. Según los resultados de la misma, aquellos hombres más próximos a los estereotipos de género masculinos en la adolescencia parecían estar más protegidos contra factores de riesgo de la salud cardiovascular como la tensión arterial alta y el colesterol altos en la adultez.

Para Carolina Ortiz y para los autores del estudio de The Lancet, la explicación a estos datos parece clara: los hombres que son más masculinos en la expresión de género podrían estar menos dispuestos a reconocer sus limitaciones físicas y los síntomas de enfermedad, lo que puede llevar a una cierta invisibilidad diagnóstica. No en vano, en el estudio liderado por Nathaniel J. Glasser se observó que los hombres más alineados con la masculinidad hegemónica tenían un 11% menos de probabilidad de recibir tratamiento para la hipertensión y un 10% menos para la diabetes.

Una tormenta perfecta contra la salud

Según datos de la Fundación Española del Corazón, de hecho, los hombres por debajo de los 50 años tienen una incidencia más elevada de afecciones cardiovasculares que las mujeres en el mismo rango de edad. Como explica Jorge Marcos, los hombres, desde un punto de vista biológico, pueden considerarse más vulnerables a padecer ciertos problemas de salud cardiovascular en comparación con las mujeres, sobre todo hasta la llegada de la menopausia. Sin embargo, como señala el investigador, los factores genéticos u hormonales no explicarían por sí solas las mayores cifras de enfermedad cardiovascular y de mortalidad prematura de los hombres.

“En gran medida, estas disparidades están influenciadas por el proceso de socialización de género, que promueve prejuicios, estereotipos y normas sociales que llevan a los hombres a adoptar conductas perjudiciales para su salud, particularmente en lo que respecta a las enfermedades cardiovasculares”, apunta Marcos, que incluye entre esas conductas el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, las dietas poco saludables y una menor disposición hacia prácticas preventivas y promotoras de la salud.

Que los hombres más alineados con la masculinidad hegemónica sigan más conductas de riesgo, tengan menos predisposición a buscar ayuda médica, y muestren mayores dificultades para comunicar su estado de salud, provoca que “aumente el riesgo cardiovascular y que se llegue tarde a intentar controlar enfermedades que se podrían haber prevenido eficazmente”

Para Carolina Ortiz, el hecho de que los hombres más alineados con la masculinidad hegemónica sigan más conductas de riesgo, tengan menos predisposición a buscar ayuda médica, y muestren mayores dificultades para comunicar su estado de salud, provoca que “aumente el riesgo cardiovascular y que se llegue tarde a intentar controlar enfermedades que se podrían haber prevenido eficazmente. Es un círculo vicioso con una retroalimentación negativa”.

A eso, añade Jorge Marcos, se suma otra realidad: que es menos probable que un hombre que no comunica que tiene una enfermedad siga el tratamiento pautado para la misma: “Esto puede deberse tanto a una subestimación del problema como a un intento de mantener una imagen de control y evitar mostrar vulnerabilidad física”. El profesor de la Universidad de Alicante habla de una “tormenta perfecta” en términos de salud que no solo exacerba los problemas cardiovasculares, sino que también lleva a diagnósticos tardíos y a resultados más graves. “Es una manifestación clara de cómo las normas de género pueden tener consecuencias perjudiciales para la salud”, afirma.

Reconoce Nathaniel J. Glasser que, de hacerse otra investigación, es posible que se descubriera que a medida que los hombres envejecen y estas afecciones (presión arterial alta, diabetes, hiperlipidemia) se vuelven más frecuentes, las presiones de género tuviesen un impacto menor a la hora de informar de diagnósticos y tratamientos. Una opinión que comparte a base de la práctica clínica Carolina Ortiz: “Por mi experiencia en consulta diría que sería así, ya que los pacientes más mayores no manifiestan tanta reticencia a reconocer la enfermedad y a seguir el tratamiento”.

Para la portavoz de la Sociedad Española de Cardiología, el hecho de que el estudio demuestre que la expresividad de género masculina en la adolescencia correlaciona con la negativa a reconocer los riesgos cardiovasculares en la adultez, es una oportunidad para “la prevención desde edades tempranas”

Para la portavoz de la Sociedad Española de Cardiología, el hecho de que el estudio demuestre que la expresividad de género masculina en la adolescencia correlaciona con la negativa a reconocer los riesgos cardiovasculares en la adultez, es una oportunidad para “la prevención desde edades tempranas”, mediante el desarrollo de campañas de concienciación enfocadas a normalizar la búsqueda de ayuda médica y de programas preventivos que reconozcan las diferencias de género y se adapten a estos perfiles de hombres.

En el mismo sentido se pronuncia por último Jorge Marcos, que señala que los resultados del estudio “subrayan la necesidad de diseñar estrategias que desafíen las normas de género perjudiciales y promuevan una participación activa de los hombres en el cuidado de su propia salud y en la de los demás. Esto no solo contribuirá a mejorar la salud de los hombres, sino que también tendrá un impacto positivo a nivel comunitario”.

12. Javier Butragueño, doctor en Ciencias de la Actividad Física: "El sedentarismo es como pequeñas dosis de veneno"

Cinthya Martínez en La Voz de la Salud lo escribe:

El experto remarca la importancia del ejercicio de fuerza "que nos protege a nivel cardiovascular, metabólico y de lesiones".

Estos primeros días de enero son, para muchos, el inicio de un nuevo comienzo (o una reconciliación) con el deporte. El objetivo es claro: mantenerlo en el tiempo y que se convierta en una rutina. Javier Butragueño, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, nos proporciona consejos para conseguirlo. Además de vocal de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), es creador de Obesity Management School, una plataforma de formación especializada en la gestión de la pérdida de peso en la que participan desde entrenadores hasta médicos.

—Si somos novatos haciendo deporte y queremos empezar como propósito de nuevo año, ¿cuáles son los primeros pasos que debemos tener en cuenta?

—Lo más importante es tener adherencia. Cualquier plan que no puedas mantener en el tiempo, va a pasar lo mismo de siempre. Tienes que conocer tu contexto y a partir de ahí yo te diría de empezar por poquito. Pequeños pasos, grandes cambios. Empieza por 10 minutos al día de ejercicio. Y no me refiero a andar, de eso hay que intentar hacer entre 30 y 45 minutos. Si no a lo que se llama «snacks» de ejercicio: 10 minutos de fuerza, corriendo, o lo que sea. Si no puedes correr tanto tiempo, puedes hacer los famosos cacos: caminar y correr. O la gente que está muy mal, caminar rápido y  lento. Pero por lo menos, empezar con 10 minutos durante el primer mes. Luego el segundo se puede ampliar a 15 o 20 y el tercero empezar con 30. Darnos tres meses de adherencia, de mantenerlo en el tiempo, para poder hacerlo. Eso sería lo básico y luego otro consejo sería que busques lo sencillo.

—¿En qué sentido?

—Sin utilizar mucho material. Con tu propio peso, con alguna goma que no tiene casi coste o incluso con alguna garrafa de agua. 

—A la hora de hablar de ejercicio físico, ¿cuáles serían los mínimos?

—Se ha visto que gente que no hace nada, después de doce semanas entrenando un día a la semana fuerza, va a mejorar. Esto es importante que lo tengamos en cuenta porque ese mínimo, con el tiempo, ya no funciona. Se tiene que aumentar a dos o tres días a la semana el ejercicio. Puede ser combinado: hago dos días de yoga, uno de fuerza; dos de natación, uno de fuerza. Pero siempre intentar introducirla porque se ha visto, en la literatura y con el paso del tiempo, que ese componente que solo se entrena con pesas es el que nos protege a nivel cardiovascular, metabólico y de que no te lesiones en otras disciplinas deportivas.

—¿En qué consisten los «snacks» de ejercicio?

—Suelen ser unos cinco o diez minutos de movimiento que puedes hacer en cualquier sitio para romper el estado sedentario. Estar muchas horas sentado o tumbado hace que exista mucho más deterioro cognitivo, dolor muscular y en la espalda. Son fáciles de integrar porque los puedes hacer en casa, oficina o la calle. Todo lo que conlleva romper el estado sedentario en el que llevas un tiempo determinado. 

—¿Y qué importancia tiene romperlo, cómo daña el sedentarismo nuestra salud?

—El sedentarismo provoca problemas a nivel muscular, como dolor lumbar. Con el tiempo, algunos problemas de osteoporosis se pueden agravar, rigidez muscular, la presión arterial se eleva y la glucosa también puede hacerlo. Todas esas complicaciones metabólicas que, como van siendo acumulativas, son como pequeñas dosis de veneno que tomamos sin ser conscientes. O

—Para conseguir una buena adherencia, ¿en qué podemos centrar nuestra atención para aquellos momentos en los que nos falta motivación?

—Siempre digo que la motivación se encuentra con los motivos. ¿Cuál es el motivo por el que lo haces? No quiero que me cuiden de mayor, no quiero estar débil, no quiero tener una transición de la menopausia que sea un caos… Todo eso hace que con el movimiento se equilibre, se mejore y ya lo sabemos. Eso a largo plazo. 

—Los beneficios ya se dan a corto plazo, entonces. 

—Sí. Vas a tener más energía, vas a dormir mejor, tener menos estrés, mejor estado de ánimo y más confianza en ti mismo. Al final, si quitamos el foco del físico, creo que es mucho más sostenible y la adherencia va a mejorar un montón. Luego está lo que yo denomino como el vínculo. Si vas a hacer un entrenamiento, escucha un pódcast que te guste o vete con un amigo con el que te lleves bien. Ese es un vínculo o hábito ancla: te anclas a una cosa que te guste y lo combinas con algo que a lo mejor no te ha gustado tanto. Realmente es como una especie de negociación contigo mismo y cuando pienses que te da pereza, sacar esa pequeña lista y te recuerdes lo que consigues con ello. 

—¿Ver el ejercicio como una rutina funciona?

—Sí, porque todas las personas nos movemos por rutinas. Siempre recomendaría tener un plan semanal e ir combinando entrenamientos para no aburrirse. Y luego, logros. Cosas que has ido consiguiendo a la semana, al mes, y darte recompensas que no tienen por qué ser algo que te empeore el proceso, como un libro o una experiencia. 

—Una frase típica: "Es que no tengo tiempo". 

—Eso es una objeción, hay que eliminar esas barreras que te autoimpones porque no tienes los motivos suficientes. Es probable que no tengas tiempo porque no te gusta o porque no lo ves útil, pero está claro que lo es. Si te hace sentir mal, no lo vas a hacer. Si te tienes que desplazar mucho, tampoco. En ese caso puedes entrenar en casa con material accesible que sea fácil, sencillo, simplificar tanto que sea muy difícil ponerte una excusa. 

13. Objetivo de Sanidad: evitar las caídas que ya matan a cuatro mil personas al año en España

El Ministerio quiere tener listo este año un nuevo protocolo para la prevención de la fragilidad y, en especial, de las caídas en las personas mayores: son ya la principal causa de muerte externa en nuestro país

Si se cumplen las proyecciones del INE, para el 2055 el 30% de la población española va a tener 65 años o más. Este envejecimiento progresivo de la población implica "el aumento de las necesidades y la demanda de los servicios sanitarios", reconoce el Ministerio de Sanidad, que trabaja en la actualización del plan de prevención de caídas y fragilidad para "no sobrecargar los sistemas sanitarios". Como explica el Director de Salud Pública, Pedro Gullón, se trata de un documento de consenso, que implica también a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos, y que confían en tener listo "a lo largo del año 2025".

El coste de la fragilidad: 2.500 euros más al año para el sistema

La fragilidad, como explica Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, es un cuadro clínico en el que se dan al menos tres de las siguientes circunstancias: "enlentecimiento de la marcha, pérdida de fuerza, reducción de la capacidad física, pérdida de peso y fatiga". Las personas frágiles requieren más atención médica y, por tanto, suponen un mayor gasto sanitario y social. Según las estimaciones que maneja Sanidad, "el coste anual por persona con fragilidad es de 2.500 euros al año, el doble que el de una persona mayor sin fragilidad". Por eso, explican, prevenir la fragilidad "es crucial para asegurar la sostenibilidad del sistema de salud".

La fragilidad se puede revertir

Porque la fragilidad, en contra de lo que puede parecer, no es inevitable: se puede prevenir y también revertir. Mantener las enfermedades de base controladas, hacer ejercicio físico, aeróbico y de fuerza, y una dieta saludable rica en proteínas es la fórmula básica para evitar la fragilidad o corregirla, una vez ha aparecido, explica Rodríguez Artalejo, que recomienda el programa VIVIFRAIL de promoción del ejercicio físico y recuerda que "con siete mil u ocho mil pasos diarios tenemos suficiente, al ritmo al que nos resulte posible" para cubrir la necesidad de actividad aeróbica.

El urbanismo también previene la fragilidad

El objetivo de Sanidad con este nuevo protocolo en el que ya está trabajando es detectar el riesgo de fragilidad antes de que aparezca y de que suponga una alta probabilidad de caída para la persona. Para eso, el ministerio quiere "identificar, tanto en ámbito sanitario como en otros lugares de la comunidad con derivación al sistema sanitario, a las personas mayores de 70 años que puedan tener riesgo de caídas, para ofrecerles la ayuda necesaria y prevenir posibles lesiones" o incluso la muerte: las caídas son ya la principal causa de muerte externa en España, según la estadística del INE. Evitar estos accidentes no depende, en exclusiva, del sistema sanitario, insiste Pedro Gullón, que pone como ejemplo la necesidad de avanzar hacia "un urbanismo saludable, que promueva el ejercicio físico y que prevenga la fragilidad, eliminado algunas barreras que supongan un riesgo".

El problema de siempre: una atención primaria desbordada

Evitar la aparición de la fragilidad en las personas de 70 años o más y prevenir posibles caídas pasa, fundamentalmente, por detectar de forma temprana los primeros signos de disminución de sus capacidades: un trabajo que, en el sistema sanitario, depende de los profesionales de atención primaria, "que están sobrecargados" en muchas comunidades, como apunta Fernando Rodríguez Artalejo. Por eso, este experto en Salud Pública y Medicina Preventiva reclama "incentivos y programas de formación sobre fragilidad" para médicos y enfermeras.

14. El tweet de @AntelmPujol

15. Las leyes sobre eutanasia reflejan el consenso social

En The Conversation por Maite Menéndez Ferreras, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, David Rodríguez-Arias, Universidad de Granada, Ivar Rodríguez Hannikainen, Jorge Suárez Muñoz, Universidad de Granada, Luis Espericueta, Universidad de Granada

¿Son las leyes las que hacen que la ayuda para morir sea cada vez más aceptada o son el reflejo de un apoyo social previo? 

En las últimas décadas hemos observado cómo en diversos países se han llevado a cabo reformas legales para despenalizar o regular la ayuda para morir (noción que puede referirse tanto a la eutanasia como al suicidio asistido). Al mismo tiempo se ha detectado un creciente apoyo social hacia este tipo de práctica. El debate sobre qué impulsa estas reformas se da desde hace mucho tiempo: ¿son las leyes las que hacen que la ayuda para morir sea cada vez más aceptada o son el reflejo de un apoyo social previo? 

En multitud de ocasiones se utiliza el argumento de la “pendiente resbaladiza” contra la legalización de la ayuda para morir. Una de las versiones de este argumento asume que la legalización de la eutanasia de pacientes con enfermedades terminales o irreversibles hará que, poco a poco, se vayan permitiendo una mayor variedad de casos. Según este argumento, al final se llegaría incluso a la aceptación de la eutanasia de personas sanas.

La idea de fondo tras el argumento de la pendiente resbaladiza es la siguiente: aceptar legalmente algo que en principio podría ser éticamente inaceptable debilita nuestros reparos morales. Esto nos conduce a considerar como apropiadas prácticas que inicialmente consideraríamos abusivas y moralmente reprobables.

A fecha de diciembre de 2024 son 28 jurisdicciones en 14 países las que permiten algún tipo de ayuda para morir. ¿Indica esto que está cumpliéndose el argumento de la pendiente resbaladiza? Recientemente, un grupo de investigadores españoles publicamos en la revista PNAS un artículo que nos permite entender mejor este fenómeno.

España frente a Reino Unido

Para poder comprobarlo estudiamos la totalidad de las leyes de eutanasia y suicidio asistido. El fin no era otro que analizar sus similitudes y sus diferencias en cuanto a los criterios para que una persona pueda recibir la ayuda para morir.

Después se llevó a cabo una encuesta a la población general de España durante mayo de 2022, aproximadamente un año después de la aprobación de la ley española de ayuda médica para morir. Esta misma encuesta se replicó en el Reino Unido, donde de momento no hay una legislación de este tipo -aunque existe un proyecto de ley con posibilidades de aprobación en el futuro-.

En estas encuestas a los participantes se les presentaba un caso hipotético de solicitud de eutanasia, asignado de forma aleatoria, que debían evaluar. En cada escenario se consideraban los factores que fueron identificados tras el análisis de las leyes sobre ayuda para morir vigentes en todo el mundo:

-La edad del paciente.

-La capacidad de tomar decisiones en ese momento o, en caso negativo, si contaba con voluntades anticipadas o no.

-La naturaleza de su enfermedad (física, psicológica o existencial).

-El pronóstico (terminal, crónico o reversible).

A los participantes se les preguntó por su opinión sobre estos criterios en cada caso concreto y si sería legal llevar a cabo una eutanasia para ese escenario hipotético en su país. Finalmente se les hacían una serie de preguntas sociodemográficas acerca de sí mismos. 

Los resultados revelaron que en ambos países se exhibían patrones cualitativamente similares, independientemente del estatus legal de la eutanasia en sus respectivos contextos. Es decir, las personas de España y Reino Unido compartían mayoritariamente la misma postura frente a los criterios de elegibilidad para la ayuda para morir. Estos resultados subrayaron la coincidencia en las intuiciones morales de las personas, al margen de las leyes vigentes en el lugar donde residen.

La legalización, ¿aumenta la aprobación moral?

A pesar de que los criterios de elegibilidad presentados fuesen iguales en ambos países, la aprobación moral general de la ayuda para morir fue mayor en España que en el Reino Unido. Por este motivo, y con el fin de explorar si la legalización de la eutanasia podría estar vinculada a un aumento en la aprobación moral, se analizó la base de datos del European Values Study, que recoge las opiniones de las sociedades de 48 países europeos en las últimas cuatro décadas sobre la eutanasia, entre otros temas.

Este análisis reveló que en los países donde se legalizó la ayuda para morir la aprobación pública ya estaba en aumento antes de que se implementaran las leyes. 

Este patrón indica que las actitudes favorables hacia la eutanasia podrían haber sido el factor que impulsó la legalización en esos países, en lugar de la opción opuesta, es decir, que la legalización provocase un aumento posterior en la aprobación moral. De hecho, en el estudio no se observó un aumento acelerado de la aprobación pública después de la legalización en aquellos países donde la eutanasia se había legalizado.

Nuestros resultados contradicen la hipótesis de la pendiente resbaladiza en el contexto de la legalización de la eutanasia. El estudio sugiere que los cambios legales responden a consensos morales preexistentes. Tras la legislación, la aceptación de la eutanasia no crece significativamente (ni disminuye), sino que tiende a estabilizarse. 

Este hallazgo tiene importancia para legisladores y eticistas, ya que plantea que las legislaciones pueden cristalizar y formalizar patrones morales de la sociedad preexistentes, en lugar de alterar fundamentalmente la moralidad pública.

Y ligado a este ¿Qué se siente y se piensa justo en el momento de morir?

En The Conversation por Francisco José Esteban Ruiz, Universidad de Jaén

El momento de la muerte ha sido siempre un misterio. Aunque no podemos conocer con exactitud qué ocurre en ese instante, la ciencia ha comenzado a desvelar algunos detalles sobre lo que sucede en nuestro cerebro durante los últimos momentos de vida.

Actividad cerebral

Al contrario de lo que se pensaba, el cerebro no se apaga de inmediato cuando el corazón deja de latir. Allá por 2013, un estudio realizado con ratas de laboratorio mostró que sus cerebros experimentaban un aumento de actividad tras sufrir un paro cardíaco.

Más recientemente, un grupo de científicos ha registrado la actividad cerebral de una persona en el momento de morir. Observaron que en los 30 segundos posteriores al último latido del corazón se producía un aumento de cierto tipo de ondas cerebrales llamadas oscilaciones gamma.

Las ondas gamma están asociadas a funciones cognitivas sofisticadas como soñar, meditar, concentrarse, recuperar recuerdos y procesar información. Los resultados que obtuvieron sugieren que nuestro cerebro podría permanecer activo y coordinado en la transición a la muerte.

Experiencias cercanas a la muerte

Muchas personas que han estado al borde de la muerte y han sido reanimadas aseguran haber experimentado vivencias similares, lo que se conoce como “experiencias cercanas a la muerte” (ECM). Un estudio reciente encontró que hasta un 20 % de quienes sobreviven a un paro cardíaco experimentan algún tipo de ECM.

Entre las ECM más comunes se encuentran la sensación de separarse del cuerpo físico, ver una luz brillante al final de un túnel, sentimientos de paz y tranquilidad, encuentros con seres queridos fallecidos y la revisión de momentos importantes de la vida.

Los científicos creen que estas vivencias podrían ser producto de la actividad cerebral en los momentos finales: la falta de oxígeno y los cambios químicos en el cerebro podrían explicar muchas de ellas.

Los hallazgos sobre la actividad de las ondas gamma en el cerebro justo antes de la muerte podrían ser clave para entender las ECM. Las oscilaciones gamma, vinculadas a la conciencia y la recuperación de recuerdos, podrían estar involucradas en la generación de las sensaciones que tuvieron los supervivientes a un paro cardíaco, como el repaso de momentos importantes de la vida o la percepción de paz y tranquilidad.

Esto sugiere que las ECM no son solo fenómenos subjetivos, sino que podrían explicarse por lo que ocurre biológicamente en nuestro cerebro en esos precisos momentos.

La corteza somatosensorial

Para averiguarlo, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Míchigan (EE. UU.) registró la actividad cerebral de cuatro pacientes en el momento de su muerte. Detectaron que en dos de ellos, justo después de retirarles el soporte vital, aumentó el número de latidos del corazón por minuto y se incrementó la actividad de las ondas gamma en una zona específica del cerebro: la corteza somatosensorial.

Esta área, llamada “zona caliente de los correlatos neuronales de la conciencia”, se encuentra en el inicio de la parte posterior del cerebro y se ha relacionado con los sueños, las alucinaciones visuales y los estados alterados de conciencia. Los hallazgos sugieren que el cerebro podría estar reproduciendo un último “recuerdo de la vida” justo antes de fallecer. O sea, algo similar a lo que cuentan quienes viven experiencias cercanas a la muerte.

¿Sentimos dolor al morir?

Según los expertos, es poco probable que sintamos dolor en el momento de morir. Esto se debe a varios factores fisiológicos y neurológicos que ocurren en las etapas finales de la vida.

Las investigaciones lo ratifican. Específicamente, un estudio que, aunque no aborda directamente el proceso de la muerte, ofrece información sobre cómo el sistema nervioso procesa el dolor y cómo ciertos cambios fisiológicos pueden alterar esta experiencia.

En primer lugar, nuestro cerebro libera sustancias químicas que nos ayudan a sentirnos en paz. Entre ellas se encuentran la noradrenalina y la serotonina, moléculas son hormonas y neurotransmisores. Cuando son liberadas por el cerebro pueden evocar emociones positivas y alucinaciones, reducir la percepción del dolor y promover la sensación de calma y tranquilidad.

Además, cuando se acerca la muerte, las personas suelen ser muy poco sensibles. Esto se debe a que el cuerpo comienza a apagarse gradualmente y, con ello, la capacidad de sentir dolor disminuye. Los sentidos se van perdiendo, y parece ser que en un orden específico: primero el hambre y la sed, y a continuación, el habla y la visión. El tacto y la audición son los últimos en desaparecer, lo que podría explicar por qué muchas personas pueden escuchar y sentir a sus seres queridos en sus momentos finales, incluso cuando parecen estar inconscientes.

Morir con dignidad

Más allá del interés científico, estos descubrimientos tienen importantes implicaciones éticas y médicas. Comprender mejor qué ocurre en el cerebro en los últimos momentos de la vida podría ayudar a mejorar los cuidados paliativos, asegurando que el proceso sea más tranquilo y digno.

Además, los hallazgos que hemos presentado plantean preguntas fundamentales sobre cómo definir el momento exacto de la muerte, un tema crucial en decisiones relacionadas con el soporte vital y la donación de órganos.

Todos estos estudios, aunque preliminares, ofrecen una interesante perspectiva sobre lo que podemos sentir al final de la vida y nos recuerda la asombrosa capacidad del cerebro humano. Aún queda mucho por descubrir.

Quizás la lección más importante que podemos aprender es la de valorar cada momento, ya que nunca sabemos cuándo nos llegará la hora de irnos. Y tal vez, justo ahí, nos regalemos un viaje a través de nuestros recuerdos.

16. España, líder de Europa en investigación clínica de medicamentos 

En La Razón 

La Aemps autorizó el año pasado un total de 930 estudios, alzándose como la agencia reguladora europea que más ensayos clínicos aprobó, por delante de países como Francia o Alemania.

La investigación de medicamentos se ha convertido en un nuevo motivo de orgullo nacional en el ámbito sanitario. Desde 2024, somos el país líder en Europa en la producción y realización de ensayos clínicos, y el segundo del mundo después de Estados Unidos.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) autorizó el año pasado un total de 930 estudios, alzándose así como la agencia reguladora europea que más ensayos clínicos aprobó, por delante de países como Francia o Alemania

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) autorizó el año pasado un total de 930 estudios, alzándose así como la agencia reguladora europea que más ensayos clínicos aprobó, por delante de países como Francia o Alemania, según se desprende del Registro Español de Estudios Clínicos (REec).

"Este liderazgo se sustenta en la sólida infraestructura del Sistema Nacional Sanitario y la alta cualificación de sus profesionales sanitarios, el compromiso y la colaboración de los pacientes y la industria farmacéutica, y la labor de la AEMPS favoreciendo un marco regulatorio ágil y flexible", aseguran desde la Aemps.

Asimismo, la Agencia señala que este hito se cumple "en un año marcado por la adaptación al Reglamento Europeo de Ensayos Clínicos". En este sentido, la AEMPS destaca que ha realizado un "importante esfuerzo" por facilitar la transición al nuevo Sistema de Información CTIS (Clinical Trial Information System). Además, resalta que durante 2024, el REec registraba la cifra récord de 10.000 ensayos clínicos publicados.

España lidera la investigación con medicamentos destinados a tratar el cáncer en la UE, con un total de 336 ensayos en oncología, según señala la Aemps. Estos representan un cerca del 38% de las investigaciones autorizadas en nuestro país, seguida por la de patologías del sistema inmunitario y sistema nervioso, con un 8 y 7%, respectivamente.

Tambiés en el país donde se han realizado mayor número de ensayos con medicamentos de terapia avanzada, con 52 autorizados en 2024, "gracias al expertise de sus evaluadores y a las estructuras de apoyo específico en los centros de referencia para la administración y el seguimiento de este tipo de terapias", afirman desde la Agencia.

Además, la Aemps subraya el "creciente protagonismo" de los medicamentos biotecnológicos en el manejo de enfermedades graves y discapacitantes "en consonancia con el interés estratégico de la biotecnología para la UE". Además, un 22% de los ensayos clínicos realizados en España se centraron en enfermedades raras.

La Agencia que dirige María Jesús Lamas ha sido también la responsable de autorizar en 2024 un total de 770 estudios multinacionales, lo que sitúa a España a la cabeza de este tipo de ensayos

La Agencia que dirige María Jesús Lamas ha sido también la responsable de autorizar en 2024 un total de 770 estudios multinacionales, lo que sitúa a España a la cabeza de este tipo de ensayos. Igualmente, nuestro país ocupa el primer lugar como estado evaluador de referencia (RMS, por sus siglas en inglés) en un 28% de los estudios.

Otro de los grandes hitos conseguidos por la Aemps en 2024 ha sido poner en marcha por primera vez un procedimiento de evaluación acelerada o 'fast-track' para una investigación. "Se trata de un ensayo clínico en fase I de una vacuna que se va a llevar a cabo en los hospitales universitarios madrileños de La Paz, La Princesa y Puerta de Hierro, así como en otros centros hospitalarios de Estados Unidos y Australia", informa la Agencia.

El procedimiento de evaluación acelerada es una medida que contempla el reglamento europeo para aquellos fármacos que tienen valor terapéutico más evidente y que no tienen competencia con otros que evite la demora actual en su acceso.

Frente a estos abrumadores datos del liderazgo investigador español, soprende que sigamos estando en la cola de Europa respecto al tiempo que tardan los pacientes en acceder a los medicamentos innovadores. Según el último informe "Indicadores de acceso a terapias innovadoras en Europa 2023 (W.A.I.T. Indicator)", desde que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) da luz verde a un fármaco hasta que éste recibe la financiación pública del Sistema Nacional de Salud pasan 661 días (22 meses). Y nuestro país empeora su situación en los rankings europeos de acceso a los fármacos innovadores año tras año.

17. Ecologistas en Acción alerta sobre la mala calidad del aire que respira Granada: "Es un atentado a la salud pública"

En nuestro periódico El Independiente de Granada 

Los datos del año 2024 son más de lo mismo y no tiene visos de que la situación pueda mejorar a corto plazo, señala la asociación ecologista. 

La ciudad de Granada, "como ya viene siendo habitual, continúa siendo una de las mayores urbes cuya contaminación del aire es un atentado contra la salud de la ciudadanía", señala en una nota de prensa.

Recuerda la información estatal, que señala que Granada está entre las nueves ciudades españolas más contaminadas por dióxido de nitrógeno, para señalar que "Granada destaca desde siempre y, a pesar del bajón a causa de la pandemia -lo que demuestra la relación entre desplazamientos en vehículos motorizados y contaminación- seguimos con niveles por encima de las recomendaciones de las autoridades, como la Unión Europea y la Organización mundial de la Salud (OMS)".

Pero Granada, señala, "no sólo disfruta de altas concentraciones de NO2 sino que a este aire que nos envenena habría que añadir los niveles de partículas PM10 y PM2,5, bastante más peligrosas para la salud que los óxidos de nitrógeno y que superan continuamente los niveles establecidos por la normativa".

"Las iniciativas políticas de cara a solucionar el problema de la contaminación en Granada (Planes de movilidad, Planes de Calidad del Aire) no atacan el problema en su raíz y eso hará que sigamos con el aire que respiramos hoy por muchos años más"

"Estas partículas proceden en general de los tubos de escape de los vehículo motorizados, pero en invierno, en esta ciudad, hay que añadir el aporte, muy importante, de los humos procedentes de la vega que rodea la ciudad donde las quemas de restos agrícolas son una constante entre octubre y marzo".

Las quemas de restos vegetales, sostiene, "no solamente emiten óxidos de carbono sino también Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAPs) entre ellos Benzo (a) pirenos, que son muy nocivos para la salud humana por su efecto bioacumulativo y cancerígeno". "En muchos casos la quema de estos restos se hace junto a otros tipos de residuos, como plásticos varios, lo que supone la liberación a ras de suelo, de contaminantes muy perjudiciales para la salud".

"Debido a su orografía, su frecuente tiempo anticiclónico y muchos días con inversión térmica en el invierno, la contaminación se queda estancada sobre Granada y su área metropolitana y de ahí las famosas fotos donde se ve la vega con su capa de porquería permanente, paisaje que ya nos distingue como ciudad".

"Las iniciativas políticas de cara a solucionar el problema de la contaminación en Granada (Planes de movilidad, Planes de Calidad del Aire) no atacan el problema en su raíz y eso hará que sigamos con el aire que respiramos hoy por muchos años más", concluye Ecologistas en Acción en Granada.

Contaminación en Granada. ecologistas en acción

18. Hoja de ruta para sacar de la pobreza a 2,3 millones de niños y adolescentes

Celeste López escribe en La Vanguardia 

Unos 2,3 millones de niños y adolescentes están en riesgo de pobreza, el 28,9% del total de menores de 18 años. De ellos, 867.000 sufren “carencia material severa”, según el último informe de la Plataforma de Organizaciones de Infancia. No es una situación nueva, España lleva años en los puestos líderes de ese triste ranking europeo. “La pobreza infantil es una de las cuestiones más urgentes de España y que hay que abordar ya” coincidieron en afirmar el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, y la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, durante la presentación de la Estrategia Nacional de Lucha contra la Pobreza 2024-2030, en un acto en el que han reclamado el apoyo de todos los grupos políticos en torno a un Pacto de Estado contra la Pobreza Infantil.

Bustinduy y Rego claman no sólo por ese pacto de Estado, también por una prestación universal por hijo, como elemento clave de poner freno a esta pobreza, una medida que 17 países europeos ya han dispuesto y que, según los ministros, se ha demostrado como un instrumento eficaz para sacar de la pobreza al que, sin duda, forma el grupo más vulnerable.

La estrategia presenta 54 líneas de actuación generales que posteriormente serán concretadas través de un plan operativo de ejecución y seguimiento

El titular de Derechos Sociales asegura que está luchando para que esta prestación se incluya en los presupuestos generales del Estado. Y reiteró: “Esta prestación universal a la crianza significa un derecho de ciudadanía. Significa que, en este país, a todos los niños y niñas, independientemente del código postal o de la familia en la que hayan nacido, el Estado les garantiza unas condiciones mínimas, muy mínimas, de bienestar, que muchas veces son lo que determina que se pueda comprar un segundo par de zapatos o comer carne o pescado dos veces por semana”.

También lo defiende con ahinco el director de la Plataforma de Organizaciones de Infancia, Ricardo Ibarra, quien considera un asunto de Estado atajar la pobreza infantil. “Porque esos niños no tienen las mismas oportunidades que el resto en casi nada: tienen más problemas de obesidad, de salud mental, abandono escolar...La pobreza infantil es una cicatriz que quedará siempre marcada. Esos niños pobres serán, en su mayoría, adultos pobres”, indicó.

Un país como España no lo puede permitir, explicó Bustinduy, desde el punto de vista ético ni moral. Tampoco, aseguró Ibarra, desde el punto de vista económico ya que,según datos del Gobierno, la pobreza infantil cuesta 63.000 millones de euros al año.

Desde las organizaciones de la infancia se pide que se invierta en las familias más vulnerables. Habrá quienes pongan el grito en el cielo, pero Ibarra recuerda que las familias con más recursos ya recibe una ayuda a través de las desgravaciones en el impuesto de la renta, algo que las familias con menos ingresos no lo perciben.

Sira Rego coincide con Bustinduy en que “no se pueden seguir normalizando imágenes” como la de “una niña que llega a clase sin desayunar, una familia que enciende el horno porque no puede calentarse o que tiene que elegir entre comprar comida o pagar el alquiler”. Ante esta situación y en un “momento político difícil marcado por la polarización y el cortoplacismo”, la ministra aboga por “medidas ambiciosas y transformadoras”.

La estrategia presenta 54 líneas de actuación generales que posteriormente serán concretadas través de un plan operativo de ejecución y seguimiento.

La directora general de Diversidad Familiar y Servicios Sociales, Patricia Bezunartea, explicó que la estrategia se estructura a partir de cuatro retos estratégicos, entre ellos, garantizar recursos para la ciudadanía, mediante políticas que aseguren unos ingresos mínimos a través de las rentas del trabajo y prestaciones sociales, y que favorezcan el acceso a la vivienda. También la “inversión social en las personas” para transformar las situaciones de vulnerabilidad y asegurar la igualdad de oportunidades en el plano educativo y laboral. Otro punto es el refuerzo del estado de bienestar y la protección social, para lo cual se prevé construir una red de protección para garantizar los derechos sociales y facilitar la conciliación entre la vida laboral y la familiar, especialmente a las mujeres.

19. Un neurocientífico inglés confirma que leer un libro antes de ir a dormir reduce el estrés en un 68%

Leído en La Vanguardia por Christian Jiménez

El insomnio es un trastorno del sueño caracterizado por la dificultad para conciliar el sueño, mantenerlo, o despertar demasiado temprano sin poder volver a dormir. Puede afectar la calidad de vida, la salud mental y física.

Leer seis minutos antes de dormir puede llegar a reducir los niveles de estrés en un 68%

La Universidad de Sussex ha publicado un estudio que da una solución para aquellas personas que padecen insomnio. Leer seis minutos antes de dormir puede llegar a reducir los niveles de estrés en un 68%. 

La investigación ha sido llevada a cabo por el doctor David Lewis, un neurólogo de la anteriormente mencionada universidad. Los datos del estudio revelan que la lectura permite que la mente se enfoque en lo que estamos leyendo, dejando de lado pensamientos ansiosos y dándonos una anhelada sensación de tranquilidad ideal para dormir. 

Los datos están respaldados por la neuróloga Julia Santón, del Centro del Sueño UC Christus de Chile: “Es uno de los consejos que damos por norma general a las personas que no pueden apagar el cerebro y se quedan con algo dándole vueltas a la cabeza. Logran relajarse con una actividad relativamente monótona como la lectura”, comenta.

Condiciones idóneas para leer. Estas son algunas de las claves para que nuestro se relaje antes de dormir:

Utilizar poca luz. Solo debe haber una luz que haga posible la lectura. Lo ideal es que ilumine directamente lo que estamos leyendo. 

Leer un libro de papel y no dispositivos electrónicos. El papel siempre será la mejor opción o dispositivos de tinta electrónica, con la pantalla apagada. 

Distracciones. Las tablets y los móviles son una fuente infinita de distracciones. Leer nos ayudará a enfocarnos en lo que está sucediendo entre las páginas. 

Sin tiempo. El estudio afirma que lo ideal son seis minutos pero lo más recomendable es leer hasta tener sueño. Poner un límite de tiempo puede provocar una sensación de ansiedad. 

20. Contar la ciencia debe contar

En The Conversation por Alberto Nájera López, Universidad de Castilla-La Mancha, Alberto Márquez, Universidad de Sevilla

Los eventos climáticos extremos recientes, como la dana que afectó a la Comunidad Valenciana y Castilla La-Mancha o la terrible situación provocada por los incendios en California (Estados Unidos), nos han vuelto a recordar la importancia de acceder a información científica clara y veraz

Los eventos climáticos extremos recientes, como la dana que afectó a la Comunidad Valenciana y Castilla La-Mancha o la terrible situación provocada por los incendios en California (Estados Unidos), nos han vuelto a recordar la importancia de acceder a información científica clara y veraz. También mostraron cómo los bulos y la desinformación ponen en riesgo a toda la sociedad y debilitan la confianza en las instituciones.

Como ya ocurrió durante la pandemia de covid-19, la ciencia ha demostrado ser un pilar fundamental para superar desafíos, garantizar una sociedad más libre e informada y, en última instancia, reforzar la democracia.

En un contexto donde las noticias falsas y los conceptos erróneos se multiplican, la divulgación científica no es sólo un acto de comunicación, sino también una responsabilidad social. Responsabilidad que recae en investigadores e investigadoras que acercan el conocimiento científico, dedicando esfuerzos a adaptar su sesudo trabajo científico, especializado y complejo, a toda la sociedad.

Razones por las que divulgar ciencia

En 2023, el neurocientífico David Eagleman recogió en un manifiesto seis razones por las que divulgar ciencia es fundamental:

Debemos agradecer a quienes financian la investigación: la sociedad que paga impuestos.

La divulgación favorece el pensamiento crítico y promueve debates basados en evidencia en lugar de creencias infundadas.

Ayuda a frenar la difusión de desinformación en los medios.

Contribuye a mejorar la toma de decisiones políticas basadas en datos y evidencia, evitando decisiones que se basen en opiniones o prejuicios.

Permite enseñar qué es ciencia y qué no lo es, mostrando su capacidad para manejar incertidumbre y actualizar conocimientos constantemente.

Por último, la divulgación también permite compartir la belleza de la ciencia, del descubrimiento científico, revelando los misterios y maravillas del mundo que nos rodea.

Podríamos añadir más razones, pero hay una de cierta importancia y es que una sociedad que valore la ciencia será más proclive a seguir invirtiendo en ella. Y la palabra “invertir” tiene importancia puesto que “no es que los países ricos inviertan en ciencia, sino que son ricos por invertir en ciencia”.

¿Se valora suficientemente?

A pesar de la importancia de la divulgación, muchos investigadores aún se preguntan si esta labor se reconoce adecuadamente. Si este esfuerzo que realizan algunos investigadores e investigadoras tiene algún retorno o reconocimiento en su dedicación o carrera profesional.

La divulgación ha sido tradicionalmente vista como un esfuerzo altruista y, generalmente, invisibilizada en la carrera académica. Hasta no hace mucho tiempo, la divulgación era poco menos que un acto clandestino, mal visto por la propia comunidad científica y no reconocido.

Más del 50% del personal investigador que divulga ha sufrido ataques o comentarios negativos en redes sociales

Pero cambios normativos recientes y, probablemente, eventos como la pandemia y el empeño de muchos científicos y científicas por acercar la ciencia a la gente han ayudado a que la divulgación forme parte ya de las obligaciones, requisitos u objetivos, entre muchos otros, del trabajo del personal investigador. Incluso, a pesar de los riesgos que esta labor puede llegar a tener.

Según un reciente informe del Science Media Centre (SMC) de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), más del 50% del personal investigador que divulga ha sufrido ataques o comentarios negativos en redes sociales, lo que subraya la necesidad de proteger y respaldar a quienes llevan la ciencia al espacio público.

Reconocer la divulgación: un paso indispensable

Cambios normativos como la Ley de la Ciencia de 2022 y la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) de 2023 han consolidado la divulgación como parte de las obligaciones del personal investigador.

Incluso los sexenios, tramos de evaluación de la actividad investigadora que determinan el reconocimiento de méritos y un incentivo económico, ahora consideran la divulgación como un criterio valorable en el impacto social de la ciencia, aunque todavía en escasa medida.

Asimismo, la incorporación de la divulgación científica como mérito evaluable en procesos de acreditación y promoción del personal investigador representa un cambio estructural en el sistema académico.

En el programa de acreditación ACADEMIA, requisito para el acceso del personal funcionario de la universidad, de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), actividades como la participación en medios de comunicación, el desarrollo de proyectos de divulgación, la organización de eventos divulgativos y la publicación de contenidos audiovisuales ya son valorados con hasta 10 puntos.

La primera guía de 2018

En 2018, ante la necesidad de valorar las labores de divulgación y tratando de fijar unos criterios que de alguna forma cuantificaran esas labores, la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE), en colaboración con FECYT, publicó la primera Guía de evaluación de la actividad divulgadora del personal académico e investigador.

La nueva guía 2.0: una adaptación forzosa

En noviembre de 2024, la CRUE aprobó la versión 2.0 de esta guía de evaluación de la actividad divulgadora. Así, se han incorporado los avances normativos recientes, como la Ley de Ciencia y la LOSU, y se alinea con los principios de la Declaración de San Francisco sobre la Evaluación de la Investigación (DORA), que promueve un sistema más equitativo y menos dependiente de métricas como el índice de impacto, y la Coalición para el Avance de la Evaluación de la Investigación (CoARA), centrada en mejorar los criterios de valoración académica, priorizando la calidad y el impacto social sobre las métricas tradicionales en la evaluación de la actividad investigadora.

La nueva guía, en cuya elaboración hemos participado los autores de este artículo, también integra criterios para valorar las actividades de divulgación que contribuyen a la ciencia abierta, la interdisciplinariedad y la inclusión, promoviendo una evaluación más holística.

La Guía de evaluación de la actividad divulgadora 2.0, producida por la Red de Divulgación y Cultura Científica de CRUE (Red Divulga), llega para actualizar el reconocimiento y valorización del esfuerzo del personal investigador en esta tarea esencial.

Este documento se adapta a los tiempos y los retos actuales. A diferencia de la versión de 2018, la nueva versión prioriza el impacto social y la calidad de las actividades divulgativas sobre las métricas cuantitativas tradicionales. Esta evolución refleja una adaptación a las demandas actuales del sistema académico y de la sociedad.

Con esta guía, la comunidad académica cuenta con una herramienta renovada que no sólo valida su compromiso con la sociedad, sino que también incentiva el desarrollo de actividades que acercan el conocimiento científico al público general.

Un camino nuevamente asfaltado

La Guía de evaluación de la actividad divulgadora 2.0 es más que una actualización: es un compromiso con una ciencia más abierta, inclusiva y conectada con la sociedad.

El camino recorrido desde 2018 demuestra que el reconocimiento de los esfuerzos en divulgación del personal investigador es posible y necesario. Ahora, la comunidad académica tiene en sus manos una herramienta mejorada para ver valorados sus esfuerzos y continuar acercando el conocimiento a la sociedad.

La ciencia, compartida y bien comunicada, es la mejor herramienta para construir un futuro más informado, crítico y democrático.