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Orce dedicará una calle al científico José Gibert

'40 años de un descubrimiento transcendental'

Cultura - Alfredo Iglesias - Sábado, 20 de Agosto de 2022
El pueblo de Orce celebra durante dos días un homenaje al doctor Gibert.
En la foto, Pepa Beotas, viuda de Gibert, y José Ramón Martínez, alcalde de Orce.
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En la foto, Pepa Beotas, viuda de Gibert, y José Ramón Martínez, alcalde de Orce.

Durante los días 17 y 18 de agosto de 2022 familiares, colaboradores y amigos del doctor Gibert se reunieron en Orce para realizarle un merecido y sentido homenaje. Dos días dan para mucho, pero, sobre todo, permitieron dos cosas: celebrar un hermoso reencuentro de viejos amigos y reivindicar la figura de José Gibert. Si algo quedó claro en estos dos días, fue lo siguiente: el pueblo de Orce reconoce a Gibert como uno de los suyos. Alguien lo dijo con estas palabras: ‘si Orce quiere recuperar su lugar en el mundo, el lugar que merece, es preciso rehabilitar la figura de Gibert, porque el descrédito de Gibert significa el desprestigio de Orce; mientras el VM-0 no sea rehabilitado como humano y sea reconocido el trabajo riguroso e innovador del equipo de Gibert, sobre Orce sobrevolarán muchos fantasmas que impedirán que ocupe el lugar que se merece en la evolución humana como el Olduvai europeo que es’.

Una noche en que brillaron las estrellas

En la noche del día 17, bajo un cielo cubierto de estrellas en el que se vieron varias estrellas fugaces, se juntaron en el patio del castillo de las Siete Torres o de la Alcazaba, más de 300 personas que quisieron rendirle homenaje a José Gibert, hijo adoptivo de Orce y recordado con cariño por mucha gente, niños y niñas -hoy ya personas adultas-, que crecieron con los ‘huesitos’, como llamaban a los excavadores que acudían todos los veranos entre 1982 y 1987 a Orce, y gente de más edad que, como recordaba Mari Cruz, le agradecerán toda la vida a José Gibert que haya hecho que Orce exista en el mundo.

En los corrillos del patio de la Alcazaba se recordaba lo que José Gibert había hecho por Orce, y no solo científicamente hablando. Son muchos los proyectos que dinamizaron la vida de Orce y que supusieron un fuerte impulso al crecimiento económico del municipio, detrás de los que está la mano de José Gibert.

El hijo del paleontólogo pidió que el nombre de José Gibert no sea vaporizado y sea reconocido como el científico que descubrió el potencial geológico, paleontológico, paleontropolótico y arqueológico de Orce

En un acto organizado por el ayuntamiento de Orce, intervinieron, para reivindicar la figura de Gibert, un científico ejemplar, su hijo, Luis Gibert, profesor de la Universidad de Barcelona, que explicó -como años antes hacía su padre ante ese mismo público algunos años más joven-, los descubrimientos que había hecho su padre, explicando la importancia que tuvieron para modificar el discurso de la evolución humana, y pidió que el nombre de José Gibert no sea vaporizado, que sea reconocido como el científico que reconoció el potencial geológico, paleontológico, paleoantropológico y arqueológico de Orce poniéndolo en valor en todo el mundo; que se le cite como merece y como el rigor científico exige.

También recordaron la figura de José Gibert un pequeño grupo de colaboradores que trabajaron intensamente con él: Enrique García Olivares y Concha Borja, quienes con su trabajo tan innovador en aquel tiempo -situémonos en el año 1986-, hicieron ciencia del sigo XXI, como así lo recoció una prestigiosa revista científica al solicitarles un artículo sobre su trabajo en un monográfico dedicado a la proteómica. Concha Borja destacó la importancia del trabajo paleoinmunológico, al que le dedicó diez años, que determino que en el fragmento craneal VM0 se detectaba presencia de albúmina humana; Enrique García Olivares, destacó también la importancia del trabajo científico del equipo que él dirigía, pero sobre todo quiso resaltar la extraordinaria calidad humana de Gibert.

Los doctores Walker y Ribot, así como la doctora Sánchez y uno de los arqueólogos que participaron en el proyecto dirigido por Gibert, Oriol Vicente, enviaron mensajes grabados en vídeo en el que reconocieron algunas de las cualidades de José Gibert, como el rigor científico, la honestidad intelectual y científica, la generosidad y la capacidad de trabajo, como ya había dicho su hijo cuando recordó que José Gibert murió el 7 de octubre de 2007 con las botas puestas, es decir, excavando en Cueva Victoria -aunque sea de forma metafórica-.

Cualidades como su coherencia científica y su integridad, su capacidad didáctica, su entrega con pasión a su trabajo…, fueron recordadas

Estas y otras cualidades, como su coherencia científica y su integridad, su capacidad didáctica, su entrega con pasión a su trabajo…, fueron recordadas por el doctor Alfredo Iglesias Diéguez, quien trabajo al lado de José Gibert desde el año 1984 hasta el día de su muerte. Al final de su charla, Alfredo Iglesias hizo la siguiente reflexión en forma de pregunta: ‘¿cómo es posible que todo el trabajo científico realizado por el equipo de Gibert, en el ámbito de la geocronología y la sedimentología, la paleontología, la paleoantropología, la paleoinmunología, la arqueología; trabajo científico publicado en revistas de prestigio internacional y defendido en congresos científicos en los que nunca fue rebatido consistentemente, sea desacreditado por artículos de poca o ninguna consistencia científica que son oportunamente filtrados a la prensa? ¿Quién carece de rigor?’

No obstante, el momento más emotivo llegó cuando el alcalde Orce, José Ramón Martínez Olivares, le hizo entrega a Pepa Beotas, la viuda de Gibert, de una placa con el nombre de José Gibert, una réplica de la que figurará en una calle de Orce. Ese momento, además estuvo precedido por un recital musicado de un poema de Pepa dedicado a la memoria de José.

El acto se cerró después de sonar el himno de Andalucía.

Orce Man: una crítica de nuestro presente desde el pasado

En el año 1994 el humorista gráfico Carlos Hernández comenzó a publicar unas tiras cómicas en el periódico Ideal de Granada cuyo protagonista era el hombre de Orce, Orce Man en su imaginario artístico. Esa razón era suficiente y sobrada para que desde la alcaldía de Orce le hicieran partícipe de este homenaje, en el que participó con una exposición de algunos de sus dibujos y viñetas. Estuvo en Orce durante la mañana del día 17 para explicarnos su relación con el equipo de Gibert y lo que pretendía con su trabajo humorístico, al tiempo que nos monstruo sus trabajos más recientes, como una biografía gráfica de Lorca o de Orwell.

Lo cierto es que en ese agradable reencuentro con el creador de Orce Man nos damos cuenta de que Orce y el hombre de Orce, ha inspirado a creadores y artistas, la primera su mujer, Pepa Beotas, pero también al premio Nobel portugués de Literatura José Saramago, quien hace al hombre de Orce protagonista de su ‘Jangada de pedra’ (Balsa de piedra) o Julián Hernández de Siniestro Total, quien en 1984 se preguntaba ¿Es el hombre de Orce nuestro antepasado?

Esa es la inmensa importancia de los descubrimientos de Orce: transcender la ciencia y contribuir a crear cultura popular y riqueza, algo que está al alcance de muy pocas personas.

Un paseo por el pasado

El día 17 y 18 fueron también días de visitas a los yacimientos de Venta Micena, Fuente Nueva 3 y Barranco León 5, así como al Centro de Interpretación de los Primeros Europeos Josep Gibert.

En cuatro momentos diferentes, el conjunto de personas que se sumaron a la comitiva liderada por Luis Gibert, pudieron conocer ‘in situ’ la historia de los yacimientos, los materiales recogidos en los yacimientos y la información que nos ofrecen.

Fueron momentos para comprender la importancia de los trabajos científicos del equipo de José Gibert, no solo por los resultados que logró con tan pocos recursos, sino porque con su trabajo científico anticipó interpretaciones, abrió caminos para la investigación, introdujo puntos de vista rupturista…, en definitiva, sentó las bases del conocimiento científico que en la actualidad tenemos de la región de Orce y contribuyó a construir el actual paradigma científico en torno a la evolución humana.