'Handsome Dick' Manitoba: ¡Bolazo!

Richard 'Handsome Dick' Manitoba es conocido como el ‘padrino del punk’. A los 71 y muy trabajados años, sigue titulando formaciones y conciertos, como el que este fin de semana pasó por Granada, en unos días llenos de honorables personajes de la historia de la música, como el líder de Stranglers o Los Pixies. Resulta curioso que en 1977 tanto Stranglers como Dictators, el grupo de Manitoba, compartieron gira, y ahora, casi medio siglo después, nos llegan añosos al mismo tiempo. Y si aquí reflejábamos el buen tono de Hugh Cornwell, lo de Manitoba, y sobre todo lo de su banda, se pude calificar de ‘bolazo’.
Con su mítica capa de campeón de boxeo, (la de repuesto, que la original está en un museo del rock and roll) Manitoba salió al apretado escenario del Lemon entre aplausos de un público ya convencido de antemano
Con su mítica capa de campeón de boxeo, (la de repuesto, que la original está en un museo del rock and roll) Manitoba salió al apretado escenario del Lemon entre aplausos de un público ya convencido de antemano. En esto del rock-punk la fidelidad es militancia. Con maneras de gloria del ring algo sonada y muchas ganas de agradar, e incluso chapurreando en español una muy respetuosa presentación (un detalle), el voceador de los Dictators fue llevado en volandas por una banda excepcional. Escuchándolos en primera fila por aquello de hacer alguna foto, se venían encima pidiendo más espacio en un escenario que parecía una jaula llena de tipos enrabietados queriendo salir cómo fuese. La primera conclusión en defensa propia es que, con la excepción de algunos nórdicos, el rock and roll nació allí y es suyo. Todo suyo: poderosos, dinámicos y expansivos sonora y visualmente. Arrolladores. Una apisonadora.
Enmarcado por dos trotados guitarristas haciendo de la fiereza su dogma, Frank Meyer y Craig Bernhorst, y con un bajista merecedor de ser denunciado a la sociedad protectora de instrumentos (Michael Butler, también entrevistador vía web), Manitoba tuvo las espaldas bien guardadas
Enmarcado por dos trotados guitarristas haciendo de la fiereza su dogma, Frank Meyer y Craig Bernhorst, y con un bajista merecedor de ser denunciado a la sociedad protectora de instrumentos (Michael Butler, también entrevistador vía web), Manitoba tuvo las espaldas bien guardadas. Su voz, a dos pasos de llegar al graznido de Yosi ‘Suave’, es justo lo que necesitaba semejante tralla, añadiendo con su punto agónico un buen porcentaje más de verdad. Como anécdota curiosa, cabe señalar que se llevaron al escenario una neverita playera llena de latas de cerveza ¡‘Alhambra! Muchos tiros pegados ya, sí.
El libreto del sábado recordó al de la banda nodriza allá por 2003 en la sala Tren
El libreto del sábado recordó al de la banda nodriza allá por 2003 en la sala Tren: ‘Baby Let's Twist’, ‘Avenue A’, ‘The next big thing’, ‘New York, New York’, ‘Who will save rock and roll?’, ‘Two tub man’ o ‘Faster and louder’. Entre medios algunas del ensemble Manitoba's Wild Kingdom, y esta vez, recreaciones del ‘Slow death’ de Flamin’ Groovies, ‘Kick Out The Jams’ de los brutotes MC5 y el clásico cierre con ‘California Sun’ de Dick Dale. Una quincena de torpedos de grueso calibre para un concierto que hizo bueno en mayúsculas el apellido del sala; probablemente, el más salvaje que ha albergado.