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Reseña

"Seis acordes", una novela de Chema Cano para afinar las cuerdas del tiempo

Cultura - Por Raquel Paiz - Domingo, 23 de Noviembre de 2025
Hace poco más de un año, quien suscribe estas líneas acompañaba en la Biblioteca de Andalucía a Chema Cano en la presentación de Seis acordes, la primera novela del autor granadino publicada por Loto Azul. Un debut sorprendentemente marcado por la madurez en la estructura y por la capacidad del autor para entrelazar música, memoria e historia con una naturalidad poco habitual en una ópera prima.
Chema Cano.
R.P.
Chema Cano.
  • "La literatura te da posibilidades de conocer gente a la que nunca tendrías acceso de otra manera, y se produce una conexión que es lo que realmente emociona"

La idea de Seis acordes surge de un momento preciso acotado en el tiempo: el discurso que Leonard Cohen ofreció al recibir el Premio Príncipe de Asturias en 2011. En aquella intervención, Cohen evocó a España, a Federico García Lorca y a la guitarra flamenca, elementos que funcionarían como impulso creativo decisivo para Chema Cano. "Sentí que aquella idea tenía el peso suficiente para sostener una novela", afirma.

A partir de este preciso instante, el autor construye un sorprendente relato que nos permite viajar de la Vega de Granada a Montreal de la mano de figuras como Lorca o el propio Cohen. Y que nos brinda la oportunidad de pasear y reconocer La Vega y aquella otra Granada de Federico. La del siglo XX. La del café Suizo. La Granada que pende en un tiempo suspendido. Y una historia que nos permite viajar de Montreal a Nueva York. A Hydra…

Un viaje por la Historia, al compás, de la música y la poesía. A un compás -este viaje- marcado siempre, por estos "seis acordes" con los que el autor parece querer afinar las cuerdas del tiempo. 

La respuesta del público ha sido uno de los aspectos que más ha sorprendido al autor

Durante este año, Chema Cano ha llevado sus Seis acordes a ferias del libro, a clubes de lectura, a presentaciones por distintos puntos de la geografía española, a conversaciones con lectores y a encuentros culturales de carácter internacional como el organizado por la Embajada de Canadá en el Centro Lorca. 

La respuesta del público ha sido uno de los aspectos que más ha sorprendido al autor. En sus palabras: "la literatura te da posibilidades de conocer gente a la que nunca tendrías acceso de otra manera, y se produce una conexión que es lo que realmente emociona".

El tiempo como obsesión

Al menos para quien suscribe estas líneas, la estructura temporal es uno de los rasgos más reconocibles de la novela. Cano propone un movimiento no lineal que nos lleva de 2011 a 1908. Para soltarnos de la mano y lanzarnos casi al vacío en un tiempo suspendido en 1986, con el que, con una genialidad arrolladora, nos arrebata y nos arroja a un folio en blanco. "El tiempo es mi obsesión", admite el autor, que insiste en esta idea que atraviesa toda la obra.

En sus algo más de 300 páginas, Chema Cano, con una sorprendente y extraordinaria sensibilidad, nos ofrece el retrato más íntimo -incluso hiriente- de personajes como Antonio, como Alessia, como Irene, como Curro, como Isabel… Personajes -todos- que evocan pasado, presente y futuro de personas que se enfrentan a sus pasiones, a sus derrotas. A sus miedos. Y sus amores. Y este es precisamente uno de los aspectos que mejor funcionan en el libro: la solidez de sus personajes. 

Seis acordes se confirma como un debut literario sólido, valiente y preciso

Y en este sentido, Chema Cano subraya que la construcción de los personajes fue el proceso más complejo. "Los personajes tienen que respirar por sí mismos. Si no se mueven solos, la novela no funciona", explica. Esa autonomía se refleja en su evolución a lo largo de épocas y geografías, siempre con coherencia interna. La presencia de Lorca aparece como sustrato natural y como pretexto narrativo en la novela. Y es que, tal y como afirma Chema Cano, "la literatura te permite dialogar, aunque sea de forma indirecta, con quienes han marcado tu forma de mirar el mundo".

 

Un año después, Seis acordes se confirma como un debut literario sólido, valiente y preciso. Una novela que apuesta por una construcción narrativa arriesgada que ha suscitado en el autor, el interés por seguir escribiendo -siempre- en un folio en blanco.