Durante algo más de un año, si se cumplen las previsiones recogidas en el proyecto, la Torre de la Catedral de Granada estará enfundada en el colosal andamiaje que casi se ha terminado de instalar para afrontar la gran obra de rehabilitación que frenará su deterioro, fruto del paso del tiempo y las características de la piedra con la que se levantó, pero también de algunas de las reparaciones que se llevaron a cabo y otros impactos, como el de la contaminación. El proyecto, que incluye la rehabilitación interior y también de las campanas, se coronará con el acondicionamiento de una terraza que se abrirá como mirador. 

No es la primera vez que se acometen grandes actuaciones, algunas históricas y otras más recientes, pero sí se va a convertir en una de las más completas y costosas

No es la primera vez que se acometen grandes actuaciones, algunas históricas y otras más recientes, pero sí se va a convertir en una de las más completas -y costosas-, que abarcará todo el exterior, coronándola con una gran terraza panorámica con el objetivo de abrirla al público, y también su interior, donde los elementos arquitectónicos y ornamentales son un recorrido a través de los siglos de esta parte del templo. 

Pasado el primer año, los andamios se colocarán dentro para afrontar la restauración de los niveles interiores. Lo explica el arquitecto Diego Garzón, que diseñó este proyecto junto a Pedro Salmerón y que será el encargado de la dirección de obra. Conoce al detalle la actuación y la transmite paso a paso, hilvanándola con el devenir histórico del templo, en su conversación con El Independiente de Granada. 

torrecatedral.jpg

Impresionante imagen en la que se puede observar la envergadura del andamiaje, uno de los más grandes instalados en Granada, con los operarios trabajando en altura para su instalación. Foto: G.P.

Primer objetivo, restaurar la piedra de la fachada

Es una patología "muy común", agrega para recordar que ya, en la década de los setenta, Francisco Prieto Moreno Pardo, arquitecto conservador se enfrentó a ese problema. La solución por la que se optó, avalada en ese momento -hormigón y refuerzos de acero- generó otros problemas, como la corrosión de los elementos metálicos

La Torre de la Catedral de Granada lleva muchos años demostrando "debilidad" en su piedra. De hecho, como recuerda Garzón, se han ido acometiendo pequeñas intervenciones. Esa piedra utilizada para levantarla, la misma empleada en muchas iglesias, la Chancillería o el Hospital Real, procedente de canteras del entorno de Escúzar -apunta-, es porosa y ligera, muy fácil de tallar y de trasladar. Pero, "el paso del tiempo y la exposición a la contaminación atmosférica" ha hecho que algunas zonas se hayan vuelto "quebradizas" y otras, "arenizadas". Es una patología "muy común", agrega para recordar que ya, en la década de los setenta, Francisco Prieto Moreno Pardo, arquitecto conservador se enfrentó a ese problema. La solución por la que se optó, avalada en ese momento -hormigón y refuerzos de acero-, generó otros problemas, como la corrosión de los elementos metálicos. 

Así que el proyecto saneará la piedra y limpiará la costra de suciedad ambiental y la circulación que en su día llegaba al mismo pie de la torre. 

Resolver los problemas de la cubierta invertida

El proyecto abarca también la coronación de la torre. Los cuatro cuerpos originales se quedaron en tres tras detectarse "signos claros de agotamiento". La torre se resquebrajaba y comenzaba a hundirse. La solución histórica que se adoptó en su momento fue restarle peso quitando el último cuerpo y reforzar la cimentación.

Se desmontaron las bóvedas de piedra, sustituyéndolas por suelos de madera "más ligeros". Como remate se colocó una cubierta a dos aguas invertida. Fue una solución, en el siglo XVII, provisional y que -recuerda no sin cierta ironía- "como tantas otras cosas que en Granada luego duran una eternidad". 

La cubierta invertida actual hace que el agua se filtre. En ocasiones el agua ha llegado al museo, generando "un problema de índole patrimonial". 

El arquitecto, que recuerda que Ambrosio de Vico, en su célebre plano de Granada, representó la torre "como jamás ha estado, con tres cuerpos pero con una bóveda de media naranja", expone que el proyecto de intervención que se va a acometer recupera el plano de remate que en su día sirvió de apoyo al cuarto cuerpo para acondicionar una terraza panorámica 360º. Sus 56 metros de altura -que se elevarían a 80 con los cuatro cuerpos inicialmente proyectados- hacen que la Torre de la Catedral "mire de tú a tú a la Torre de la Vela; desde ella se divisa el Valle del Darro, el Albaicín, las estribaciones de Sierra Elvira, Montevive y Sierra Nevada". 

No es una ubicación casual, subraya. Fue decisión de los Reyes Católicos el emplazamiento en "un punto neurálgico". 

Además de la recuperación de la piedra y el exterior, así como la terraza panorámica, la otra gran intervención se acometerá en el interior

Además de la recuperación de la piedra y el exterior, así como la terraza panorámica, la otra gran intervención se acometerá en el interior. Todavía son visibles, indica el arquitecto que dirigirá la obra, los arranques de las bóvedas que se hicieron a finales del XVI y principios del XVII. De manera que el visitante también podrá ser testigo de esos cambios que se acometieron en el monumento. 

Recuerda Diego Garzón que el primer nivel de la Torre, al que se llega por una escalera de caracol, está la que fue vivienda del último campanero, Juan Garzón. La intervención prevé retirar la tabiquería contemporánea que se colocó para darle uso como vivienda a ese espacio. En este primer nivel también hay una balconada interior desde la que se pueden observar las naves del Evangelio de la Catedral. "Es una vista espectacular, a veinte metros de altura", desde la que se puede apreciar el gran espacio que define el proyecto renancentista de la Catedral. 

En el segundo nivel se encuentran las antiguas viviendas de los campaneros, descritas por Ambrosio de Vico en el siglo XVI. Es como "un salto en el tiempo" porque están conservadas "prácticamente como entonces". Recuerda en este punto el arquitecto que en ese momento la importancia de ese servicio en aquel momento histórico. Las campanas repicaban para los servicios eucarísticos, pero también para riegos, para el santoral y otros muchos acontecimientos. Y había muchos campaneros para movilizar un cuerpo de campanas tan pesadas. También las campanas, una docena, se limpiarán y restaurarán. 

Cerca de tres millones de euros

Los trabajos proyectados, que recibieron el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio hace un año, costarán cerca de tres millones de euros

El proyecto recibió el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico hace un año. La búsqueda de fondos está condicionando su puesta en marcha. Los trabajos proyectados costarán cerca de tres millones de euros. Comienzan con fondos del Arzobispado, si bien el objetivo es lograr financiación a través de otras convocatorias. Está pendiente conocer si se recibirán del Estado a través del 2 por ciento Cultural. También se espera que la Junta de Andalucía, como ha hecho con las catedrales de Jaén y Málaga, contribuya a los trabajos. Precisamente el mirador panorámico está concebido para atraer visitantes y lograr fondos para los trabajos de rehabilitación de un templo en el que, en otros proyectos, se arreglaron cubiertas o vidrieras.  

La reforma, adjudicada a Dávila Restauración de Monumentos, comienza con el objetivo de que, en un año y unos meses se pueda consolidar la piedra hasta abajo. A medida que avancen las obras se irán retirando los andamios. Después se afrontará el interior. 

• La imponente Catedral de Granada que diseñó Siloe y se quedó en 'torremocha'

• De cómo ha menguado la montaña pétrea de la Catedral de Granada

• Los olvidados aserradores, carreteros y carpinteros que levantaron Granada

Sobre la torre: