Inaugurada la nueva sede del Laboratorio de Investigación e Innovación en Maderas de la UGR en la Azucarera de San Isidro

La Universidad de Granada, "en una firme apuesta por la sostenibilidad y la reutilización responsable del patrimonio industrial", ha rehabilitado y adaptado un antiguo almacén de azúcar de la Azucarera de San Isidro para convertirlo en la nueva sede del Laboratorio de Investigación e Innovación en Maderas (UIMA). Con esta actuación, se inicia el conjunto de intervenciones programadas y que irán rehabilitando el que será el futuro Campus Sostenible de la UGR.
El edificio objeto de la actuación ha sido una nave industrial de 1.332 m² construidos —de los cuales 1.254 m² son útiles—, independiente y de una sola planta, con una altura libre interior de siete metros. Este almacén de azúcar fue construido en la década de 1960 y es, de hecho, la edificación más reciente del conjunto fabril. Su estructura está compuesta por cerchas metálicas de cubierta a dos aguas, fachadas de ladrillo visto y amplios portones de acceso, lo que la convierte en un espacio amplio, versátil y fácilmente adaptable.
La actuación, diseñada por la arquitecta Amor Hernández Moreno, y supervisada por la Unidad Técnica de la UGR, ha sido especialmente cuidadosa en términos de conservación, afirma la UGR. No se ha intervenido en la estructura portante ni en la envolvente, preservando íntegramente la volumetría original del inmueble. Se trata de una rehabilitación reversible y de bajo impacto, que permite el nuevo uso administrativo, docente e investigador sin comprometer el carácter arquitectónico del edificio ni los valores del entorno Bien de Interés Cultural en el que se integra.
El edificio ha sido recepcionado por la UGR este pasado martes, seis de mayo, en un acto al que asistieron, entre otros, la vicerrectora de Infraestructuras y Sostenibilidad, Montserrat Zamorano Toro, el director de la Unidad Técnica de la UGR, José Francisco Moriana, y Antolino Gallego, catedrático de Física Aplicada y coordinador de UIMA.
Esta rehabilitación permite recuperar una edificación en desuso para dotar a la comunidad universitaria de un espacio puntero bajo un enfoque integral que conjuga funcionalidad, respeto patrimonial y responsabilidad ambiental. El proyecto de la Azucarera San Isidro no solo responde a una necesidad académica, sino que se consolida como un ejemplo de intervención sostenible en el patrimonio industrial andaluz.
La transformación ha incluido la adecuación de la nave para alojar maquinaria de laboratorio, la renovación de baños y oficinas, la reorganización de espacios interiores, y la incorporación de sistemas de aislamiento térmico y acústico. Entre las soluciones sostenibles aplicadas destacan la mejora de la carpintería metálica con acristalamiento doble, el uso de trasdosados de cartón-yeso con aislamiento, suelos flotantes con barreras antihumedad, y un sistema de ventilación híbrida que asegura la calidad del aire interior.
Además, el proyecto se ha diseñado cumpliendo con los principios del Código Técnico de la Edificación (CTE), especialmente en cuanto a ahorro energético, accesibilidad, salubridad y gestión eficiente de recursos. El edificio dispone ahora de aislamiento térmico de 5 cm en suelos y techos, iluminación natural optimizada y sistemas de recogida de residuos conforme al Real Decreto 105/2008 sobre gestión de residuos de construcción.