Cuatro embalses granadinos ya están por debajo del 20% de su capacidad
Los embalses granadinos muestran niveles cada vez más preocupantes a medida que avanza el verano. De los 11 embalses de la provincia de Granada, cuatro están ya por debajo del 20% de su capacidad.
Son el pantano de Colomera, en situación crítica, pues ha bajado del 10% de llenado y a día de hoy tiene solo un 9,4% de agua (el año pasado por estas fechas estaba al 21%). El de Francisco Abellán, entre La Peza y Lopera, está al 12% de llenado, mientras que hace un año rozaba el 30%. El de San Clemente, en la comarca de Huéscar, tiene un 13,8% de agua. En este caso se trata de un embalse con bajos niveles de agua durante todo el año (en 2021 por estas fechas estaba al 15,3%). Y el de los Bermejales se encuentra al 19,7% de su capacidad.
Esta es la situación de los 11 embalses granadinos:
Embalse | Llenado actual | Llenado hace un año |
Colomera | 9,4% | 21% |
Francisco Abellán | 12,0% | 29,8% |
San Clemente | 13,8% | 15,3% |
Bermejales | 19,7% | 32,5% |
Negratín | 26,3% | 32,1% |
Cubillas | 42,4% | 37,6% |
El Portillo | 53,4% | 71,4% |
Quéntar | 65,8% | 63,1% |
Rules | 71,3% | 83,9% |
Béznar | 81,5% | 76,9% |
Canales | 81,7% | 81,6% |
Total provincia | 35,6% | 42,2% |
Fuente: Confederación Hidrográfica de Andalucía y Junta de Andalucía.
Además de estos cuatro embalses por debajo del 20%, también preocupa el estado del embalse del Negratín, con diferencia el más grande de la provincia, pues por sí solo tiene capacidad para albergar prácticamente la misma cantidad de agua que los otros diez embalses granadinos juntos. El Negratín está al 26,3% de llenado.
El estado del resto de embalses es menos inquietante, pero igualmente cuentan actualmente en su mayoría con menos agua que hace un año por estas fechas. El más lleno es el de Canales, con casi el 82% de su capacidad -el mismo porcentaje del año pasado-, que todavía guarda buena parte del deshielo de Sierra Nevada.
Los dos de la cuenca mediterránea, Rules y Béznar, también presentan un buen nivel de llenado, el 71% y 81%, respectivamente. Y el de Quéntar cuenta ahora con casi un 66% de capacidad, algo más que hace un año (63%).
El riego, en peligro
El abastecimiento de Granada capital y su área metropolitana está garantizado a medio plazo con Canales y Quéntar a niveles aceptables, pero los riegos agrícolas corren serio peligro en buena parte de la provincia, restringidos la sequía.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) prevé poner en marcha en breve obras de emergencia para la garantía del abastecimiento en el Subsistema Colomera-Cubillas, mediante la conexión a los pozos de sequía de la Vega de Granada.
Y en la zona noreste de la provincia miles de hectáreas de regadío están pendientes de que en el embalse del Negratín no siga bajando la cota de agua pues podría quedar por debajo de los sistema de bombeo de agua que proporcionan el abastecimiento para riego.
En conjunto, los 11 embalses de la provincia cuentan con un 35,6% de agua respecto a su capacidad total. Hace un año tenían más de un 42% de agua y la media de los últimos diez años es del 57%, es decir, más de 20 puntos por encima del nivel actual.
Y es que la sequía y las altas temperaturas, cada vez más extremas y más tempranas, están mermando los recursos hídricos de forma cada vez más rápida. Con casi todo el mes de agosto por delante, si como es de prever sigue sin llover y las temperaturas continúan siendo extremas -en los seis primeros días de agosto el promedio de las máximas ronda los 40 grados, como en julio- la situación en septiembre puede ser dramática.
En lo que va de año 2022 ha llovido un 7,7% menos que en el mismo periodo de 2021, que ya fue un año seco. Venimos arrastrando varios años con menos precipitaciones de lo habitual.
La siguiente tabla muestra las lluvias registradas en la estación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) del aeropuerto granadino.
Litros/m2 | Promedio 1981-2010 | |
Enero | 7,5 | 42 |
Febrero | 11,8 | 38 |
Marzo | 102,9 | 32 |
Abril | 46,7 | 36 |
Mayo | 5 | 28 |
Junio | 0,6 | 11 |
Julio | 0 | 2 |
Enero-julio | 174,5 | 189 |
Fuente: Agencia Estatal de Meteorología
Entre enero y julio han caído 174 litros por metro cuadrado, por los 189 de promedio histórico en ese periodo. De los siete meses, solo dos registraron más precipitaciones de lo normal, marzo y abril. Pero lo peor es la irregularidad de las lluvias. Tras los dos meses invernales muy secos, menos de 20 litros entre los dos, cuando deberían haber caído 80, marzo fue especialmente lluvioso, y abril también estuvo algo por encima del promedio, pero después las lluvias se terminaron de golpe: únicamente 5 litros en mayo y poco más de medio litro en junio.
Es uno de los efectos del cambio climático: las lluvias, aparte de ser menores, son más torrenciales y se concentran en breves periodos, para después transcurrir meses sin una gota de agua. Y esa irregularidad de las precipitaciones va acompañada de meses más cálidos de lo normal.
Temperatura media del mes | Diferencia sobre periodo 1981-2010 | |
Enero | 7,1º | +0,6º |
Febrero | 10,6º | +2,1º |
Marzo | 10,8º | -0,6º |
Abril | 12,8º | -0,5º |
Mayo | 20,5º | +3,3º |
Junio | 24,5º | +2,2º |
Julio | 28,7º | +3,4º |
Fuente: Aemet
De los siete meses de este 2022, solo dos han sido más fríos respecto a la media histórica. Y lo más grave es que esos dos meses, marzo y abril (los de lluvias por encima de lo habitual) solo fueron algo más fríos (apenas medio grado por debajo del promedio), mientras que los meses más cálidos son mucho más calurosos que el promedio. Excepto enero, con un exceso de 0,6º, los otros cuatro registraron temperaturas medias dos o tres grados por encima de lo habitual.
Febrero fue 2,1º más cálido de lo normal, junio 2,2º, mayor 3,3º y julio fue hasta 3,4º más caluroso, unas diferencias enormes que evidencian un calentamiento global acelerado.