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Artículo de opinión por Agustín Martínez

'Oficina antiocupas… para ocupar titulares'

Política - Agustín Martínez - Jueves, 25 de Septiembre de 2025
Agustín Martínez firma este brillante artículo, con claridad y valentía. No dejes de leerlo.
Placa instalada en la oficina antiocupación.
Ayto. Granada
Placa instalada en la oficina antiocupación.

En un alarde de audacia política sin precedentes, el Ayuntamiento de Granada -ese templo de las prioridades bien enfocadas- ha decidido crear una flamante oficina antiocupación. Sí, como lo oyen. Con los problemas reales de Granada resueltos (ironía on), el equipo de gobierno con mayoría absoluta del PP ha decidido volcar recursos públicos en combatir un problema tan residual en la ciudad como el sentido común en algunos plenos municipales.

Porque no se trata de resolver lo urgente, lo estructural, lo que realmente angustia a la ciudadanía -como el acceso a la vivienda, los alquileres disparados, los desahucios silenciosos, o la turistificación galopante-. No. Se trata de ocupar titulares, de alimentar el relato de miedo que tanto gusta a sus socios de palco, y sobre todo de regalar oxígeno político a Vox, esa fuerza tan irrelevante en la gestión de Granada como persistente en el ruido mediático.

Lo importante es el relato: que el españolito (o el granadino) de a pie se levante temiendo que, mientras compra el pan, una turba le asalte el piso con el beneplácito del Código Penal. Y ahí llega el PP, con su mayoría holgada, a decirle a Vox: “Tranquilos, muchachos, ya os hacemos nosotros el trabajo sucio. Y gratis”

¿Casos de ocupación conflictiva en Granada? Los que caben en una servilleta. Y no precisamente de las grandes. Pero, claro, eso da igual. Lo importante es el relato: que el españolito (o el granadino) de a pie se levante temiendo que, mientras compra el pan, una turba le asalte el piso con el beneplácito del Código Penal. Y ahí llega el PP, con su mayoría holgada, a decirle a Vox: “Tranquilos, muchachos, ya os hacemos nosotros el trabajo sucio. Y gratis”.

Lo que preocupa, y mucho, es que estas concesiones “menores” no lo son tanto. Porque blanquear los discursos alarmistas y falsamente prioritarios es ir cediendo terreno ideológico. Hoy es una oficina absurda para perseguir fantasmas; mañana, puede ser una ordenanza que criminalice la pobreza o que limite derechos en nombre de una supuesta “seguridad”. Y, mientras tanto, los de Vox se frotan las manos: no gobiernan, no gestionan, pero marcan el paso.

Por si fuera poco, esta nueva oficina -de dudosa utilidad pública- podría convertirse en un chiringuito institucional más, con sueldos, asesores y ruedas de prensa, que engorde la maquinaria del miedo sin aportar ni una solución efectiva. Pero ya sabemos que lo importante aquí no es solucionar problemas, sino simular que se hace algo, aunque sea contra problemas que apenas existen.

Granada no necesitaba una oficina antiocupas. Lo que necesita, con urgencia, es una oficina antipopulismo, una oficina anticlichés, y ya puestos, una oficina para devolver la sensatez a quienes creen que gobernar es jugar al Quién da más con la ultraderecha.

Pero claro, eso no da votos. Ni titulares. Ni palmaditas en el hombro en según qué foros. Qué lástima.