Nació José Pleguezuelos Maurell en Guadix, en mayo de 1902. Diez años después vino al mundo su hermano Jesús. Eran cuatro hermanos, tres hombres y una mujer. El padre, tocólogo, enfermó tras atender un parto muy duro, trasladándose bajo una intensa lluvia, y murió. Jesús fue hijo póstumo, nació dos meses después de la muerte del progenitor. Para él, su hermano José, Pepe para la familia, fue su padre. Su vínculo fue siempre muy estrecho. 

José comenzó a trabajar en los almacenes La Magdalena, como dependiente. Y pronto se afilió a UGT, a través de la sociedad relacionada con su oficio, la de comerciantes. 

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En el sindicato ocupó puestos de responsabilidad. "El hombre defendía a sus trabajadores. Era republicano, como mi padre", explica a El Independiente de Granada Francisca Pleguezuelos, su sobrina, la hija de Jesús, quien sirvió con la República. Fue de los primeros movilizados tras el golpe militar porque hacía muy poco tiempo que había finalizado el Servicio Militar, apunta su hija. 

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Uno de los documentos de mayor valor sentimental que guarda Francisca Pleguezuelos es el carné de suboficial de las Fuerzas Armadas de la II República Española de su padre. 

Compromiso sindical y también político, de izquierdas, pues entre la documentación que conserva la familia, algunos de esos expedientes logrados tras muchos años de búsqueda y gracias a la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, cuya labor elogia Francisca Pleguezuelos durante la conversación, figuran credenciales de los dos hermanos como interventores del Frente Popular. 

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José Pleguezuelos desapareció entre el 8 y el 10 de agosto de 1936. Tenía 34 años, y un hijo.

Una corbata ensangrentada, la prueba de muerte

De la crueldad de los golpistas con quienes defendieron la legalidad democrática y hacia los hombres y mujeres que se habían significado por su compromiso sindical o político hay muchas evidencias, como la manera en la que la familia Pleguezuelos supo del destino de Pepe. A otro de sus hermanos, Federico, un conocido le entregó la corbata que llevaba cuando desapareció. Tenía restos de su sangre. "Tranquilo, no ha sufrido", le transmitió, recuerda su sobrina en la conversación con este diario.

Federico, uno de sus hermanos, guardó la corbata ensangrentada de José que le entregaron asegurándole: "tranquilo, no ha sufrido"

Federico guardó esa corbata durante muchos años en una caja. Fue descubierta por una de sus hijas, siendo niña. "¿Por qué guardas esta corbata?", preguntó al padre. La corbata desapareció después de aquello. Un gesto que recuerda Francisca Pleguezuelos para transmitir el dolor infligido por el franquismo a las familias de las víctimas y el miedo arraigado. Con ello se imponía el silencio. 

El lugar del asesinato de José fue Víznar. No figura en todos los expedientes, pero sí en uno en el que se refleja que fue el lugar donde terminaron con su vida. Precisamente el hallazgo de ese documento hizo descartar que hubiera sido fusilado en la tapia del cementerio de Granada. 

"Elemento de izquierdas y desafecto a la Causa Nacional" 

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El lenguaje empleado en los expedientes elaborados durante la dictadura es muy revelador. Cuando la viuda de José, Carmen Ruiz Serrano, se armó de valor para tramitar la inscripción de la defunción, distintos informes incorporados al expediente se refieren a él como "elemento de izquierdas y desafecto a la Causa Nacional". Así se refleja en el que aparece sobre estas líneas, firmado por un comisario en abril de 1941. En la imagen de abajo, el escrito dirigido por Carmen Ruiz Serrano al Juzgado. 

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Huida con su novia y cárcel franquista

La historia de Jesús, su hermano menor, siguió estrechamente ligada a la de Pepe. Al conocer su muerte, Jesús desertó. Sus pasos -incluso en el frente- los dio acompañado por su novia, con ella marchó a Deifontes. En la huida quedaron rezagados por el calzado y eso les salvó la vida, junto a dos parejas mayores, cuenta con emoción Francisca Pleguezuelos recordando la experiencia de su padre, que fue condenado por tribunales franquistas a 20 años y 1 día de prisión, una condena que logró rebajar por buena conducta. 

"Su ilusión -explica su hija- era encontrar a su hermano y hacer justicia y reparación". Pero murió y nunca pudo hacerlo. 

Por ese motivo Francisca Pleguezuelos asegura que va a "seguir peleando hasta el último aliento". "Se lo debo", exclama recordando a su padre como un hombre muy discreto. En su casa se respiraba "un ambiente de libertad". Oía, añade, Radio Pirenaica. 

Francisca Pleguezuelos, destacada socialista granadina, ha representado a lo largo de su trayectoria política a la provincia en distintas instituciones, como el Congreso o el Parlamento Europeo. De ese trabajo recuerda especialmente la enmienda a los Presupuestos Generales del Estado de 1990 presentada por el PSOE para "completar las medidas reparadoras de la Ley de Amnistía de 1977", en la que se recogía la indemnización por los años de prisión, reconociendo este derecho para las viudas. Ella era entonces diputada en el Congreso.  

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Francisca Pleguezuelos reivindica la recuperación de la Memoria Democrática. "El olvido y el silencio durante el franquismo no nos ha hecho bien", afirma para resaltar que "volver la vista atrás es necesario, y más para la sociedad española, porque "es la única sociedad que ha tapado su historia, el franquismo, la guerra y los asesinatos". No se trata de venganza, prosigue su reflexión, sino de "reparación, dignidad y justicia". Al menos poder enterrar a las víctimas y, si no es posible, "que se sepa que han sido dignificadas".

"El olvido es lo peor, porque es negar el futuro de un país, de una sociedad", asegura para agregar también que lo que sienten como familiares es "un dolor colectivo". Son "los vínculos de la Memoria", resume. 

Este es un espacio para el recuerdo y el homenaje a las víctimas del franquismo.

Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.

En colaboración con 

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 y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada. 

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