La contaminación por el tráfico en Granada está en niveles récord este año
En Granada cada vez hay más coches y más contaminación. rtve.es
Mientras Madrid Central, el área de tráfico restringido de la capital de España, ha logrado reducir en abril un 48% la concentración de dióxido de nitrógeno -el contaminante derivado principalmente del tráfico- respecto al año pasado y ha logrado el registro más bajo en dos décadas, en Granada los niveles de NO2 siguen en niveles récord en los primeros meses de 2019.
La estación de medición de Granada Norte, en la Avenida Luis Miranda Dávalos, registró entre enero y abril una media de 49 microgramos por metro cúbico de NO2, muy por encima de los 40 microgramos de máximo establecido por la legislación para la protección de la salud humana.
Granada Norte es la estación que, desde hace muchos años, supera sistemáticamente los límites máximos permitidos y sitúa a la capital como la más contaminada por el tráfico de Andalucía y entre las que más en España. Un problema, el tráfico, que ha vuelto a ser actualidad en los últimos días con el estudio Tom Tom Traffic Index 2018, en el que Granada aparece como la tercera capital española con más atascos, medidos según el tiempo extra que pasan los vehículos en caravana.
Granada Norte | Palacio Congresos | |
2019 | 49 | 35 |
2018 | 43 | 36 |
2017 | 48 | 37 |
2016 | 43 | 34 |
2015 | 49 | 37 |
Fuente: Junta de Andalucía. Datos en microgramos por metro cúbico
Como se ve en la tabla, la concentración de NO2 en la estación de Granada Norte, 49 microgramos/m3, es la más alta de los últimos años (se comparan periodos enero-abril de cada año), igualada a la de 2015, un año mucho más seco y también más cálido de lo que está siendo 2019. Y la estación situada junto al Palacio de Congresos registra un nivel de dióxido de nitrógeno muy parecido al de los últimos años.
Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el NO2 es un gas que se emite en los procesos de combustión que se llevan a cabo en relación con el tráfico (sobre todo vehículos automóviles, y en especial de motores diésel) y con el transporte en general. En ambiente urbano, generalmente más del 75% del NO2 en aire ambiente es aportado por el tráfico rodado. Sus efectos adversos en la salud son de muy diversa naturaleza, y se pueden producir sobre la salud humana: inflamación de las vías aéreas, afecciones de órganos, como hígado o bazo, o de sistemas, como el sistema circulatorio o el inmunitario, que propician a su vez infecciones pulmonares e insuficiencias respiratorias. Y también sobre el medio ambiente: acidificación y eutrofización de ecosistemas, afecciones metabólicas, limitación del crecimiento vegetal. Los procesos de acidificación pueden también afectar a las edificaciones.
De esta forma, pese a la implantación del metro, que según dijo en su día la Junta ha eliminado 11.000 vehículos de la Circunvalación e incrementado un 10% el uso del transporte público, y al plan contra la contaminación iniciado por el Ayuntamiento de Granada, con medidas como el establecimiento del límite de velocidad a 30 km/hora en toda la ciudad desde el 1 de marzo de este año o los domingos sin coche, lo cierto es que la elevada contaminación por el tráfico no se ha reducido en la capital y sigue en los niveles más altos registrados en los primeros meses de este año.
La limitación de velocidad a 30 km/h en la ciudad es, por ahora, un brindis al sol, a la espera de que se cambien todas las señales de tráfico de la ciudad y se impongan medidas coercitivas -multas- para obligar a los conductores a cumplirla, ya que por ahora la circulación sigue exactamente igual. Sin contar con las dudas que suscita su eficacia para reducir las emisiones.
Y es que, además, pese a que la capital lleva años perdiendo, aunque ligeramente, población, el parque móvil de vehículos de la ciudad no deja de aumentar, a lo que se suman los procedentes del área metropolitana.
Con una población de 232.000 personas, la ciudad cuenta, según datos de la DGT de abril de este año, con 175.000 vehículos, de ellos 113.000 turismos (uno por cada dos habitantes), 27.300 motocicletas, 15.000 ciclomotores y casi 9.500 furgonetas.
A ese parque se le unen los miles de vehículos que rodean, entran y salen de la capital desde la treintena de municipios del extrarradio.
Sin medidas para limitar el tráfico
Madrid y otras grandes ciudades europeas han establecido zonas de restricción al paso de de vehículos, con prohibiciones o pago de tarifas para circular y aparcar, en función del distintivo ambiental de cada coche. En Granada no existe una medida similar, salvo la restricción de paso implantada ya hace tiempo para una parte del casco histórico.
Y mientras la tendencia es a fomentar el transporte público y el no contaminante, y a restringir el transporte privado y contaminante, tanto por las nocivas emisiones como por la probable y próxima escasez de combustibles derivados del petróleo, especialmente el diésel, en Granada la Junta plantea hacer nuevas carreteras en torno a la capital, como el Distribuidor Sur con enlace a la A-44 o el cierre del anillo de Circunvalación. Y, en caso de que en la capital gobernara el PP, se añadiría, según prometió, un gran túnel para vehículos por gran parte de la ciudad.
Pero está demostrado que construir más carreteras, es decir, dar más facilidades a los vehículos a motor, provoca precisamente más circulación, más atascos y más contaminación.