"Granada no es la ciudad del botellón, es la ciudad de la cultura, de la ciencia y del conocimiento". En esos términos se ha expresado el alcalde, Francisco Cuenca, al referirse al cierre del botellódromo, previsto por consenso municipal para el próximo 1 de septiembre, y a las medidas para vigilar el consumo de alcohol en la calle que, tras la clausura del recinto, queda prohibido, como establece la ley, en toda la ciudad. 

Su reflexión lleva un reproche hacia el anterior alcalde del PP y su equipo de gobierno, porque en su opinión, llevaban "a gala" ese "reclamo".

A partir del 1 de septiembre, el gobierno local "no va a permitir que se salte la ley", ha advertido refiriéndose al incremento de los controles para vigilar la clausura del recinto y sus consecuencias. 

Junto a ese refuerzo de la vigilancia policial, el equipo de gobierno ha convocado, como ha recordado Cuenca, distintas comisiones para buscar, con el resto de grupos, instituciones como la Universidad y jóvenes, medidas para impulsar alternativas de ocio. 

Más información:

• Pendientes del cierre del botellódromo
• La oposición reclama al gobierno local alternativas al botellódromo ante su inminente cierre