Granada respiró en 2017 el aire más contaminado de su historia
Nube de contaminación por partículas, cada vez más habitual sobre Granada. archivo
La contaminación alcanzó el año pasado en Granada los niveles más altos desde que hay mediciones de la calidad del aire en las actuales estaciones de control. La capital y su área metropolitana superaron el máximo permitido en dióxido de nitrógeno (NO2), en partículas en suspensión y en ozono troposférico. El tráfico, el creciente calor y la situación geográfica de la capital y su área metropolitana, que favorece la permancencia de las 'nubes de polución', son los principales factores que hacen de Granada uno de los puntos más contaminados de España y el que más en Andalucía.
Según los datos del último informe de calidad del aire de la Consejería de Medio Ambiente, que recoge todo el año 2017, Granada ha registrado sus peores cifras de contaminación atmosférica. La capital supera cada año el nivel máximo de dióxido de nitrógeno en su estación de Granada Norte (en la avenida Luis MIranda Dávalos), fijado en 40 microgramos por metro cúbico de media anual, pero esta vez se han superado los 50 por primera vez.
2008 | 41 |
2009 | 45 |
2010 | 47 |
2011 | 48 |
2012 | 46 |
2013 | 42 |
2014 | 42 |
2015 | 48 |
2016 | 44 |
2017 | 51 |
Fuente: Consejería de Medio Ambiente
Para hacerse una idea del nivel de NO2 registrado en Granada, de las 24 estaciones de medición que hay en la ciudad de Madrid solo dos superaron en 2017 los valores medios de dióxido de nitrógeno de la estación granadina. La principal fuente de emisión de NO2 es el tráfico (especialmente los tubos de escape de los vehículos diésel) y ni siquiera el efecto del Metro (operativo desde el 21 de septiembre) ha evitado el nuevo récord de polución.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en concentraciones de corta duración superiores a 200 mg/m3 (las estaciones de Granada rara vez miden concentraciones tan altas) es un gas tóxico que causa una importante inflamación de las vías respiratorias. Es la fuente principal de los aerosoles de nitrato, que constituyen una parte importante de las partículas PM2.5 y, en presencia de luz ultravioleta, del ozono. Las principales fuentes de emisiones antropogénicas de NO2 son los procesos de combustión (calefacción, generación de electricidad y motores de vehículos y barcos). Estudios epidemiológicos han revelado que los síntomas de bronquitis en niños asmáticos aumentan en relación con la exposición prolongada al NO2. La disminución del desarrollo de la función pulmonar también se asocia con las concentraciones de NO2 registradas (u observadas) actualmente en ciudades europeas y norteamericanas.
49 superaciones en ozono
En ozono troposférico (O3) Granada también suele alcanzar niveles altos que algunos años incumplen el máximo que indica la ley como protección de la salud. La normativa dice que no se deben superar más de 25 veces la concentración máxima diaria (120 microgramos/m3) y en 2017 la estación de la Ciudad Deportiva de Armilla tuvo 49 superaciones, la cifra más alta registrada nunca.
El O3 llega a sus niveles más altos precisamente en la periferia de las ciudades y en verano, bajo condiciones de fuerte insolación, y se produce a partir de reacciones químicas complejas con gases precursores como el NO2, según explica el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Partículas
También en partículas en suspensión se han superado los máximos niveles de la normativa. La mayor expresión de este tipo de polución son las 'boinas' de contaminación que se sitúan en el cielo del área metropolitana, especialmente cuando llegan masas de aire procedentes del Sáhara. 'Boinas' que quedan suspendidas durante muchos días por el efecto de Sierra Nevada, que hace de pared e impide la circulación del aire.
La legislación fija en 50 microgramos/m3 de media diaria el máximo de concentración de partículas, que no se debe superar más de 35 veces a lo largo del año, un límite que superaron tanto la estación de Granada Norte como la de Armilla, con 36 y 39 superaciones, respectivamente.
Además, Granada incumple sistemáticamente los niveles de partículas recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en 2017 volvió a suceder, con una concentración media anual de entre 30 y 33 microgramos/m3, según la estación de medición, muy por encima de los 20 que fija la OMS.
Y en partículas PM2,5 (de tamaño inferior a 2,5 micras, las que más dañan la salud al penetrar en los alveolos pulmonares y ser muy difíciles de expulsar), la estación de Granada Norte rozó el límite máximo de la legislación (25 microcramos/m3), con 24 microgramos/m3, pero tanto esta estación como la situada junto al Palacio de Congresos, que registró 17 microgramos/m3, superaron ampliamente los 10 microgramos que recomienda la OMS como nivel máximo de estas partículas.
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