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Energías renovables

Granada consume ahora un 11% menos energía eléctrica que en 2008

E+I+D+i - J. M. M. - Domingo, 29 de Junio de 2025
Sin embargo, Gobierno central y Junta tramitan proyectos de energías renovables que equivalen a cuatro veces la demanda actual de electricidad de la provincia.
Megaplanta de Iberdrola en construcción en Cacín, la mayor de las autorizadas hasta ahora en la provincia.
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Megaplanta de Iberdrola en construcción en Cacín, la mayor de las autorizadas hasta ahora en la provincia.

El consumo de electricidad de la provincia de Granada lleva en descenso, con algún altibajo, desde 2008, cuando alcanzó su pico máximo y, a partir de ahí, coincidiendo con la gran crisis que estalló ese año, fue yendo a la baja. Y no ha recuperado ni mucho menos esos niveles de consumo. Sin embargo, las Administraciones -Gobierno central y Junta- siguen tramitando y autorizando macroproyectos de energía eléctrica, sobre todo fotovoltaica, que van camino de superar hasta en cinco veces la demanda de electricidad de la provincia. 

El diagrama de barras, con datos de la Agencia Andaluza de la Energía, muestra el consumo eléctrico de Granada a lo largo de 16 años, entre 2008 y 2023. En el primer año de la serie, 2008, la provincia consumió cerca de 3.500 gigavatios/hora (GWh), en concreto 3.482 GWh. De ahí bajó bajó durante la gran crisis hasta los 3.080 GWh en 2014 (año 7 de la serie de barras), y fue subiendo hasta 3.303 GWh en 2018, para después volver a descender hasta quedar incluso por debajo de los 3.000 GWh en 2021 (año 14 de la serie), con 2.970 GWh. En los dos años siguientes, 2022 y 2023, no ha llegado a los 3.100 GWh, lejos de los casi 3.500 de 2008. La Agencia Andaluza de la Energía no ofrece aún datos de 2024, si bien según Endesa, el nivel ha estado ligeramente por encima de los 3.100 GWh. Es decir, desde 2008 el consumo de electricidad en Granada se ha reducido un 11%.

En España, la evolución es parecida. Se alcanzó el pico en 2008, con 281.000 GWh y, también con altibajos tras el descenso por la crisis económica, no ha vuelto a recuperar esos niveles de consumo y en 2024 no llegó a los 249.000 GWh, en torno a un 11,4% menos que en 2008. 

Entre las causas del descenso del consumo de electricidad en estos años está la caída de la actividad que conllevó la gran crisis, que produjo una desindustrialización que no se ha restablecido, aunque también influyen las mejoras de eficiencia energética y, en menor medida, el aumento del autoconsumo. 

Sin embargo, pese a esa continua y sostenida redución de la demanda de electricidad, en los últimos años se ha desatado una carrera promovida por el Gobierno central y secundada por las comunidades autónomas por aumentar la potencia eléctrica instalada hasta superar en muchísimo las necesidades de electricidad. 

El objetivo oficial es lograr el máximo de energías renovables en la generación de electricidad para 'descarbonizar' el sector eléctrico y lograr también una mayor electrificación de la economía, tanto a nivel industrial como en el transporte. 

Para Granada -como sucede en otras zonas de España, especialmente rurales-, ese plan de 'transición' energética se está traduciendo en una proliferación de proyectos de energías renovables, tanto eólicos como sobre todo fotovoltaicos, que van a superar varias veces el consumo eléctrico de la provincia. 

Granada cerró el año pasado con 1.588 megvatios (MW) de potencia eléctrica instalados. De ellos, 1.452 renovables y 136 no renovables (plantas de cogeneración en fábricas que emplean gas o gasóleo).

Como se ve en la tabla, de esos 1.452 MW de energía renovable, más de la mitad son ya de fotovoltaica, casi 800 MW, que es la que más ha crecido en los últimos años, son casi 8 veces más de los que había hace solo cinco años, en 2019. Por su parte, el resto de tecnologías no ha variado, hay prácticamente lo mismo de eólica, hidroeléctrica y termosolar, aunque hay varios parques eólicos ya autorizados pendientes de construir o ya en ejecución. 

En 2023, cuando Granada tenía 1.267,7 MW de energía renovable, la provincia generó con esos megavatios 2.018 GWh de electricidad. Dado que el consumo eléctrico de la provincia fue ese año 3.071 GWh, quiere decir que logró producir el 66% de ese consumo con su potencia renovable. 

De 2024 aún no hay datos de producción eléctrica, pero, si consideramos un rendimiento similar, los 1.452 MW de energía renovable disponibles habrán generado unos 2.311 GWh, casi un 75% del consumo.

Es decir, Granada necesitaría algo menos de 2.000 MW de potencia renovable (en torno a 1.950) para generar todo el consumo eléctrico de la provincia, que está en torno a los 3.100 GWh. Solo unos 500 MW más de lo que tenía al cierre de 2024. 

En los primeros meses de este año se inauguraron dos megaparques fotovoltaicos en Pinos Puente y Albolote, con unos 185 MW de potencia instalada en total. Con lo que solo restarían poco más de 300 MW más para lograr el autoconsumo eléctrico de la provincia con fuentes de energía renovables. Prácticamente con solo uno de los proyectos que hay ahora mismo en construcción, la megaplanta de Iberdrola en Cacín, de 275 MW nominales (330 instalados) se alcanzarán los 2.000 MW de potencia renovable necesarios para generar todo el consumo eléctrico provincial. 

Y es solo una avanzadilla de los proyectos ya autorizados, y de los muchos más que están en tramitación a la espera de evaluación ambiental. Hay que coger la calculadora. 

Hidroeléctica y eólica marina

Solo los seis macroproyectos fotovoltaicos aprobados ya por el Ministerio para la Transición Ecológica, que tramita los más grandes (a partir de 50 MW), suman casi 1.000 MW de potencia eléctrica. Y el Ministerio tiene otras diez megaplantas fotovoltaicas en trámite pendientes de evaluar, que añaden más de 2.100 MW. Más otros 109 MW de dos megaparques eólicos. 

A todo ello hay que sumar los proyectos que tramita la Junta, los inferiores a 50 MW, que son muchísimos más. El consejero de Industria, Energía y Minas, Jorge Paradela, dijo en marzo pasado que la Junta estaba tramitando 118 proyectos de renovables en la provincia, con 1.664 MW

Pero hay más, mucho más. Además de fotovoltaicos y eólicos, están en tramitación en el Ministerio (pendientes de evaluación ambiental) tres centrales hidroeléctricas reversibles (también llamadas de bombeo), dos en el embalse de Rules y una en el Negratín. Se trata de instalaciones con una gran potencia eléctrica, pues entre las tres suman 1.680 MW, más que toda la potencia eléctrica actual de la provincia. 

Y el Ministerio también está evaluando dos megaparques de eólica marina proyectados frente a la costa granadina. Uno de ellos, denominado Pinta, tiene 990 MW de potencia, aunque también toca aguas de Almería y el promotor no tiene decidido si, en caso de construirse, verterá la electricidad a una provincia u a otra. El otro, llamado Albaicín, tiene 510 MW de potencia. 

Manifestación en Torrenueva el verano pasado contra la instalación de megaparques eólicos marinos. plataforma di no en la costa

Sumando todo, salen unos 8.000 MW, entre los ya autorizados y los pendientes de aprobar. Recapitulemos: Granada tenía al cierre de 2024 unos 1.450 MW de energía renovable instalados con los que puede generar el 75% de la electricidad que consume la provincia. Y necesitaba unos 500 MW más para llegar a los cerca de 2.000 MW que precisa para generar todo su consumo eléctrico anual de fuentes renovables. Es decir, que esos 8.000 MW suponen cuatro veces más que todo el consumo eléctrico de la provincia. Si esos 8.000 MW pendientes se instalaran, se sumarían a.los 1.450 MW renovables que había al cierre de 2024 (más los inaugurados ya este año 2025, que son 185 MW más). Esto es, la provincia tendría más de 9.600 MW de potencia eléctrica renovable, cerca de cinco veces lo que consume

No es algo que solo afecte a Granada. La sobrecapacidad eléctrica está presente en todo el plan de transición energética nacional. España, como se ha dicho, consume algo menos de 249.000 GWh al año, según datos de 2024. Eso significa que precisa una potencia eléctrica media (dividimos por las 8.760 horas que tiene un año) de entre 28 y 29 GW, con picos máximos que no suelen superar los 40 GW.

Sin embargo, la potencia eléctrica instalada en España al cierre de 2024 era de 129 gigavatios, de ellos unos 85 de energías renovables. Es decir, España tiene al menos cuatro veces más potencia eléctrica que su consumo medio. Y la previsión del plan de transición energética (PNIEC) es alcanzar los 214 GW de potencia eléctrica en 2030, de los que 160 GW sean renovables. Y ya hemos visto que la evolución del consumo eléctrico en España no se ha recuperado desde su pico de 2008 y está estacanda y con muy ligeras variaciones en los últimos años. 

Gráfico de Red Eléctrica que muestra la distribución de la potencia eléctrica en España por tecnologías. 

En el caso de España en conjunto, es normal y conveniente que la potencia eléctrica instalada sea superior a la demanda, porque es preciso contar en todo momento con energía de respaldo suficiente, ya que las renovables tienen grandes fluctuaciones (no siempre hace sol, ni viento, ni hay agua suficiente en los embalses, etc.) y, como se vio en el apagón, generan inestabilidad en la red -sobre todo la fotovoltaica- que debe ser compensada por otras fuentes, pero disponer de siete veces más capacidad eléctrica que el consumo medio parece difícil de justificar

¿Qué se va a hacer con toda esa capacidad eléctrica que no se consume? El Gobierno confía en electrificar al máximo la economía, pero uno de los grandes objetivos para ello, el coche eléctrico que disminuya el uso de combustibles fósiles en el transporte, no acaba de arrancar, su presencia en el parque móvil es todavía insignificante y no parece que su peso vaya a aumentar sustancialmente. El hidrógeno verde, otro de los posibles usos para esa electricidad (necesaria para dividir la molécula de agua mediante electrólisis y extraer el hidrógeno) es una tecnología muy ineficiente (pérdidas de hasta el 80% en el proceso), costosa y que requiere un elevado consumo de agua. La exportación de electricidad está subiendo, pero todavía las conexiones de España con Europa son muy limitadas. 

No hay un horizonte nada claro para ese exceso de capacidad eléctrica y la situación se asemeja cada vez más a la burbuja inmobiliaria de 2008, que dejó cientos de miles de viviendas sin vender y un sector quebrado que arrastró al financiero y al resto de la economía.