'La historia desconocida'

Con el título “Parque de las Ciencias. Historia inédita de un proyecto de éxito de Granada”, se celebró el pasado 24 de marzo una esperada conferencia del fundador del Parque de las Ciencias de Granada, Ernesto Páramo, en la Biblioteca de Andalucía. La segunda parte del acto consistió en una entrevista al ponente, que realizaron Mariano Gómez-Ulla de Irazazabal, abogado y presidente de Red Mundo Atlántico, y Andrés Cárdenas, periodista. También se pudo intervenir desde el público presente en una sala llena hasta la bandera.
La conferencia estuvo muy bien estructurada y fue muy pedagógica. Ernesto, además de divulgador científico y licenciado en Derecho, es Doctor en Ciencias de la Educación. Pero, sobre todo, es una buena persona y ha puesto mucha alma en este proyecto de éxito. Por eso, su exposición, no solo captó la atención de los asistentes más allá de lo que se considera como niveles normales de concentración de la mente humana, sino que hizo honor a la frase que incluyó en la Memoria del Parque de las Ciencias de 2017.
Para los que hemos seguido la evolución del Parque de las Ciencias de Granada, nos hemos emocionado con sus exposiciones y hemos sentido en sus salas la curiosidad por conocer y aprender, no puede ser difícil entender lo acertado que fue que la inspiración para su creación fuera el Informe Brudtland “Nuestro Futuro Común”
“El objetivo último del Parque de las Ciencias es promover la cultura científica y contribuir a la democratización del conocimiento, bajo la firme convicción de que es posible acercar la ciencia a todos los públicos, inspirar a las nuevas generaciones y romper la antigua y errónea división entre cultura científica y humanística. Consolidarse como una herramienta pública al servicio de la educación, la innovación y la ciencia”. Es lo que nos dijo entonces, que ahora, tras su brillante exposición, cobraba pleno sentido y nos hacía entender mejor la grandeza de este proyecto.
Para los que hemos seguido la evolución del Parque de las Ciencias de Granada, nos hemos emocionado con sus exposiciones y hemos sentido en sus salas la curiosidad por conocer y aprender, no puede ser difícil entender lo acertado que fue que la inspiración para su creación fuera el Informe Brudtland “Nuestro Futuro Común”, publicado en 1987 por la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, en el que se contenía una profunda y novedosa definición de desarrollo sostenible como “aquél que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”.
Lamentablemente hoy se ha roto con 30 años de consenso en el Parque de las Ciencias. Por esto no es de extrañar la vileza cometida con los que dieron todo por este proyecto, “expulsados” mediante burofax (versión moderna del famoso “motorista”)
Que el equipo que ha gestionado esta institución haya apostado por poner en práctica esta definición, quizás sea la más importante razón del éxito del proyecto. Pero también, que los fundadores, jóvenes que así mismo promovieron la exitosa Cooperativa Huerto Alegre, confiaran en el poder de la Educación para transformar y mejorar la sociedad… ante los riesgos ambientales que empezaban a ponerse de manifiesto. La estrategia participativa para dar a conocer el proyecto, sumar apoyos, alianzas, colaboradores a todos los niveles y, como nos explicaba el conferenciante, comprender que el museo no era un fin en si mismo, sino una herramienta cultural en favor de la educación y un recurso fantástico para mostrar el vínculo entre Conocimiento, Progreso y Bienestar Sostenible, completarían el círculo virtuoso de este proyecto de éxito.
Lamentablemente hoy se ha roto con 30 años de consenso en el Parque de las Ciencias. Por esto no es de extrañar la vileza cometida con los que dieron todo por este proyecto, “expulsados” mediante burofax (versión moderna del famoso “motorista”). Además, en un delicado momento en el que el mundo camina por una senda negacionista de la ciencia y el medio ambiente. Por ello, como con toda la razón defendió su fundador, “es obligación de todos recuperar ese consenso”.
Para mí, todas estas propuestas son necesarias. Llevarlas a cabo, fundamental para la subsistencia del Parque de las Ciencias de Granada como la institución que conocemos y queremos los granadinos. Pero, quizás, la más importante sería retomar el proyecto de Fundación Pública. De esta forma podría blindarse la institución frente a intereses partidistas y espurios, facilitando una gestión independiente y participativa.